Ahora somos espías Por Tomas Horacio Hernandez - Runrun


Nuestra relación con Irán ha dado tanto o más que hablar que nuestra relación con Libia. Hace algunos meses el ex embajador de Estados Unidos ante la OEA, Roger Noriega, afirmó que Ghazi Nasr al Din, en aquel entonces el número dos en la embajada de Venezuela en Damasco, operaba células terroristas en nuestros país y que sus acciones se basaban principalmente en el reclutamiento de jóvenes y en la recaudación de fondos.

Hoy por hoy las acusaciones y señalamientos siguen viniendo. El último en pronunciarse al respecto fue el legislador republicano de EEUU, Michael McCaul. En sus declaraciones McCaul afirmó que  «Irán está ocupado en reclutar a jóvenes venezolanos de origen árabe para utilizarlos en operativos de inteligencia y como militantes. Algunos van a Irán para ser entrenados. Algunas fuentes aseguran que Hezbolá está involucrado en esta operación». McCaul, quien es el presidente del subcomité de Supervisión e Investigación de Seguridad Interior, también señalo que Venezuela se niega a revelar quiénes viajan a bordo de los vuelos directos entre Caracas y Teherán.

Acusaciones van y acusaciones vienen y ante las mismas obtenemos un silencio rotundo del gobierno venezolano. Cuando deciden finalmente abrir la boca sueltan como de costumbre el mismo disco rayado del imperialismo y de nuestro deber patriótico. Sin embargo hasta ahora no han sabido rebatir los argumentos en su contra.

La relación de Venezuela con Irán se vuelve más compleja con el pasar de los años. Aumentan los convenios bilaterales, los negocios y los tratados, pero de la misma manera la palabra terrorismo no se nos sale de nuestra mente.

Mientras los rojos no respondan las acusaciones crecerán los rumores y la incertidumbre. Pero cuando el río suena… es porque piedras trae.

Tomas Horacio Hernandez

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