Lucha y Retos en la Turquía de Erdogan por Adriana Boersner - Runrun


Turquía ya desde hace tiempo se ha erigido como una fuente de inspiración para  las sociedades del resto de los países árabes, muy a pesar de la relación que ha existido entre el gobierno de la República que fundara Kemal Atatürk con líderes como el sirio, Bashar Al Asad, o el libio, Muamar Gadafi.

El primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan quien ha conseguido por tercera vez consecutiva ganar las elecciones nacionales, ha aclarado en reiteradas oportunidades que es un error ignorar las demandas del pueblo que busca la democracia anhelada, esto en respuesta no sólo a las revueltas en el Magreb y Medio Oriente de comienzos del año 2011, sino también, como eslogan a las acusaciones por  dirigir un gobierno más bien de corte autoritario.

En el plano regional, la lucha que mantiene Recep Tayyip Erdogan y el presidente turco Abdulá Gul es la existente entre el fortalecimiento de relaciones con numerosos dirigentes árabes en la zona del Golfo Pérsico, en Siria o en Libia, con los cuales ha desarrollado contactos comerciales que han traído buenos dividendos al país, y,  satisfacer los requerimientos de la Unión Europea para lograr entrar en ese mercado y marco de integración tan anhelado por Turquía desde hace años.

La lucha

Sólo en Libia habría que tener en cuenta que alrededor de 25.000 turcos y 200 empresas, con mercados de unos $15.000 millones, estaban presentes en ese país para finales del año 2010, convirtiéndose además el primer ministro Erdogan en un protagonista importante desde Gaza, debido a sus ataques contra Israel y su apoyo a la causa Palestina.

Ante la crisis siria y libia, el gobierno se ha visto obligado a exigir persistentemente, reformas que lleven a solucionar rápidamente, los problemas internos  que han cobrado no sólo miles de vidas, sino también, la estabilidad de la región entera que cada vez más golpea al país euroasiático por la cantidad de refugiados que llegan debido a los conflictos circunvecinos.

Retos Pendientes

Turquía es en la actualidad el único miembro musulmán de la OTAN y aspira tras largas e intensas discusiones, pasar a ser miembro de la Unión Europea, ante lo cual deberá sortear la negativa de países como Alemania y Francia para lograrlo.

Modernizar el país con nuevas ciudades, ambiciosos programas en materia de infraestructura, resultados económicos que patenten un crecimiento en el área y la construcción de un canal desde el Mar Negro al Mar Egeo, todos proyectos que generarían avances y estabilidad en los próximos años.

En el plano político, ya en el año 2010, el pueblo turco sometió a referéndum un paquete de 26 enmiendas constitucionales para eliminar la inmunidad de líderes y militares golpistas, ampliar la jurisdicción de las cortes civiles sobre los militares y dar a la Asamblea más poder para el nombramiento de jueces, sin embargo, lo que se exige hoy es mantener los compromisos que desde mucho antes a 2010 se vienen reclamando: la derogación de la pena de muerte, concesión de derechos culturales a la minoría kurda, libertad de expresión, fortalecer la democratización, el respeto a los derechos humanos y la libertad de expresión en el país, hasta atender problemas sociales y culturales como la pobreza, el desempleo, y el desafío de las mujeres por resistir la imposición de fundamentalismos religiosos.

Por Adriana Boersner Herrera

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