Más claro no canta un gallo. Cuando al hijo del líder libio Muamar el Gadafi, Said el Islam Gadafi, le preguntaron sobre la propuesta del presidente venezolano para establecer una mediación internacional y ayudar a solucionar el conflicto que vive Libia, lo rechazó contundentemente diciendo: “No sé nada sobre esto. Es como si yo fuera a propiciar un acuerdo en el Amazonas. Los venezolanos son nuestros amigos y les respetamos y nos gustan, pero están lejos y no tienen ni idea”.
Si a esto le sumamos que los rebeldes en el este de Libia dijeron que no negociarán a menos que el coronel Muamar Gadafi renuncie y se vaya al exilio, y que el ministro francés de Asuntos Exteriores, Alain Juppé, rechazó la oferta de Chávez y afirmó que “cualquier mediación que permita al coronel Gadafi sucederse a sí mismo no es bienvenida”, la oferta realizada por el presidente venezolano lo deja muy mal parado.
Es lógico que la comunidad internacional rechace la mediación de Chávez justamente porque no es considerado un negociador imparcial. Nuestro presidente claramente se identifica con el líder libio y lo considera un aliado estratégico. Su propuesta pretende pasarle por encima a las decisiones tomadas por la ONU y además ignora la decisión tomada en consenso en la Asamblea General de dicho organismo cuando decidió suspender a Libia del Consejo de Derechos Humanos.
Las acciones del gobierno venezolano son irónicas e incompresibles con el conflicto de Libia. Hace unos días distintos voceros rojos gritaban: “Libertad e independencia para Libia. ¡No a la intervención extranjera!” y poco después decían” En Libia no está sucediendo nada y lo proyectado por los medios de comunicación es un amarillismo político”. Si sostenían esa tesis hace tan sólo par de días, quien los va a tomar en serio cuando se ofrecen a solucionar el conflicto: ¿No estaba todo tranquilo en Libia? ¿Y el amarillismo? ¿Y la intervención extranjera?
Es reprochable que Europa y América se manifiesten para evitar más derramamiento de sangre en Libia pero si está bien que lo hagan los ilustres que integran el ALBA.
Con acciones como esta es que volvemos a atraer la lupa de manera negativa a Venezuela. Pero lo que si queda al descubierto para la comunidad internacional , es que entre los homólogos, Chávez- Gadafi, descaradamente sí hay corazón.
Tomas Horacio Hernandez
@TomasHHR
