Unión y cambio - Runrun
Luisana Solano Abr 20, 2014 | Actualizado hace 10 años

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Desde que dimos un paso al frente y emprendimos nuestra lucha por todos los rincones de nuestra Venezuela, para decirle a nuestro pueblo, mirándolo a los ojos, que los problemas sociales y económicos del país sí tienen solución, insistimos en la necesidad de entablar un debate que le permitiera a los venezolanos la posibilidad de comparar entre el modelo de cambio, unión y progreso que nosotros representamos, versus el modelo de división, exclusión y atraso que encabeza el gobierno.

Mis propuestas nunca han sido ni serán en función de lo que el gobierno diga, para nadie es un secreto que llevo tiempo haciendo planteamientos a los sectores populares del país. Propuestas claras. Soluciones concretas. Con un solo objetivo: calidad de vida y progreso para todos por igual.

Son propuestas que hemos llevado personalmente a cientos de comunidades de nuestra Venezuela y las seguiremos llevando, porque hay que proponer, convencer, mostrar que tenemos algo mejor. Nosotros somos diferentes no porque decimos que lo somos, sino porque actuamos diferente. No esperemos que otros se sumen solamente por la situación tan difícil que atraviesa nuestra Venezuela.

Recordemos que quienes están en el gobierno no salen a la calle, no hacen colas, no les importa la escasez, ni la situación de los hospitales, ni de nuestros enfermos. Este modelo ha fracasado y ese fracaso es hoy, un buen negocio para otros países.  Todo se trae de afuera. El maíz para nuestras arepas. El Trigo, la mantequilla, el pollo y la leche, solo por nombrar algunos alimentos, pero la realidad es que casi todo lo que comemos se lo compramos a los productores de otros países.

Si hablamos del “pabellón criollo”,  plato típico tradicional venezolano, tenemos que decir más bien “pabellón importado” porque el 80% de las caraotas que consumimos vienen de Nicaragua y otros países, el 40% del arroz que comemos viene de los Estados Unidos y otros países, la carne es importada de Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay.

Pero eso no es todo, hoy el mercado farmacéutico está por el piso. Más de 93 mil pacientes están en apuro, porque no han podido recibir tratamientos para sus enfermedades debido a la escasez de los medicamentos. Marzo fue el mes más crítico. Al menos 17 medicamentos antirretrovirales escasearon en 18 estados del país. Mientras en lo que va de abril, ya se han reportado fallas en 7 medicamentos. De los 231 fármacos, equipos e insumos médicos rutinarios que se utilizan en las clínicas, 109 están agotados.

El panorama actual no es nada alentador, más cuando revisamos los antecedentes, por ejemplo, del Hospital J. M. de los Ríos, donde el Servicio de Hemodinamia, que venía realizando 350 cateterismos al año, en lo que va de 2014 apenas ha resuelto 6 casos. El Servicio de Cirugía Cardiovascular del J.M. no opera prácticamente ningún paciente hace tres años, cuando en su mejor año llegó a operar a 250 niños. La labor del Cardiológico Infatil tampoco se da abasto. Extraoficialmente se habla de una lista de espera de 7 mil pacientes.

Venezolanos con enfermedades crónicas como la diabetes, problemas cardíacos, cáncer y enfermedades respiratorias padecen un verdadero viacrucis para recibir sus tratamientos.

Esta realidad influye de manera negativa en nuestra calidad de vida, economía y en nuestra producción. Y todavía hay algunos quienes siguen diciendo que hoy Venezuela es un país independiente y soberano. Pero lo más insólito es quienes dicen eso, son los mismos que creen que a los venezolanos pueden engañarnos, manipulando la historia a punta de cháchara politiquera.

Justamente ayer se cumplieron 204 años de aquel 19 de abril de 1810, fecha en la que se inició el camino a la Independencia de nuestra Venezuela. Hoy nos toca seguir luchando con esfuerzo por la independencia del venezolano, porque en nuestro país no podemos hablar de independencia cuando hay intereses extranjeros dentro de nuestra Fuerza Armada Nacional, en registros, notarías, en el sistema de salud y de educación.

Seguiremos insistiendo que  ser independiente es que ningún gobierno someta a nuestro pueblo al chantaje. Independencia es que todos nuestros niños y jóvenes tengan acceso a una educación de calidad, que les brinde oportunidades para todos por igual. Independencia es libertad, democracia, que usted vaya a un tribunal y sea igual a cualquiera ante la ley. Seremos libres el día que no dependamos de un gobierno de turno, el día que no tengamos que negociar el ejercicio de un derecho. Ser independientes es ir al mercado y conseguir todos los alimentos que consumimos, es tener seguridad, salud, vivienda y un empleo con calidad a cambio de nada, sólo por la condición de ciudadano. Abrir el grifo y que salga agua. Que el salario alcance y la capacidad que cada uno de los venezolanos pueda cumplir sus metas. Eso es ser independientes.

Hay que decirle la verdad al pueblo porque nuestro país no va bien y eso hay que decirlo ¡Nadie puede quedarse callado! Por eso sí hemos hablado de dos Venezuela, una Venezuela grande representada por la mayoría que sufre y otra pequeñita encabezada por quienes están en el poder.

El gobierno dice que quiere dialogar y no me voy a negar a hacerlo. El reto en este momento es que el país completo crea en ese proceso. ¿Cómo se logra? Con hechos, con resultados, sino hay resultados quedará en la retórica y quedará una frustración muy grande para nuestro pueblo. El 99% del éxito depende de ellos, que son quienes están en el gobierno y toman las decisiones.

Yo sí creo en que hay que conversar. Los venezolanos podemos tener miles de diferencias, pero no podemos perder la posibilidad de comunicarnos. Hay que agotar todas las herramientas porque esto cambia o esto revienta, y nuestro pueblo merece un país de paz. Podemos no creer, sentir que no vale la pena, pero tenemos que entender que sí hay una oportunidad, tenemos que aprovecharla por el bienestar de nuestro país. Encerrándonos en nuestras trincheras no vamos a resolver nada, no podemos renunciar al diálogo. Sabemos que cada día es más difícil salir adelante, pero por medio de la violencia no vamos a lograr el cambio. Organización desde las comunidades, barrios y caseríos para juntos lograr la unión y el cambio, y que logremos salir de este caos en el que nos encontramos.

Al final tendrá que imponerse el bienestar, la razón, el futuro que tiene que ser mejor. A eso apostamos, a un mejor país. ¡Que Dios bendiga a nuestra Venezuela!

Henrique Capriles Radonski

@hcapriles