¿Un chance al diálogo? Sí, pero ... - Runrun
Yeannaly Fermín Abr 15, 2014 | Actualizado hace 10 años

Dialogoss

La palabra diálogo parece algo difícil de lograr en Venezuela. Demasiadas suspicacias, ideologías y sistemas enfrentados, visiones distintas de la historia, intereses económicos (muchos de origen dudoso) que se interponen frente a la posibilidad de una solución. Tráfico de drogas cuyo negocio prospera en una situación de dudosa institucionalidad y, para agravar las cosas, un país extranjero se ha adueñado de la voluntad de las autoridades y del manejo de funciones que atañen únicamente a la soberanía del país.

En medio de una situación tan delicada se arrojan encima de Venezuela, aplastantes, las consecuencias de 15 años de errores en el manejo de las políticas económicas. Es imposible entender que después de más de una década de los precios petroleros más altos de la historia, Venezuela se enfrente a una condición económica tan deprimente. Tenemos la inflación más alta del mundo; según el FMI enfrentamos la caída del PIB más alta de Latinoamérica (estanflación), un déficit fiscal incomprensible, emisiones de dinero inorgánico que asustan. Tenemos una Pdvsa reducida a escombros, el aparato productivo hecho añicos, el BCV convertido en una imprenta, una escasez de dólares que hace inmanejable el funcionamiento de la economía. Tenemos también una población que tiene que sufrir a diario el agobio de una escasez propia de países en guerra.

En medio de estas penurias el Gobierno lanza una tarjeta de racionamiento a la cual llaman cínicamente tarjeta de «Abastecimiento Seguro» (por ahora voluntaria), recordándonos así la obra 1984. Pero ni siquiera el propio George Orwell pudo imaginar que se impondría el uso de la huella digital para tener acceso a los alimentos, con lo cual se siembra la duda de que cruzando la información a través de «Captahuellas» del CNE, se podría a amenazar con el terror del hambre a quienes no voten por el régimen.

Como si todo lo anterior fuese poco, al pueblo venezolano le resulta cada vez más difícil entender cómo es que si atravesamos por una situación de tanta escasez, el Gobierno pueda sacrificar a su propios ciudadanos, mientras actúa como una de las naciones más generosas del mundo a la hora de favorecer a terceros regalando nuestro petróleo; sin embargo la razón de lo anterior se hizo obvia cuando vimos la forma cómo 22 de esos gobiernos votaron en la OEA.

Esas mismas razones son las que generan tantas suspicacias a la hora de aceptar la mediación de Unasur. Esa fue una organización promovida por el propio Chávez cuyo Secretario General no es otro que el autor material del despido de más de 20.000 trabajadores de Pdvsa a través del cual se lanzaron al cesto de la basura más de 350.000 años de experiencia y conocimientos petroleros. Todo ello ocurrió -según confesó Chávez en su Informe a Anual y Cuentas ante la Asambleas Nacional- como quien «toma una colina militar»

Además, en el año 2007 el Gobierno, empeñado como estaba en imponernos una constitución socialista, convocó un referendo para consultar la voluntad del pueblo. Y el pueblo fue tajante: dijo NO. Aún así Chávez, anunció que reconocía la derrota, pero que a aquella Constitución no le quitaría ni un punto ni una coma.

Y en efecto, años después se procedió a aprobar vía Habilitante (después de haber inhabilitado irregularmente a diputados de la oposición como mecanismo para alcanzar la mayoría que requerían), un inconstitucional Plan de la Patria, que tal como ofreció Chávez impone –sin quitarle ni un punto ni una coma- un sistema socialista que el pueblo rechazó en referendo.

Frente a todos los hechos el pueblo reaccionó como lo hizo, comenzando con el sector más auténtico de cualquier población, los estudiantes, quienes rechazaron el encarcelamiento de un líder como Leopoldo López y las bochornosas acciones que llevaron a la inhabilitación de María Corina y la detención y destitución de varios alcaldes como Ceballos y Scarano.

Todo lo que viene ocurriendo será registrado como una de las más importantes epopeyas de nuestra historia. Pero por ahora la historia está ocupada pariendo líderes y corrigiendo entuertos.

El diálogo ya se inició en presencia de la Comisión de Cancilleres de Unasur. La incorporación del Vaticano a través del Nuncio Apostólico aumenta las posibilidades. Pero tendrán que entender sus miembros que su misión no es otra que contribuir a restablecer el funcionamiento de la Constitución y la democracia en Venezuela.

José Toro Hardy

@josetorohardy

El Universal