Tocando Fondo por Francisco J. Quevedo - Runrun
Luisana Solano Jul 22, 2014 | Actualizado hace 10 años

FMI-

Cuando el río suena, piedras trae, dicen. Se “runrunea” que el Gobierno que tanto critica las medidas neoliberales del Fondo Monetario Internacional, recurriría a Washington con el rabo entre las piernas, a ver si lo saca del aprieto. Igual le ruega a los chinos, le hace ojitos al BRICS y emite bonos en mercados internacionales a través de Citgo para agarrar aire.

Los números no dan: Aunque las cifras del Banco Central de Venezuela ahora siempre muestran retraso y arrojan más dudas que información, sus estimados para 2013 indicaban que nuestra Balanza de Pagos se ha vuelto deficitaria en más de US$ 3.000 millones. Las exportaciones de PDVSA, dicen, apenas superan 1,8 millones Bbl/d. Habría que preguntarle a los técnicos cómo contabilizan la cobranza de lo que sale a China como pago por los préstamos, así como a Cuba y otros países del ALBA Petrocaribe, que se pagan con instructores, médicos y agentes de inteligencia. Así que restemos a esos ingresos al menos 800.000 Bbl/d, y faltarían más de US$ 30.000 millones para cubrir las necesidades del país. ¡Y cuidado, los chinos quieren que se aumente su cuota a un millón de barriles diarios!

A cada santo una vela: Venezuela acaba de acordar con China empréstitos por más de US$ 5.600 millones adicionales, entendemos que solo para inversión, no para el gasto corriente. De hecho, si fuese así, si acaso alcanzarían para pagarle la deuda a las aerolíneas. Rusia aprobó unos cuantos dólares más, pero solo para la compra de armas, cuando lo que se necesita es electricidad, gasolina, leche y harina PAN. El montante total de la deuda es una paradoja, por no llamarla melcocha. El Gobierno se niega a considerar “deuda” lo que le“debe” a las aerolíneas, a las clínicas, a la industria y a los importadores en divisas, monto que suma unos US$ 15,000 millones, sin embargo, algunos analistas colocan la hipoteca sobre los US$ 200,000 millones, al considerar los papeles emitidos por la Nación, la deuda interna, esos saldos corrientes, y el endeudamiento de PDVSA. 

Ley-de-endeudamiento

Tenemos Derechos Especiales de Giro: El FMI opera en dos niveles, primero, cada país signatario cuenta con una cuota de DEGs (que en el caso venezolano son unos US$ 2,300 millones propios) sobre la cual puede girar, pero, por estatutos, al hacerlo debe someterse a una auditoría. Eso, al significar la revisión de las cuentas de uno de los Estados más corruptos del mundo, sería impensable. El segundo tramo sería un empréstito que tampoco llega a tanto, pero que al implicar la supervisión del Fondo en el manejo de la economía, ofrece confianza a la banca internacional y abre las puertas a otros préstamos que nos salvarían de una catástrofe como la que se avizora.

Medidas de fondo: La gráfica muestra las acciones que recomendaría el Fondo Monetario Internacional. Comencemos por la auditoría de las cuentas del Estado. ¡Un informe para leer! ¿Cómo estará esto por dentro? Los técnicos quizás se encuentren como los médicos cubanos, con algo más que una “lesión pélvica”. Seguramente el despelote hizo metástasis. De esta, se aplicarían correctivos que duelen, como la rectificación de la política cambiaria y el respeto a las reglas del mercado, medidas que no comulgan con el marxismo, incluyendo además –según sea el monto del rescate– la reprivatización de empresas estatizadas, ahora quebradas, y una verdadera apertura de la economía a la inversión extranjera, con garantías claras. Esto no es un secuestro exprés. Aquí hay que vender hasta la casa pa’ que nos liberen.

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La confianza necesaria: La disciplina que exige el FMI sería la única manera de recuperar la confianza del mundo occidental en la conducción del Estado, por cuanto implica corregir una marcha que nos lleva derecho al barranco financiero. ¿Si Maduro ha destrozado la economía en un año, qué puede esperarse para los próximos años? Y mientras más real entre, más nos hundimos en el dispendio, los errores y la corrupción.

Piso político: El problema es que las medidas del Fondo, por demás necesarias, van en contra del radicalismo de izquierda que seguramente prefiere un  salto al comunismo. Por eso Maduro opta por arrodillarse ante los chinos, mientras los más moderados, y quizás la mayoría de los militares, querría mantener cierta ortodoxia. Pero como no se puede satisfacer a todo el mundo todo el tiempo, el Presidente se preguntará “¿a quién molesto y a quién complazco, a las bases, a la dirección política o a las Fuerzas Armadas?”.

Salga sapo o salga rana: Al chuparse los reales de China y Rusia, y los bonos de Citgo, si Maduro recurre al Fondo Monetario, ya sea para hacer perico u omelette, tendrá que romper algunos huevos. Si no, se puede quedar con el sartén en la mano.

@qppasociados