La semana pasada nos enterábamos de la llegada de un nuevo director a RIM y Blackberry. La eterna pelea entre co-CEOs habría llegado a su fin. Ambos removidos de sus posiciones, supuestamente de manera amigable, atados a una serie de clausulas de terminación de contrato para inspirar confianza entre los inversionistas y accionistas de la empresa canadiense. Entre esas clausulas tanto Jim Balsillie como Mike Lazaridis serían pagados 50 millones de dólares para invertir en acciones de RIM durante un tiempo definido para mostrar la confianza que tendrían en el nuevo –y único- CEO de la empresa: Thorsten Heins.
Heins viene de trabajar por los últimos 4 años dentro de Blackberry, donde Lazaridis ha dicho que “se destacó en todas las labores que realizó”. Pero en un barco que se hunde como el Concordia, hasta un mesonero que tiende una mano es un héroe. Las acciones de RIM cayeron un 13% cuando se anunció a Heins como nuevo CEO, en gran parte gracias a que repitió lo mismo que los accionistas han estado escuchando durante el último año: “Apple y Google nos están ganando… El cambio está por llegar” dijo Heins.
Las acciones están casi a punto de retomar su valor pre-“Heins como CEO” luego de que por primera vez un CEO de RIM hablara con honestidad, diciendo: “Me duele ver como perdemos participación en el mercado. Me duele ver como el mercado cambió y no cambiamos con él. Hemos cometido errores y se que me vienen peleas”.
Heins fue presentado al mundo en un video insípido, subido a la web por RIM.
Pero durante su primera semana en el cargo se pudo ver a un Heins menos acartonado, hablando sobre la necesidad de “parar la hemorragia de Balckberry”. Pudimos ver en entrevistas con CNBC y otros canales a una persona apasionada con un producto que poco a poco pierde relevancia.
En los últimos 7 meses Blackberry ha hecho más noticias gracias a los escándalos internos que a innovaciones o productos. Aunque hace unos meses dejé atrás por completo la plataforma de Blackberry (tanto en tablet como en celular) no hay nada que me gustaría más que ver a Blackberry triunfar y sacar por lo menos un producto que me gustase tener en mis manos. Hoy en día sus celulares apestan y su tablet no sirve ni como posavasos. Atrás está el día en el que un Blackberry era símbolo de modernismo y status, hoy en día tener un Blackberry significa no estar disfrutando todo lo que internet, las aplicaciones y los programas pueden ofrecer para los usuarios… Y el PIN ya no vale nada, sobretodo cuando todos tenemos WhatsApp y le apostamos a las aplicaciones que crucen la barrera de la plataforma única.
Pareciera haber algún tipo de esperanza en que sobrepasen las circunstancias actuales. Sobretodo luego de que se “colara” la planificación estratégica de Blackberry en la web:
Es lamentable que no veamos mayores cambios en el diseño de los clásicos de la marca –Curve y Bold- pero por lo menos el Knight de Porsche Design y el London de Blackberry prometen un poco más de emoción en cuanto al diseño de sus equipos. Aunque el de Porsche cueste U$ 2.000,oo.
