Venezuela archivos - Página 204 de 779 - Runrun

Venezuela

Jamie Foxx y Lukas Daniel Haas se reunieron con Nicolás Maduro

foxx

 

Jamie Foxx y Lukas Daniel Haas, actores estadounidenses, se reunieron este martes con el presidente de la República, Nicolás Maduro, como parte del reconocimiento que hacen a las misiones del gobierno, según informó el canal Venezolana de Televisión.

Foxx ganó dos Grammys por su colaboración con T-Pain y su solo en la canción «Gold digger» de Kanye West, y un Oscar como mejor actor en la película Ray, en la cual interpetó al músico Ray Charles. Haas, por su parte, ha participado en películas como Inception.

Según información difundida por el propio Gobierno, Foxx y Haas participaron en la firma del Acuerdo Jordania Dubái Italia para el “impulso” de la Gran Misión Vivienda Venezuela.

Los actores se suman a la lista de ilustres celebridades que han visitado el país para conocer y felicitar las obras del presidente Maduro, así como las del fallecido presidente Hugo Chávez. Sean Penn, Danny Glover, Kevin Spacey, Naomi Campbell y el director Oliver Stone son algunas de estas visitas internacionales.

 

*Con información de El Nacional

Venezuela: Un raspón que puso en jaque la vida de una niña por escasez de medicina

VENEZUELA-FAMILIA DESESPERADA

 

CARACAS, Venezuela (AP) — Era apenas un raspón en la rodilla. Y los padres de Ashley Pacheco, de tres años, hicieron lo que hace todo progenitor: le dieron un abrazo, le limpiaron la herida dos veces con alcohol y pensaron que estaba todo resuelto.

Dos semanas después, la niña se retorcía de dolor en la cama de un hospital. Le costaba respirar e imploraba a sus padres que le llevasen agua.

La madre se quedó con ella día y noche en el hospital. Se aseguraba de que tuviese el estómago vacío en caso de que pudiese adelantarse a cientos de pacientes para ser operada de urgencia en una de las pocas salas de operaciones que funcionan en el hospital.

Su padre buscó antibióticos por toda Caracas para combatir la infección.

No tenían idea de lo mucho que iban a empeorar las cosas.

______

La vida en Venezuela puede ser peligrosa para la gente sana y resultar directamente mortal para quienes se enferman.

Una de cada tres personas admitidas en hospitales administrados por el Ministerio de Salud el año pasado falleció, según el informe anual del ministerio. La cantidad de camas usables en los hospitales mermó un 40% en relación con el 2014. Y a medida que la economía se deteriora, escasean el 85% de las medicinas, de acuerdo con la asociación nacional de farmacias.

«No conozco ningún otro país donde las cosas se hayan deteriorado tan rápidamente y a tal extremo», expresó Rafael Pérez Escamilla, profesor de la Yale University School of Public Health (Facultad de Salud Pública de la Yale University) que ha trabajado en América Latina y Africa. «El sistema de salud de Venezuela era un modelo para América Latina. Pero se ha deteriorado a tal grado que no se consigue una atención básica».

Con tan poco margen de error, el menor tropiezo, como la caída de una niña persiguiendo a su hermano, puede generar situaciones de vida o muerte.

Los padres de Ashley estaban decididos a aislarla del caos que azota al país. Ante el deterioro de la educación pública, la enviaron a un jardín de infantes privado, católico. A medida que aumentaba la escasez de alimentos, se aseguraron de que ingería proteínas con cada comida. Cuando el agua de los grifos comenzó a oler mal, empezaron a hervirla antes de sus baños diarios.

Pero una semana después de la caída en que se lastimó la rodilla, Ashley empezó a afiebrarse.

En la clínica local los médicos le dijeron que pronto se repondría. La fiebre, no obstante, siguió subiendo y la rodilla se le hinchó. Maykol y Oriana Pacheco la subieron entonces en su motocicleta, la acomodaron entre los dos y se pusieron a buscar un hospital que se tomase su caso más en serio.

Fueron primero al hospital público de niños más cerca de su casa, que había registrado una ola de intoxicaciones. Al aumentar la escasez, los padres le dan a sus hijos medicinas caseras y comidas como yuca amarga que pueden resultar tóxicas si no se preparan debidamente. Al no disponer de medicinas, a veces no es mucho lo que pueden hacer los médicos para evitar la muerte de los menores. No había medicinas para Ashley.

La familia fue entonces al principal hospital pediátrico de la ciudad.

Allí se sentía el olor a incienso religioso en salones con niños con ojos lechosos y cabezas hinchadas. Los médicos esperaban que los padres llevasen un catéter para extraer fluidos extras de los cerebros de sus hijos. No había camas para Ashley.

La niñita se sentía cada vez más caliente y los padres se encaminaron al hospital más grande de la ciudad. En la sala de emergencia había hombres tirados en el suelo casi desnudos, vías intravenosas que colgaban de palos. No había espacio para una niña de tres años enferma.

A la mañana siguiente la pequeña tenía 39 grados (103 Fahrenheit). Su padre se sentía cada vez más desesperado. Sin más opciones, enfiló hacia el Hospital Universitario, que supo ser uno de los mejores hospitales de Sudamérica pero últimamente era más conocido por las pandillas que irrumpen violentamente en las salas de operación y los robos en las escaleras.

Llegaron al mediodía de un sábado. Ashley tenía la pierna izquierda hinchada desde los dedos hasta el extremo superior del muslo.

La llevaron de inmediato a la sala de emergencia.

________

VENEZUELA-FAMILIA DESESPERADA

En esta imagen del 11 de agosto de 2016, Maykol Pacheco se acurruca con su hija Ashley en su cama de hospital (AP Foto/Ariana Cubillos)

Venezuela supo ser uno de los países más ricos de América Latina pero está sufriendo los efectos de una debacle de los precios del petróleo combinada con un mal manejo de la economía. La producción ha disminuido y hay poco dinero para importar medicinas.

El gobierno izquierdista del presidente Nicolás Maduro dice que la crisis de la medicina es un invento de los opositores a una revolución socialista que ya lleva 17 años. La semana en que Ashley fue hospitalizada, Maduro habló por televisión y pidió a la gente que comenzase a cultivar plantas de usos medicinales.

El gobierno no admite ayuda humanitaria, por lo que las donaciones de artículos médicos esperan en países como Estados Unidos, España y Panamá.

En el hospital de Ashley, el personal de limpieza a veces se queda sin lavandina para limpiar los pisos. Por el edificio caminaban perros callejeros y había cucarachas en las paredes. El agua de los baños a veces salía negra.

Y en la sala de traumas, el lavabo estaba roto, no había jabón y la caja para guantes estériles estaba vacía. De todos modos, en un hospital tan repleto de gente que las mujeres parturientas tenían que esperar en sillas porque no había camas suficientes, los padres de Ashley se sentían afortunados de que la niña hubiese sido admitida.

Los médicos le diagnosticaron una infección estafilocócica. La bacteria había penetrado su tejido cerca de la rodilla y se metía en la coyuntura.

Le instalaron una línea intravenosa con una de las últimas partidas de vancomicina, un antibiótico muy usado. Anonadado, Maykol vio cómo se movía hacia arriba y hacia abajo la línea de un monitor del corazón de Ashley.

El padre de Maykol lo había abandonado cuando era joven y él soñaba con tener una familia grande y estable. Se había hecho tatuar los nombres de sus hijos en sus brazos y todos los días se hacía una escapada a su casa para almorzar con ellos.

Tras la llegada de su tercer bebé durante el verano, Maykol dejó su trabajo como sonidista y empezó a manejar un taxi para ganar más dinero. Habían ahorrado el equivalente a unos tres meses de sueldo. Y se preguntaba qué pasaría con ese dinero ahora.

Al caer la noche el estado de Ashley empeoró. Las rayas del monitor oscilaban enloquecidas. Su respiración sonaba rara y su padre notó que los movimientos de su pecho cuando respiraba no eran normales.

Los médicos sospechaban que la bacteria había llegado a los pulmones y abierto un agujero. Pero la última máquina de rayos X del hospital había dejado de funcionar el mes previo. La única forma de saberlo por seguro era llevarla a una clínica privada, donde el examen le costaría a la familia el equivalente a una semana de sueldos.

Dos médicos los acompañaron en una ambulancia, listos para bombear aire manualmente a los pulmones de Ashley si sufría un paro respiratorio.

Los rayos X confirmaron lo que se temía: el pulmón derecho de Ashley había colapsado. Con cada bocanada, el aire se filtraba al pecho y ponía presión sobre el corazón.

De vuelta en el hospital, parecía que Ashley se ahogaba. Los médicos buscaron el aparato que podía salvarla, una máquina de drenaje Pleur-evac que en Estados Unidos cuesta 100 dólares. El hospital tenía unas pocas, pero estaban bajo llave. Como ocurre en todos los hospitales del país, el Universitario había sufrido numerosos robos, a veces por parte de los propios empleados, y los escasos artículos médicos se cotizaban mucho de contrabando.

Los médicos de la sala de emergencia se las ingeniaron con un viejo truco.

Al anochecer, le insertaron a la pequeña una gran aguja en el pecho y el aire salió zumbando. Normalmente, los médicos insertan una válvula de un solo sentido, pero en ese momento no había ninguna. Sin embargo, poco a poco, la respiración de Ashley se fue haciendo menos agitada.

Poco después, los médicos llamaron a los padres a una sala y les dijeron que ya casi no tenían el antibiótico intravenoso. Y que sin la máquina de drenaje, Ashley no duraría más de 24 horas.

_______

VENEZUELAA-FAMILIA DESESPERADA

En esta foto del 25 de agosto de 2016, Oriana Pacheco hace fila para obtener turno para un ultrasonido para su hija Ashley, de 3 años, en Caracas, Venezuela. (AP Foto/Ariana Cubillos)

Al escuchar esto, Maykol y Oriana se abrazaron y lloraron.

En la sala de espera se reunieron con hermanos, abuelos y tíos. Todos empezaron a hacer llamadas a ver si encontraban alguien con la máquina un sábado a la noche.

La hermana de Oriana fue de un hospital a otro, implorando entre lágrimas que le donasen alguna máquina. Algunos la acusaron de querer venderla. Nadie quería ayudar.

Pasada la medianoche, un amigo de la familia encontró un médico de una clínica privada que aceptó donar un Pleur-vac. La hermana de Oriana fue a la clínica por calles vacías a la una y media de la mañana, bien pasada la hora de un toque de queda extraoficial en esta ciudad plagada de delitos.

Al iniciar su turno el domingo, el pediatra Richard Rangel que iba a tratar a Ashley se mostraba ansioso.

Pensaba dejar la medicina. Durante la primavera, un padre lo amenazó con un arma, frustrado porque el hospital no tenía acetaminofén ni ibuprofen para su hijo de ocho años. Un ladrón le había robado a punta de navaja en una escalera del hospital. Y había visto morir a cinco niños en una semana de sepsis porque no había forma de tratarlos.

Llena de tubos y cables, Ashley parecía otro caso desesperado. Su pierna estaba tan hinchada que tenía el diámetro de un plato. Estaba totalmente morada.

Rangel le dijo a los padres que si no frenaban la infección, posiblemente tendrían que amputar.

Maykol se sumó así a miles de venezolanos que corren contra un reloj personal tratando de salvar a sus seres queridos. Hizo colas durante horas en farmacias para ver si tenían lo que necesitaba Rangel: solución salina, anticoagulantes, soluciones electrolíticas, pañales, bolsa de intravenosas, alcohol, sábanas, agua embotellada. No pudo conseguir jabón, por lo que compró shampoo.

El antibiótico vancomicina fue el más difícil de conseguir. Los médicos escribieron recetas en el reverso de estados de cuentas y de facturas de hospitales porque no había papel.

Los primeros pedidos fueron formales, tipeados a máquina, y se agradecía al receptor por su ayuda. Los posteriores fueron escritos de apuro. Uno, escrito en una esquina de un contrato de trabajo, simplemente contenía el nombre de Ashley y agregaba, «3 años, vancomicina».

Maykol escuchó que un hospital público del otro lado de la ciudad podría tener esa medicina. Al llegar, la unidad pediátrica se había inundado. Caminó con el agua hasta las canillas para hacer la gestión ante el farmaceuta, pero no tuvo suerte.

Con los jeans mojados, fue a otro hospital. Tampoco allí había nada. Pero cuando se iba, un hombre con un delantal blanco lo llamó y sacó tres frasquitos de su bolsillo. Maykol los envolvió en la receta y se encaminó al Hospital Universitario, temeroso de que la policía lo detuviese y lo acusase de traficar medicinas.

Mientras Maykol recorría las farmacias de la ciudad, Oriana permanecía sentada, silenciosa, en una silla de plástico junto a la cama de Ashley, con la cara hinchada de tanto llorar. La pierna de su hija estaba cada vez más caliente y la piel se veía oscura y brillosa. Sabía que cuando una extremidad se pone negra, hay que darla por perdida.

Además de la medicina, Ashley ahora debía ser operada para drenar su rodilla infectada. Pocas de las 27 salas de operaciones del hospital funcionaban a pleno y había 150 niños en la lista de espera.

Ashley debía tener el estómago vacío para poder ser intervenida. Se había pasado dos días pidiendo comida y agua. El martes por la mañana imploraba que le diesen a beber agua de la solución salina que le inyectaban en el brazo.

Por entonces llegó a la sala de emergencias un niño de cuatro años que pesaba seis kilos (13 libras).

Organizaciones defensoras de los derechos de los menores calculan que el 30% de los niños de Venezuela están ahora malnutridos. Su familia no pudo conseguir soluciones para rehidratarlo y el pequeño falleció 12 horas después.

Maykol estaba montado en su motocicleta cuando le dijeron que a Ashley le habían reservado un turno para ser operada. Aceleró en una carretera y chocó contra otra moto, cayendo al piso y lastimándose el mentón. Sangrando, siguió camino al hospital.

Los médicos dijeron que la bacteria podía haber afectado la placa de crecimiento. Podría terminar cojeando, con una pierna más larga que la otra. Pero si la operación salía bien, seguiría siendo una niña saludable.

Mientras la llevaban a la sala de operación, Ashley le pidió a su padre una hamburguesa. Lleno de esperanza, él le prometió que cuando fuese dada de alta irían a un McDonald’s.

____

VENEZUELA-FAMILIA DESESPERADA

En esta foto del 17 de agosto de 2016, Maykol Pacheco acompaña a su hija de tres años Ashley en un balcón del Hospital Universitario de Caracas. (AP Foto/Ariana Cubillos)

Un tablero sobre la mesa de operaciones listaba las cosas que no había ese día: tubos para endoscopias, gazas, guantes, mascarillas y delantales.

Dos residentes esterilizaron una aguja que ya había sido usada y le inyectaron la anestesia a Ashley. Les tomó media hora limpiar y drenar la rodilla. Se habían hecho expertos en ese procedimiento durante el verano, ya que había aumentado la cantidad de niños con complicaciones derivadas de lesiones menores. El único rasgo distintivo de Ashley era lo bien alimentada que parecía, tan saludable que podía salvarse.

La familia festejó una semana después cuando Ashley pudo respirar sin la máscara de oxígeno. La fiebre estaba por debajo de los 38 grados (100 Fahrenheit). Con un poco de suerte, pronto podría bailar de nuevo en su cama viendo videos musicales.

Al día siguiente, sin embargo, la fiebre había subido inexplicablemente a 39 grados (102 F). Hacia el fin de semana, se la veía temblorosa debajo de sus sábanas de Dora la Exploradora, sudando, con 41 grados (106 F).

Y Oriana notó algo nuevo: manchas rojas en su piel todavía hinchada.

Rangel se sintió profundamente decepcionado al reconocer síntomas típicos de una infección cardíaca. No habían conseguido suficientes antibióticos como para asegurarse de que el estafilococo no seguía esparciéndose silenciosamente. Frustrado, Rangel se acordó de las experiencias vividas en los dos meses que pasó trabajando con grupos de ayuda en Sierra Leona, donde al menos tenía lo más básico para tratar pacientes.

Una infección cardíaca es algo tan inusual en un menor que nadie pensó en alertar sobre esa posibilidad a la familia de Ashley. Maykol no dijo nada al enterarse de la noticia. Pero estaba furioso. Había hecho todo lo que pudo para tratar a la niña y ahora, cuando parecía que estaba fuera de peligro, se encontraba más enferma que nunca.

Rangel dijo que necesitaría más vancomicina, tres dosis diarias por seis semanas, sin interrupción, para contener la infección sin que arruine el corazón o llegue al cerebro.

_____

Maykol dejó de trabajar como conductor de taxi. Oriana pasó todas las noches acurrucada junto a Ashley en una sala con otros ocho pacientes. Parientes suyos cuidaban a los otros niños.

Los dos agotaron el crédito de sus tarjetas y pidieron prestado todo lo que pudieron a sus familiares. Comían una sola vez al día y vendieron su refrigeradora, su televisor, el teléfono celular de Oriana y la Play Station de los niños.

Un día Maykol fue a un depósito cerca de Caracas donde el gobierno entrega medicina gratis. Había que hacer cola por cuatro horas. Al caer la noche, un farmaceuta le dio 15 viales de vancomicina, lo suficiente para una semana.

La vez siguiente que fue al depósito, no había antibióticos. Consideró la posibilidad de ir al mercado negro del barrio marginal más grande de la ciudad, pero Oriana sospechaba que probablemente le venderían pastillas falsas.

Afuera del hospital había media docena de revendedores que ofrecían medicinas a 50 veces el precio regulado. Cuando se le preguntó si tenía antibióticos, una vendedora observó a unos soldados apostados en la zona y respondió negativamente.

«Si no se consigue en la farmacia, hay que morir», expresó.

Rangel convenció a la madre de un paciente dado de alta de que le donase la vancomicina que le quedaba y consiguió algunos tubitos más de un paciente de cuidados intensivos. Encontró la medicina en Amazon.com, pero en un país con severos controles de divisas, ni él ni su familia podían pagarlo.

Otros cinco niños murieron en agosto en el pabellón de cirugía pediátrica por falta de antibióticos. Maykol recorrió la ciudad y llegó a sentir que no había medicina por ningún lado.

Finalmente, a mediados de agosto, casi un mes después de ser hospitalizada de nuevo, la fiebre cedió. Ashley sonrió alborozada cuando un técnico le dejó escuchar el latido de su corazón durante un ecocardiograma. Pero Oriana se preocupó al ver que el técnico analizaba una y otra vez un mismo sector. Daba la impresión de que algo no estaba bien.

La bacteria había cedido, pero el corazón de Ashley tenía cicatrices y era posible que con el tiempo su válvula tricúspide empezase a fallar y tuviese que ser reemplazada. Agotada, la madre decidió tomarse un rato para pensar qué hacer.

Ante la escasez de materiales y medicinas en el hospital, Maykol llevó consigo muestras de sangre de Ashley y empezó a buscar clínicas en condiciones de hacer exámenes básicos. Alarmado por la posibilidad de que Ashley sufriese nuevas infecciones en el hospital, quería llevarla a su casa lo antes posible.

Oriana escuchó que un niño de la habitación de al lado había quedado en estado vegetativo tras sufrir infecciones en sus pulmones. Este año, el 40% de los pacientes de medicina general contrajeron infecciones en el hospital, según Gherzon Casanova, presidente de la Sociedad de Médicos Residentes e Internos del hospital.

Una tarde, Ashley sorprendió a su padre.

«Vamos papi», le dijo Maykol, quien la tomó de la mano como cuando era bebita y comenzaron a caminar hacia el balcón, concentrados. Ella arrastraba su pierna izquierda y daba pasos cortos. Todos en la habitación observaban.

Ashley se paró un tanto inestable en el balcón y levantó los brazos en señal de victoria.

____

El día antes de que Ashley debía ser dada de alta, Oriana salió del noveno piso por primera vez en dos semanas. La piel de Ashley lucía amarillenta y había perdido tanto peso que tenía que levantarse los leggings cada tanto.

Los médicos no querían darla de alta hasta que no se sometiese a un ultrasonido para ver cómo estaba la pierna. Oriana trató de conseguir turno en un hospital público donde todavía funcionaba esa máquina.

Cuando finalmente la recibieron, le dijeron que el primer turno disponible era en noviembre, dentro de dos meses. Oriana hizo un gesto de desazón. «Esto es una locura», dijo en voz baja.

Al regresar, una nueva doctora le dio más malas noticias. Ashley tenía un hongo en los pulmones. Necesitaba una medicina que ya no se conseguía en Venezuela y debería permanecer hospitalizada mientras los médicos veían qué podían hacer.

Por primera vez desde que Ashley fue admitida, su padre se enojó.

«¿Qué me quiere decir con eso de que necesita medicinas que no se pueden conseguir aquí?», le dijo. «Al menos deme el nombre, así puedo buscarla. No me diga que la necesita y que no existe».

Después de que la doctora se fue, los padres de Ashley quedaron uno junto al otro cerca de la cama, con las frentes casi tocándose, y Ashley llorando entre ambos.

Maykol pasó varios días buscando fundaciones internacionales y formas de importar la medicina. Tal vez podía hacer llenar una receta médica en Miami, aunque costaría más del sueldo de un mes.

Al final, la ayuda llegó de la habitación contigua. La madre del niño con una infección pulmonar donó la medicina para Ashley.

Su hijo había muerto.

____

REP-GEN VENEZUELA-FAMILIA DESESPERADA

En esta imagen, tomada el 19 de septiembre de 2016, Maykol Pacheco, coloca un casco a su hija Ashley mientras se preparan para salir del hospital universitario de Caracas, Venezuela.  (AP Foto/Fernando Llano

A fines de septiembre, dos meses después de que fue internada por primera vez, Rangel dijo que Ashley ya no tenía infección alguna.

Oriana le vendió las medicinas que la familia le había dejado a las madres de otros pacientes en ese piso. Usó parte del dinero para hacer el ultrasonido de Ashley en una clínica privada y guardó al resto para tratamientos futuros.

«Hemos gastado todo lo que teníamos», afirmó.

Tenían que ahorrar para algo más: Después de dejarse estar por mucho tiempo, Maykol y Oriana habían decidido bautizar a Ashley.

Cuando fue dada de alta, salió renqueando del hospital, con un globo en la mano y un casco de motocicleta para menores para el viaje a su casa. Residentes y enfermeras gritaron alborozados al ver partir a la familia.

No les decían «adiós», sino «buena suerte».

Caldera denunció ante Fiscalía intenciones del Sebin de sembrarle armas

juancarloscaldera

 

Este martes, el diputado a la Asamblea Nacional por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Juan Carlos Caldera, introdujo a la Fiscalía General de la República, una acción preventiva ante las denuncias que asegura haber recibido de supuestas acciones del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) sobre el parlamentario.

Informó que se trata de un plan para “sembrarle” armas y explosivos. “El Gobierno pretende que de esa manera me saquen del juego. Mi lucha es por convicciones y por una Venezuela que pueda elegir a través del voto libre el camino de los venezolanos. Mi rol como diputado es defender el derecho del país y no dejaré de ejercerlo con amenazas de este tipo”.

“No es la primera vez que el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) intente sembrarle armas y explosivos a un dirigente. Sucedió con Yon Goicoechea y Carlos Melo”, dijo en las inmediaciones de la Fiscalía, en Caracas.

“No es con amedrentamiento, persecución y violación de la Constitución que vamos a resolver los problemas de los venezolanos”, agregó el también representante de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) ante el Consejo Nacional Electoral (CNE).

Sector comercio de Zulia pide saber “a dónde se está yendo el dinero” tras aumento impuestos municipales

sectorcomercio

 

Los presidentes de las cámaras de comerciantes, UCEZ, AIVRAZ y CANATAME, dieron una rueda de prensa conjunta para en nombre del sector comercio de Maracaibo, fijar posición sobre el aumento de los impuestos municipales hecho hace 9 meses.

No se niegan a pagar pero quieren ver sus impuestos “al menos” reflejados en servicios al comercio, a los vecinos de Maracaibo y a la Ciudad.

Gilberto Gudiño Millán de la Unión de Comerciantes, UCEZ; Eudomar González de los repuesteros e importadores, AIVRAZ y José Velásquez de los talleres mecánicos, CANATAME, dieron a conocer el impacto negativo que en las ventas produce este aumento municipal.

Velásquez, representante de CANATAME, manifestó que en su sector la informalidad va en aumento. “Entre 70 y 80 por ciento está la informalidad. La Alcaldía si aumenta los impuestos aumenta la evasión. Exigimos que nos enseñen con un flujograma para dónde se está yendo el dinero”.

Valásquez advirtió que la informalidad genera bandalización de la actividad en corredores comerciales como Cecilio Acosta. “Pedimos que se hagan cumplir las leyes”.

González pidió a la Municipalidad atender al sector. “Estamos en un momento muy difícil, estamos en recesión agresiva, con caída en las ventas por encima de 40 % y el sector autopartes es el más golpeado. Queremos encontrar una solución para mantenernos en el tiempo. Reconsideren para evitar el cierre de santa marías”.

Gudiño Millán manifestó su rechazo al aumento. “El impuesto se paga haya o no haya ganancias porque se pecha sobre la venta bruta y no podemos seguir aceptando que se hagan estos aumentos sin consulta. No nos negamos a pagar pero este cobro debe verse reflejado en servicios y no los estamos obteniendo de manera eficiente por parte de la Alcaldía de Maracaibo”.

En números

Elio Rivas, primer vicepresidente de la UCEZ, explicó que el aumento en muchos sectores supera el 150 %. “Panaderías y pastelerías tuvieron un aumento de 133 %; venta de repuestos y accesorios 125 %; mientras que a casinos y tabacaleras les bajaron los impuestos. Estas son las cosas no entendemos. Pedimos discutir la Ordenanza”.

El sector comercio hace un llamado a la transparencia en la inversión de los impuestos municipales ya que este grupo genera 7 de cada 10 unidades productivas y 6 de cada 10 empleos formales.

*Con información de nota de prensa

Lanzan bomba lacrimógena en la entrada de calabozos de Policía del Táchira

sede-politachira

 

Dos hombres en una moto se acercaron a las inmediaciones de la Policía del Táchira y lanzaron la bomba lacrimógena y se dieron a la fuga. Aunque no se activó ni generó heridos o daños los efectivos policiales acordonaron la zona y movieron a los familiares que estaban en el sitio.

La bomba lacrimógena fue tomada por efectivos del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) para realizar las investigaciones pertinentes.

Desde el pasado 8 de septiembre inició la revuelta en Politáchira por un grupo de presos que solicitan traslado hasta la cárcel de Tocorón. Además denunciaron hacinamiento y solicitaron otros beneficios, como visita conyugal y un cafetín.

Pese a que familiares y presos han pedido en reiteradas oportunidades la presencia de la ministra para el Servicio Penitenciaro, Iris Varela, aún no se ha comunicado con ninguno para dar solución a este conflicto.

Durante estos días de motín, fue liberada una mujer embarazada que era rehén, fue mutilado un preso catalogado de paramilitar, los familiares han denunciado que los alimentos que llevan no llega a sus seres queridos y la esposa de uno de los policías retenido alertó que los han amenazado con también cortarles partes de sus cuerpos.

CNE carece de presupuesto para realizar la recolección del 20%

CNE6-1-1

 

La realización de la recolección de manifestaciones de voluntad de electores que avalen el referendo revocatorio presidencial se enfrenta a un nuevo obstáculo. El Consejo Nacional Electoral (CNE) carece del presupuesto necesario para la ejecutar todas las actividades técnicas previstas para la recolección de firmas y huellas de al menos 20% de los electores inscritos en el Registro Electoral (RE).

A tres semanas del inicio formal de la jornada de recolección de manifestaciones de voluntad el CNE no ha podido firmar con ninguno de los proveedores del organismo los contratos que garanticen la ejecución de todas las actividades previstas para que los ciudadanos que deseen hacerlo puedan acudir a firmar avalando la consulta popular sobre la continuidad del presidente Maduro.

Para que se realice la recolección del 20% el CNE necesita contratar a distintos proveedores de tecnología y de recursos humanos que garanticen la ejecución de las siguientes actividades:

  • Desarrollo y acondicionamiento de herramientas de software.
  • Acondicionamiento de infraestructura tecnológica.
  • Generación de datos.
  • Elaboración de protocolos técnicos.
  • Selección y capacitación de operadores.
  • Pruebas de certificación.
  • Instalación de centro nacional de soporte y centros de atención regional.
  • Acondicionamiento de juntas regionales y municipales.
  • Instalación de líneas en centros de votación para transmisión.
  • Acondicionamiento de infraestructura física de 1.356 centros de votación.
  • Implementación de plan de contingencia eléctrica en centros de votación y juntas municipales y regionales.
  • Producción de las 5.392 máquinas.
  • Despliegue lineal de equipos tecnológicos y material electoral.
  • Despliegue radial de equipos a los centros de votación.

La falta de presupuesto no es una situación nueva para el CNE. Las elecciones parlamentarias celebradas el 6 de diciembre de 2015 pudieron ser realizadas porque fueron financiadas en su totalidad por los distintos proveedores con los que cuenta el CNE.

La realización de la recolección de manifestaciones de voluntad de electores que avalen el referendo revocatorio presidencial se enfrenta a un nuevo obstáculo. El Consejo Nacional Electoral (CNE) carece del presupuesto necesario para la ejecutar todas las actividades técnicas previstas para la recolección de firmas y huellas de al menos 20% de los electores inscritos en el Registro Electoral (RE).

A tres semanas del inicio formal de la jornada de recolección de manifestaciones de voluntad el CNE no ha podido firmar con ninguno de los proveedores del organismo los contratos que garanticen la ejecución de todas las actividades previstas para que los ciudadanos que deseen hacerlo puedan acudir a firmar avalando la consulta popular sobre la continuidad del presidente Maduro.

Para que se realice la recolección del 20% el CNE necesita contratar a distintos proveedores de tecnología y de recursos humanos que garanticen la ejecución de las siguientes actividades:

  • Desarrollo y acondicionamiento de herramientas de software.
  • Acondicionamiento de infraestructura tecnológica.
  • Generación de datos.
  • Elaboración de protocolos técnicos.
  • Selección y capacitación de operadores.
  • Pruebas de certificación.
  • Instalación de centro nacional de soporte y centros de atención regional.
  • Acondicionamiento de juntas regionales y municipales.
  • Instalación de líneas en centros de votación para transmisión.
  • Acondicionamiento de infraestructura física de 1.356 centros de votación.
  • Implementación de plan de contingencia eléctrica en centros de votación y juntas municipales y regionales.
  • Producción de las 5.392 máquinas.
  • Despliegue lineal de equipos tecnológicos y material electoral.
  • Despliegue radial de equipos a los centros de votación.

La falta de presupuesto no es una situación nueva para el CNE. Las elecciones parlamentarias celebradas el 6 de diciembre de 2015 pudieron ser realizadas porque fueron financiadas en su totalidad por los distintos proveedores con los que cuenta el CNE.

A 11 meses de celebrada la elección y a pesar de que el organismo comicial ordenó el pago adeudado a sus proveedores, ni la Tesorería Nacional, ni el ministerio de Finanzas han autorizado la liberación del dinero adeudado.

 

La enfermedad mental y la escasez convergen en una realidad dantesca en Venezuela

venez-web1-master1050

Mario Simeone y Evelin, su esposa, en su hogar de Maracay junto a sus hijos, Gerardo y Accel, que sufren de esquizofrenia. En Venezuela hay una grave escasez de medicamentos para los pacientes psiquiátricos y Accel escucha voces que le piden que asesine a su hermano.

FOTO: Meridith Kohut para The New York Times

 

 Nicholas Casey

 The New York Times

 

Las voces que atormentaban a Accel Simeone eran cada vez más fuertes.

Con los últimos suministros de medicamentos antipsicóticos en Venezuela casi por acabarse, Accel tenía semanas sin tomar las pastillas que controlan su esquizofrenia.

Su realidad se desintegraba, día tras día. Pronto los ruidos en su cabeza se convirtieron en personas, con nombres propios. Esos personajes fueron creciendo y multiplicándose hasta desplazar a su familia. Le gritaban obscenidades al oído.

Luego le exigieron que matara a su hermano.

“Yo no quería hacerlo”, recordó Accel, de 25 años.

Entonces fue al garaje de la familia, tomó una amoladora eléctrica y la encendió. Pero, en vez de matar a su hermano, se atacó a sí mismo y empezó a cortarse el brazo hasta que su padre le arrancó la herramienta de sus manos ensangrentadas.

El colapso económico de Venezuela ha diezmado su sistema de salud al dejar a los hospitales sin antibióticos, a los cirujanos sin guantes y al provocar el fallecimiento de muchos pacientes que llegan a las salas de emergencias.

Ahora, miles de personas con problemas de salud mental están a la deriva viviendo momentos de desesperación y episodios psicóticos porque el país se ha quedado sin la gran mayoría de los medicamentos psiquiátricos. Las familias y los hospitales no tienen insumos para poder ayudarlos, dicen los expertos en temas de salud.

Las instituciones mentales han decidido dar de alta o rechazar a miles de pacientes psiquiátricos porque ya no pueden tratarlos. Los que todavía reciben atención médica están recluidos en centros donde apenas pueden alimentarlos. Los médicos y enfermeras temen ataques violentos y dicen que no les queda más remedio que atar a sus pacientes, encerrarlos o quitarles las ropa para prevenir los suicidios.

En la ciudad de Barquisimeto, las escenas en el Hospital Psiquiátrico El Pampero son de terror.

La escasez de alimentos convirtió a un hombre esquizofrénico en un esqueleto descarnado que recuerda a las imágenes de los prisioneros en los campos de concentración. Un hombre epiléptico, que desde hace tiempo no recibe sus medicamentos, sufre agitadas convulsiones, mientras que otro paciente sin tratamiento está amarrado a su cama. Una mujer mayor, también esquizofrénica, se arrastraba por el suelo y más allá un paciente hambriento se comía una fruta que se había caído en un charco de aguas negras.

Los médicos afirman que la mayoría de los pacientes viven con sus familiares, como es el caso de los Simeone. En esa familia deben turnarse para ir a trabajar y velar por sus seres queridos. Sus vidas transcurren en la desesperada búsqueda de medicamentos que cada vez son más escasos, mientras esperan que sus familiares no se hagan daño ni perjudiquen a otros.

“Cuando escuché que podía tratar de lastimar a su hermano, me quebré”, dijo Evelin de Simeone, la madre de Accel, al recordar el episodio de junio cuando su hijo agarró la amoladora.

venez-web5-master1050

Raúl Martínez, un paciente esquizofrénico que no tiene la dosis necesaria de sus medicamentos, estaba amarrado en su cama del Hospital Psiquiátrico El Pampero, en Barquisimeto, para evitar que se hiciera daño.

FOTO: Meridith Kohut para The New York Times

 

enezuela es el país con las mayores reservas de petróleo del mundo y en el pasado produjo la mayor parte de los fármacos que su población necesitaba. En la década de 2000, el expresidente Hugo Chávez inició una amplia nacionalización de los fabricantes de medicamentos en un esfuerzo por producir fármacos más baratos. Empresas extranjeras como Pfizer y Eli Lilly también subsanaban la producción nacional.

Pero los precios del petróleo se desplomaron. El gobierno comenzó a quedarse sin divisas, por lo que no pudo importar las materias primas necesarias para que las fábricas estatales pudieran continuar con el suministro de medicinas a los hospitales venezolanos. Las farmacéuticas extranjeras dejaron de enviar fármacos porque el gobierno dejó de cancelar sus deudas.

Como consecuencia, alrededor del 85 por ciento de los medicamentos psiquiátricos no se encuentran en Venezuela, según los datos que maneja una de las cadenas farmacéuticas más grandes del país.

“Las cosas más elementales no se encuentran”, dijo Robert Lespinasse, expresidente de la Sociedad Venezolana de Psiquiatría. “Eso genera mucha impotencia”.

La falta de medicamentos se ha convertido en tragedia. El 30 de junio, Yolanda Sayago, una paciente de 63 años que sufría de depresión severa, subió a la novena planta del Hospital Central de la ciudad de San Cristóbal, en Táchira. Sus últimos momentos fueron grabados en un video que ahora circula en YouTube: allí puede verse a la paciente mirando hacia abajo, luego se inclina hacia delante y, con los brazos abiertos, salta.

Había pasado meses sin encontrar antidepresivos, dijo Jesús Guillén, su hijo de 43 años, que trabaja para la compañía estatal de electricidad. Dijo que su madre tuvo una recaída depresiva que la empujó al suicidio.

“Ella siempre estaba diciendo que aquí era imposible encontrar los medicamentos”, dijo Guillén.

Debido a la escasez, las instituciones mentales solo atienden a una pequeña parte de los pacientes que tenían. En 2013 había 23.630 pacientes psiquiátricos en los hospitales públicos, pero el año pasado la cifra descendió a 5558, según un informe del Ministerio de Salud.

El gobierno venezolano niega las fallas de sus hospitales y ha rechazado varios ofrecimientos de ayuda médica internacional.

Gaceta Municipal de Caracas autoriza aumento de pasaje a Bs. 60

transportepublico

 

En Asamblea general de transportistas, en la sede de la Unión Conductores del Oeste (UCO), en La Vega, se leyó la Gaceta Municipal, Decreto 353, firmado este lunes por el alcalde Jorge Rodríguez, que autoriza el ajuste adicional de 15 Bs, aumentando el pasaje de Bs. 45 a Bs. 60, a partir de este lunes.

Pedro Jiménez, presidente del Bloque Sur-oeste, indicó que la Gaceta carece de otros puntos que se acordaron en las seis mesas de trabajo con el Ministerio de Transporte, que acordaba dos alzas más de pasaje para este año, Bs. 80 en noviembre y Bs. 100 en diciembre.

Tampoco la Gaceta especifica el tema de seguridad, proveedurías y flota de nuevos autobuses prometido por el Gobierno Nacional.