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El subsecretario de Estado americano para Asuntos Antinarcóticos fue tajante con su declaración, “… en los últimos cinco, seis años, hemos visto una explosión, repito una explosión, del tránsito de drogas ilícitas por Venezuela hacia el mercado exterior. Creo que una de las razones del alto crecimiento es la falta de colaboración de las instituciones de Venezuela con el resto de la comunidad internacional para atacar y controlar el tráfico de drogas”.

No es la primera vez que un funcionario americano nos señala por el tema del narcotráfico. Esta acusación se suma a la del ex presidente de México Vicente Fox,  a diversos informes de la ONU y a la crítica de la ONG International Crisis Group que afirmó hace unos meses que nuestro país se había convertido en un lugar de tránsito  importante de droga para EEUU y Europa debido a una ineficaz  vigilancia por parte del Estado.

Ciertamente el Estado venezolano ha deportado a varios narcotraficantes y ha tenido “avances” con el tema del trafico de drogas en nuestro país, pero por lo general estas acciones son la excepción y no la regla.

¿Cuántas instituciones y cuantos países han de señalarnos para que nuestros funcionarios no se hagan la vista gorda ante este asunto? ¿ Será que a nuestros líderes rojos nos les interesa acabar con este mercado?

El tiempo pasa y crecen tanto las interrogantes como las acusaciones…

Tomas Horacio Hernandez

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Roberta Jacobson ha sido postulada por el presidente Barack Obama para encabezar la Secretaría de Estado para Asuntos de América Latina. Actualmente se desempeña en el cargo, tras la salida de Arturo Valenzuela, pero su continuidad debe ser reafirmada ahora por el senado estadounidense.

Tal como lo había mencionado Valenzuela tras su salida en el mes de julio, la crisis de seguridad de América Latina está entre las prioridades del gobierno de Obama, algo que parece tener bien presente Roberta Jacobson tras apuntar que tanto las relaciones Irán-América Latina como la defensa de los principios democráticos, serán temas prioritarios de su gestión.

Responsable de asuntos fronterizos con México y Canadá, y siendo vice embajadora en Lima, las inquietudes que se ciernen sobre la región son: 1) las actividades que desarrolla Irán con países como Venezuela, con las cuales, casos como las sanciones interpuestas a la estatal PDVSA el pasado mes de mayo, definen un alto perfil para Venezuela, como país que contraviene medidas internacionales ante el proyecto nuclear desarrollado por el país persa.

Asimismo, 2) de ser confirmada como subsecretaria de Estado hablaré claro y sin vacilación cuando los principios democráticos sean amenazados”, afirmó Jacobson durante una audiencia en el Senado de los Estados Unidos, recordando que temas como el fallo de la Corte Interamericana sobre el caso Leopoldo López, las elecciones presidenciales en Venezuela en el 2012, el devenir de las elecciones en Nicaragua el pasado domingo, que incurrió en restricciones impuestas a los observadores, tanto locales como internacionales, son temas que deberán verse con cuidado para asegurar que los principios de los sistemas democráticos en la región no sean abandonados.

Una relación espinosa

Esta semana los ataques y acusaciones no vienen sólo de la Subsecretaria Jacobson, sino también, del Secretario de Estado Adjunto de EE.UU. para Narcóticos y Seguridad, William Brownfield, quien afirma que Estados Unidos observa con preocupación el tránsito de droga que toma a Venezuela como país de puerto principal para el movimiento ilícito de droga, no sólo para Centroamérica y Norteamérica, sino, Europa.

Estados Unidos y Venezuela han tenido impasses profundos que han resultado hasta hoy, en la falta de embajadores tanto en Venezuela como en Estados Unidos. Larry Palmer, embajador designado por Washington, fue vetado por Hugo Chávez  para asumir la embajada en Caracas, debido a sus declaraciones sobre Venezuela. La situación de las relaciones diplomáticas sólo ha quedado reducida a nivel de encargados de negocios, suficiente como para mantener paralelamente, la relación de exportación mayoritariamente petrolera, de Venezuela a los Estados Unidos. 

Este juego espinoso podría complicarse aún más si de ser como se perfila en las encuestas a un año de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el candidato republicano resulta ser un rival importante para Barack Obama.

Mitt Romney, el precandidato republicano mormón, bien conocido por sus políticas anti inmigrantes y alejado de la comunidad latina de los Estados Unidos, podría reforzar ante un posible gobierno republicano, temas de seguridad en la frontera con México, pero también endurecer las relaciones con países que según discursos públicos pasados, atentan contra la democracia en América Latina.

Debatiéndose entre alabanzas para los países que han efectivamente alzado vuelo ante la crisis financiera mundial y consolidado ciertas políticas en pro del desarrollo interno como Chile o Brasil, además de establecer como futura política un acercamiento comercial más estrecho con la región de América Latina,  Romney coloca a Cuba y Venezuela  como amenazas latentes para la seguridad nacional  y regional debido a sus políticas antiestadounidenses y sus alianzas con países enemigos del país del norte.

Los cambios de política exterior entre un gobierno republicano y demócrata han sido más que evidentes, y más aún si apreciamos no sólo los sucesos que reconfiguraron la escena internacional a partir de septiembre de 2001, sino también, las doctrinas empleadas previo al comienzo del siglo XXI.

Con George W. Bush se reafirmó que a pesar de haber conflictos y problemas en América Latina que golpeaban directa o indirectamente las políticas internas de Estados Unidos, como inmigración ilegal o narcotráfico, la región que va de México a la Patagonia poca relevancia tuvo dentro de los objetivos de su política exterior, tras la gran escalada de la Guerra contra el Terrorismo. En lo referente al gobierno de Barack Obama, ha habido mayor acercamiento reimpulsado en las conversaciones y esquemas multilaterales y bilaterales, en donde esos problemas olvidados por el gobierno republicano que le precedió, coloca además sobre la escena, el añadido de temas de triangulación de países como Venezuela- Irán y grupos catalogados como terroristas, y el reforzamiento de las instituciones democráticas en el hemisferio.

La relación Estados Unidos-Venezuela se reduce hoy a la necesidad que tiene el país caribeño de exportar a un mercado seguro y de pronto pago, su producto por excelencia, el petróleo. Sin embargo, esto puede verse aún más disminuido de lo que ya está, por un tema de baja producción y por ende de exportación petrolera venezolana persistente, además de los cambios políticos que se pudieran apreciar el próximo año, de cambiar el gobierno en Estados Unidos.


Numerosas han sido las ocasiones en las que han salido reportajes de cómo hacer negocios en Venezuela. Recientemente se publicó el informe anual del Banco Mundial de “Como Hacer Negocios” en donde se califican a los países por las facilidades que estos ofrecen para que se hagan inversiones. Venezuela fue evaluada en el puesto 177 de 183. Ya habla por sí la posición que ocupamos, pero ningún análisis resulta completo sin comparaciones con otros países que en este momento se encuentran en conflicto armado, delante de nosotros están por ejemplo: Siria y la Franja de Gaza, es decir es más fácil hacer negocios en estos países que en Venezuela.
Los indicadores que determina la posición de un país son varios: como iniciar un negocio, como se obtienen los permisos de construcción, obtener electricidad, registro de propiedad, obtención de créditos, resolver insolvencias, pagos de impuestos sin embargo los que mpas queremos resaltar son protección de inversiones y comercio internacional.
Con respecto a este último les dejó algunos casos interesantes: el tiempo para exportar son 49 días mientras que en Siria  es de 15.  El tiempo para importar es de 71 días mientras que en Siria es de  21. El costo promedio para exportar es de U$ 2.590 por conteiner mientras que en  es de U$ 1.190
En cuanto a protección de inversiones Venezuela ocupa el puesto 179. El índice de fortaleza para la protección es de 2.3 sobre 10, es decir no somos un país que protege las inversiones por lo tanto disminuye la nueva empresa y la creación de puestos de trabajo. El índice de Siria de protección de inversiones es de 4.7.
Resulta bastante contradictorio que un país que en este momento tiene un conflicto civil ofrece más facilidades para hacer negocios que en Venezuela en donde se supone vivimos en un sistema democrático que impulsa la nueva empresa.
Los comparaciones son odiosas pero nos hacen reflexionar acerca del discurso de gobierno: ¿de verdad estamos incentivando la producción nacional? ¿De verdad es eficiente nuestra economía? Si no se protegen las inversiones ¿cómo puede aumentar la creación de empleos? ¿Realmente existe confianza en los inversionistas extranjeros en Venezuela? Las cifras son alarmantes.

Sendai Zea Nov 07, 2011 | Actualizado hace 12 años

La magia del cine ha logrado inmortalizar a Zorba -personaje representado magistralmente por Anthony Queen- quien ante el colapso total de un proyecto industrial, acepta su fracaso reconociendo la inexorable perdida y termina danzando con Bates -su socio ingles- al compás de la celebre música compuesta por Mikis Theodorakis. No había nada más que hacer. Reconocer la adversidad e iniciar una nueva etapa.

El Primer Ministro de Grecia Papandreu no parece inclinado a seguir la visión realista descrita en su obra por el gran escritor Nikos Kazantzakis, ya que ante el colapso del proyecto económico, después de meses de negociación con sus socios de la Comunidad Europea, prefirió oponerse a los duros mecanismos de solución financiera, anunciando la sorpresiva y unilateral propuesta de realizar un referendum para poner en manos de los electores indignados la carga de la decisión ya aceptada por el Gobierno en diferentes Cumbres.

Es difícil negarle el derecho del Mandatario de hacer una consulta para salvaguardarse políticamente ante el deterioro que producirán las medidas de austeridad. Pero también tendrían el mismo derecho países Europeos como Alemania y Francia, para consultarle a sus electores, si están dispuestos a pagar con sus impuestos la decisión “soberana” de los griegos de rechazar las medidas de solución a la crisis.


La crisis económica y financiera no sólo afecta a Grecia, sino también a Europa, a los Estados Unidos y al resto del planeta y es por ello que con el anuncio inesperado de Grecia se produjo un tsunami en las economías del mundo. Las primeras planas de la prensa internacional resaltaron la caída del euro y el colapso de las bolsas de valores en todo el orbe, poniendo a sonar todas las alarmas de crisis.

Por esta razón, algunos Jefes de Gobierno en la Cumbre del G 20 realizada en Cannes el 4 de Noviembre, expresaron su rechazo en apoyar financieramente a Grecia si esta no cumple con los Acuerdos negociados. El Premier Griego al verse acosado, anunció que reconsideraría su propuesta de realizar el referendum y asumió ante la Asamblea Nacional aceptar el costo político, ya que si no se logran los apoyos ya alcanzados, Grecia se vería obligada a abandonar la zona euro y dejar de lado las ventajas y desventajas que ofrece el ser miembro de la comunidad europea.

Todavía no hay claridad sobre la posición definitiva que asumirá el Jefe del Gobierno de Atenas. Pero la advertencia de sus colegas es clara: en el caso de que no se cumpla con lo acordado, en la Unión Europea, SOBRA EL GRIEGO.

Milos Alcalay


El “eje del mal” del que llegó a hablar George W. Bush pasó al cabo de cierto tiempo a incluir a Siria, un país con quien nos hemos empeñado en estrechar vínculos a pesar de las críticas. Visitas de alto nivel y un sinfín de acuerdos bilaterales dan fe de estos lazos que se han tercamente establecido con Damasco.

El nacionalismo árabe de al-Assad no le ha dejado muchos amigos. Más allá de la injerencia siria en asuntos domésticos del Líbano y la relación amor-odio que mantiene con Turquía, Siria hoy forma parte de la agenda global por su situación de derechos humanos.

La “primavera árabe” en Siria nació el 26 de Enero del año en curso y no cesa. La respuesta de un régimen que gobernaba bajo un anacrónico decreto de emergencia desde hace cuatro décadas no podía ser otra que la antítesis del Derecho Internacional.

El Consejo de Seguridad de la ONU se ha reunido tres veces para tratar el asunto sirio. Primero fue el 27 de Abril, y un largo debate estuvo precedido por una exposición del Lynn Pascoe, de la Secretaría General, quien subrayó que “la represión no es la solución”. El representante sirio consideró que el hablar sobre su país lo que hacía era darle alas a los “extremistas” que cometían “acciones ilegales”.

La represión aumentó y el 3 de Agosto el Consejo se reunió para adoptar una Declaración donde se “condena las violaciones generalizadas de los derechos humanos y el uso de la fuerza contra civiles”. Luego, el 4 del mes pasado se presentó un proyecto de resolución contra el Gobierno de al-Assad que encontró el veto de Rusia y China. Dicho proyecto, si bien no hablaba de un embargo de armas como tal, exhortaba a los Estados para que ejercieran “comedimiento respecto del suministro, la venta o la transferencia a Siria (…) de armas y materiales conexos”. A pesar de su voto, Rusia habló de un “cambio pacífico” -pero cambio de régimen al fin-. Y Siria pues, habló de “colonialismo” y “pensamiento esclavista”.

Al pie de los Alpes, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU también ha discutido el tema sirio dos veces. El 29 de Abril adoptó la resolución S-16/1 donde se “condena inequívocamente el recurso a la violencia letal contra manifestantes pacíficos” y se solicita al ACNUDH el envío urgente de una misión al terreno para “investigar todas las presuntas violaciones” de derechos humanos. Ante el aumento de la violencia y la renuencia de Damasco a dialogar -y mucho menos a investigarse a sí mismo-, el Consejo decide aprobar la resolución S-17/1 el 22 de Agosto, que además de “deplorar los continuos ataques indiscriminados contra la población siria” asume como válidas las conclusiones de la misión de la ONU enviada al país.

Esta resolución crea una comisión internacional de investigación que debería dar resultados antes de que culmine este mes y, se le da un mandato para que identifique a los responsables de violaciones de derechos humanos “incluyendo aquellas que puedan constituir crímenes contra la humanidad”. De comprobarse la comisión de tales crímenes se podría: 1) aplicar el recurso a la fuerza como lo prevé el capítulo VII de la Carta de la ONU (invocando la Doctrina de la Responsabilidad de Proteger) y 2) remitir el caso a la Corte Penal Internacional. En cualquier caso habrá que pasar por el Consejo de Seguridad, donde ya sabemos las dificultades que hay para aprobar decisiones de tal envergadura.

Cuando uno oye a algunos defender a un personaje como al-Assad, es menester recordar el mandato constitucional en materia de política exterior. La Carta Magna dice que las relaciones internacionales de Venezuela tienen dentro de sus principios el “respeto de los derechos humanos” (art. 152). La defensa de los derechos humanos no puede ser una prédica ocasional sino una constante de nuestra Diplomacia. Es imposible hablar de libertades fundamentales mientras se produce un alineamiento con países con los peores récords de derechos humanos. ¿Está eso en sintonía con nuestro interés nacional? Un no, es la respuesta obvia.

Quizás la razón se halle en el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2007-2013 en el que se plantea como objetivo, en lo que atañe a los vínculos con Irán, Siria y Bielorrusia: “Consolidar la alianza política integral emergente con base en los intereses comunes antiimperialistas” (sic). Cabe preguntarse entonces si el alineamiento político está por encima de los derechos humanos…

Omar Hernández

@omarhUN

El factor sorpresa es una ventaja tan apreciada como difícil de sostener en el arte de la guerra. La masiva y rápida difusión de la información atenta contra las intenciones de los decisores al momento de definir cursos de acción que brinden la oportunidad de violar las medidas de defensa del enemigo. Los servicios de inteligencia en todo el mundo juegan al mismo juego: recabar tanta información como sea posible para anticipar las acciones del resto de los Estados, sean rivales, neutrales o aliados. Lo mismo se aplica, en su propia escala, a los grupos subestatales que actúan en la arena internacional. El velo de misterio sobre las posibles acciones propias, sobre todo las de carácter ofensivo, se convierte en un requisito indispensable para sorprender y generar un impacto en adverso en la capacidad de respuesta del otro.

Siendo así, dos casos actuales llaman poderosamente la atención: el primero, la amenaza de la red de ciberactivistas autodenominada Anonymous contra el cártel de drogas mexicano de los Zetas; y el segundo, el debate sobre la posibilidad de un ataque preventivo israelí contra las instalaciones nucleares de Irán. ¿Por qué Anonymous e Israel declaran sus intenciones por medio de comunicados expresos o información filtrada que se masifica rápidamente? ¿No estarían alienándose del deseado factor sorpresa y entregando así una apreciable ventaja estratégica? Asumamos que los decisores son racionales, y pensemos que esa renuncia a la sorpresa supone obtener otra ventaja. Tal ventaja no se plantearía en la acción anunciada, sino en una etapa previa. Los anuncios mencionados de Anonymous de Israel responde a maniobras de alarde con fines políticos, y explicaremos porqué hacemos esa afirmación.

Primer caso. Anonymous ha ganado notoriedad por sus acciones, pero sobre todo por sus anuncios, contra Estados y corporaciones alrededor del mundo. Su marca es la de una red antisistema que pretende mercadearse bajo principios de superioridad moral, y para ello ha cuestionado las prácticas políticas y económicas habituales. Pero la etiqueta antisistema, y el marcado encono contra entidades públicas y privadas occidentales, amenaza con estereotipar a la red y reducir su rango de acción propagandístico (recordemos que se nutre de voluntarios), por lo que requiere ampliar sus objetivos, ¿y qué mejor manera que amenazar a un cártel de drogas que se ha caracterizado por el daño que hace a población inocente? Lo que parece una buena idea, que sin duda gran parte del mundo aplaude, no resiste un análisis ligeramente más profundo, pues el negocio del narcotráfico no está sujeto redes de comunicación ligadas a internet, ni cuenta con una centralización evidente de sus mandos. Dadas las herramientas y tácticas de Anonymous, ¿cuál puede ser el daño real a los Zetas? El anuncio es un alarde, por ello la sorpresa no es importante, y sí lo es la difusión.

Segundo caso. Israel no es un novato en materia de ataques preventivos: Guerra de los Seis Días (1967), acción destinada a destruir las capacidades militares de Egipto, Siria y Jordania antes de afrontar un ataque conjunto; Operación Babilonia (1981), destrucción del reactor iraquí de Osirak ante el temor del desarrollo de armas nucleares por parte del gobierno de Saddam Hussein; Operación Huerto (2007), destrucción de un reactor nuclear sirio que funcionaba con cooperación norcoreana. En cada una de esas operaciones el secreto fue la clave del éxito. Pero ahora hay un debate nacional sobre si atacar o no a Irán. Las manifestaciones públicas sobre la amenaza del uso de la fuerza tienen un efecto más diplomático que militar (en la medida en que podamos separar ambos campos de acción cuando hablamos de una zona en conflicto). Las perturbaciones políticas iraníes son cubiertas por el totalitarismo teocrático, pero ya es público que el líder supremo, el ayatolá Jamenei, padece de un agresivo cáncer, que Ahmadinejad está en una lucha por hacer una “revolución dentro de la revolución” para mantener en el poder a su grupo político, y que la sociedad iraní no está cohesionada ni es masivo el apoyo al régimen. Israel, que no puede entablar diálogo directo con Irán, alardea con el fin de dar a entender a las fuerzas políticas persas que demanda un cambio en las intenciones hostiles contra su existencia, sobre todo en un periodo adverso, dadas las posiciones de Egipto y Turquía, y la victoria simbólica de Palestina en la ONU.

Ambos ejemplos actuales nos ilustran acerca del complicado panorama estratégico que vivimos, en el que el pensamiento convencional se encuentra con los retos de un sistema internacional en el que los actores que no terminan de asumir definitivos patrones de conducta.

Somos el importador de armas rusas más grande de Latinoamérica y según diversas fuentes  hemos gastado  en armas más de 11.000 millones de dólares en el último lustro.

Nuestro presidente declaró a principios de esta semana que ““Eso nos hace falta para la defensa del país. Vean ustedes cómo está el mundo (…) A que nadie se atreva a venir pa’acá a aplicarnos la formula Libia o la que sea. Si se atreven les saldría muy caro”.

El jefe de Miraflores añadió además que están por llegar al país armas antiaéreas, tanques y artillería.

En lo personal estoy cerca de irme al ejercito para así defender a mi país. Ahora la gran pregunta es : ¿de quien?

Nos armamos  hasta los dientes para intimidar a nuestro oponente invisible pero resulta que Guyana nos quita parte de nuestro territorio y nos quedamos calladitos como perros domados.

El  “gran rival” político del mandatario venezolano es el Sr. Obama y su “imperio”. Bueno, ese imperio gasta más de 600 billones de dólares al año en defensa y seguridad, de tal manera que es absurdo y hasta cómico pensar que comprando armas a los rusos podemos llegar a preocupar a los americanos .

El país se cae a pedazos, la inseguridad nos azota, la inflación sigue subiendo y la respuesta del gobierno central es comprar armas y más armas.

¡Así es mi comandante, rodilla en tierra con esas brillantes ideas!

Tomas Horacio Hernandez

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La cumbre del G20 que se llevará a cabo en Cannes el próximo 3 de noviembre podría suponer un giro para la economía mundial, teniendo en cuenta que el contexto de esta cumbre se enmarca  en el deseo de reactivar el crecimiento económico, tras la desaceleración que están mostrando economías como las de Estados Unidos, algunos países europeos como Grecia, España, Portugal e Italia, además de Japón.

Lo paradójico que se plantea en esta cumbre es que la esperanza ante la crisis de la deuda pública en Europa, segunda economía del mundo (si lo apreciamos como un bloque económico), está puesta en la ayuda de países menos ricos que ella, como por ejemplo China o Brasil.

Los países del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) han apostado en las últimas semanas por participar en la recuperación de las finanzas de los países europeos, contribuyendo con la labor de unos pocos países solventes económicamente, según las agencias calificadoras de riesgo, como lo son Alemania, Francia, Austria, Luxemburgo, Holanda, Finlandia.

China es el país dentro del bloque BRICS que tiene más recursos. Brasil y Rusia han terminado de pagar los créditos concedidos por parte del Fondo Monetario Internacional, en 2006 y 2005, respectivamente, y a pesar de tener problemas políticos y sociales internos que atender, tienen el poder, y por supuesto el interés, de participar en la recuperación de las finanzas de los países europeos.

¿Y qué pasa con los países BRICS?

En Rusia desde el 2009, las inversiones extranjeras directas en la economía rusa superaron los $100.000 millones, y en el 2011 se ha registrado un crecimiento de casi un 20% de las inversiones de capitales, según estimaciones del primer ministro ruso, Vladimir Putin.

La esperanza de un crecimiento anual en su economía sea del 6%, puede verse trastocado si Europa se sigue estancando ya que los mercados de materias primas y del petróleo están transcurriendo en un clima de alteraciones constantes. Además, habría que tener en cuenta que el crecimiento económico de Rusia dependerá en 2012,  de la política postelectoral y de lograr aminorar la extrema dependencia del petróleo.

China por su parte, tiene sus graves problemas económicos como la inflación y la desaceleración de su sector exportador, y a pesar de proyectarse como una potencia económica fuerte, su rol deberá consistir en confiar en Europa como socio estratégico, sin comprometer más ayuda de la que realmente pueda dar.

La ayuda que brindaría China a la eurozona pudiera tener obvias razones como la de extender la mano a su principal mercado de exportaciones y evitar que esta crisis desacelere a su vez, el alto ritmo de crecimiento que ha tenido el gigante asiático. Sin embargo, es de notar que más allá de los beneficios económicos y la influencia política que pudiera ejercer en la región, China debe tener cuidado con las cuentas europeas, antes de comprometer inversiones de un país con altos índices de pobreza que se ve hostigado además con una inflación elevada que dificulta las condiciones de vida de la mayor parte de la población.

Por su parte Brasil, podría utilizar parte de sus reservas internacionales si el plan europeo de rescate resulta ser verdaderamente sólido y eficaz para los actuales momentos. No obstante, la ayuda que procuraría el país suramericano, sería a través del Fondo Monetario Internacional y no del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, insistiendo con esta jugada en imprimir mayor influencia en el esquema monetario, algo que ha sido igualmente secundado por Rusia e India.

La presidente brasileña, Dilma Rousseff, ya había señalado recientemente que existe un gran debate entre los países emergentes y los desarrollados sobre la estructura del Fondo Monetario Internacional. Si los países emergentes son llamados a contribuir en el rescate de esta crisis, ello pasará por la exigencia obvia de ampliar la participación de estos países en el Fondo.

Asimismo, el esquema del Mercosur, prácticamente liderado por Brasil, podría verse favorecido ante la crisis europea, dado el tratado de asociación estratégica que desde hace tiempo negocian y que sería ahora una oportunidad para las exportaciones de los países europeos a un mercado de 250 millones de personas.

El primer ministro de India, Manmohan Singh, junto con Dilma Rousseff  y Jacob Zuma (Suráfrica) expresaron en la pasada Cumbre del IBSA (la India – Brasil – Sudáfrica), su intención de situar las prioridades de los países emergentes en el centro de la Cumbre del G-20, incluyendo además de las discusiones sobre la crisis,  la necesidad de reformar el sistema financiero y monetario internacional.

Suráfrica es quizás de los países de este bloque quien más retirado ha estado con respecto a extender una ayuda económica a los europeos y por algo muy meritorio, anuncian sin tapujos el impacto que ha tenido la desestabilización financiera mundial en su propia economía. Un plan de 3.200 millones de euros para reactivar la economía, será el próximo paso para contrarrestar el efecto negativo.

Los países emergentes no pueden ser los salvadores de la crisis propiciada por el descontrol de los propios europeos. Aferrarse a un acuerdo político entre las naciones será posiblemente una solución a corto plazo pero esto deberá pasar a la larga, por compromisos de limpieza en las cuentas internas, recapitalización de las entidades financieras europeas, asumir las pérdidas que se han generado en esta crisis, y la reformulación del campo de acción y estructura no sólo del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, sino de otros entes globales de rescate como el Fondo Monetario Internacional.