Kon Zapata, autor en Runrun

Este es el reportaje censurado por El Universal: El humor es un enemigo muy serio para el chavismo

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Oscar Medina/@oscarmedina1

El día que se materializó la expropiación del Margarita Hilton el humorista Emilio Lovera tenía una presentación en las instalaciones. Contra lo que parecía inevitable, la función se dio: “Bajo la mirada, muy risueña, por cierto, de los soldados que ocuparon el hotel”.

Fue la última vez: octubre de 2009.

Al año siguiente lo contrataron para amenizar un evento empresarial en la isla: “Era una convención que en su programa tenía una noche de recreación. Ya estaba yo en Margarita cuando les dijeron: ‘Emilio Lovera no se puede presentar aquí’. Les propuse dejar las cosas así, pero el productor me dijo que toda la gente quería mi show. Tuvieron que alquilar un salón de emergencia en otro lugar y disponer de transporte para el traslado de las 300 personas de la convención. El show les terminó saliendo muy caro”.

¿Y por qué no puede un artista como Lovera presentarse en los espacios de la cadena hotelera del Estado venezolano? “Hemos pedido a Venetur que nos pase por escrito una explicación o cuáles son los requerimientos y condicionantes para hacer el show, que nos digan claramente que no se puede criticar nada del Gobierno. Pero no lo hacen”.

Eso lo dice Lovera y es tan extraño oír esa voz familiar en un tono sombrío como el de ahora: “Inmediatamente que salga publicada esta entrevista llegarán personas del Seniat a visitarme a mi casa o a cualquier lugar donde me esté presentando”, asegura: “Cada vez que digo algo que exprese una crítica sobre lo que sucede en el país, se activa ese mecanismo. Los mismos funcionarios ya se han sincerado conmigo y me lo dicen: ‘me mandaron a multarte’. Por cualquier cosa, por una coma, por una palabra mal escrita. No llevo la cuenta de cuántas veces me han sancionado porque sufro del corazón, esas cosas me entristecen mucho y mi trabajo es llevar alegría”.

El asunto no para ahí: “También van a los sitios donde tengo shows anunciados y los cierran por una semana justo los días de mis funciones”. Eso, claro tiene consecuencias importantes: los espacios del artista se van reduciendo lo mismo que sus oportunidades de generar ingresos. Y los productores, patrocinantes y locales prefieren evitar riesgos: “Hay lugares en los que sienten que corren peligro si me presento ahí”.

¿El show de Emilio Lovera es de activismo político? “No, es un show que habla de la actualidad y del acontecer de los venezolanos”.

Examinar esa realidad desde la óptica del humor genera reacciones en gente de piel muy sensible. Mencionarla, convertirla en chiste, convocar a la risa con el reflejo de lo que sucede, caricaturizar al poder de la manera que sea, dispara reacciones.

Manuel Silva hace radio y stand-up comedy. Hoy forma parte del trío que conduce el programa radial Calma pueblo. Año 2014, San Juan de los Morros: Silva participa como invitado en la gira “Con todo respeto”, del locutor y animador Alex Goncalves: “Al llegar al teatro del municipio vemos que está forrado con afiches del Presidente Chávez”, recuerda Silva: “Preguntamos si no iba a haber problemas porque teníamos unos pocos chistes políticos y porque yo hago chistes e imitaciones de personajes del gobierno y de la oposición. Nos pidieron ‘bajar el tono’. Durante mis 25 minutos hice imitaciones del alcalde Carlos Ocariz, de Henry Ramos Allup y una –solo como referencia de algo- de Hugo Chávez. La gente de producción me contó que la encargada del teatro sintió que su trabajo estaba en riesgo y cortó las luces de la sala justo cuando me bajé del escenario. Pero no pudo apagar los micrófonos”.

A oscuras, Alex Goncalves intentó seguir la función. Y el público respondió: alumbraron con sus celulares, se quejaron de lo que estaba pasando y –finalmente- se hizo la luz nuevamente. Detrás del escenario hubo momentos de tensión: algunas amenazas de “ahí vienen los colectivos”, de “si siguen vamos a apagarlo todo”. Pero nada de eso ocurrió.

Aquí no

“La gente del teatro está un poco molesta”: así le dijo una de las productoras del show “Los reporteros” apenas bajó del escenario. “Fui a hablar con la señora encargada del teatro y con un tipo que parecía militar”, describe Silva: “Chaqueta deportiva, anillote, corte bajo… Estaba acompañado por una persona morena, de ojos como amarillos, que nunca habló”.

“Lo que hiciste fue una falta de respeto al comandante y a la revolución”, le dijeron. Para Silva no era tan grave: “Un par de chistes tontos, cosas de las que el mismo Chávez a lo mejor se hubiera reído”.

El episodio fue en 2013, durante la gira de este espectáculo en el que participaban los “reporteros” del programa Chataing TV: Jean Mary, Alex Goncalves, José Rafael Guzmán, Led Varela y Silva. Sucedió en Mérida y a Silva no deja de sorprenderle el momento: “Estaban realmente muy molestos. Les expliqué que eso que para ellos era una ofensa, en el contexto del show no era más que un chiste. Me advirtieron que debíamos bajar el tono porque de lo contrario iban a cortar la luz y las cosas podían ponerse feas. Hablé con el resto de los compañeros y decidimos suavizar un poco. Los productores locales escucharon que iban a llamar a gente de los colectivos y al terminar el show nos fuimos directo al autobús, sin compartir con el público como normalmente hacíamos”.

“Es muy poco lo que digo sobre política en mis shows”, explica Bobby Comedia, un nombre importante en la escena del stand-up comedy local: “Tengo cuatro o cinco chistes sobre el Gobierno o la situación el país, pero no me voy mucho por lo político. Tampoco suelo hacer presentaciones en hoteles del Estado y por eso no he tenido problemas, pero hace un par de años en Puerto La Cruz antes de un show a beneficio de una fundación, en un hotel, los productores locales me pidieron que no hiciera alusiones al tema y luego los gerentes del hotel también lo hicieron y ahí sí me sentí intimidado. Me dijeron que ante cualquier mención política iban a apagar las luces. Me monté y lo único que dije al respecto fue ‘estamos acostumbrados a que las cosas no funcionen’ y la gerente del hotel le dijo a los productores ‘otra más así y apago la luz’. La verdad es que uno no puede hablar de la escasez, ni de temas sociales”.

Luis Chataing sabe de esto. Nunca ha disimulado su posición crítica ante el Gobierno y eso ha tenido consecuencias en su carrera. Para empezar está el “detallito” de la salida de Televen de su programa televisivo como consecuencia de presiones desde el poder, cosa que lo empujó a hacer una gira por el país con el show “Fuera del aire”, del cual terminó haciendo un documental y un libro. Y escucharle hablar de lo que le ha tocado vivir es descorazonador: “Mi primera experiencia de negación de un espacio público para mi espectáculo fue en el Teatro de la Ópera de Maracay hace ya unos años. Ya estaban las entradas vendidas y de pronto surgió un plan de remodelación y cancelaron mi show. Luego me enteré de que la orden la dio el entonces gobernador Rafael Isea”.

Chataing se ha paseado por casi todo el país con tres monólogos –el primero en 2009- y con “Fuera del aire”. Y ya está con su cuarto unipersonal llamado “Todo gira”. Jorgita Rodríguez ha sido su productora a lo largo de este tiempo y es ella quien recibe los portazos en la cara: “Esa vez en Maracay era el estreno en el interior del país de ‘Ahora me toca a mí’ y a última hora el gerente del teatro me dijo que Luis no podía presentarse ahí ‘por órdenes superiores’. Tuvimos que irnos a otro lugar en un municipio no controlado por el chavismo”.

“En definitiva tengo negado el acceso a los hoteles de Venetur porque mi discurso no cuadra con el del Gobierno”, denuncia Chataing: “Y no solo ahí. Una vez el director de orquesta Eduardo Marturet me propuso participar en un concierto de la sinfónica con música de The Beatles y luego me tuvo que llamar, avergonzado, porque le prohibieron que yo participara en el evento”.

En Barinas hubo un prolongado veto a la presencia de Chataing hasta que la alcaldía capitalina cambió de bando: “Hicimos cinco o seis intentos de ir a la ciudad de Barinas pero nunca le dieron los permisos a los productores locales”, explica Rodríguez: “Y después de muchas vueltas siempre les decían que Luis no podía presentarse por orden de la gobernación”. Antes de que se plantearan las cosas en esos términos, Chataing recuerda una función en la ciudad del clan Chávez: “Era un lugar privado. El público llegó y de pronto cortan la luz, justo en la cuadra donde estábamos. Todo lo demás estaba iluminado. La gente se quedó casi dos horas, hasta que pusieron la luz”.

Rodríguez vio la oportunidad de sacarse la espina tras las elecciones regionales de 2013: “Cuando ganó el alcalde José Luis Machín lo contacté y le expuse el problema y solo así pudimos ir finalmente a Barinas. Nos llevamos también a Claudio Nazoa y a Laureano Márquez. Había rumores y amenazas de saboteo, pero la alcaldía dispuso un operativo de seguridad en el lugar. Fue en un local llamado Casa Quero’s, porque el Teatro Orlando Araujo, por supuesto, está negado. Todos los teatros y hoteles en manos del Estado están negados para Chataing y para otros artistas que no se identifican con el oficialismo”.

El pasado 27 de marzo estaba pautada una presentación de Chataing en el Centro Cultural Español de El Tigre, en Anzoátegui. El día 12, el organizador local, Félix Colucci, le envió un correo a Rodríguez con la mala noticia: a pesar de haber cumplido con todos los requisitos legales y económicos, la alcaldía negó el permiso porque “no van a permitir eventos de la oposición”. Colucci anunció la suspensión con un aviso de prensa: “Presentación no permitida por las autoridades municipales”. Y sigue insistiendo: tramitó la permisología para llevar el nuevo monólogo de Chataing a El Tigre y se la negaron. Apeló entonces a una solución creativa: organizar dos funciones de “Todo gira” en la vecina Cantaura, una a las 8 de la noche y otra más temprano convocando al público de El Tigre para el cual está coordinando un servicio de transporte. ¿Podrá? ¿O alguien decidirá trancar la vía entre ambas ciudades?

Lea el reportaje completo en Konzapata.com

 

 

Miguel Angel Santos: La verdadera crisis estallará en abril

@miguelsantos12

¿Qué tan grave es la crisis que se avecina? Acaso baste con decir que el país de las colas para la comida, el país de las golpizas por champú, jabón y toallas sanitarias, es el país del petróleo a 80 dólares por barril porque Venezuela, es de todos conocido, vende el petróleo a 90 días. De manera que hoy está cobrando de acuerdo con los precios de octubre. A partir de abril empezaremos a tener una caja acorde con 40 dólares por barril. Ese, el de abril, será otro país.

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El petróleo venezolano continúa cayendo y el gobierno sigue sin darse por enterado. Siguen anunciando que anunciarán algo pronto. Antes de la accidentada gira de Maduro, proclamando nuestra soberanía mientras mendigaba préstamos en un avión de Cubana de Aviación, la estrategia era en alguna medida entendible. Levantar lo posible y ajustar en la medida de la colecta. Pero he aquí que la delegación ha vuelto con las manos vacías. Empieza ahora una nueva ronda de consultas, están llamando gente de aquí y de allá; acaso más de allá, porque los de aquí hace rato que lanzaron la toalla.

¿Qué tan grave es la crisis que se avecina? Acaso baste con decir que el país ese de las colas para la comida, el país de las golpizas por champú, jabón y toallas sanitarias, ese que uno se encuentra todos los días en todos los rincones de Venezuela, es el país del petróleo a ochenta dólares por barril. Venezuela, es de todos conocido, vende el petróleo a noventa días. De manera que hoy está cobrando de acuerdo con los precios de octubre. A partir de abril empezaremos a tener una caja acorde con cuarenta dólares por barril. Ese, el de abril, será otro país. Esa atribulada cotidianidad de la que hemos sido testigos en estos últimos meses será considerada por Conatel horario infantil en comparación con lo que se viene. Con decir eso basta. Aún así, veamos algunos números.

De acuerdo con los volúmenes que Venezuela efectivamente produce, exporta y cobra, a cuarenta y cinco dólares por barril (mientras escribo el petróleo venezolano ha caído por debajo de cuarenta) recibiríamos unos 28.500 millones de dólares. Nuestras importaciones de los últimos cuatro trimestres, de esos últimos doce meses en los que se disparó la escasez y el desabastecimiento, han totalizado 45.460 millones de dólares. Aún asumiendo que durante el último trimestre de 2014 (todavía no reportado) la caída sea de 19% (lo ocurrido en los primeros tres), las importaciones totales serían de unos 42.000 millones de dólares. De igual forma, nuestra balanza de servicios, esa que registra los intereses del pago de la deuda externa y los pagos a contratistas petroleros privados (algunos de los cuales son venezolanos pero cobran en dólares, vaya usted a saber) y fletes, cerró en negativo unos 16.000 millones de dólares. Agréguele a eso 5.700 millones de dólares en amortización de principal de deuda.

Es decir, que el país en el que hemos vivido durante los últimos doce meses, ese vía crucis sin calvario ni fin, viene consumiendo a ritmo de 67.000 millones de dólares anuales. Ese es el mismo país que ahora va a recibir, bajo el supuesto de que nuestro petróleo promedie cuarenta y cinco dólares por barril, unos 28.500 millones de dólares. Esa es la magnitud de la catástrofe que se avecina.

¿Qué opciones tiene el gobierno? Por el lado de la oferta, ninguna. Ya es demasiado tarde para que se reinvente la revolución, han pasado muchos años de expropiaciones, insultos, desplantes y amenazas como para que ahora sean capaces de atraer a ese sector privado que fueron desmantelando de a poco y que podría eventualmente empezar a producir y sustituir algunas de nuestras importaciones. En cualquier caso, no parecen tener ninguna intención. Maduro ha vuelto de la gira mundial presentándose como una víctima de los Estados Unidos, denunciando un complot internacional, y exigiendo sacrificios en nombre de la revolución. No tiene nada que ofrecer. Arreaza se pasea en estos días por Venezuela decomisando inventarios, amenazando propietarios, y ofreciéndole a los trabajadores que “la revolución garantiza los sueldos y puestos de trabajo”. En las reuniones privadas con el sector privado prolifera la amenaza y la cháchara ideológica, la grosería, la basura una y otra vez reciclada del ideario marxista. El rumbo no va a cambiar. Ni tienen cómo, ni saben, ni quieren, ni pueden.

¿Financiamiento? Difícil. Durante la primera parada, China les ha mostrado una radiografía de los activos públicos que el gobierno le pretendía ofrecer: Caídas en la producción, cuellos de botella en la cadena de suministros, imposibilidad de exportar dadas las distorsiones del entorno cambiario, sindicatos chavistas alebrestados por la revolución que promueven la ausencia laboral; en fin, una verdadera marea de números rojos. Los chinos, que no tienen un pelo de tontos, se han resistido a la idea del enclave y le han exigido al gobierno que esas mismas condiciones que les fueron a ofrecer a ellos las hicieran extensivas al resto de la economía. Es decir, les vinieron a pedir que desmantelaran el sistema de privilegios que precariamente sostiene a la revolución, algo así como serruchar el suelo en donde están parados.

Los mercados internacionales están prácticamente cerrados para Venezuela, con nuestra prima de riesgo por encima de 30%. Algunos analistas han resaltado que ya Venezuela se cotiza por debajo de los valores de recuperación en caso de bancarrota. ¿Y de dónde sacan esos valores de recuperación? De las bancarrotas de otros países. Habrá que ver. La nuestra no tiene por qué ser como la de ellos; muy probablemente será distinta y en la dirección equivocada.

Ya se ha hecho tarde para no ceder a las tentaciones del oro, más asequibles que otras pero sin duda mucho más penosas desde el punto de vista comunicacional. Emitir deuda respaldada en oro o venderlo de una exigirá sacarlo de las bóvedas del Banco Central. Una operación cuando menos difícil, luego del alarde de soberanía que hiciera Chávez cuando decidió traerlas de Londres. Llegados aquí, no hay salida. Es entre ahogarse de una forma o de otra, entre infierno uno (el ajuste) o el infierno dos (la corrida de la arruga). Porque correr la arruga también tiene su costo, o se recorta el gasto en una enorme proporción o se imprime dinero a mansalva para financiarlo y se engendra una hiperinflación.

Con ese panorama, al gobierno no le quedará otra que extender el sistema de privilegios, CENCOEX-CADIVI, SICAD I y SICAD II, pero elevar las tasas de forma exponencial. Tómese en cuenta que le devaluación impacta la recaudación fiscal sólo por el monto de dólares que el gobierno le vende al sector privado (lo demás son transferencias intergubernamentales, mera impresión de dinero). El problema está en que este año habrá muchísimos menos dólares, si se desea incrementar la recaudación fiscal habría que modificar el sistemas de tasas múltiples en varios cientos por ciento. Es eso lo que viene, saqueos “institucionalizados” (orquestados por el gobierno), la intensificación de la retórica chavista a la potencia ene, todo por tratar de ganar algo de tiempo con un escándalo aquí y otro allá. Dentro de este contexto no se descarta el default, sobretodo si a finales de octubre los precios del petróleo no muestran signos de recuperación y se nos vienen encima unos 11.000 millones de dólares de servicio de deuda entre intereses y principal. Ellos ya decidieron meter el acelerador ante el abismo, la teoría económica de Thelma y Louise.

Tomado de Konzapata

La autopsia de la oligarquía es un caramelo en comparación con el diagnóstico de la boliburguesía

Danny Leguízamo

@DannyLeguizamo

En la exposición “Autopsia de la oligarquía”, el gobierno muestra documentos de “asignaciones” -que no son tales- en divisas a personas naturales y jurídicas antes de la devaluación de 1983. Lo enseñan como un trofeo. El monto no sobrepasa los 126 millones de dólares y no dicen que para la época el sistema de cambio era libre.

Autopsia de la oligarquia

Lo anunciaron con bombos y platillos. Aquella vieja sede de Últimas Noticias, llamada “Torre Capriles” –hoy convertida en el Ministerio de Comunicación e Información (Minci)- fue el escenario escogido para revelar documentos de Miguel Ángel Capriles y una lista de “asignaciones” en divisas a personas naturales y jurídicas antes de la devaluación de 1983. Dicen que los documentos no se revelaron por casos de censura, lo cual también es otra mentira.

Se lee en el diario Últimas Noticias, citando a la ministra Jacqueline Faría que: “durante el proceso de remodelación de la torre, se encontraron abandonadas más de 300 carpetas pertenecientes al archivo personal del presidente editor de la Cadena Capriles, Miguel Ángel Capriles. Lo estamos develando, digitalizando. Encontramos diferentes listados y los nombres de ciertas personas que tenían información privilegiada antes de la devaluación de la moneda el 18 de febrero de 1983 y una lista de personas censuradas”. No dice en ningún momento que el propio Miguel Ángel Capriles denunció el uso de información privilegiada para la época.

Hasta el Minci acudimos a leer la anunciada autopsia. Con cierta dificultad logramos entrar, porque los funcionarios de Casa Militar se agolparon en los alrededores del Panteón: en pocos minutos el presidente de la República llegaría al homenaje del 190 aniversario de la Batalla de Ayacucho. Allí nos recibió una funcionaria del Minci, quien amablemente nos condujo hasta el sitio de la exposición: “ahí está”, le decía a todo aquel que se acercaba a ver los documentos, muchos de ellos, curiosos que se escapaban de las colas para acceder al perímetro donde Maduro efectuaría el acto.

Y estaban ahí cuatro documentos que hacían referencia al tema de la devaluación y los presuntos personajes “de la cuarta” que “tenían información privilegiada” antes del viernes negro y que se le habían vendido divisas entre el tres y el cinco de enero de 1983. Uno piensa encontrar empresas desconocidas y montos exorbitantes, pero no es así. Figuran empresas de la talla de I.B.M, Indulac, Rolex, Hewleet Packard, el Banco de Venezuela, Banco República y Renault, entre otras famosas para la época. El monto total asignado al centenar de empresas, comparado con los años del chavismo, da risa: 86 millones 867 mil 567 dólares.

Pero tampoco explican la otra cara del sistema: para 1983 el cambio de dólares era libre, aquellas divisas no necesariamente pertenecían a la República, también lo eran, por ejemplo, de entidades financieras, por lo que particulares y empresas podían convertir libremente sus bolívares en la moneda que solicitaran. No era un sistema de “asignaciones” -como algunos pretenden hacer ver- por la vía estatal, cosa que sí sucede hoy con Cencoex y Sicad en sus dos versiones, o lo que ocurrió con Recadi, o con Cadivi.

El listado de personas naturales y el total de ventas asciende a 40 millones 16 mil 622 dólares. Al sumar un ítem y otro, la autopsia de la oligarquía da exactamente 126 millones 884 mil 189 dólares, al menos en los documentos que exhiben en el Minci para la fecha. ¿Se podrá comparar tal cifra con el diagnóstico de la boliburguesía?

Habrá que interrogar de nuevo a la ex presidenta del BCV, Edmée Betancourt, quien con relación a la fuga de divisas en Venezuela señaló en agosto de 2013 –citada por El Nacional- que “lo que se entregó en divisas el año pasado, fueron cantidades muy considerables; muchas de las cuales se las llevaron las empresas de maletín. Se pasaron entre 15 mil y 20 mil millones de dólares”. Luego vino la destitución de su cargo como “premio” a todo lo que “se le pasó” en su declaración. Allí estriba la gran diferencia. En el pasado, el Congreso de la República interpeló a ministros y funcionarios. Pero la Asamblea Nacional no citó a Manuel Barroso, presidente de Cadivi durante años, ni a los funcionarios que desde PDVSA y el Ministerio de Finanzas alta discrecionalidad para la asignación -ahora sí- de divisas.

Tampoco pueden compararse 126 millones de dólares con 107 mil millones de dólares que entre 2005 y 2012 Pdvsa transfirió al Fonden para “gastos de desarrollo social” y que hoy hacen posible que no haya dólares para importaciones cuando hubo la mayor bonanza petrolera de la historia. No decimos que esos 107 millardos se los hayan robado: simplemente fue un gravísimo error de política económica que el ejecutivo nacional manejara tal cantidad de recursos discrecionalmente.

Y no hay punto de comparación con el escándalo protagonizado por Nelson Merentes con el Fondo de Estabilización Macroeconómica (Fiem) en el que fueron malversados 2 mil 300 millones de dólares por allá en el año 2002.

En verdad, “La autopsia de la oligarquía” se quedó demasiado corta para ser comparada con la boliburguesía. Algún chavista convencido, mirando los documentos, exclamaba “¡mira todo lo que se robaron!”. Afuera, los carros negros blindados se contaban por decenas. Gastos suntuarios. Al salir de la exposición, filas de estudiantes de colegios públicos hacían su cola guiados (¿obligados?) por docentes para presenciar el acto de Maduro.

Tomado de Konzapata