José Vicente Carrasquero, autor en Runrun

José Vicente Carrasquero

En Venezuela reina confusión, por José Vicente Carrasquero A.

 

Después del escandaloso fraude puesto en escena por el chavismo este 20 de Mayo pasado, se aprecia que los distintos grupos que se oponen a la dictadura y los mismos miembros del régimen se encuentran signados por la confusión y en muchos casos por la esperanza de que sus deseos se hagan realidad.

Después que el CNE actuante, que no legítimo, emitiera sus boletines claramente falseados algunos voceros del conjunto opositor y analistas electorales comenzaron a usar esas cifras en sus declaraciones. Eso fue por supuesto un error casi tan grave como haber participado en el evento del 20May. Hasta en estos nimios detalles se debe ser cuidadoso para no darle al tramposo elementos en los cuales sustentar sus fechorías.

Más grave aún fue que políticos y analistas que participaron en la comparsa que simulaba ser un proceso electoral comenzaran a plantear una crítica a quienes no participaron tachándolos de abstencionistas. El 20 de Mayo no hubo abstención. Lo que vimos fue un riguroso rechazo a participar en un evento ilegal e ilegítimo en todos los sentidos. Vimos a unos venezolanos sintonizados con los países que desconocen al régimen de Maduro. Una población lo suficientemente curtida como para entender que después de lo que vimos el 31 de Julio de 2017, estamos frente a un CNE al que no le cuesta mayor esfuerzo montar una mentira aunque con ello hunda la alharaca del comediante eterno sobre las razones que arguyó para hacer de este ente un poder del Estado.

Luego encontramos a la oposición de la oposición y de la dictadura. Este es el grupo más difícil de entender. Si bien es cierto que los resultados visuales los favorecen, algunos se atribuyen el exitoso resultado de dejar a la oligarquía roja bailando sola en su tarima. Esta oposición contra todo, se empeña en no reconocer que se está frente a una dictadura que no va a reconocer acción alguna de la AN, no porque esta no se haga respetar, que de eso hay un poco, sino porque la delincuencia roja decidió hace tiempo desconocer la voluntad del pueblo y evidentemente a quienes lo representan.

El nombramiento del TSJ legítimo dejó claro el talante de la dictadura. Los jueces nombrados y juramentados fueron perseguidos hasta lograr que huyeran del país. Sus familias presionadas y sus pertenencias saqueadas. En un ambiente como ese, nombrar un nuevo CNE significa buscar un grupo de voluntarios que quiera correr la misma suerte que la de los jueces. Eso en la práctica es bastante difícil por no decir imposible. La única salida que se me ocurre es nombrar un CNE en el exilio, con venezolanos que ya están fuera del país. El reto sería manejar procesos electorales a control remoto. Con la tecnología que contamos eso sería posible, pero del lado venezolano, es decir a lo interno del país imposible.

Para comenzar a deducir lo que pasa en Venezuela se debe comprender que la clase política que llegó al poder en 1999, como resultado de las elecciones de 1998, para las cuales los notables de aquel momento habían tenido éxito demoliendo a los partidos tradicionales, devino en un grupo delincuencial que participa en una larga lista de delitos de alcance internacional que los convierte en reos de la justicia mundial.

Un grupo de delincuentes que carece de escrúpulo alguno para ejecutar la tropelía que sea con tal de mantenerse en la guarimba que los salva, por ahora, de rendir cuentas en otros países, no puede ser estudiado desde la perspectiva del análisis político tradicional. Me atrevo a decir que muchos supuesto de la teoría de juegos no aplican a esta banda de hampones.

Lo que hemos visto y lo que viene es la continuación de la farsa. El dictador simulando que está dispuesto al diálogo. Por supuesto para que se haga lo que él ordena. Se buscó a algunos de los que participaron en la farsa del 20May para simular un proceso de entendimiento que usaría la liberación de presos políticos como elemento validador de ese acercamiento entre la dictadura y la representación opositora que se prestó, quizás de buena fe muchos de ellos, a participar en el simulacro electoral.

Un elemento que la dictadura usó con maestría fue los desencuentros en la oposición. Con base en ese estado precario o inexistente de cohesión montó un tinglado que tendría todos los ingredientes que necesitaba. Un grupo que participaría creyendo poder repetir la hazaña de 2015, un grupo que decidió desconocer el llamado y los que critican a toda la oposición por igual. Llama la atención en este último grupo que gastan más tiempo y esfuerzo criticando a los grupos opositores que a los cabecillas de la dictadura. La suma vectorial de todos estas fuerzas favoreció a la rojocracia.

En unas pocas líneas, se necesita una estrategia. Para ello, primero que todo, se debe definir el objetivo: tomar el poder. En esa estrategia deben participar todos los grupos opositores dejando atrás las teorías de la conspiración (casi siempre equivocadas) y las facturas que se tienen los unos contra los otros. Es menester acordar el mecanismo que forzará esa salida del poder. Después se verá si viene un gobierno de transición o qué. Después se verá cómo se elige un nuevo gobierno.

Lo urgente en este momento es entender que las protestas de los líderes políticos de la oposición no están sincronizadas con las necesidades de un pueblo sumido en la miseria por unos delincuentes que los necesita empobrecidos y sometidos. Al pueblo hay que conectarle lo político con sus querencias y necesidades inmediatas: combate al hambre, apertura de la economía para poder comprar lo que quieran, acceso a la medicina, mejora de la calidad de los servicios públicos. En mi modesta opinión, por ahí fumea el proceso de búsqueda de una movilización social que incluya a todos los sectores y que termine felizmente con la salida de Maduro y su cofradía del poder.

@botellazo

 

En Venezuela, cruelmente sometida a una malévola dictadura, se llevó a cabo una puesta en escena que pretendió hacerse pasar por un proceso electoral típico de países democráticos. Los medios de comunicación sometidos a la censura clásica de este tipo de regímenes, no fueron capaces de reflejar lo que realmente estaba pasando en un país que fue testigo de la más importante protesta silenciosa de toda su historia.

A pesar de contar con la peor infraestructura de internet del hemisferio occidental, los venezolano pudieron reflejar a través de las redes sociales que no estaban solos en esta protesta. Miles de vídeos, fotografías y audios circulaban por las redes sociales dando cuenta de centros de votación vacíos durante toda la jornada a lo largo y ancho de país.

Los venezolanos no se sintieron solos en su protesta, a través de las redes sociales que han suplido a los medios tradicionales en la tarea de transmitir información podían desde sus casas ver que un alto volumen de ciudadanos se había plegado de una forma u otra a los distintos llamados a no participar en un proceso que estuvo viciado desde su propia convocatoria.

Hacia el mediodía comenzaron a rodar los audios mediantes los cuales miembros de la maquinaria del partido de gobierno daban cuenta de la baja participación y llamaban a otros partidarios a ir a buscar a los votantes en sus casas y traerlos a los centros de votación. El chantaje, la amenaza con retirarle el beneficio de la miserable bolsa de comida que el gobierno vende como supuesta ayuda a la población fue el principal mecanismo de coacción.

Otros venezolanos fueron a votar por los ofrecimientos de dinero en efectivo y acceso a otros favores de la dictadura solo por el hecho de participar en el proceso que simuló unas elecciones presidenciales. Los puntos rojos, unos aparatos del partido de gobierno para censar a los favorecidos se instalaron muy cerca de los centros de votación a pesar de que la ley prohíbe expresamente el proselitismo el día de los comicios y, más grave aún, a pesar de que acordaron con los otros aspirantes presidenciales no instalar estos dispositivos.

La maquinaria del partido de gobierno sufrió en sí misma los embates de la protesta silenciosa. Muchos puntos rojos no contaban con el personal necesario para operar a pesar de las recompensas económicas ofrecidas. Buena parte de los encargados de llevar gente a votar no asistió tampoco. Lo que reflejaban los vídeos y las imágenes se prolongó a lo largo del día. Centros de votación sin asistencia de electores.

Empresas especializadas como Meganálisis calcularon la no participación en esta farsa electoral en más del 80 porciento. En otras palabras, solo 1 de cada cinco venezolanos participó el en proceso ilegalmente convocado por una írrita e ilegitima asamblea nacional constituyente.

Como era de esperarse en una dictadura en la que la opinión del pueblo vale nada, un corrompido Consejo Nacional Electoral presentó unas cifras que a todas luces no coinciden con la realidad que millones de venezolanos y miles de extranjeros que seguían el proceso desde otros países pudieron apreciar. Las rectoras miembros del partido de gobierno inflaron la cifra de participación a un 48 porciento y dieron unos resultados que favorecían ampliamente a un presidente al que todas las encuestas le señalan niveles de rechazo de 80 porciento, por cierto cifra que coincide con la no participación señalada por organizaciones independientes.

El parapeto puesto en escena este 20 de Mayo contó con la vergonzosa participación de personalidades internacionales que se autodenominaban observadores cuando en realidad la ley venezolana creada por esta clase política los denomina acompañantes y les limita sus ámbitos de acción a eso, a ser meros acompañantes. Una especie de escorts vip que viajan cómodamente y son agasajados por los miembros del partido de gobierno.

Destaca entre estos escorts el ex presidente de gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero quien fue escrachado en un colegio de una zona de clase media cercana a la embajada de España y a la casa del embajador de ese país. En el vídeo que le dio la vuelta al mundo una señora de la tercera edad preguntaba hasta cuándo nos jode Zapatero. En su huída, escoltas trotando al lado del vehículo que lo transportaba recordaron las imágenes de la llegada de Kim Jong-un a la reunión con su homólogo de Corea del Sur. Lamentable que un ex presidente de gobierno de España se preste para ser validador de lo que en realidad fue el más grosero fraude electoral que conoce la historia venezolana.

Los resultados no se hicieron esperar, los gobiernos de Panamá, Chile, Argentina y Estados Unidos anunciaron que no  reconocerían los resultados de estas elecciones. Pudieron ellos ser testigos de unos centros de votación vacíos que llevan a pensar en unos resultados ficticios que se acomodan a las necesidades de auto legitimación del dictador y sus secuaces.

Un detalle que no debemos dejar pasar bajo la mesa es la intervención de la presidente actuante de la írrita asamblea nacional constituyente ordenando que los centros de votación permanecieran abiertos mientras hubiese personas en cola. Este hecho llama la atención en dos sentidos, el primero en que esta señora se abrogó la autoridad electoral quizá por aquello de representar un írrito poder supraconstitucional que, curiosamente se somete a los deseos del dictador y porque los centros electorales seguían vacíos como el resto del día. Es bien sabido que es en estos momentos cuando el corrupto partido de gobierno comienza a introducir votos apropiándose de la identidad de las personas. Circula en las redes un vídeo de una Venezolana que desde Córdoba, Argentina denuncia que usaron su voto.

La pregunta que flota en el ambiente es: ¿qué viene ahora? Lo cierto es que los venezolanos están contando con una acción más contundente de la comunidad internacional. La crisis humanitaria que se vive en Venezuela es de dimensiones colosales y quizás el mejor indicador para tener una idea de su magnitud es el éxodo constante de venezolanos a través de las fronteras con Colombia y Brasil. Mujeres huyen de Venezuela para parir en otros países para así salvar sus vidas y la de sus hijos por nacer. Otros se van para ver si pueden hacer algo de dinero para enviarle a sus familiares que se quedan.

La realidad interna es la de un país en el que se reporta una caída importante del peso corporal, un aumento insólito de enfermedades endémicas previamente erradicadas como la malaria y la tuberculosis, una merma casi absoluta del poder adquisitivo con una inflación que ha aniquilado el salario de los venezolanos, un deterioro de la infraestructura que ha reducido el acceso al agua corriente y que hace que los venezolanos sufran cortes frecuente y prolongados del servicio eléctrico. Todo esto sin mencionar el accionar indiscriminado de un hampa que cobra más de 30 mil vidas  al año por asesinatos que ni siquiera son investigados.

Un pueblo en fase de supervivencia tiene poca capacidad para organizarse en la lucha política. Ese es el juego de la dictadura.

Sin una acción decidida de la comunidad internacional, será muy difícil que el pueblo venezolano se pueda quitar esta rémora de encima. Los Estados Unidos y el Grupo de Lima han mostrado un gran compromiso y han venido tomando medidas contra los capitostes del régimen. Por su parte, la Unión Europea ha sido, en mi opinión, bastante pacata en sus acciones contra el régimen de Maduro. El mismo reino de España, que demuestra una clara intencionalidad de ayudar, no ha tomado medidas contundentes. ¿Es todavía Zapatero el delegado de Rajoy para el asunto venezolano?

En todo caso, el 20 de Mayo ha terminado por desnudar a Maduro en su ausencia de apoyo popular, en su falta de decoro al momento de violar todos los principios y valores de la democracia. Para los venezolanos y muchos gobierno del planeta eso quedó claro. Llegó la hora de tomar medidas conjuntas para restablecer la democracia en Venezuela.

El domingo fue un día de silencio. De un silencio que atormentó a quienes cometieron el fraude, que ridiculizó a los que vinieron del extranjero a refrendar los resultados. Este domingo se rompió la espiral del silencio y quedó en evidencia que los delincuentes en el poder no tienen pueblo, si acaso, unos cuantos rehenes de las dádivas que otorgan con el mayor y corrupto desparpajo.

 

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¿Cuáles elecciones?, por José Vicente Carrasquero A.

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El legado del comediante eterno está en pleno desarrollo. La miseria se ha apoderado del país y somete a los venezolanos a una situación de hambre y postración sin precedentes en nuestra historia contemporánea. Contrario a lo que piensan muchos venezolanos, lo que nos está pasando no es producto de un inteligente plan de sometimiento. Es simple y llanamente el resultado de otro capítulo de un país sujeto de las maldades del comunismo. Ya en su momento se establecerán las responsabilidades.

El comediante eterno llega al poder con los pies encharcados de la sangre de aquellos soldados que llevó inocentemente al sacrificio para satisfacer sus febriles sueños de emular a un gigante como Bolívar cuya imagen no hizo más que explotar en su propio peculio.

Se une a Chávez lo peorcito de la política venezolana. Algunos profesores universitarios convencidos de que el socialismo es la salida le facilitan apoderarse de nuestras riquezas y dilapidarlas de forma criminal. No hubo inteligencia en este accionar, solo ansias de poder y la estúpida creencia de que el petróleo podía financiar una sociedad policial como la cubana manteniendo un nivel de vida tolerable para los venezolanos.

La inexorable justicia divina se llevó al comediante que durante años trató al país como si fuese de su propiedad. Atrás quedaron los tiempos en los que decía que el pueblo era el soberano. Fueron al saco de la basura todas aquellas veces que se usó la celebre frase del Libertador que condenaba el uso de las armas contra la gente. Borracho de poder y dinero Chávez se rodeó de todo aquel mediocre que estaba dispuesto a aplaudir sus ridículas intervenciones públicas. Al momento del cierre de su ciclo vital, aparece sentado en medio de dos grises figuras que auguraban una tragedia horrible para los venezolanos: el poco instruido, analfabeta funcional Nicolás Maduro y la nulidad engreída Diosdado Cabello.

No veo hasta el momento más inteligencia que la perfidia de unos cubanos que ni siquiera pudieron mantener una Venezuela que les ayudará a amparar a la quebrada isla antillana. Por lo visto tengo una definición distinta de inteligencia de aquellos que sostienen que esto es producto de un plan perfecto.

Como era de esperarse, el país en manos de dos limitados mentales solo pudo ir por la ruta que estamos viviendo. Estos personajes han cometido todos los desafueros posibles para mantenerse en el poder. Desde asesinatos y compromisos con el terrorismo internacional hasta relaciones con el narcotráfico han construido un expediente que los obliga a rendir cuentas a la justicia tanto nacional como internacional.

¿Cree usted que estos individuos venderán tan barato su pellejo yendo a unas elecciones que perderían con toda seguridad? Evidentemente no. Lo que se ha convocado para el 22 de Abril no es una elección. Es una puesta en escena del mismo corte que la farsa comicial del 31 de Julio de 2017 a través de la cual el legado del comediante eterno confiscó el poder constituyente a los venezolanos.

¿Hay alguno oportunidad de salir victorioso en esa puesta en escena? Evidentemente no. Las señoras que dicen ser poseedoras del poder electoral cometieron un delito el 31 de Julio que se paga con cárcel. Eso quiere decir que estas camaradas se hicieron cómplices de los crímenes atroces de los siameses Nicolás-Diosdado. Con esa espada de Damocles sobre sus cabezas las usurpadoras del poder electoral tienen todos los incentivos necesarios para declarar que Maduro, el presidente más rechazado de nuestra historia, ganó las elecciones por 12 millones de votos y que otros 6 se quedaron en cola esperando para votar por este grande hombre de la miseria nacional.

¿Existe alguna posibilidad de repetir la proeza de 2015? No, definitivamente no. El proceso electoral no existe. La apertura en el exterior del registro electoral es parte de la farsa. La puesta en funcionamiento del consulado de Venezuela en Miami es otro fragmento de la parodia que el chavismo está montando como una tramoya para hacerle creer a los Zapateros del mundo que su victoria es producto de una equitativa lucha electoral.

En 2006 el chavismo, ante la posibilidad de que Rosales se retirara de unas elecciones groseramente desiguales, inscribió dos decenas de candidatos fantasmas que todos juntos no pudieron reunir votos para llenar un autobús. Para los chavistas las elecciones son mal necesario que justifican ante el mundo las atrocidades que comenten contra el pueblo.

Esta vez no tendrán ni siquiera esa previsión. Quienes se inscriban en esta tramoya electoral estarán cometiendo un crimen contra la democracia y contra el pueblo venezolano. Yo no se si calificarlo de inocencia o falta de conocimiento claro de lo que está pasando. Lo cierto es que no hay manera que la cúpula putrefacta que se ha hecho del poder lo entregue mansamente a través de un proceso democrático.

No se podrá decir que los venezolanos no agotamos los extremos de la lucha por el poder con métodos pacíficos. El mundo tiene que despertar. Los pequeños países del Caribe tienen que olvidarse de la Venezuela con capacidad de ayudarlos a sobrellevar los costos del petróleo. Los socios ideológicos tienen que reconocer que los siameses de Chávez no son de izquierda sino unos delincuentes con terror de ser presentados ante la justicia.

La repulsa internacional al gobierno de Maduro debe tener un eco interno de rechazo a la farsa electoral del 22 de abril. La dirigencia venezolana tiene la oportunidad de convocar un paro electoral que demande la renuncia de Maduro y la instauración de un gobierno de transición que limpie las instituciones de la escoria seguidora del comediante eterno y cree las condiciones para unas elecciones competitivas para las cuales, ojalá, se presente un programa de rescate nacional que de una vez por toda asuma que el petróleo no es suficiente para lograr el desarrollo de un país y apueste por una economía de libre mercado y rigurosidad fiscal.

Las elecciones del 22 de abril, no existen, son una farsa con el precedente del 31 de Julio de 2017. Ya lo hicieron una vez, y por su supervivencia delincuencial están obligados a repetirla.

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La abstención es capitulación, por José Vicente Carrasquero A.

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Esta historia la hemos vivido varias veces. En la medida que se acerca un proceso electoral, los líderes de la abstención comienzan a promover sus argumentos para no votar. Líderes prominentes de este movimiento claman a los cuatro vientos que la MUD capituló y aceptó la cohabitación con la dictadura. Sobre este endeble argumento arman un andamiaje cuya debilidad fundamental se encuentra en no proponer una alternativa de acción que se traduzca en un resultado concreto es decir, que tenga eficacia política, que sea efectivo en la lucha contra un régimen criminal que nos hunde cual orca asesina en las profundidades de la miseria.

Antes de continuar debo aclarar que he criticado duramente a los dirigentes opositores que no le dieron transición a la lucha que se dio en Venezuela a partir de Abril de 2017. Muchos venezolanos nos quedamos esperando una explicación de cómo las elecciones funcionaban a continuación o en paralelo con una dura batalla que logró poner a Maduro ante el mundo como lo que verdaderamente es: un dictador de republiqueta bananera.

El régimen pone a jugar a todos sus mentirosos en una estrategia dirigida a aupar la abstención y desmoralizar a quienes están dispuestos a usar todas las herramientas posibles para seguir evidenciando que somos mayoría y que Maduro es un incapaz que continúa en el poder sostenido por el fuego que sale de la boca de los fusiles que no están al servicio del pueblo sino en apoyo a la invasión cubana que ultraja nuestra venezolanidad y soberanía.

La insistencia de los miembros del régimen en el proceso de diálogo es un instrumento que busca socavar las bases de la oposición ya que sus estudios de opinión pública arrojan que el tema es un flanco débil de la MUD. Insisten en que han hablado cientos de veces con la oposición como una especie de kriptonita para fortalecer la opinión de los abstencionistas y desmoralizar a los opositores.

Así de burda es la maniobra. Sin embargo, no deja de sorprenderme que tenga efecto sobre un sector, gracias a Dios minoritario, de la oposición. Que a estas alturas de lo que nos ha pasado alguien le de crédito a la vocería dictatorial me parece un sin sentido.

Lo cierto es que el chavismo apostó a las elecciones de Octubre pensando que la estrategia antes descrita tendría éxito y ante una abstención masiva como la de las regionales 2013 se podría alzar con la mayoría de las gobernaciones. Allí sí tendrían argumentos de sobra para reclamar ante el mundo reconocimiento de un gobierno que logra victorias en confrontaciones electorales.

Para afincarse en el despropósito desmovilizador, el dictador usa tres instrumentos adicionales para enfurecer a quienes le adversan: hace que el llamado a elecciones lo haga la írrita ANC, que las corruptísimas rectoras se arrodillen ante el CNE y que exija, como si fuese jefe de la frustrada constituyente, que los gobernadores electos tengan que reconocer a la tropa de la ayatola Delcy.

El liderazgo opositor falla al no contestar argumentalmente estas babosadas del bananero. ¿Con qué fuerza política haría la írrita ANC que los gobernadores electos por millones de venezolanos se someta a semejante bodrio fraudulento?

La elección de gobernadores tiene que verse como un paso intermedio de una lucha de calle que volverá con más fuerza después que habiendo demostrado de nuevo fuerza electoral se prosiga al desmontaje de la dictadura.

No veo en esto capitulación y lamento no estar de acuerdo con dirigentes e intelectuales que opinan en contrario. Por el contrario, el no aceptar ir a las reuniones exploratorias es una demostración de que se sigue en la lucha por salir de Maduro. Lamentable la declaración del Ministro de Relaciones Exteriores de República Dominicana asegurando que esta semana habrá reunión. Muestra falta de formación para el manejo de conflictos de esta envergadura.

Para molestia de mucho de mis amigos y conocidos que batallan por la no participación electoral, veo en la abstención una capitulación. Una rendición sin dar la batalla. Un entregarse a cambio de que una supuesta rebelión militar sacará al régimen o que la lucha callejera comenzará nuevamente por ignición espontánea.

He leído artículos y opiniones, he visto videos que llaman a la abstención, que denigran del liderazgo opositor. Llenos de descalificaciones y epítetos que le quitan nivel al debate. Respeto al que se abstiene. Es su derecho. Llamar a la abstención es también su derecho.

Pero, en ausencia de una acción que acompañe esa no participación electoral la abstención es servirle en bandeja de plata a Maduro una razón para declararse legítimo ante el mundo. Para decir que la ANC ha traído la paz.

Contrario a lo que se dice en la redes sociales, una masiva participación electoral deslegitima al régimen, deslegitima a la ANC y neutraliza a las corruptísimas comadres del CNE.

¿Cómo le explicaría Maduro al mundo que después de supuestamente haber logrado un gran apoyo para su ANC, menos de tres meses después pierde las gobernaciones del país?

Quedaría demostrado que las corruptísimas rectoras del CNE mintieron descaradamente el día del más grande fraude que se ha cometido contra la soberanía popular en nuestra historia.

La lucha política no se da exclusivamente desde las visceras. La experiencia demuestra que se requiere un cerebro frío que opere con un objetivo en mente. Del lado del gobierno hay frialdad. Nosotros debemos responder de igual manera. El objetivo es claro: derrocar la dictadura.

 

@botellazo

Cuestión de intención, por José Vicente Carrasquero A.

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Es difícil explicar el giro que tomó la lucha ante la decisión casi unilateral e inconsulta de la dirigencia opositora de ir al evento electoral sin una adecuada conexión estratégica y comunicacional con el largo y exitoso proceso de manifestaciones que puso en jaque al gobierno tanto a nivel nacional como internacional.

La dirección opositora no tuvo la cortesía de explicar al pueblo venezolano cómo se manejaría de ahora en adelante la lucha para derrotar al oprobioso grupo político, que al servicio del gobierno cubano, le impone a los venezolanos unos sacrificios sin precedentes para seguir manteniendo a la rémora antillana que el comediante eterno permitió nos chupara la sangre por más de tres quinquenios.

La elección de gobernadores se presenta como un hecho inexorable. Sirve de incentivo para que quienes mantienen la línea de la abstención se den banquete con una serie de argumentos que aunque válidos en muchos casos, carecen del factor más importante en los momentos de crisis que vivimos como es la propuesta alternativa con verdadera eficacia política. Está más que probado en el caso de la era chavista que la abstención ha perjudicado los procesos de resistencia al régimen.

Me voy a centrar en un argumento muy usado por quienes promueven la abstención y que en mi opinión está totalmente equivocado. Sostienen que quienes voten en el proceso electoral del 15Oct estarían legitimando a Maduro, la írrita ANC y al corruptísimo CNE.

Los procesos administrativos con fines políticos dependen mucho de la intencionalidad de quien los impulsa y/o los ejerce. En la coyuntura que vivimos el voto por Maduro o sus opciones políticas es un apoyo que demuestra complacencia con el desempeño de su gobierno y el deseo de quien vota de obedecer a esa línea de mando. Quien vota contra Maduro o sus opciones políticas está precisamente haciendo todo lo contrario. Está manifestando de forma práctica y evidente su rechazo por la dictadura y su apoyo alternativo por mecanismos democráticos de resolución de conflictos. Lo está deslegitimando de forma efectiva.

La írrita ANC, un brazo político de la dictadura no merece mayor mención. Presidida por una especie de ayatola chavista ha probado ser no más que un elemento de perturbación adicional en el grave clima político del país. Nadie le hace caso y no pinta nada en el esquema de acatamientos de la mayoría opositora venezolana.

Las rectoras del CNE han demostrado su obsecuencia perruna con un sistema que las ha enriquecido por encima de las posibilidades que les daba el ejercicio de sus profesiones. Una de ellas aparece mencionada en el internacionalmente sonado caso ODEBRECHT. El comportamiento de estas señoras el 31 de Julio les dio un boleto directo y en primera clase a las páginas negras de la historia como las anti heroínas que dieron groseramente la espalda al pueblo.

Lo cierto es que los resultados de las elecciones de 2015 son muestra fehaciente de que el gobierno es minoría y que los controles ejercidos por los grupos opositores a lo largo y ancho del país pudieron contener las marramuncias del chavismo devenido en corrupción.

Contrario a lo que muchos dicen, el voto de 2015 tuvo un efecto lapidario sobre la imagen de la dictadura a nivel internacional. De hecho, muchos estados se refieren al régimen de Maduro oficialmente como dictadura. Es claro que la capacidad de violar la constitución del chavismo es muy grande y sobre todo cuando se blinda con unas fuerzas armadas corrompidas por dádivas sobre todo a oficiales del alto rango que están dispuestos a matar venezolanos por mantener sus prebendas.

Volviendo al asunto de la intencionalidad, quienes desean terminar con la dictadura de Maduro tienen el voto como elemento deslegitimador de todo el aparato político que lo soporta. El voto masivo de los venezolanos es una ratificación a la comunidad internacional de los altos niveles de rechazo que el pueblo venezolano manifiesta efectivamente contra las políticas de miseria que ha implantado el régimen siguiendo las instrucciones cubanas.

La estrategia comunicacional del gobierno es clara además de elemental. Lo que me sorprende es que haya gente preparada que caiga en la trampa descarada de Maduro. El gobierno pone sobre la mesa al mismo tiempo las elecciones regionales y el diálogo haciendo creer que este segundo elemento ha sido mansamente aceptado por la oposición. La experiencia demuestra que esta es un mecanismo recurrente del gobierno para desmovilizar a la grey opositora.

El planteamiento del gobierno es trivial. Llamo a elecciones. La gente se molesta por el cambio de instrumento de la oposición. Comienza el accionar de los que llaman a la abstención. Saca a relucir el diálogo para causar una segunda tanda de abstenciones que les garantice una victoria electoral. El juego es burdo y sin embargo atrapa incautos.

Una abstención grande en las elecciones del 15Oct daría una victoria a un gobierno que no merece tal reconocimiento. Ese resultado si legitimaría a Maduro y su banda ante algunos gobiernos internacionales. Sería fatal para la percepción que de la lucha política se sostiene en Venezuela.

Una participación alta con victorias contundentes en todo el territorio nacional sería una carta de defunción para un gobierno agotado y sin capacidad alguna de resolver los problemas de los venezolanos y deslegitimado certificadamente en las urnas.

La abstención sería altamente perniciosa en términos de eficacia política y en el empujón que la daría al gobierno que podría mostrar al mundo una victoria a unas elecciones nacionales. Una legitimación a los ojos del mundo.

Creo que quienes propugnan la abstención en este momento no se han paseado por este escenario. La verdadera capitulación sería haber permitido que el 15 de Oct en la noche el gobierno se pueda alzar con victorias en muchos estados que le permita clamar que todavía tiene legitimidad en términos de apoyo popular. Es en la práctica, darle el gusto a Maduro. ¿Es esa la intención del abstencionismo?

 

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Dictadura Constituyente, por José Vicente Carrasquero A.

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Venezuela atraviesa el peor momento de su historia contemporánea. Después de dilapidado el mayor aluvión de dinero de toda su historia republicana, el país ha descendido a los niveles de estado fallido. Los venezolanos sufren la peor calidad de vida del continente americano, lo cual es muy grave si se considera que en la región hay países muy pobres como Haití y Nicaragua para mencionar solo dos de ellos.

La clase política venezolana hace rato que abandonó los principios democráticos para aferrarse a ese espíritu que los llevo a embarcarse en las aventuras golpistas de 1992 con las que pretendían instaurar una dictadura militar para, supuestamente, resolver los problemas que aquejaban a la población.

Lo cierto es que la situación de Venezuela es mucho peor que en 1992. Vale la pena mencionar algunos datos para ubicar al lector. Actualmente la inflación se ubica en mil por ciento anual con una grave tendencia a subir en los próximos días. La escasez de alimentos, medicinas y productos de higiene personal es escandalosa. La desnutrición infantil y el aumento de la mortalidad infantil son indicios de la nefasta situación que provoca la ausencia de productos esenciales para la alimentación y la salud. Enfermedades erradicadas hace décadas como la malaria han vuelto a brotar con fuerza. Durante el año 2016 al menos treinta mil venezolanos fueron asesinados por bandas criminales que han logrado organizarse para estar mejor equipadas y ser más efectivas que la policía llamada a cuidar a los venezolanos. Para no aburrir con más datos, se estima que más de un millón y medio de venezolanos han abandonado el país, es su mayoría en búsqueda de una calidad de vida que su tierra no les ofrece.

En diciembre de 2015, el chavismo sufrió una derrota electoral de proporciones importantes. Dos tercios de la Asamblea Nacional (AN), el cuerpo legislativo del país, quedó bajo el control de la oposición. Ese fue el fin de las elecciones en Venezuela y marcó la ruptura total del partido de gobierno con la democracia. Lo que vino a partir de ese momento fue un golpe de estado por capítulos.

El primero fue el nombramiento sin cumplimiento de los extremos legales y reglamentarios de un Tribunal Supremo de Justicia repleto de personas de poca solvencia profesional, ligadas al partido de gobierno al punto de que algunos eran diputados de la Asamblea Nacional que días antes de su vencimiento los nombró y juramentó ilegalmente.

El segundo capítulo se produce con una sentencia de la sala electoral de este nuevo tribunal que suspende la elección y proclamación de los diputados del estado Amazonas por un supuesto fraude. Llama la atención que hasta ese momento, el chavismo proclamaba tener el mejor sistema electoral del mundo y más protegido contra dolos. Con esta sentencia, el chavismo impide que la nueva AN se instale con la mayoría conquistada en las elecciones.

Ya mostrando descaradamente su cara dictatorial, Maduro procede a ordenar al ilegítimo TSJ que declare a la AN en desacato. Un nuevo golpe que lleva al ejecutivo a desconocer la capacidad de control del cuerpo legislativo sobre el resto de la instituciones del Estado.

En diciembre de 2016 unos tribunales de control detienen el proceso de convocatoria de un referéndum para la revocación del mandato de Maduro según lo que estable el artículo 72 de la Constitución Nacional. En este nuevo capítulo golpista, los tribunales de menor instancia pasan por encima de la autoridad del Consejo Nacional Electoral (CNE). Los venezolanos se quedan sin la posibilidad de someter a Maduro al juicio popular del voto.

No contentos con estos artilugios, el CNE, cuyas rectoras pertenecen al partido de gobierno, suspende con artilugios administrativos las elecciones de gobernadores y alcaldes que se debían realizar en diciembre de 2016, un nuevo golpe a la soberanía popular que ve cerrados los espacios para la expresión de su evaluación de la situación que vive el país.

Otro capítulo se da con sentencias del TSJ que eliminan la inmunidad de los parlamentarios y adjudican funciones de la AN al tribunal constitucional. Semejante aberración tuvo una repulsa nacional e internacional y dio un tremendo impulso a la ola de protestas que desde entonces se viven en Venezuela. En el papel, el TSJ revocó las sentencias, en la práctica, la dictadura las siguió aplicando.

Huyendo de las elecciones, el dictador Maduro decide desconocer totalmente la constitución y convoca una asamblea nacional constituyente para escribir una nueva constitución. El descaro es de tal magnitud que no se esconde que el verdadero propósito es tener poderes supra constitucionales para proceder a la remoción de la fiscal general de la república y al cierre de la Asamblea Nacional dejando sin inmunidad parlamentaria a sus diputados. Este golpe fue avalado por el ilegítimo TSJ con una sentencia que no admite la más mínima revisión desde el punto de vista de su nivel jurídico.

En un capítulo culminante, la dictadura celebra un simulacro de elecciones de los miembros de la constituyente. El fraude es monumental. A pesar de que los centros electorales se veían desolados, el CNE anuncia al final de la jornada una participación de ocho millones de venezolanos para tratar infructuosamente de convencer a la opinión pública nacional e internacional que cuentan con el apoyo mayoritario de la población.

El viernes 4 de agosto el mundo asiste a la estocada final. Se instala una Asamblea Nacional Constituyente en franca violación de lo previsto para ello en la constitución vigente. El golpe de estado se ha consumado.

Las amenazas y acciones no se han hecho esperar. El primer acto de la ACN fue remover de su cargo a la Fiscal General de la República y nombrar a un individuo cuya parcialidad política no deja lugar a dudas al haber sido constituyentista en 1999, diputado a la AN y gobernador de estado siempre en las filas del partido de gobierno.

Lo que le espera a Venezuela es de pronóstico reservado. La dictadura se ha otorgado a sí misma poderes constituyentes. Ya anunció que su duración será de dos años. Se empeña en hacer creer al mundo que su origen es legítimo y que actúa bajo el mandato popular. Eso solo lo creen los partidos españoles satélites del PSUV y algún grupete de izquierdistas trasnochados a los que los principios de la democracia les importa muy poco.

El país se va por un precipicio en el que la dictadura tratará de poner orden a través de una mayor represión y persecución de líderes de oposición, aumentando el número de presos políticos, exilados, asesinados y heridos. El dictador Maduro se siente sin límites y hace caso omiso de la repulsa internacional. Las medidas hasta ahora anunciadas por otros países resultan inefectivas ante la magnitud del desafuero cometido por una clase política corrompida y peligrosamente vinculada con el crimen internacional.

 

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El planeta de los simios, por José Vicente Carrasquero A.

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Ni en mis peores predicciones se configuraba una situación tan precaria como la que vive Venezuela en los actuales momentos. Lo que comenzó con una intentona golpista que desconoció los principios democráticos de aquel momento, no podía más que degenerar en el autoritarismo que hoy sufrimos los venezolanos a manos de unos individuos que no pueden ser catalogados de otra forma que de gorilas.

El chavismo siempre mostró poco interés por los principios democráticos. En realidad los redujo solo al voto y por supuesto, siempre que ganaran, bajo los criterios que le resultaran más convenientes y sin empacho alguno en usar los recursos del estado a favor del partido de gobierno.

A principios del siglo XXI, en el prestigioso programa Aló Ciudadano, le comentaba a Leopoldo Castillo y Carlos Acosta, que la clase política que había llegado al poder junto a Chávez me recordaba un capítulo de El Túnel del Tiempo, vieja serie de televisión norteamericana, en el que unos guerreros de Genghis Khan atravesaron el túnel del pasado al presente. Esta metáfora la usé para ilustrar a unos individuos con ideas del pretérito que pretendían imponer la oscuridad sobre la sociedad venezolana.

Lamentablemente, el tiempo no me quitó la razón. Venezuela está en manos de un grupo de personas que se comportan como un ejército de ocupación. Han creado una especie de secta que goza de unos privilegios que ya quisieran para sí los monarcas y miembros de la realeza alrededor del mundo. Por ejemplo, de la denuncia de las colitas de PDVSA pasamos a una flota de aviones dedicada a llevar alrededor del mundo a los jerarcas del régimen. Mientras el común de los venezolanos no tiene acceso a dólares para costearse unas vacaciones en el exterior, estos miembros de la nomenclatura chavista disponen de maletines llenos de dólares para financiar sus aquelarres. Fue público, notorio y comunicacional que  un privilegiado ex vicepresidente usó un avión de la flota para ir a hacerle chequeos médicos a su esposa en Brasil.

Los privilegios son muchos. Incluso el de hacerse del comercio internacional de alimentos y medicinas con la finalidad de seguir llenando sus alforjas con el dinero que roban a manos llenas. Como si esto fuese poco, se adueñaron del negocio del narcotráfico para operarlo directamente, sin intermediarios. Esto es lo que explica, por ejemplo, que Walid Makled esté en prisión.

Los gorilas que se hicieron del poder lo fueron convirtiendo en mecanismo para enriquecerse y, por ejemplo, desde el cargo de ministro de la defensa, con un sueldo en dólares paupérrimo, poder mantener a los hijos viviendo en un exclusivo barrio de Madrid con una calidad de vida propia del jet set internacional. Ejemplos como este abundan. Chavista de la nomenclatura que se respeta tiene al menos un tremendo apartamento en el exterior y unas cuentas en moneda dura que siempre se manejan en al menos 7 cifras medias, para los menos favorecidos.

Estos primates vieron en la elección de la Asamblea Nacional de 2015 una amenaza real a todo este aparato de privilegios que habían diseñado sin control alguno desde que llegaron al poder en 1999. Un mandril blandiendo un mazo en su programa de televisión habla del país y de sus recursos como si fuesen de su peculio personal. Este individuo de mentalidad del pleistoceno inferior defiende a capa y mazo la ilegítima elección de una asamblea nacional constituyente que pretende hacerse del país desde una posición vergonzosamente minoritaria. Quiere el individuo de marras hacerse del poder omnipotente que le permita barrer con todo lo que le impide disfrutar de sus privilegios mal habidos y tomarse para si el país como Milo hizo con el planeta de los simios.

Los venezolanos tienen el derecho y deber de frenar la ilegítima pretensión del gorilato de hacerse del país desde una minoría. El país no le pertenece a esta manada de primates que se creen con más derechos que el resto de los venezolanos. Nunca la diferencia entre la oligarquía política y el venezolano de a pie había sido tan grande en Venezuela. Mientras que un joven venezolano tiene que aventurarse en autobús hasta Santiago de Chile, el ministro de relaciones exteriores toma un avión de la flota para ir a visitar a su novia en Washington sin que se le agüe el ojo.

El gorilato no entiende que el país no le pertenece y chantajea a los funcionarios públicos, empleados de empresas del estado y a todo el que dependa del gobierno para su subsistencia para obligarlo a votar en el proceso para la instauración de la constitución cubana. Mensajes de texto, reuniones pequeñas en oficinas y todo tipo de artilugios son usados por los gorilas para imponerle a la gente su voluntad. Es tiempo que el venezolano ponga a estos simios en su sitio.

Si la elección del 30 de Julio se da, será el principio del fin del gorilato. Los venezolanos no están dispuestos a seguir sufriendo los desmanes de una clase política que los trata como esclavos. Que pretende hundirlos en la peor de las miserias para hacerlos depender de los cada vez más exiguos favores que les puedan suministrar.

Es tiempo de barrer a los simios del poder. Es tiempo de establecer una verdadera democracia en Venezuela. Una en la que el pueblo sea escuchado y obedecido. Una democracia en la que el objetivo fundamental sea el bienestar del pueblo. Donde el individuo en el uso de su libertades pueda desarrollarse para darse la calidad de vida que su esfuerzo le procure. Una democracia en la que el Estado esté para socorrer al más desfavorecido y que promueva el crecimiento de todos los venezolanos en paz y prosperidad.

El chavismo ha demostrado en estos dieciocho años no poder conducir Venezuela bajo un sistema democrático y ya es tiempo que deje el poder.

@botellazo

Dictadura fraudulenta, por José Vicente Carrasquero A.

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La trapisonda y el fraude están en el ADN del proceso político que hoy oprime y empobrece al pueblo venezolano. Fue mediante engaño que el comediante eterno llevó a un grupo de jóvenes venezolanos a la muerte aquel 4 de febrero de 1992. Abundan en la vida de este individuo momentos que protagonizó desde la farsa, la trampa y la mentira. El mismo líder del proceso político era en sí mismo un fraude ambulante.

Por aquello de dime con quién andas y te diré quién eres, a este movimiento se plegaron un grupo de militares y políticos que en su desempeño como gobernadores, ministros, embajadores y un largo etcétera han dejado como niños de pecho a la clase política de la cual denostaron para justificar sus fallidos intentos de golpe de estado.

El actual gobernador del Estado Zulia ha llegado a la aberración de pedirle a la oposición que tomen los fusiles para que se enfrenten por las armas. Esto solo se le puede ocurrir a un primitivo ex militar que en este momento disfruta una calidad de vida que ya quisieran para sí muchos ricos alrededor del mundo. El estado más rico de Venezuela está sumido en la pobreza, en un evidente deterioro de la infraestructura, en pésimos servicios de salud y co-gobernado por el hampa. ¿Con qué moral habla este individuo? ¿Qué puede defender de su gestión? ¿Justifica en este momento la cantidad de personas que murieron en los intentos de golpe y de lo cual es corresponsable?

El capitanete que simula gobernar el fronterizo estado Táchira es otro espécimen que obliga a reflexionar sobre si estos señores traían al gobierno mejores capacidades que quienes quedaron atrás. Este personajillo que escribía desde la cárcel a oficiales superiores para que lo ayudaran a no perder el apartamento que estaba pagando, es otro ejemplo de aquel dicho según el cual hay dos cosas que no se pueden esconder, la tos y la riqueza. En una de sus boberías recientes amenaza con no darle DICOM a quienes participen en la consulta popular del 16 de Julio. Si no es bobo, la verdad es que se aplica. Cualquier gobernador no chavista del Táchira fue muy superior a éste.

El caso del heredero de Chávez es el más patético de todos. Con una evidente falta de formación para entender las complejidades del Estado que le toca manejar, Maduro permitió que se le escurriese de las manos el capital político que le había dejado su predecesor. La inacción ante la caída de los precios del petróleo es un sacrilegio que hoy tiene a los venezolanos pasando hambre y necesidad. Esto mientras garantiza el pago religioso a los tenedores de bonos de deuda del tesoro o de PDVSA. Esta es otra demostración del fraude en que ha devenido esta dictadura. Se paga a los capitales nacionales e internacionales, después a los que se enriquecen en la intermediación y por último, bien lejos, el pueblo que hoy es mucho más pobre que en 1992.

El fraude sigue con el supuesto respeto a la constitución. Sacan el librito azul como quien muestra el crucifijo a un espíritu endemoniado. Se arropan con la bandera para decir que liberaron al pueblo. La triste realidad es que Venezuela sufre los mayores niveles de dependencia de los últimos cien años. El dictador debe viajar con cierta frecuencia a Cuba para rendirle cuentas a sus jefes. De igual forma debe reportar a Putin de Rusia y al gobierno Chino en donde lo atienden funcionarios de segunda categoría.

En más de nuestra soberanía, la dictadura fraudulenta ha permitido que el hampa internacional se haga de nuestras fronteras convirtiendo a nuestro país en una zona franca del narcotráfico. De este pingüe negocio se benefician militares y allegados del gobierno. Esto está ampliamente probado por los juicios adelantados en los Estados Unidos y por los procesos que están en marcha para determinar la culpabilidad de algunos de ellos.

Los fraudulentos que siempre sacaban a relucir el número de elecciones que habían realizado en los últimos años como muestra “inequívoca” de sus compromisos con los valores democráticos decidieron a partir de los resultados de diciembre de 2015, revocar el derecho al voto a los venezolanos. De esto, hay claras evidencias, la conculcación del referendo revocatorio que sin duda sacaría a Maduro del poder e impedir la elección de gobernadores que se debió realizar el mes de diciembre pasado. El tercer caso es no haber convocado el referendo consultivo para la convocatoria de la constituyente con la que el fraude chavista busca impedir por la vía de la trampa vergonzosa su salida del poder.

En su cortedad mental, el heredero del fraude se empeña en extinguir las manifestaciones por la vía de la acción criminal para tratar de tener un ambiente de normalidad para el 30 de Julio. Lo cierto es que la magnitud de la amenaza que representa el proceso de prostitución del estado es de tal magnitud que la gente ha decidido permanecer en la calle a toda costa.

La fraudulenta fracción femenina de la directiva del CNE se ha empeñado en defender lo indefendible. Parecen no avizorar que serán tratadas como cómplices del fraude a la constitución que Maduro y su cúpula corrupta — de la cual ellas forman parte — adelantan con la finalidad de imponer un modelo en el que la democracia participativa y protagónica quedará reducida a una simple opinión no vinculante en alguna plazoleta de pueblo.

La dictadura fraudulenta traiciona descaradamente las propuesta políticas de su fundador. Y eso se debe a una razón fundamental: cárcel. No tienen manera de justificar el que se hayan dilapidado una cantidad fantastillonaría de dólares que según algunos analistas es 2,5 veces superior a la sumatoria del todo el dinero que entró en el tesoro público año por año desde 1830 a 1998. Esto sin mencionar la violación a derechos humanos, la corrupción descarada y la complicación de algunos en asuntos de narcotráfico.

La dictadura fraudulenta le tiene miedo al pueblo. Por eso lo reprime, lo castiga, lo amenaza con no venderles las miserables bolsas CLAP, los chantajea con el vergonzoso carnet de la patria. Saben que no tienen pueblo. Lo tienen que inventar, lo deben movilizar por medio de la amenaza.

Pero, ese pueblo los sabe sin poder y solo espera la oportunidad para barrerlos del mapa político y lanzarlos al basurero de la historia.

 

@botellazo