El plenario del Senado aprobó el martes un voto de censura al gobierno de Nicolás Maduro por la prisión aribitraria de políticos opositores, acto que viola las cláusulas democráticas del protocolo de Ushuaia respecto del compromiso democrático del Mercosur.
El voto de censura «repudia» la detención del alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, y del líder de Voluntad Popular, Leopoldo López, entre otros activistas políticos, informó EFE.
El autor de la moción fue el senador Romero Jucá, del oficialista PMDB, quien afirmó ser socio de Venezuela y que quiere «un futuro constructivo» para el país vecino, pero observó que es necesario un posicionamiento crítico respecto de lo que allí sucede.
«El Senado reclama democracia en América del Sur. Los opositores tienen protección de los países del Mercosur en lo referido al ejercicio pleno de cualquier actividad política. Este es un voto de repudio por el incumplimiento de la libertad en Venezuela», declaró Jucá ayer en Brasilia.
El senador y ex candidato presidencial socialdemócrata Aécio Neves (PSDB) saludó la posición tomada por el Plenario y aprovechó para invitar a los colegas a la sesión de este jueves en la Comisión de Relaciones Exteriores, donde se recibirá a las esposas de políticos opositores venezolanos que se encuentran en prisión: Mitzy Capriles y Lilian Tintori. Aécio también dijo que Brasil estaba en deuda por no haberse manifestado antes, de forma institucional, sobre la situación de las libertades civiles en Venezuela.
«Estuve en Lima unas semanas atrás y allí quedó claro cómo se extraña una palabra más fuerte del que es el mayor país y la más sólida democracia de nuestra región. Políticos e intelectuales de todos los matices ideológicos piden que las fuerzas democráticas de Brasil asuman una posición clara» respecto de lo que sucede en Venezuela, dijo Aécio.
El Partido de los Trabajadores, primero de la coalición oficialista, criticó la decision del Senado, considerándola precipitada, y criticó el alineamiento com políticos venezolanos que serían, a su juicio, golpistas. «No hay santos en esta historia», aseguró Lindbergh Farias, senador por el PT.
«El gobierno brasileño ha tenido posiciones en busca de entendimiento, de una salida política negociada y legal. Tenemos que preocuparnos con una guerra civil en el país vecino. Es una postura equivocada tomar partido; hay que tomar partido por el diálogo, tener una postura de equilibrio», insistió Farías. Su colega, líder del PT en el Senado, Delcídio do Amaral, declaró que se abstuvo de votar siguiendo los lineamientos del gobierno brasileño respecto del tema Venezuela.