Antonio Ledezma, autor en Runrun

Feb 11, 2015 | Actualizado hace 9 años
Zapata por Antonio Ledezma

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Pedro León Zapata fue un venezolano excepcional. Uno de esos hijos de un país que le dan brillo al gentilicio. Su talento fue desbordante y se ponía  de manifiesto todos los días en el diario El Nacional en cada caricatura desde donde pintaba y narraba, en geniales trazos y pocas letras, la  triste y dura realidad del país.

Dibujaba las dificultades y las esperanzas, describía con humor la manera de ser de los venezolanos, a través de un oficio tan serio como el de humorista. Fue un artista plástico que jamás perdió la inspiración que lo motivó a desarrollar sus condiciones naturales y encauzar su probada vocación. Se forjó a fuerza de trabajo, se abrió camino desafiando adversidades y supo escalar por los peldaños hacia la fama, usando sus méritos como escalera.

Fuera de Venezuela buscó las mejores escuelas para acumular conocimientos, con la idea fija de no perder el vínculo con el país de sus desvelos. Practicaba la cultura y opinaba con criterio político, sin esquivar la controversia que se derivaría de sus posiciones. Sabía que tenía una responsabilidad con Venezuela, que lo peor era aislarse, como el que “frescamente” se lava las manos a lo Poncio Pilatos. Era crítico con los gobiernos que, según su ingenio, merecían ser cuestionados, y en cada caricatura se plasmaba una teoría política o un ensayo económico. El pueblo era representado en sus papeles para que ese mismo pueblo terminara riéndose de los problemas que satíricamente describía en una sola lámina.

Jamás olvidaré su deseo de dejarle a Caracas su arte expuesto en un costado de la ciudad. Esta aspiración se concretó con el diseño y ejecución del mural Los Conductores de Venezuela, ubicado en los predios de la Universidad Central de Venezuela. Fueron meses de trabajo, hasta que en 1999 se develó esa gran obra artística que diariamente seguiremos viendo al transitar por la autopista Francisco Fajardo en cualquier sentido. Zapata quería democratizar y popularizar su arte, que sus pinturas, retratos y murales salieran a la calle para que cada ciudadano sintiera que también tenía una escultura del maestro en un rincón de su casa o un cuadrito en la pared de su vivienda. Zapata se convirtió en una escuela, en un paradigma, en una manera de ser de los venezolanos.

Por eso lo veremos reproducirse en los inteligentes caricaturistas que surgen en medio del totalitarismo que pretendió arrebatarle sus pinceles, herramientas que defendió con coraje y pundonor. Zapata nunca se rindió, aun convaleciente siguió narrándonos los dramas de un país y de un pueblo que encontró en su arte una manera de hablar, de quejarse, de protestar, pero también de seguir animado a buscar salidas a esta espantosa crisis que anticipadamente denunció en sus magistrales caricaturas, que no supo tolerar un régimen que hoy sucumbe a sus propias arbitrariedades.

 

@alcaldeledezma

El Nacional 

Ene 29, 2015 | Actualizado hace 9 años
Las torpezas del régimen por Antonio Ledezma

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Foto El Tiempo

La torpeza es característica que define la conducta de los actuales gobernantes. Veamos algunos hechos irrefutables que nos permiten hacer, tajantemente, esta definición. En medio de una inocultable crisis que viene corriendo desde hace años, pero acelerada en estos últimos meses con la previsible caída de los precios del petróleo, Nicolás Maduro juega a “la candelita” con la presentación de su memoria y cuenta.

En medio de anuncios que terminaban en suspensos, se escenifican colas de centenares de miles de ciudadanos a las puertas de mercados, farmacias y centros de salud, tratando de conseguir “lo que sea”, porque sienten y constatan que todo está, cada día, más escaso. La torpeza del régimen se pone en evidencia, primero negando la existencia de esas colas, acusando a la oposición y a factores extranjeros de “armar esa maniobra para crear la falsa sensación de desabastecimiento en el país”.

La defensa torpe se devolvía con fuerza brutal cada vez que la ciudadanía, agotada por los efectos de las horas, llevando sol y agua, haciendo su “cola”, escuchaba a los fantasmagóricos funcionarios gubernamentales asegurar “que esas colas están montadas por hijitos de papi y de mami”.

Torpes cuando salen por los medios de comunicación pidiéndole sacrificios al pueblo, en medio de la ruidosa denuncia que pone al descubierto la forma descarada como utilizan aviones del Estado para diligencias personales de sus encumbrados líderes. Los dislates son cada día más estruendosos. Por eso, más allá del poder del que se ufanan y que socarronamente le enrostran a los venezolanos, el peso de la verdad los doblega, sobre todo porque los venezolanos resistimos la embestida de barbaries y demostramos que lo que verdaderamente no escasea es la moral y la inagotable voluntad de luchar por nuestros derechos civiles.

La perorata para vender la trama de “la guerra económica” no la compra un pueblo decepcionado que lo que quiere es comprar alimentos y medicinas. La avalancha comunicacional oficialista tampoco impide que la ciudadanía abrigue sospechas que despiertan hechos delicados que obligan al régimen a deslindarse del terrorismo y del narcotráfico. Aviones derribados cargados de drogas, o despegando del aeropuerto de La Carlota, o de una rampa que se supone estrictamente vigilada en Maiquetía, o de una pista valenciana celosamente custodiada por efectivos militares, o las noticias que dejan mal parado el gentilicio venezolano cuando en la prensa internacional aparecen titulares que reseñan barcos con bandera nacional transportando cocaína, para no hablar de las confesiones de exmagistrados, exministros y de efectivos de la Fuerza Armada Nacional, que son “patriotas cansados de cooperar”.

 

@alcaldeledezma

El Nacional 

Ene 14, 2015 | Actualizado hace 9 años
¡Esto trae cola! por Antonio Ledezma

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La destrucción arbitraria del aparato productivo del país ha traído como consecuencia la poca fabricación y producción de alimentos, de medicamentos, bueno, de todo. Por eso no causa risa, sino mucha indignación, oír a Maduro cuando promete desde las lejanas tierras del Medio Oriente: “Todas estas regiones son desérticas e importan muchos alimentos. Vamos a producir los alimentos que necesita Qatar, que necesita el mundo árabe, donde hay desierto, vamos a producirlo en Venezuela y desarrollamos las fuerzas productivas. Llevamos tecnología (y) capital”.

¿Qué podemos concluir de estos ofrecimientos que carecen de toda lógica y fundamento? ¿Que Maduro les “mama el gallo” a los jeques y príncipes árabes? ¿O que los venezolanos estamos estupidizados, de tal manera, que lleguemos al colmo de celebrar esas “buenas nuevas”?

Las colas para ver qué se consigue en un abasto, farmacia o ferretería, son descomunales. Se intensifican en la medida en que la ciudadanía piensa que esto es “tierra arrasada”. Solo unos voceros insolentes y comprometidos con un régimen que se empeña en profundizar la crisis para controlar el poder, a costa de lo que sea, son capaces de declarar lo más absurdo que se puede escuchar en Venezuela. “Esos que están en las colas son ‘hijitos de papá”, dijo uno; “Esas son colas de fantasía”, dijo el otro. ¡Qué barbaridad!

Pero estas recientes declaraciones de Maduro “tienen premio”. Maduro promete en su gira internacional, “abastecer de alimentos los mercados de los árabes” ¿Qué vamos a exportar los venezolanos, si aquí la gente se la pasa en una sola cola a ver qué encuentran de lo que se importa? Desmantelaron las zonas fértiles del campo con expropiaciones, invasiones y asaltos a productores que antes contaban por lo menos con Agroisleña, empresa que destruyeron en un santiamén.

¿Cómo se puede producir en un país donde no se sabe cómo se va a cambiar el dólar? ¿Cómo se puede sembrar en un país donde no se consiguen fertilizantes o pesticidas ni equipos para trabajar la tierra? Los que hemos escuchado con mucha atención a nuestros trabajadores agrícolas, a nuestros valientes ganaderos, sabemos de las penurias que viven para conseguir aceite para atender el motor de un tractor, o de lo infructuoso que resulta encontrar el repuesto para reparar la cosechadora. A esto agreguemos el grave peligro al que permanentemente está expuesto un empresario pequeño, mediano o grande del país, cuando se enfrenta al fenómeno del secuestro o los asaltantes de caminos. Estas son las colas que traen los modelos económicos afincados en esquemas desadaptados y por demás fracasados donde se han tratado de imponer. Por eso el gran proyecto, la alternativa frente a esta locura, es trabajar para buscar eficiencia económica, justicia social y libertad plena.

 

@alcaldeledezma

El Nacional 

Ene 05, 2015 | Actualizado hace 9 años
Por un diálogo serio por Antonio Ledezma

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Los jerarcas del régimen están invitando a una reunión de ¿diálogo? a los gobernadores y alcaldes. En un país que marche normalmente, este tipo de encuentros serían rutina, y por lo tanto no generarían noticia de primera página tal como ocurre en nuestro país, sencillamente porque estas invitaciones se ven como algo fuera de lo común, algo sensacional, extraordinario, de parte de un gobierno caracterizado por acosar a los mandatarios locales que no coincidan con su peculiar manera de pensar.

Hace exactamente un año, acudí a Miraflores para participar en una sesión de trabajo. De entrada todo se veía bien, aprecié aquel evento como una magnífica ocasión para perfilar acuerdos que apuntaran a remediar las dificultades de nuestros pueblos que ameritan soluciones compartidas., forjadas de común acuerdo, porque al fin y al cabo, lo que espera la ciudadanía es que se superen los problemas, que son bastantes y cada día más complejos en todos los municipios. Pero lamentablemente no ha sido así.

Han continuado el sectarismo, la intolerancia y la escalada centralizadora inconstitucional, que ha revertido significativos avances que las regiones reputaban como grandes conquistas, fruto de los esfuerzos de muchos años de trabajo en pos del desarrollo de la provincia nacional. Recuerdo, otra vez, que ese día -18 de diciembre de 2013- le exigí a Maduro que le devolviera las competencias y recursos conculcados a la Alcaldía Metropolitana de Caracas. La respuesta se produjo en términos más recalcitrantes, más agresivos, con insultos, descalificaciones, infamias y burlas contra la voluntad soberana de los ciudadanos que nos ratificaron su confianza en las elecciones locales celebradas ese pasado 8 de diciembre de 2013.

El país debe saber, por ejemplo, que ni un solo céntimo de los recursos que les corresponden legalmente a nuestra institución por concepto de Fondo de Compensación Interterritorial FCI, le ha sido transferido a nuestra Alcaldía. Insólito ¿verdad? Pero esa es la realidad. Nosotros presentamos los proyectos de acuerdo a las normas. Hemos cumplido todos y cada uno de los requisitos, los consignamos puntualmente, y nada, no hemos recibido ni un mero céntimo, nada, absolutamente nada. ¿La razón? Simplemente porque no les da la gana, porque no se respetan la Constitución, ni las leyes.

Porque no les importa si se hacen las obras, si se ejecutan los proyectos de beneficio social para nuestros pueblos. Ese es un ejemplo patético de cómo se “administra” nuestra Nación. Esa es una señal de lo que han hecho con instituciones como PDVSA, el Banco Central de Venezuela, la Corporación Venezolana de Guayana, y otros organismos. Nada se ha salvado de esta locura, de esta delirante manera de manipular la cosa pública.

Es por ello que se debe saber a qué atenerse con este tipo de gobernantes, que colocan por delante sus conveniencias, en perjuicio de los intereses del país. Lo natural, lo lógico, lo que encajaría en medio de tantas dificultades que padece Venezuela, es un diálogo serio, solvente, curado de mentiras y jugadas sucias. Eso sería lo saludable para nuestra economía tan maltrecha y lo que ayudaría a nuestro pueblo a buscar mejores derroteros.

 

@alcaldeledezma

Dic 03, 2014 | Actualizado hace 9 años
A falta de pan, buena es María por Antonio Ledezma

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La situación en los recintos penitenciarios del país sigue siendo un desastre. El número de seres humanos que han perdido la vida en esas cárceles, asombra al mundo, por eso en cualquier parte de la tierra se habla de este caos y muchos se preguntan, “¿Cuántas personas tienen que morir para que el régimen venezolano se disponga a buscar una solución a este drama?”

Las dificultades van desde el hacinamiento, la denigrante alimentación, las inhumanas condiciones sanitarias y los maltratos, hasta las operaciones delincuenciales que se realizan desde los predios penitenciarios. Por parte de las autoridades sólo se ponen en práctica las recicladas medidas que terminan agravando la crisis. Así tenemos que con las intervenciones se han clausurado más penales de los que han sido inaugurados.

De las cárceles se pasa a otro caos, esta vez en los aeropuertos del país, en cualquiera, porque en todas partes los usuarios de los aviones tienen que esperar horas, o regresar a sus casas con las maletas porque se suspendió el vuelo. Pudiéramos decir que la capacidad de aguante de los ciudadanos es digna de ser analizada. En otros países estos retrasos producen más que una simple incomodidad; lo que se vive y se sufre aquí, es sencillamente insoportable. Esto es una afrenta a la condición humana. Ver a la gente correr desesperada para no perder la conexión, “porque el vuelo de origen salió con 6 horas de atraso”. ¿Qué turismo se puede hacer con estas deficiencias continuas?

Por el rumbo que lleva el país, nos vamos a quedar sin líneas aéreas, colapsará el ruinoso parque de aeronaves, nos estamos desplomando en un punto en el cual ya no hay líneas aéreas que puedan reemplazar a otras, por más voluntad que pongan, porque la crisis  ha ido empeorando.

Pero “la solución” del régimen es citar nuevamente a María Corina Machado a la Fiscalía General de la República. No hay medicinas, ni alimentos suficientes ni se puede detener la devaluación de la moneda, pero sí hay un régimen capaz de mantener presos a Leopoldo López y a los alcaldes Scarano y Ceballos, a los estudiantes y a quien se atreva a alzar su voz, o siquiera escribir mensajes en las redes, “como esos peligrosos tuiteros desestabilizadores”. No pudieron evitar la caída de los precios del petróleo, vamos entonces a ver cómo le paramos el trote a esta mujer. Porque para este régimen, una mujer con esos valores y  ese coraje, constituye una amenaza peligrosísima, aunque sus únicas armas sean una voz y su bandera tricolor.

 

@alcaldeledezma

El Nacional 

Nov 26, 2014 | Actualizado hace 9 años
Pan y circo por Antonio Ledezma

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En el Coliseo de la Roma imperial se escenificaban espectaculares eventos, desde el combate de fieras, lucha entre gladiadores y puestas en escena de obras teatrales, hasta la distribución gratuita de alimentos. Estas diversiones, más el reparto de las migajas, representaban los dos grandes instrumentos de manipulación social. Es lo que se ha llamado proverbialmente como la política del “pan y circo” para el pueblo.

Aquí en Venezuela tenemos un régimen que dispone de miles de millones de bolívares para campañas publicitarias y la bicoca de 14 millones de dólares para una pomposa fiesta en Caracas. Eso ocurre, mientras escasean medicinas para tratamiento de epilepsia y enfermedades renales. La insuficiencia de fármacos es especialmente grave para el tratamiento de hipertensión y diabetes, así como en antirretrovirales, anticancerígenos y antibióticos. Hay unos 20.000 pacientes con insuficiencia renal en espera de hemodiálisis y diálisis peritoneal.

También tenemos estudiantes sin divisas en el exterior. ¿Qué les cobran? ¿Por qué se mantiene este cerco a jóvenes, que solo buscan prepararse en buenas universidades, adquiriendo conocimientos y experiencias modélicas, más otras lenguas, para retornar a Venezuela a dar lo mejor de sí mismos y contribuir a sacar adelante este país? Por eso lo que «no les suena» a esos estudiantes es que se les paralicen los recursos en divisas, mientras se enteran de la tremenda rumba que montará el régimen y para lo cual han dispuesto esos 14 millones de dólares. ¿Es que acaso los jefes de esta “revolución”, jamás escucharon decir a sus padres, que cuando hay dificultades en la familia, la cosa no está para fiestas?

Las universidades con presupuestos deficitarios. ¿Cómo vamos a formar los técnicos que necesitamos? ¿Cómo se innova? ¿Cómo nos metemos en la carrera de los conocimientos?, si no hay estímulos ni mecanismos para inventar y crear, para luego terminar patentando todo lo que surja de la imaginación de nuestros ciudadanos. ¿Cómo se avanza en este mundo interconectado, interrelacionado, cada día más exigente de buenas ofertas, de atractivos bienes?

Lo más reciente es que desmontarán el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas. Ese ente vio la luz hace 55 años para iluminar la inteligencia a esos científicos y técnicos que soñaron con la posibilidad cierta de la excelencia. Un aporte fundamental para nuestra economía petrolera fue Intevep. Pero eso no cuenta, lo que prevalece es el proyecto político hegemónico y totalitario, aunque sea a costa del propio país.

 

@alcaldeledezma

El Nacional