Mentiras petroleras y nuevas realidades por Tony Bianchi - Runrun
Mentiras petroleras y nuevas realidades por Tony  Bianchi

Hace años, con Arabia Saudita en la cabeza, decenas de países productores de petróleos han venido inflando el estimado de sus reservas petroleras. Después de todo, más grandes las reservas declaradas , más posibilidades de usar esta riqueza como colateral o contrapartida para obtener créditos y aumentar la importancia estratégico-económica de estos países, Venezuela incluida.

La más escandaloso aparece el cálculo del gobierno de Riad que varias organizaciones petroleras mundiales han corregido fijando las reservas Saudí en aproximadamente 160 billones de barriles (bbl), un 40% menos de lo declarado, cosa que reduce de 81 a 49 sus años de reservas y baja este reinado árabe del primer al segundo lugar de la escala mundial.

Pasa al primer lugar Canadá con más de 170 bbl de reservas con la salvedad de que su producción de cerca de 3 millones de barriles diario (mbl) es menos del doble del la de Arabia Saudita y solamente sexta en escala mundial aunque se esté incrementando paulatinamente.

Con esta revelación lo lógico es que sea Venezuela el país con mayor reservas comprobadas, pero de los 290 bbl que tanto reclamamos y citamos con orgullo tenemos que deducir aproximadamente la mitad por tratarse de crudo, o mas bien fango bituminoso ultra pesado cuya purificación requiere inversiones gigantescas y tiempo para construir refinerías especiales.

Otros países en la lista de mentirosos son Irán, Iraq, los Emiratos Árabes y Rusia que los expertos petroleros estiman estén inflando sus niveles de reservas entre el 15 y el 25 por ciento.

Pero lo que más preocupa los países productores de crudo es el precio del petróleo y sus ingresos por el efecto del boom gasífero que se extiende en todos los continentes y que no logra complementar los ingresos del petróleo de sus beneficiarios.

En el caso de Arabia Saudita la primera preocupación deriva del hecho que nueve de diez barriles de su petróleo so producidos en los 6 principales yacimientos de Ghawar, unos 250 kilómetros al este de Riad que lleva 65 años aportando la mayoría de los 8 millones de barriles diarios (bbd) del país y se sospecha que esta bonanza no seguirá por mucho más de unos 25 años adicionales.

Esta cifras no causaría mayor alarma a Riad si el país no tuviera una fuerte explosión demográfica que conlleva a un incremento del consumo interno de combustible y de de fuel oil para suplir energía eléctrica. Khalid Al Sulaiman, jefe de Centro Nuclear y de Energía Renovables de Ciudad Rey Abdullah ha dicho categóricamente que su país tiene que concentrarse a encontrar fuentes de energía alternas no solamente para enfrentar sus necesidades internas «sino para poder mantener el nivel de entradas económicas que nos proporciona el petróleo.»

Esta última frase ha prendido luces rojas en más de una docena de países que aunque estén frotándose las manos gracias a la posibilidad de poder participar en el auge gasífero se dan cuenta que el valor de un barril de crudo es bien superior al equivalente en gas.

Riad acaba de firmar un acuerdo de cooperación energética con Francia con una inversión de USD 100 millones para iniciar una planta nuclear cerca de la capital y está hablando con varios otras empresas internacionales para construir un gran centro de acumulación de energía solar.

Por otro lado Estados Unidos y Rusia están abiertamente abocándose a un rápido aumento en la explotación de sus grandes reservas de gas y petróleo esquístico mientras que China considera que un plan de exploración y explotación de gas tardaría demasiado tiempo en proporcionar el combustible deseado para ayudar su formidable expansión industrial y prefiere aportar grandes inversiones en maxi proyectos en Rusia, como por ejemplo en el Mar Báltico, y en otros países a cambio de importantes suministros energéticos.

No hay duda que Venezuela tiene grandes potenciales porque su bondadoso subsuelo aun tiene bastante que dar, pero su infraestructura energética está en un estado deplorable, necesita grandes inversiones y buenos profesionales y buen mantenimiento para restablecer los niveles de excelencia de antaño antes de buscar nuevos beneficios tales como gas y petróleo esquístico.

Tony Bianchi