Roemers recogió las imágenes en el libro “Reliquias de la Guerra Fría”, en el que se pueden ver cuarteles, búnkeres, instalaciones nucleares, túneles y otros lugares que visitó los cuales estaban abandonados hace décadas.
Algunos de los lugares que fotografió están en la actualidad abiertos al público, mientras que otros permanecen a cargo de instituciones públicas o privadas.
Según Roemers, muchas de estas estructuras han permanecido intactas por estar en lugares remotos. El fotógrafo explicó que no han sido demolidas porque eso resultaría más caro que dejarlas tal y como están.
“Crecí durante la Guerra Fría y era un tema que nos enseñaron en las escuela y que se discutía en casa. No había manera de evitar conocer detalles de ese conflicto”, explica Roemers.
Para este proyecto Martín Roemers visitó diez países durante un periodo de 11 años. Estas imágenes fueron exhibidas recientemente durante una exposición en la galería Anastasia Photo de Nueva York.
