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¿Qué son las Zonas Económicas Especiales de China? por Víctor Álvarez R

EN 1978, LUEGO DE LA MUERTE DE MAO, para Deng Xiaoping y demás promotores de las reformas económicas chinas era imposible construir una economía capaz de satisfacer las crecientes necesidades de su inmensa población, en el marco de autarquía prevaleciente. Por eso, decidieron experimentar una política de puertas abiertas a través de las Zonas Económicas Especiales (ZEE), las cuales fueron separadas del resto de la economía controlada por el Estado.

Las ZEE surgen como un experimento de política económica del gobierno central chino para poner en marcha -de manera controlada-, las reformas económicas y la modernización de la economía china. Con este fin, en las ZEE se ofrecen incentivos fiscales y atractivas expectativas de rentabilidad para atraer un creciente flujo de inversiones extranjeras que transfieran a las empresas chinas la tecnología, conocimientos, experticia técnica y habilidades gerenciales y administrativas.

Las empresas que se instalaron en las ZEE gozaron de estos incentivos y de una gran flexibilidad de las regulaciones internas, toda vez que serían la experiencia piloto a la luz de la cuales se orientarían los nuevos proyectos.

Antecedentes

Las ZEE están inspiradas en las Zonas de Procesamiento de Exportaciones (ZPE), que fue la estrategia implementada por los países del sudeste asiático para impulsar la industrialización y modernización de sus economías, luego de la  Segunda Guerra Mundial.

Otro importante antecedente en la creación de las ZEE es la aprobación en 1978 de la Ley sobre Empresas Conjuntas Extranjeras (joint ventures) con el objetivo de promover inversiones extranjeras directas acompañadas de transferencia tecnológica y formación del factor humano técnico y gerencial para modernizar la actividad agrícola e industrial de propiedad estatal. Esta legislación permitió que la Inversión Extranjera Directa (IED) en China fuese posible a través de condiciones regulatorias claras y estables.

Las ZEE constituyeron una especie de grandes laboratorios para poner en marcha las reformas económicas orientadas a desmontar la exagerada y asfixiante regulación estatal, en favor de liberar gradualmente los mecanismos del mercado, en el marco de un proceso planificado, controlado y dirigido por el gobierno chino.

 

Una política del gobierno central para promover la descentralización

Las ZEE se circunscriben en una región geográfica cuyas leyes y regulaciones económicas son más flexibles, en comparación con las que rigen para la inversión en el resto del país. Se localizaron fuera de las mayores aglomeraciones urbanas de China y han funcionado como plataformas para evaluar y observar el funcionamiento de la inversión productiva y la actividad económica guiada por la lógica del mercado y no de la planificación centralizada.

A los gobiernos locales se les concedió autoridad para tomar decisiones sobre inversión pública, complementaria a la planificación central. También se les permitió decidir políticas preferenciales para atraer IED y promover sus propios planes de infraestructura. El experimento comenzó en  cuatro regiones del sureste del país, tres en Guangdong (Shenzhen, Zhuhai y Shantao) y una en Xiamen (Fujian). Cada región desarrollo clusters específicos con un tipo de industria distinta, pero interconectadas. Así, en lugar de una prematura e innecesaria competencia interna, más bien se propició la cooperación y complementariedad entre regiones y sectores, generando así mayor productividad.

Este proceso convirtió a la zona costera del sur de China en el área de mayor prosperidad del país y es una clara demostración de que políticas públicas regionales -como las ZEE-, pueden ser muy exitosas para contribuir al progreso económico de toda la nación.

 

Ventajas que ofrecen las Zonas Económicas Especiales

En las ZEE se ofrece un trato preferencial que permite a los inversionistas obtener mayores beneficios económicos que en sus países de origen. Las ZEE están libres del régimen impositivo que se aplica en otras regiones de China. A cambio, China recibe tecnología y formación de su personal técnico y gerencial en el dominio de las técnicas productivas y métodos de gestión. Las empresas locales se benefician de la asistencia técnica y apoyo para su inserción a las redes de mercadotecnia internacional, aprendiendo así las claves del comercio exterior. Entre las ventajas que ofrecen las ZEE se pueden mencionar:

  • Desregulación estatal y simplificación de trámites administrativos y burocráticos en favor de la activación de los mecanismos del mercado.
  • Flexibilización de las leyes y regulaciones que rigen la inversión y las operaciones de las empresas.
  • Facilidades de parcelas para el desarrollo de infraestructura y servicios de apoyo a la producción, tales como: electricidad, agua, gas, telecomunicaciones, transporte, sistema vial, viviendas y oficinas de consultoría.
  • Incentivos fiscales. en los primeros diez años de funcionamiento las empresas pueden recibir una reducción de hasta el 100 % del impuesto sobre la renta (ISLR) y 50 % en los siguientes cinco años.
  • Incentivos fiscales, arancelarios y cambiarios para la importación de insumos y maquinarias destinados a la producción para exportar.
  • Aceleración de las tasas de depreciación de activos.
  • Garantías para poder repatriar y remitir ganancias a la casa matriz.
  • Bajos costos de la mano de obra y menores cargas de seguridad social.

Los inversionistas occidentales y la diáspora china comenzaron a reubicar sus fábricas en las ZEE, aprovechando así los generosos incentivos fiscales, arancelarios y cambiarios, mano de obra disciplinada y barata, oferta de parcelas con infraestructura y servicios en ventajosas condiciones, menores regulaciones ambientales y laborales, todo lo cual se tradujo en menores costos y una mayor competitividad internacional.  En retribución a estos incentivos, la creciente IED le proporcionó a China la tecnología que no tenía y los conocimientos que necesitaba para impulsar el despegue de sus propias fuerzas productivas.

 

Impacto económico de las ZEE

La reforma económica estructural en China ha generado un éxito que no tiene precedente en otras naciones del mundo. El impacto económico de las ZEE fue directo e inmediato. China cosechó rápido y temprano los frutos de las reformas. En 1982 alcanzó una tasa de crecimiento del 9.1 % en el PIB, mientras que Estados Unidos experimentaba un decrecimiento del -1.9 % (Banco mundial, 2014). En las regiones, la tasa de crecimiento económico de Shenzhen entre 1979 y 1995 fue cerca de 40% anual. China empezaba a producir y exportar cada vez más, obteniendo una balanza comercial positiva y una mejor calidad de vida para los trabajadores de las ZEE.

Este impetuoso y prolongado crecimiento creó una gran cantidad de puestos de trabajo mucho mejor remunerados que en el resto del país. Así comenzó a aumentar la calidad de vida de los trabajadores de Shenzhen, Zhunhai, Shantao, Fujian y de otras ZEE, en comparación con las demás regiones del país. Además de estar mejor pagados, los trabajadores de las ZEE disfrutan del permanente proceso de formación y entrenamiento, y de los incrementos salariales sustentados en los incrementos de la productividad.

En la ZEE florece el espíritu emprendedor, se estimula la innovación que incrementa la productividad y fortalece la competitividad internacional. La incursión en el comercio mejora el conocimiento de los mercados internacionales y facilita la expansión del comercio exterior. Con el ingreso de China a la OMC este dinamismo se ha mantenido. Las empresas que ya se habían fogueado en las lides del comercio exterior, se encontraron mejor preparadas para regir sus operaciones internacionales según los acuerdos y regulaciones de la OMC.

Con las ZEE China se abrió hacia occidente y mostró su voluntad de constituir alianzas estratégicas entre empresas locales y el capital extranjero para promover la transferencia de tecnología, la formación del factor humano, la asistencia técnica y la incorporación de un creciente valor agregado nacional en la oferta exportable. Su mayor beneficio ha sido la fuerte atracción de la IED, transferencia tecnológica, formación continua de sus trabajadores, técnicos y gerentes, la creciente incorporación de contenido nacional en las exportaciones, balanza comercial superavitaria, crecimiento económico sostenido y, lo más importante, la reducción acelerada del desempleo que ha permitido liberar a más de 800 millones de chinos de la pobreza y la exclusión social.

 

@victoralvarezr