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Ago 23, 2016 | Actualizado hace 8 años
Financiando malandros, por Alejandro Moreno

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Lo veníamos sospechando desde que se pusieron en marcha las llamadas “zonas de paz” en Barlovento y en los Valles del Tuy. El primer ensayo lo realizó el presidente colombiano Pastrana cuando liberó durante un largo tiempo amplias extensiones territoriales de su país de la intervención del ejército y de la policía entregándoselas a la guerrilla para que iniciaran un supuesto proceso de pacificación. El experimento fracasó rotundamente pues la subversión aprovechó la oportunidad para todo lo contrario, esto es, para reorganizar y perfeccionar la guerra, o el conflicto como eufemísticamente ha preferido decir el gobierno colombiano.

Con tales precedentes la prudencia aconsejaba no repetir la experiencia en otros lugares. La sorpresa llegó cuando con bombos y platillos, en cadenas de televisión y con la bendición y apoyo de los poderes del Estado se nos anunció la creación de dichas “zonas de paz”, espacios liberados de toda intervención policial y militar para que en ellos grupos de delincuentes supuestamente deseosos de cambiar su criminal conducta desarrollaran bajo el control de sus comunidades programas de producción agrícola y actividades culturales del más variado tipo para lo cual recibirían financiación oficial adecuada.

¿Ingenuidad? ¿Idealismo? ¿Ignorancia de lo que quienes conocemos al malandro por dentro y por fuera sabemos?

Como en Colombia, en Venezuela el experimento sirvió para todo lo contrario. Esas zonas, además de ser utilizadas como refugio para criminales de unos y otros lugares, dado el espacio de impunidad, y para acopiar sofisticados armamentos adquiridos con el financiamiento de los supuestos programas de recuperación, han dado origen a muchas de las macrobandas que hoy pululan por campos y ciudades.

Nuevas sorpresas. Los pranes, que sí existen, existieron y existirán, contra lo dicho por la ministra, viendo disminuidos sus ingresos porque fueron liberados algunos detenidos con lo que la extorsión de hasta 5.000 bolívares por semana, llamada causa, que le cobran a cada preso para semigarantizarle la vida, se reduce, secuestran funcionarios para presionar pidiendo les envíen a sus dominios carcelarios nuevos extorsionables. Y el gobierno cede. A la PGV 1.443 nuevos, a Tocorón otros 2.000, un número similar a Tocuyito; y no hemos acabado. Ahora no se financian programas sino que se negocian esclavos.

En uno y otro caso, siempre ha actuado el mismo viceministro. ¿Por qué será?

¿Podemos dudar de que este régimen no solo protege la violencia sino que la fomenta y hasta la financia?

 

ciporama@gmail.com

OLP mata a pran minero El Toto en El Callao

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Mientras el primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, hacía un llamado desde Ciudad Bolívar en el que expresaba: “queremos hacer una reflexión sobre el tema del sicariato político que sigue avanzando”, un operativo de la Operación para la Liberación del Pueblo (OLP) se desarrollaba la tarde de este lunes en El Callao al sur del estado Bolívar. Allí, más concretamente en el sector El Perú, la banda de Toto emboscó a los funcionarios.

Durante varios minutos se desarrolló una confrontación entre los efectivos y los delincuentes, que culminó con dos sujetos muertos. Para la sorpresa de muchos, uno de ellos era, justamente, el líder de la banda: Toto.

Los castrenses llegaron al hospital Dr. Juan Germán Roscio con un individuo, y todos se preguntaban en dónde estaba Toto. En medio de la balacera, el malhechor, que tiene el control de varias minas, resultó herido pero huyó hacia una zona boscosa, donde murió. Hasta la noche del lunes no habían encontrado su cadáver. De acuerdo con fuentes consultadas, Ángelo, segundo al mando, tomó el control del grupo hamponil.

El otro fallecido no portaba documentos de identidad pero según fuentes policiales era apodado el Gocho, o el Gochito. En el sitio fueron recolectadas una pistola 9 milímetros y una granada fragmentaria.por funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc).

 

Primer operativo

El sábado pasado paso algo similar. Los castrenses estaban por el sector El Perú cuando avistaron a varios malhechores armados. Tras una persecución y enfrentamiento, cuatro hombres fueron abatidos.
Uno de los abatidos era Edison de Jesús Ramírez Acosta, de 22 años. Su familia aseguró que la víctima no pertenecía a ninguna banda criminal. “Desde hace varios años trabajaba como minero en la zona”, aseguraron. Fuentes policiales presumen que eran integrantes de la banda de Toto. Funcionarios de la Policía científica recabaron en la escena un subfusil UZI, una escopeta y dos pistolas.

Por su parte, habitantes de El Callao afirman sentir desconfianza ante la presencia de los funcionarios ya que según ellos no solo matan a delincuentes sino también a personas inocentes e ingresan a las minas para robarlos.

 

Vea la nota completa en Correo del Caroní 

El entierro de la república por Elías Pino Iturrieta

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Los sucesos recientes de Margarita ponen en evidencia la desaparición de la convivencia republicana. Si un opinador contrario al régimen buscaba un hecho gracias al cual pudiera descargar todo el veneno de sus dicterios, tiene ocasión estelar. Aunque más bien quisiera que no fuera tan grande la tragedia revelada por el sepelio de un delincuente, para sentir que aún vive en un espacio que puede permitirse las críticas paulatinas sin llegar a un veredicto concluyente, como sucede en la mayoría de los países en cuyo seno van y vienen los reproches sin sentir la cercanía de un apocalipsis.

El territorio circundado por las aguas permitió que todo el horror se alojara en sus entrañas, sin distracciones que le concedieran alivio. La geografía regional nos puso frente a una forma de abyección capaz de expresarse en toda su magnitud, como si el mar de Margarita estuviera allí en esa oportunidad para llamarnos la atención sobre una singularidad susceptible de convertirse en un espejo sin distorsiones, en una tragedia que debía observarse en su peculiaridad para que fuese el modelo de una traducción que pudiera llevarse a cabo después en la tierra firme desolada. Nadie pudo escapar del agujero por un mandato del mapa, para que así se condensara sin remedio todo el naufragio de una colectividad y para que sintiéramos, desde la fortaleza inexistente que nos prodiga en ocasiones la suerte de las carreteras y la vecindad de otras localidades en cuyo terreno podemos escondernos, que todos experimentamos un idéntico infortunio del que podemos escapar a veces debido a la cercanía de un conjunto de regiones debido a cuyo azar se puede imaginar que la realidad no es tan amenazante.

Los delincuentes y el cortejo de sus seguidores se enseñorearon en la isla. El entierro de un malhechor se convirtió en un fenómeno popular, sin que se pudiera hacer algo para evitar el espectáculo. Las avenidas se paralizaron, como si se despejara el camino para la despedida de una estrella del rock. Los colegios cerraron sus puertas por la imposición de una potestad que no se encuentra en la letra de los códigos, sino en el imperio de la fuerza bruta. La escena fue colmada por una muchedumbre que acompañaba los últimos pasos de un narcotraficante que debía pagar condena en cárcel severa, pero que salía de la simulación de su castigo de acuerdo con su soberana voluntad. Esa multitud se ufanaba de sus vínculos con el pran frente a los viandantes entorpecidos en su ruta, o ante la gente que debió soportar, en la puerta de los hogares en cuyo refugio viven con los hijos y con los abuelos, la befa de sus costumbres paralizadas por una infamante procesión. No hubo entonces posibilidad de alejarse de la familiaridad con el crimen, que no se podía evitar debido a un impedimento geográfico y al tamaño de una sociedad que, generalmente para su fortuna, pero esta vez para su desgracia, es esencialmente pueblerina. Toda la basura se acumuló entonces, para que la sintiéramos allá y acá.

Mientras la comitiva se movía, los presos de la cercana cárcel hicieron ostentación de un poder de fuego, propio de fuerzas militares o paramilitares, con cuyo estrépito ratificaron públicamente la dominación impuesta en la isla, en el caso de que quedaran dudas sobre el lugar de su residencia y sobre la extensión de sus tentáculos. Escribo el jueves para que me lean en domingo, y hasta ahora destacan por su ausencia las explicaciones satisfactorias de las autoridades en la isla, en el penal y en los despachos del alto gobierno en torno a los sucesos. No solo porque tal vez sean incapaces de balbucear una mínima aclaratoria, dada la estatura del horror permitido, sino porque necesitarían la aquiescencia de un idiota para negar su vínculo con ellos, así sea por omisión.

El caso descrito llama la atención por las circunstancias en las cuales se produjo, que obligaron a su padecimiento por toda una colectividad sin posibilidad de escapatoria, pero no es excepcional. No hace falta la navegación para sufrirlo como cosa de rutina. Del imperio de los pranes no nos separa el mar Caribe, pese a que las tribulaciones de su comarca más hermosa sugirieran el análisis específico que se ha intentado. En realidad, apenas se vivió allá un capítulo del entierro paulatino de la república que lleva a cabo el gobierno.

 

@eliaspino

El Nacional

Un café con la oscuridad  Por Gonzalo Himiob Santomé

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Al “Conejo” lo conocí hace un tiempo. Tuve que visitar en el penal de San Antonio a un cliente y apenas pude entrar en la prisión uno de sus “luceros”, armado hasta los dientes, se me acercó y me indicó que al terminar mi visita, había alguien que “quería hablar conmigo”. Lo miré con suspicacia. Era la primera vez que iba a ese penal y no estaba seguro de cómo sería la dinámica ni creía que las autoridades me dejarían deambular libremente por ahí. Así se lo hice saber al sujeto.

 

“No se preocupe –me dijo el individuo- acá nos ocupamos de todo”.

 

Hizo una seña casi imperceptible y en un instante me habían instalado una cómoda mesa en el patio del penal, rodeado de instalaciones a los lados, que con sus hamacas colgando, sus perros echados y hasta con las mujeres y niños que por ahí andaban, pudieran pasar perfectamente por un caserío humilde. Al poco rato me habían servido un café y hasta almuerzo me ofrecieron mientras hablaba con mi cliente. A nadie se le ocurrió molestarnos. Solo un joven que por allí pasó con una bandeja hizo un aventurado intento de venderme unas empanadas (sí, además de todo lo que se ha visto en las redes, en el penal de San Antonio hay hasta vendedores ambulantes) pero bastó una gélida mirada de mi “custodio” para frenarlo en seco.

 

“Estas van por la casa doctor” –me dijo, mientras me ofrecía la bandeja que, sin mucha ceremonia, le había quitado al incauto vendedor. El joven forzó una sonrisa y se fue sin decir nada más. Estuvo a punto de “comerse la luz” y lo sabía. Más le valía simular amabilidad y aceptar la pérdida.

 

Al despedirme de mi cliente me advirtió que anduviera con cuidado. Era el “Pran” del penal el que quería verme.

 

Tras entrar a un pasillo que en una de sus paredes tenía pintada la conocida imagen del “conejito” de Playboy (ese era el símbolo de “El Conejo”), me anunciaron en un cuarto que más parecía una oficina grande que una celda. Tenía aire acondicionado, nevera, televisión con cable y una cama grande a un lado, pegada a la pared. A poca distancia había un escritorio mediano con una computadora. No vi armas, pero sí me sorprendió ver allí no menos de seis teléfonos celulares.

 

“Buenas tardes doctor –me saludaron- siéntese por favor”.

 

Volteé y vi detrás de mí a un sujeto gordo, de estatura regular y con un aire a lo “Tony Soprano”, entre afable y muy peligroso, que me extendía su mano. “Teófilo, mucho gusto”. Estreché su mano y me senté.

 

“¿En qué puedo ayudarle?” –le pregunté, al cabo de unos segundos en los que su mirada me recorrió como un scanner.

 

“Tú no sabes quién soy yo pero yo sí sé quién eres tú –me dijo, y de inmediato gritó, llamando a uno de sus “luceros”. “¿Ya le ofrecieron café al doctor?” –preguntó apenas entró el hombre, que sin dar respuesta salió y de inmediato volvió con otra taza de café. Durante ese breve silencio, no era para menos, algún atisbo de inquietud debí mostrar. “El Conejo” lo captó de inmediato.

 

“No te preocupes, ni acá ni en la isla te va a pasar nada –soltó- yo sé a quién viniste a visitar y también sé que te ocupas de los derechos humanos. Te he visto en la televisión. Solo quiero mostrarte cómo acá se mantiene la paz y ponerme a tu orden si necesitas cualquier dato de esta cárcel. Aquí no tenemos problemas”.

 

Hablamos cerca de media hora de las “mejoras” que él había hecho en la prisión. Me explicó cómo lo controlaba todo y también, sin entrar en detalles que tampoco le pedí, me contó que era él el que mantenía “derechito” a todo el mundo. Era evidente que la autoridad en el penal no la tenía el gobierno. “El Conejo” era el que mandaba.

 

“Acá nada pasa sin que yo lo sepa –me dijo, y luego, ya insinuando su despedida, culminó- y así es mejor”.

 

Mientras salía me di cuenta de que no habíamos hablado sobre cómo se comunicaría conmigo. Así se lo hice saber al “lucero” que me acompañaba hasta la puerta.

 

“Tranquilo –me dijo- nosotros sabemos cómo ubicarte”.

 

Nunca me llamaron. Menos mal.

 

@HimiobSantome

La muerte del conejo por Carlos Nieto Palma

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La reciente muerte de Teófilo Rodríguez Cazorla, alias el Conejo, expran del Internado judicial de San Antonio en la isla de Margarita, ha convulsionado a la opinión pública en los últimos días por todo lo que ha acarreado su muerte y de lo cual la ciudadanía se ha hecho eco por los videos que han circulado en los diferentes medios de comunicación social y las redes sociales donde vemos a los reclusos de la cárcel de San Antonio mostrando y disparando el arsenal de armas que poseen.

El conejo había salido en libertad a mediados del año pasado, después de pasar unos cuantos años preso por tráfico de drogas y que lo llevo a convertirse en el pran de la cárcel de Margarita donde ejercía el control total de los negocios turbios que desde allí se efectuaban, se dice que desde la calle seguía manteniendo este control por medio de un nuevo pran designado y vigilado por él.

Muchos se preguntaran y se asombraran al ver el arsenal de armas que exhibieron los reclusos cuando le rendían honores a su líder en un paso que su cadáver hizo por la cárcel de San Antonio, donde su cadáver fue llevado y permaneció por espacio de 3 horas dentro de sus instalaciones con la debida anuencia del Ministerio para el Servicio Penitenciario y la Guardia Nacional.

Para entender un poco todo esto tenemos que tener claro que el ingreso de armas y cualquier elemento no permitido a los recintos carcelarios venezolanos es única responsabilidad del Ministerio para el Servicio Penitenciario y la Guardia Nacional que son a los que les corresponde la custodia interna y externa de estos recintos, por esto, la demostración del montón de armas que existe en la cárcel de San Antonio en Margarita y en la mayoría de cárceles del país, es única responsabilidad de las autoridades en manos de quien reposa la custodia de estas personas, cosa que evidentemente no cumplen.

Recientemente la Ministra para el Servicio Penitenciario declaró a los medios de comunicación: “De la situación de las armas en las cárceles nosotros nos ocupamos de eso. No quiere decir que de repente un privado de libertad tenga un arma de fabricación carcelaria o que una dama pase alguna por sus partes íntimas”, manifestó. Es claro que mentía al declarar esto.

Los hechos ocurridos en la cárcel de San Antonio en la isla de Margarita son una clara evidencia del caos y el desastre que se vive en nuestras cárceles, con estos videos donde los reclusos enseñaban sus armas sin el más mínimo pudor, tenemos evidentemente la mejor prueba de cómo funcionan nuestras cárceles, se cayeron las caretas y la opinión pública se dio cuenta que es una mentira inmensa lo que nos cuentan las autoridades penitenciarias del nuevo régimen, construcción del hombre nuevo, desarme de la población carcelaria y todas esos slogan publicitarios con los que el Ministerio Penitenciario nos tiene acostumbrado a engañarnos.

Las cárceles venezolanas son un desastre, el sistema penitenciario a pesar de los avances que desde nuestra Constitución Nacional se dieron en el tema esta, al igual que el país, en un estado de metástasis, la negligencia del Ministerio para el Servicio Penitenciario y su titular no puede ser mayor, su fracaso es más que comprobado así ratifiquen en su cargo a la ministra y el Presidente de la República alabe en cadena nacional el trabajo que ha realizado.

Si en Venezuela tuviéramos un Estado de Derecho y un gobierno serio, la titular del Ministerio Penitenciario Iris Varela y sus colaboradores deberían haber sido destituidos y juzgados por el desastre que se vive en nuestras cárceles que van más allá de las armas que hoy vemos en Margarita, sino por todas las violaciones a los derechos humanos que desde nuestros recintos penitenciarios se cometen, son innumerables las denuncias sobre maltratos a reclusos y familiares, la hambruna que se vive en las estos recintos y cantidades de atropellos más de los cuales son víctimas nuestros privados de libertad y su familia que sería muy extenso enumerarlos aquí.

Sigo creyendo que el sistema penitenciario en Venezuela si tiene solución y que el problema radica en la falta de voluntad de los responsables en darle solución, a fin de cuentas no podemos olvidar que las cárceles son un gran negocio que le produce mucho dinero sucio a personas inescrupulosas que trafican con la miseria humana, y donde por supuesto ocupan un lugar especial algunos funcionarios del Ministerio para el Servicio Penitenciario y la Guardia Nacional.

Tal vez los sucesos que se han generado a raíz de la muerte de El Conejo sirvan para abrirle los ojos a la opinión publica de lo que sucede en nuestras cárceles y los antivalores que se están fomentando, no puede ser normal que la isla de Margarita se haya paralizado con los actos que se realizan en homenaje al conejo, no hay clases, tiendas cerradas, transporte paralizado, guardia nacional tomando las calles, todo por la muerte de alguien que su mérito más grande fue ser el pran o líder negativo de una cárcel venezolana.

Esperamos que la Comisión de Cultos y Régimen Penitenciario de la nueva Asamblea Nacional presidida por el diputado Richard Blanco e integrada por Juan Pablo García (vicepresidente), Chacinas José Bucarán, Carlos Alberto Paparoni, Haydee Huérfano y Yolmar Guiño, tomen cartas en el asunto y comiencen a investigar el caos carcelario en Venezuela, es un gran trabajo el que les toca y donde tendrán el apoyo seguro de todos los que desde hace muchos años nos hemos dedicado a trabajar por el respeto a los derechos humanos de las personas que están privadas de libertad.

@cnietopalma

Pran “El Conejo” tenía su reina de corazón rojo que lo protegía en el Gobierno
Como en el cuento de Alicia en el país de las maravillas, en esta historia también hay un conejo y una reina que lo ayudó a construir su madriguera. Expertos coinciden en que el delincuente Teófilo Rodríguez Cazorla, pran de la cárcel de San Antonio, edificó su «empresa» criminal ante la mirada complaciente de las autoridades del chavismo

 

@loremelendez

AUNQUE EL PRAN «EL CONEJO» fue asesinado al salir de una discoteca y cuando ya gozaba de su libertad, su muerte no puede desvincularse de la cárcel de San Antonio, en la Isla de Margarita, el sitio donde cumplió su pena mientras consolidaba su liderazgo criminal. De eso, la muestra más fehaciente son los vídeos de los reclusos del internado, quienes el lunes apuntaban y disparaban al aire sus armas largas en señal de homenaje, como para dejar claro que la huella del delincuente aún estaba presente entre los muros del lugar que un día The New York Times consideró un paraíso.

Lee también: (PERFIL) “El Conejo” se graduó de bachiller y de pran en el penal de San Antonio

El diario estadounidense publicó en 2011 un audiovisual que mostraba cómo era la madriguera de “El Conejo”, una prisión que había amoldado a sus gustos con la construcción de piscina, pista de baile, gallera, habitaciones para visitas maritales y hamacas dispuestas para el descanso en un corredor con techo de zinc y sin paredes, para permitir que se colara la brisa de la isla. El delincuente se mostraba así como un benefactor, como el hombre que había puesto orden a un espacio que anteriormente consideraba “un desastre”.

“Esa cárcel no estaba en manos del Estado sino de una persona que la tenía bajo control por la cantidad de armas y el número de personas que estaban bajo su mando”, afirmó Humberto Prado, director de la ONG Observatorio Venezolano de Prisiones. Según él, el segundo de la banda había quedado en el penal y reportaba todo lo que sucedía a quien, aun estando afuera, seguía siendo “pran” y amo de la madriguera.

Ese poderío que un recluso y su grupo pueden ejercer dentro de una cárcel, dijo Prado, no es un hecho aislado. La anomalía sucede en varios penales de Venezuela, como Tocorón y Tocuyito, donde los presos y sus mafias han edificado comodidades similares que hacen que los centros de reclusión se asemejen más a un resort que a un internado judicial.

Bajo esta mirada, las desigualdades vienen marcadas por las armas que se tienen dentro de la prisión. “Cuando la ministra (Iris Varela) habla de una cárcel pacificada -tal como lo hizo con la de San Antonio-, lo hace porque sabe que la población reclusa está bajo el control de grupos que tienen fusiles. ¿Cómo no van a estar sometidos así?”, recalcó Prado. 

Puede leer más del caso de «El Conejo» AQUÍ

Se trata, entonces, de una subcultura que mantiene el orden a la fuerza, pero que también se encarga de cumplir funciones administrativas, tal como lo sostuvo el criminólogo e investigador de la Universidad de los Andes, Freddy Crespo.

Ante la escasa inversión del Estado en la ampliación de prisiones, contó Crespo, los “pranes” han asumido estos gastos. Todas estas modificaciones se hacen no sólo en beneficio personal, para levantar un espacio que se parezca al que se tiene en libertad, sino también para dejar por sentado el poder que se tiene.

Los privilegiados

A los lujos del internado no todos acceden. Los privilegiados tienen que ser muy cercanos al pran para disfrutar de las instalaciones que se construyen, en parte, con el dinero (la causa) que cada prisionero paga al líder por estar en su cárcel.

“Dentro de la subcultura del pranato, la sociedad se divide en estratos. La élite política la lidera el pran y tiene estructuraciones. El parquero es una especie de Ministro de la Defensa, el segundo de a bordo es un vicepresidente, y luego están los voceros, que son como los ministros. Luego está la población general, que se divide en dos: los paisas, que son las personas comunes que caen en la cárcel por una situación en particular; y los malandros. No se puede pensar que en una piscina van a estar los 10 mil reclusos. Para estar ahí hay que llenar ciertos requerimientos”, explicó Crespo.

La aprobación del poder

Conejo e Iris Varela

Para alcanzar todo este poder, el “pran” negocia y no con sus iguales. El abogado y exjuez Jesús Ollarves habló sobre esa suerte de “mimetización” que se ha instaurado entre el pranato y las instituciones y funcionarios gubernamentales.

“No es racional que la ministra del Servicio Penitenciario se abrace con un pran en el confort de una celda, que por cierto es un privilegio que no tienen los más de 51 mil procesados que hay en el país”, dijo Ollarves al recordar el retrato de 2011 que la ministra Varela se hizo con “El Conejo”, una imagen muy cuestionada por la opinión pública.

El padre Alejandro Moreno, sociólogo que ha estudiado el comportamiento de los delincuentes en Venezuela, también se refirió al tema y aseveró que hay organizaciones gubernamentales que han propiciado relaciones con las élites criminales para intentar disminuir la conflictividad dentro de los internados.

“Los organismos del Estado y el Ministerio del Servicio Penitenciario prefieren tratar con el dictador que domina todo en la cárcel y que controla la violencia porque es más fácil eso que enfrentarse a una anarquía interna”, apuntó Moreno.

Aunadas a estas negociaciones está la corrupción que existe entre las autoridades naturales del penal, como los uniformados y el director, con el pranato. Un policía consultado señaló que la distribución de drogas, la extorsión y las “causas” cobradas a los presos comunes son la fuente de la riqueza de los “líderes negativos” que azotan también a quienes están libres, y todos los recursos se obtienen con la venia, y a veces con la ayuda, de quienes deberían imponer el orden en las prisiones. Son estos quienes proveen o permiten el acceso de armas hacia los delincuentes.

El fracaso y el Estado delincuente

Tanto Moreno como Ollarves coinciden en que la red tejida por los pranes pone en evidencia a un Estado delincuente. El mensaje que quedó tras el asesinato de “El Conejo”, con los videos de los presos disparando al cielo desde el techo de la cárcel, con el funeral repleto de dolientes que agradecían los favores recibidos y con el recordatorio de cómo un recluso administró y reconstruyó el penal donde vivía, es una invitación a delinquir, de acuerdo con el abogado.

“Todo esto tiene una lectura que ya conocemos. Lo qué sucede es que el delito se está expandiendo, extendiendo y profundizando. Está tomando nuevas formas más peligrosas y conectadas con algunos organismos que tienen el poder en el país. Es toda una red en la cual estamos entramados todos los venezolanos. Esto no tiene que sorprendernos, porque mientras no cambien las estructuras políticas radicalmente, no podemos esperar ninguna solución positiva y esto irá creciendo y nos irá asustando cada vez más”, sentenció Moreno.

Para Ollarves, la situación revela una paradoja: la persona “que debe estar subordinada a un régimen de seguridad donde el Estado debe saber lo que hace y con quien está”, en realidad se ha levantado como una figura de poder que se reúne fuera de la cárcel, se mezcla con figuras públicas, ya sean civiles y militares, y ostenta un armamento que le han permitido tener.

“El hampa manda fuera y dentro de la cárcel, de forma celular, articulada, burocrática. Por eso hablo de delincuencia organizada, de subordinación de funcionarios que cometen delitos de extorsión (…) Estamos en presencia de un Estado que se convirtió en delincuente por maridaje de funcionarios públicos y complicidad de otros”, apuntó el exjuez, quien condenó como fallidas las políticas penitenciarias aplicadas desde el Ejecutivo.

Ollarves también reclamó el silencio del Ministerio Público que, ante las evidencias de los delitos que se cometen desde las cárceles con la complicidad de los uniformados, no ha propiciado investigaciones efectivas que detengan la corrupción.

“A mí me llama la atención, y hay que reflejarlo, cómo “El Conejo”, que era delincuente confeso y que era un secreto a voces toda la mafia que dirigía, haya estado en libertad y tengamos en el Sebin a políticos presos y a estudiantes que lo que han hecho es protestar”, comentó el abogado.

Las aventuras de Jimena Araya: Una Rosita de jardines peligrosos

@Elportuguej

Desde hace algunos años, el nombre de Jimena Araya, conocida popularmente como «Rosita» por el papel que interpretó en el sketch de «El Portu» en el programa humorístico llamado «A que te ríes» transmitido en la televisión nacional, ha estado involucrado en algunos casos un tanto turbulentos, la mayoría de las veces, asociados a hechos delictivos.

El novio fugado: «El Niño Guerrero»

La primera vinculación de «Rosita» con el mundo del crimen fue cuando ocurrió la fuga de Héctor Guerrero Flores, alias «el Niño Guerrero», quien era el pran del penal de Tocorón (Aragua) y logró escapar del recinto en 2012. El 20 de septiembre de ese mismo año, el Tribunal Segundo de Control del mencionado estado, a cargo del abogado en carácter de juez Oswaldo Rafael Flores, emitió una orden de aprehensión contra la actriz por presunto «encubrimiento y fuga de detenido en grado cooperador» y dieron con su paradero más de un mes después, en el estado Carabobo, el 30 de octubre y estuvo detenida diez días por su supuesta colaboración en la huida de Guerrero; asimismo, se les vinculó sentimentalmente. Luis Alberto Gutiérrez Linares, exdirector de dicho centro penitenciario, delató a «Rosita» y confesó que él habría sacado a Guerrero en la maleta de su carro y por ello los militares no se percataron de la fuga. También manifestó que, una vez afuera de Tocorón, Guerrero hizo transbordo a otros tres vehículos, algunos de ellos facilitados por la actriz Jimena Araya.

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Contradicción con su madre

Luego de salir en libertad, Araya aseguró en una entrevista que nunca había estado en Tocorón, pero estas declaraciones de la vedette contradijeron a las que hizo su madre, Teresa Navarro, cuando afirmó que «Jimena efectivamente fue al penal porque es una artista y fue contratada para un show». En esa misma entrevista que concedió «Rosita» a la periodista Thabata Molina, la actriz se encontraba acompañada por Gerson Pérez, quien se presentaba como vicepresidente del partido Podemos en ese momento, una organización política vinculada al oficialismo. Pérez se refirió a la foto en la que la modelo está acompañada por un hombre armado que, según Esteban Trapiello, quien publicó la foto en Twitter, es «el Niño Guerrero». El acompañante de «Rosita» en esta entrevista afirmó que esa fotografía «fue tomada en un evento que ella animó en Mérida y que el arma que tenía el joven era de juguete».

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Coqueteo con la política desde Podemos

En noviembre de 2012, «Rosita» aseguró ser militante de Podemos, un partido pro gobierno fundado por Didalco Bolívar en 2002 y que se califica como «socialista, leal a Chávez y firme con Nicolás Maduro», pero la dirigencia nacional de esa tolda política aseguró que esa información no era cierta. La actriz apareció en una rueda de prensa que ofreció la dirección regional de Aragua, ahí se anunció que la vedette se incorporaba a la Coordinación de Derechos Humanos del partido. En esta rueda de prensa se encontraba Gerson Pérez. Por otra parte, Argimiro Aponte, quien era el coordinador nacional de Formación e Ideología del partido en la referida fecha, afirmó que Araya «de ningún modo pertenece a la dirección política de esta organización, sea regional o nacional». Agregó que Podemos también desconoce a Gerson Pérez como supuesto «vocero» y «vicepresidente» de esta organización.

En julio de 2013, Podemos descartó a «Rosita» como candidata a alguna alcaldía en las elecciones celebradas el 8 de diciembre de ese año. El rumor sobre su candidatura «fue una especulación», afirmó el propio Gerson Pérez. Añadió que, en ese momento, la actriz «estaba cumpliendo funciones internas dentro de la organización» y que ayudaría en la campaña «desde su campo de acción, que es el cultural y el entretenimiento».

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El novio tiroteado: «Cara e’ muerto»

En agosto de 2014, asesinaron a Luidig Ochoa, apodado «Cara e’ muerto», quien era novio de Jimena Araya para ese entonces. El alias de Ochoa proviene del personaje que él interpretaba en «Cárcel o Infierno», serie que él mismo creó, y «Somos Ladrones», su más reciente producción en formato de cine. La víctima estaba reunida con su familia y decidió salir por un momento. Cuando abordaba su moto Kawasaki modelo KRL 650, en el garaje, un desconocido armado lo amenazó para que le entregara la moto. «Cara e’ muerto» se bajó con la intención de entregársela, intentó correr y le dispararon. Las balas ingresaron por las costillas izquierdas, en el hombro y en uno de sus brazos. Ochoa quedó en el sitio. El homicida se acercó ante el cadáver de su víctima y se llevó sus documentos. Sin embargo, no se llevó la motocicleta, reseñó el diario La Verdad. Tras conocer la noticia, «Rosita» publicó una serie de imágenes en las que se le ve junto con Luidig Ochoa.

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El novio descuartizado: Carlos «Breaker»

Menos de un año después, en junio de 2015, fue encontrado el cadáver desmembrado de Carlos Rafael Galíndez Graterol, alias Carlos «Breaker», quien era uno de los líderes del Tren de Aragua, grupo comandado por Héctor «el Niño» Guerrero. Las autoridades revelaron que «Rosita» era la pareja de Galíndez para la fecha. Los restos fueron encontrados en el kilómetro 16 de la carretera que comunica a Mamera con El Junquito. Una de las hipótesis que se manejó en este caso fue la de la venganza debido a que, al parecer, Galíndez habría cobrado un botín y no lo repartió equitativamente, situación que molestó al líder principal, reseñó El Universal.  En esta fotografía, «Breaker» aparece con alias «Cara e’ lancha», otro integrante de la mencionada banda.

Tras conocerse la noticia del asesinato de Carlos «Breaker», Araya publicó que se retiraba de las redes por un tiempo. «A todos mis seguidores les pido disculpas pero estaré unos días ausente de mis redes sociales. Por motivos familiares. Gracias a todos», publicó «Rosita».

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El pana que cayó en enfrentamiento: «Cara e’ lancha»
Lea aquí más sobre los casos de «Cara e’ lancha» y Carlos «Breaker»

En octubre de 2015, el mencionado «Cara e’ lancha», cuyo nombre de pila es Franklin Humberto Ocando Rivero, cayó abatido en un presunto enfrentamiento contra el Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (CICPC) en la avenida Del Ávila de Altamira, Caracas; la modelo y actriz también conocía a este otro integrante del Tren de Aragua y tiene algunas fotografías con él.

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La emboscada del pran: «El Conejo»

En la mañana del pasado domingo 24 de enero, Teófilo Rodríguez Cazorla, conocido como «El Conejo», murió en Margarita a consecuencia de los múltiples impactos de bala que recibió al salir de una discoteca en Porlamar, municipio Mariño, en donde «Rosita» fungió como DJ. «El conejo» era ex pran del internado Judicial de San Antonio, ubicado en la misma isla.  Actualmente, se conoció que la actriz aún se encuentra en Nueva Esparta, en calidad de testigo por el asesinato de Rodríguez Cazorla.

Aunque varias hipótesis han surgido tras el asesinato del ex pran, una fuente en Margarita confirmó que una de las que ha tomado más fuerza es un posible ajuste de cuentas motivado por drogas. Además, también se presume la posible culpabilidad de un pran del estado Sucre, quien habría sido el encargado de contratar a los sujetos que asesinaron a «El Conejo».

La vinculación de «Rosita» con este y lo hechos anteriores no está clara. Lo que sí es evidente son los nexos de Jimena Araya con el mundo del crimen y los pranes. Sin embargo, se desconoce si la vedette es o ha sido investigada por estas «relaciones peligrosas».

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[AUDIO] Jefe de REDI niega responsabilidad de la GNB en el control de armas en cárceles

EL ALMIRANTE VÍCTOR ORTIZ, jefe de la Región Estratégica de Defensa Integral, Marítima e Insular (Redimain), dijo en entrevista con el programa “Con criterio” de Onda 105.1 que no es responsabilidad de la Guardia Nacional Bolivariana la custodia de las armas y municiones en las cárceles. Se refirió a la situación de la cárcel de San Antonio, en Nueva Esparta, cuyos presos han aparecido en videos haciendo uso de armamento.

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«Sí hay una custodia de la Guardia Nacional, pero es una custodia externa, y hay una interna, que es del Ministerio para los Servicios Penitenciarios, pero en lo que atañe a mis funciones y competencias (…) no forma parte de mis atribuciones el tema carcelario», dijo a Mónica Jiménez y Luis Batista, conductores del espacio radiofónico.

Ortiz considera que los que tengan responsabilidad en el tema carcelario «tienen que abordarlo y que cada quien asuma la responsabilidad que le compete. Eso tiene que revertirse porque eso no es normal».

A continuación escucha la entrevista, cortesía de Onda 105.1: