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Colombia y EE.UU. unirán esfuerzos para ayudar a restablecer la democracia en Venezuela

 

 

EL SECRETARIO DE ESTADO DE ESTADOS UNIDOS, Mike Pompeo, se reunió el miércoles con el presidente colombiano Iván Duque para repasar temas como los esfuerzos antinarcóticos, los avances del proceso de paz, las relaciones comerciales, así como la respuesta conjunta para ayudar a los venezolanos que huyen de la crisis y restaurar la democracia en el vecino país.

«Seguimos trabajando con Colombia lado a lado para lograr el objetivo de reducir la producción de coca en un 50% para el año 2023», además de reducir el consumo en Estados Unidos, dijo Pompeo, quien llegó a Cartagena procedente de Brasilia, donde en representación de Estados Unidos asistió el martes a la juramentación del presidente Jair Bolsonaro.

El jefe de la diplomacia estadounidense expresó la profunda preocupación de Washington por el aumento en el cultivo de coca y la producción de cocaína en Colombia desde 2013 y su impacto en ambos países. La superficie dedicada a la producción de la materia prima de la droga aumentó en 2017 a 209.000 hectáreas (807 millas cuadradas), la cifra más grande de que se tenga registro, de acuerdo con reportes de la Casa Blanca.

Duque y Pompeo destacaron que el tema de la crisis venezolano ocupó varios minutos durante su encuentro de alrededor de una hora.

Pompeo elogió los esfuerzos de Colombia para apoyar a aproximadamente un millón de venezolanos que viven en este país, quienes han huido de la crisis causada por el gobierno «autoritario» de Maduro.

Las conversaciones se centraron en «cómo podemos trabajar de manera conjunta a nivel regional para ayudar a los que se escapan de Venezuela y lograr que Venezuela vuelva a su base democrática», acotó el secretario de Estado.

Venezuela está sumida en la peor crisis económica de su historia tras dos décadas de gobiernos socialistas caracterizada por una hiperinflación, la escasez de productos básicos como alimentos y medicinas, y una profunda recesión que ha obligado a muchos venezolanos a emigrar.

Según estimaciones de Naciones Unidas, unos 2,3 millones de venezolanos han abandonado su país desde 2015.

Duque, por su parte, coincidió con Pompeo en que «todos los países que defendemos la democracia» deben unirse para «rechazar la dictadura de Venezuela» y hacer «todos los esfuerzos necesarios para que se restablezca la democracia».

Estados Unidos, Europa y varias naciones latinoamericanas, entre ellas los 14 países que integran el llamado Grupo de Lima, han desconocido la reelección del presidente Nicolás Maduro en una votación convocada el 20 de mayo por la oficialista Asamblea Constituyente, considerada ilegitima. Maduro prestará juramento el próximo 10 de enero para gobernar seis años más.

Horas antes del arribo de Pompeo a Cartagena, la cancillería venezolana condenó su «actitud intervencionista».

Venezuela acusó a Pompeo de «emitir órdenes directas a los gobiernos subordinados a Washington, con el objetivo de que escalen sus agresiones contra el pueblo de Venezuela, con el propósito de «procurar un cambio de régimen por la fuerza».

En el escrito, Venezuela además rechazó «la descarada y reiterada intromisión» del gobierno de Donald Trump «en los asuntos internos» de Venezuela.

El martes en Brasilia, Pompeo planteó «la necesidad de aumentar presiones» sobre Maduro, destacó la cancillería venezolana.

El gobierno socialista venezolano repetidamente acusa a Washington de orquestar un complot para derrocarlo.

Las autoridades estadounidenses han sancionado a decenas de altos funcionarios venezolanos, incluido Maduro, como parte de las medidas financieras para presionar a Caracas.

Las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela han sido tensas durante años. Los dos países no intercambian embajadores desde 2010.

Duque también agradeció el apoyo de Estados Unidos para desmantelar las redes de crimen organizado y por respaldar a la idea de «construir la paz» en Colombia con «legalidad, con justicia», sin olvidar la necesidad de fortalecer las relaciones comerciales entre ambos países como «una forma de eliminar la pobreza y dar mejores oportunidades» a los colombianos.

Canadá: mientras la ANC socava la democracia, la situación humanitaria empeora

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El gobierno canadiense advirtió este viernes que los derechos de los venezolanos están siendo amenazados por los últimos decretos de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC).

La embajada de Canadá en Venezuela publicó hoy un tweet en español que emitió el departamento de política exterior canadiense, en donde afirman que el decreto de forzar a partidos políticos a registrarse nuevamente es una amenaza a los derechos electorales de los venezolanos.

«Decreto de la ANC de forzar a ciertos partidos políticos a volver a registrarse es otra amenaza a derechos de los venezolanos de elegir libremente a sus líderes, incluido su próximo Presidente. Mientras la ANC socava la democracia en Venezuela, la situación humanitaria empeora».

El gobierno estadounidense, a través de la Embajada en Venezuela, también emitió comentarios respecto a los decretos de la Constituyente venezolana y como afectan la democracia y los derechos del pueblo.

La última intervención anti-estadounidense de Putin: Venezuela, por Moisés Naím y Andrew Weiss

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Por Moises Naim, distinguido miembro del Carnegie Endowment, fue ministro de Comercio e Industria de Venezuela;

Y Andrew Weiss, quien trabajó en Asuntos Rusos en la administración de George H.W. Bush y Clinton, es el vicepresidente de estudios de Carnegie.

Publicado en The Washington Post y traducido por Runrun.es

Una violenta represión contra los manifestantes civiles que se reúnen contra un presidente autocrático deja a muchos muertos. La represión empuja a más gente a la calle, desencadenando una espiral de violencia y una crisis humanitaria urgente. Un presidente de Estados Unidos afirma inequívocamente que el brutal dictador debe dejar el poder. La Unión Europea está de acuerdo, pero ninguna potencia tiene el estómago para una intervención militar directa. De repente, casi de la nada, Vladimir Putin decisivamente incluye a Rusia en la crisis, asegurando que el dictador represor permanezca en el poder. El presidente de Estados Unidos es ridiculizado por su irresponsabilidad.

Desafortunadamente para el presidente Trump, el escenario anterior está puesto en marcha, esta vez no en Siria sino en Venezuela.

A pesar de todas sus conversaciones belicosas y nuevas sanciones contra el gobierno de Nicolás Maduro, la administración Trump ha estado extrañamente callada sobre el papel de Rusia, tal vez prefiriendo no llamar la atención sobre el hecho de que Moscú es ahora el prestamista de última instancia de la nación en bancarrota.

En la superficie puede parecer extraño que Rusia intervenga en un país tan lejano de sus fronteras que aparentemente se precipita hacia el colapso. Sin embargo, los lazos amistosos entre el gobierno ruso y Venezuela son profundas, remontándose al primer viaje del líder Hugo Chávez a Moscú en mayo del 2001. Regresó 10 veces antes de su muerte por cáncer en 2013. Durante ese período Venezuela se convirtió en uno de los mejores clientes del mundo de la industria de armas rusa. Entre 2001 y 2011 compró 11.000 millones de dólares en armamento ruso.

A medida que empeoraba su situación económica, el volumen de las compras de armas de Venezuela disminuyó y su relación principal con Rusia pasó de las armas a la energía. Al principio, la mayoría de los acuerdos eran préstamos garantizados por las ventas de petróleo de Venezuela. Pronto, estos acuerdos en gran parte comerciales se hicieron más complejos ya que los rusos exigían más activos reales como garantías. Caracas estaba obligada, y las compañías rusas que eran los vehículos para estos acuerdos obtuvieron acciones de compañías petroleras e incluso el derecho de operar todo los campos petroleros venezolanos.

Mientras que la esencia de la relación entre Rusia y Venezuela ha sido en gran medida económica, las políticas internacionales y nacionales nunca están lejos. La decisión del gobierno venezolano de neutralizar a la Asamblea Nacional electa, que provocó una escalada de protestas callejeras por parte de la oposición en los últimos meses, fue motivada por la necesidad de asegurar un préstamo ruso.

La Asamblea Nacional es la única palanca de poder que Maduro no controla. Por ley, todos los créditos y ventas internacionales de los activos de la nación tienen que ser aprobados por este organismo. Los dirigentes de la oposición que lo dirigen se oponen firmemente a los acuerdos que el gobierno estaba ofreciendo a los extranjeros, principalmente a Rosneft, el gigante de la energía estatal ruso. El gobierno, que necesita urgentemente dinero en efectivo, decidió pasar por alto este paso haciendo que la Corte Suprema, que tiene bajo su control, emitiera una decisión para asumir la autoridad de la Asamblea Nacional, incluyendo el poder para aprobar las nuevas transferencias de activos a entidades rusas.

Hoy, el gobierno de Maduro se está esforzando por atender aproximadamente $ 5 mil millones en deuda externa a pagarse en los próximos 12 meses. A raíz de las recientemente anunciadas sanciones financieras de Estados Unidos contra Venezuela, la petrolera nacional PDVSA, el principal generador de divisas, ha perdido efectivamente la capacidad de pedir prestado a bancos estadounidenses o europeos para pagar o refinanciar la mayoría de estas deudas.

Esto resalta la importancia de que Rosneft haya prestado a PDVSA más de mil millones de dólares en abril, con lo que el monto total de préstamos y créditos rusos ascendió a más de 5 mil millones de dólares en los últimos años.

Moscú también ha ofrecido apoyo político. Rusia se encontraba entre sólo un puñado de gobiernos extranjeros que respaldaron la reciente disolución de la Asamblea Nacional y los principales diplomáticos rusos como el canciller Sergei Lavrov rutinariamente se quejan de la mano oculta de Estados Unidos para fomentar la crisis interna de Venezuela. Pero la ayuda del Kremlin no es barata. Según informes, PDVSA está en conversaciones para vender acciones de Rosneft en otros lucrativos proyectos de petróleo y gas con un gran descuento. Rosneft también ha tomado de PDVSA el rentable trabajo de comercializar el crudo venezolano a clientes en Estados Unidos, Asia y más allá.

A raíz de la exitosa serie de aventuras geopolíticas de Putin, la gran pregunta es si él ve otra apertura en Venezuela. Como un oportunista inveterado, seguramente sabe que la reciente declaración de Donald Trump sobre posibles opciones militares para la crisis de Venezuela era una amenaza vacía. En las calles de Caracas, también es cada vez más claro que el régimen tiene la ventaja y es poco probable que se derrumbe en el corto plazo.

Lo que no sabemos es si los costos financieros y políticos de mantener a Maduro en el poder resultarán asequibles para el Kremlin. Pero nos sorprendería si Putin perdiera la oportunidad de lanzar su peso en el patio trasero de Estados Unidos y construir algunos flujos de ingresos saludables al mismo tiempo. En Siria, Putin lanzó una desordenada guerra civil en su cabeza e impidió que un objetivo de la política estadounidense de cambiar el régimen se hiciera realidad.

Exponer el vacío de la bombástica marca de política exterior de la administración Trump en Venezuela podría ser una recompensa en sí mismo.

Emmanuel Macron califica de dictadura el gobierno de Maduro

Macron

 

El presidente francés, Emmanuel Macron, calificó este martes el Gobierno de Nicolás Maduro como una “dictadura”. Sus palabras, pronunciadas durante su primer discurso sobre política exterior ante la comunidad diplomática en París, suponen un endurecimiento de su postura ante el Gobierno venezolano en el marco de la crisis política y económica que atraviesa el país sudamericano y en la que París se había ofrecido a mediar.

“Nuestros conciudadanos no entienden cómo algunos han podido ser tan complacientes con el régimen que se está instaurando en Venezuela”, dijo Macron ante los embajadores. “Una dictadura —continuó el mandatario galo— que intenta mantenerse en pie al precio de un sufrimiento humano sin precedentes y de una radicalización ideológica preocupante”.

El Gobierno francés ha venido endureciendo el tono ante Caracas en las pasadas semanas, sobre todo a raíz de la decisión de la Asamblea Constituyente de asumir las facultades de la Asamblea Nacional en manos de la oposición, un hecho que fue condenado la semana pasada por el Ministerio de Relaciones Exteriores francés. Francia también denunció el arresto, a comienzos de mes, de los opositores Leopoldo López y Antonio Ledezma, quienes poco después volvieron a estar bajo arresto domiciliario. Pese a todo, el Gobierno francés ha insistido durante todo este tiempo que el diálogo es la única solución posible en Venezuela. A comienzos de julio, Macron incluso envió una carta a Maduro a través de la embajada francesa en Caracas en la que le aseguró su disposición a “facilitar las negociaciones mediante el diálogo”, según reveló el embajador francés, Romain Nadal, en una entrevista.

Pese al endurecimiento de su tono, Macron sigue abogando por el diálogo y por la búsqueda concertada de una solución. “Me gustaría reflexionar, con los gobiernos de América Latina y de Europa, sobre la manera de evitar nuevas escaladas, incluidas regionales”, dijo el presidente ante los representantes diplomáticos internacionales. La víspera, Venezuela también fue tema de conversación entre el ministro de Relaciones Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian, y su par brasileño, Aloysio Nunes, según el Quay d’Orsay.

Pero la crítica venezolana de Macron tiene también una lectura interna. Pueden ser consideradas como un dardo diplomático hacia quien en estos momentos se erige como la principal voz de la oposición a su Gobierno, el izquierdista Jean-Luc Mélenchon. El líder de Francia Insumisa, el partido que acaba de denunciar como un “golpe de Estado social” la reforma laboral, proyecto clave de Macron y que ha convocado a protestas en septiembre, nunca ha ocultado sus simpatías por el gobierno chavista.

La semana pasada, la formación de izquierdas celebró unas jornadas de verano en Marsella, nuevo bastión “insumiso”, en las que fue invitado para hablar el expresidente ecuatoriano Rafael Correa. Durante su propia alocución, Mélenchon evitó una vez más hacer una crítica abierta al presidente venezolano.

«Nosotros no perdemos nuestro tiempo tirando piedras a nuestros amigos, que sabemos que no son perfectos porque nosotros mismos tampoco lo somos», dijo Mélenchon, según recogió la agencia France Presse. «Sin importar qué errores cometan nuestros amigos, nosotros no perdemos de vista que el principal responsable del mal, del desorden y de la guerra civil es el imperialismo estadounidense», agregó ante la mirada de Correa, aliado tradicional de Caracas.

Destituido el Canciller: ¿cuánto durará el nuevo?, por Milos Alcalay

JorgeArreazaCanciller

Ningún Gobierno serio cambia con tanta frecuencia a sus Ministros de Relaciones Exteriores. La permanencia en el cargo obedece a que los responsables de la Política Exterior, con el tiempo, llegan a dominar mejor la agenda mundial además de crear vínculos con sus colegas. Si a ello se suma que en el caso de Venezuela en estos últimos 18 años se ha desprofesionalizado el Servicio Exterior, ideologizado sus presentaciones y se sustituyó a los diplomáticos de carrera por militares y militantes, ello agrava su actual aislamiento. Súmele a ello, sus conflictivas y primitivas intervenciones y su descarado incumplimiento a los Tratados Internacionales y a la Constitución Bolivariana en materia de democracia, derechos humanos, corrupción, separación de poderes.

Después de la brevísima pasantía de Samuel Moncada al frente de la Casa Amarilla, el Presidente Maduro afirmó que lo “promovía” nombrándolo Embajador ante la OEA. Ese anuncio sonó como un chiste, ya que su predecesora no solo había formalizado la salida de Venezuela de ese organismo, sino que además anunció con “bombos y platillos” que nos retirábamos de una vez de ese organismo imperialista e intervencionista. Pero vemos que ese anuncio era solo para la galería, porque debido a la habitual contradicción, los Maduristas podrán entonar el canto en la OEA, de que Venezuela “Volvió, volvió, volvió” y desde la ANC Delcy Rodriguez continuará con sus insultos.

No es la primera vez que a Moncada lo dejan con los crespos hechos. Como Representante ante la ONU, al actuar con un mínimo de profesionalismo, logró -en base al principio de rotación que se aplica en la ONU- que Venezuela entrara por dos años en el Consejo de Seguridad, a diferencia del fracaso anterior, cuando el país trató infructuosamente de entrar, bloqueando el endoso alcanzado por el prestigioso Canciller Gert Rosenthal de Guatemala. Esta vez presentó la candidatura oportunamente cuando no había otro candidato por la región; procuró el respaldo de Gobiernos (que luego él mismo insultó como Canciller); logró el endoso del GRULAC ofreciendo que representaría a los países miembros (para luego presentarlo como el respaldo mundial a la Revolución Bolivariana); cumplió silenciosamente con la práctica del intercambio de votos apoyando a países de la Unión Europea en sus reivindicaciones (para luego atacarlos). Pero de nada le valió esta actuación, ya que ni siquiera lo dejaron sentarse en la silla del organismo de la ONU, porque lo sustituyeron por otro brevísimo Canciller, Rafael Ramirez, que pasó dos años sin pena ni gloria. Al cambiar por el modelo conflictivo de Delcy, tampoco lo ayudo a permanecer.

El nuevo Canciller es el multifacético Jorge Arreaza, yerno del Presidente eterno, quien asume el reto de conducir la política exterior en momentos de radicalización del Gobierno. Su mérito -según Maduro- es que “es joven y habla ingles”. No hay duda de que es importante contar con juventud, pero lo que llama la atención es que tantas y tan variadas responsabilidades debe considerarlo con el genio de un Einstein, Leonardo da Vinci o Aristóteles, ya que ha sido Vicepresidente; Ministro de Educación; de Ciencias; de Tecnología; de Desarrollo Social; de Desarrollo Minero, etc. Y en relación al ingles, el dominio de idiomas es una necesidad, no un mérito. Amanecerá y veremos.

@milosalcalay

Las incógnitas de la política exterior de Donald Trump, por Vicente Emilio Vallenilla

POTUS2017

 

En los dos últimos siglos las novelas por entregas causaron sensación en los periódicos y revistas de Europa y de los Estados Unidos. Se empezaron a publicar a grandes autores en ese formato distinto al clásico libro. A Charles Dickens le fueron publicadas cada semana durante cuarenta años muchas de sus extraordinarias novelas. Ernest Hemingway publicó por entregas «Adiós a las Armas«; «La cabaña del Tío Tom» salió publicada por capítulos durante dos años, las novelas de Joseph Conrad eran publicadas semana a semana. «Ana Karenina«, durante cuatro años, mantuvo en suspenso al expectante público del Mensajero Ruso. En la novela en forma de libro, el lector determina a voluntad el avance personal hacia el desenlace. En la novela por entregas ese dominio quedaba en manos del publicista. El público debía acostumbrarse a esperar al desarrollo y el final. La acción externa del gobierno de Donald Trump parece rememorar las expectativas de aquellas novelas por entregas.

Excepto quizá Richard Nixon que tenía desde la etapa pre-elección un conjunto de ideas que deseaba acometer en la escena internacional, como el reconocimiento a China comunista como potencia, los presidentes de Estados Unidos han deseado concentrarse mas bien en los asuntos domésticos, en cierta forma subvaluando en esa etapa de candidatos, las enormes e inevitables demandas del sector externo sobre el gobierno de lo cual no se librarían durante todo el ejercicio del poder. Pero es natural que cada candidato presentara en el programa de gobierno su política exterior. enumerando fines, objetivos e instrumentos para los siguientes años. En la práctica, por la subordinacion –mayor o menor- de lo exterior a lo doméstico en la inicial visión presidencial, ha provocado incontables sobresaltos diurnos y nocturnos debido a acontecimientos «imprevistos« como Pearl Harbor y otros tantos, como la Crisis de los Cohetes, provocando así alteraciones importantes de las programadas políticas exteriores. De modo que cada gobierno, desde sus inicios, ha tenido invariablemente una política espinal y otra sobrepuesta por las circunstancias.

Esta última abunda en la historia, por ej. F.D. Roosevelt/II GM, George W. Bush/11 sep. 2001. Pero en cualquier caso, la política cincunstancial externa no debe entenderse como una ausencia de objetivos predeterminados por cada nuevo gobierno. Se puede decir que las politicas exteriores enunciadas por los entrantes gobernantes respondieronsicamente a los objetivos generales establecidos como política de Estado, iniciada por Thomas Jefferson, tanto como Secretario del Exterior y luego como Presidente. y que con el pasar del tiempo se fueron acumulando con nuevos principios y posiciones. Republicanos y Demócratas han mantenido esos principios como plataforma, identificados como el Interés Nacional de los Estados Unidos, variando en cada nueva administración, la intensidad, los mecanismos, la estrategia y las tácticas. El resultado ha sido que cada presidencia en los últimos cien años, desde Wilson hasta Obama, ha tenido una política exterior determinada a priori, , concebida para ser implementada mas allá de las vicisitudes sin contar con las resistencias naturales de otros actores del sistema internacional rechazando la pax americana. (lo cual no exime esa política de errores permanentes, algunos de carácter monumental, entre otros por no escoger como embajadores a los expertos del departamento de Estado que los hay de primera, sino a cualquiera que haya donado a la campaña como a un dueño de una muebleria o a un decorador de interiores)

La diferencia con la inédita situación actual es que no existe ese clásico conjunto de objetivos y acciones en el programa de gobierno de Donald Trump. Nos parece que la política exterior estará basada a partir de la percepción del Presidente Trump que Estados Unidos ha perdido aquella antigua posición de poder hegemónico en el sistema unipolar de poca duracion (1945-1955) o quizá mas bien la posición compartida con la Unión Sovietica en el sistema bipolar existente hasta 1989. La «perdida» de la condición de país cúspide del sistema internacional es explicado como «resultado de una serie de errores cometidos por anteriores gobiernos, en ambos planos, el interno y el externo. por negligencia y tolerancia con algunos países adversarios, por malos acuerdos comerciales, por costosas alianzas militares, por la reducción del poder militar, por la flexibilidad y gastos con las Naciones Unidas.

A partir de esa premisa nos parece que el presidente Trump indica sus objetivos de reinstauración de un orden mundial mas apropiado, reformulando la situación con los«culpables« (China y México), estableciendo una alianza preferencial con Rusia, (actual competidor militar que avanza hacia a la bipolaridad de la Guerra Fria), ignorando parcial o totalmente actores tradicionales (Europa, con o sin Gran Bretaña), revisando las acciones y objetivos en Medio Oriente y Asia, ( acuerdo nuclear con Irán), anunciando la eliminación total del islamismo radical y reafirmando los vinculaciones con Israel, neutralizando el peligro inminente que representa Corea del Norte apoyando a Japón para desarrollar armamento nuclear. y pidiendo a China intervención en ese caso.

Hacia América Latina, aparte del énfasis mexicano, Trump parece haber identificado a Venezuela « great people» sic. Sin embargo queda abierta a la imaginación la nueva línea política hacia el régimen de Nicolás Maduro. América Latina puede sufrir serias consecuencias si se genera un desbalance mayor en el ya desigual esquema entre el Norte desarrollado y el Sur emergente .

El resto del mundo no aparece por ahora en el mapamundi del salón Kennedy en el West Wing de la Casa Blanca que promete a pesar que sus 513 mts cuadrados ser insuficientes para los tiempos venideros.

Donald Trump va a concentrarse en la política económica exterior, quizá como ningún antecesor. Su visión de la política exterior es economicista-militarista. Es decir, la «grandeza» de Estados Unidos está determinada por su poder económico y luego, por su poder militar. Esos dos elementos son la plataforma para el desarrollo de una inedita política exterior para hacer «grande a América de nuevo«.

Ahora, allí hay una contradicción que tendrá que resolver. Propone la reformulación de las alianzas comerciales y militares de los últimos setenta años. Los anuncios sobre la OTAN y el retiro de la manutención financiera de la misma ha creado una enorme tensión política, económica y de seguridad en los países que formaron parte del desaparecido Pacto de Varsovia y en países tradicionalmente aliados como Finlandia, Suecia, Dinamarca.

Pero concentrándonos en el tema de mayor cobertura global todo parece indicar que la nueva arquitectura trumpiana evoca los tiempos del aislacionismo que tuvo EUA durante una era en la que no deseaba ser un actor constante en las relaciones internacionales conbinado con un neo-proteccionismo. Hay dos áreas identificadas que resultan particularmente inquietantes por su enorme impacto sobre las relaciones internacionales.

La «salida» parcial o reforma desigual, de acuerdos como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA), el retiro anunciado del Acuerdo de Asociación TransPacífico (TPP) (objetivo central de la politica comercial de Obama) crea incertidumbres de nivel político y económico que puede afectar los mercados de capitales, las corrientes de comercio y el flujo de inversiones a nivel mundial.

Paradójicamente es el sistema de comercio internacional que fue creado progresivamente a partir de la Sociedad de las Naciones, el GATT y la Organización Mundial de Comercio, que no sólo permitió el desarrollo del comercio internacional sino que también creó la plataforma para convertir a EUA desde 1945 en el primer exportador de bienes y servicios en el mundo (recientemente pasado al segundo lugar por la descomunal participación de China, hoy en el primer puesto). El NAFTA entre EUA, Canadá y México será reformulado por el presidente Trump ( o incluso su eliminado) si no consiguen ventajas mucho mayores para EUA. Lo sorprendente es que se trata de los grandes socios. Las mayores exportaciones de EU son hacia Canadá, y México. El tercer país socio es el enemigo comercial mas importante de la era Trump: China. Es obvio que si se desbarata el sistema de comercio con esos tres países, el sistema comercial mundial tendrá repercusiones de proporciones inéditas. En la región, México particularmente, puede sufrir una conmoción estructural en su economía con grandes pérdidas de empleo e inversión.

En general, el impacto de la revisión del sistema de comercio secular de Estados Unidos puede provocar un alto en el paulatino crecimiento del comercio internacional en los últimos cuarenta años, donde los países emergentes pasaron de la periferia del comercio a convertirse en parte indispensable y de mayor potencial en ese comercio internacional, significando hoy en día casi la mitad del intercambio global. Los avances, aunque lentos, han permitido que la pobreza global en los últimos 30 años se haya reducido probablemente mas de 40 %. El sistema financiero internacional ha comenzado desde el Consenso de Monterrey de la ONU a transitar por una reforma paulatina de las instituciones del sistema de Bretton Woods como el Banco Mundial y el FMI para encausar los beneficios de la globalización y las aspiraciones de los países en desarrollo.

La dimensión ambiental que tanto nos esforzamos en vincular al desarrollo económico y social por mas de veinticinco años en las negociaciones internacionales se ve amenazada si EUA se retira de la acuerdos alcanzados en París y de otros instrumentos. Si bien los países productores de petróleo como Venezuela (incluido EUA) tendrían menos presiones internacionales en el corto plazo para eliminar la producción y venta de ese tipo de energía, los daños acelerados al ecosistema global por los efectos de la actividad humanaque saltan a la vista hacen impredecible la supervivencia de la naturaleza y por ende, de la especie humana.

La pregunta crucial: ¿está el nuevo gobierno de Donald Trump en conocimiento del Leviatán que podría crearse por unas reformulaciones radicales de la política exterior con repercusiones estructurales en el propio sistema económico mundial?

Es francamente alarmante que no lo sepamos. El discurso en la toma de posesión reafirma las posiciones de la campaña, con mayor pasión aun.

Tal vez pasaremos los próximos años como aquellos asiduos y pacientes lectores de Ana Karenina, atentos a cada entrega para entender la trama y finalmente, después de varios años el desenlace. En la obra magistral de Tolstoi, el final es trágico. Pero después de todo esa maravilla narrativa pertenece al genero de la ficción realista, mientras que esta novela política publicada, no en periódicos, sino en Twitter, será del mas puro realismo y no precisamente mágico.

*Ex Embajador de carrera de la República

 

Informe Otálvora: Triunfo de Trump mata doctrina Obama para Latinoamérica

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El Secretario de Estado de EEUU John Kerry y Nicolás Maduro reunidos el 26SEP16 en Cartagena de Indias, Colombia.  A la izquierda Thomas Shannon. Foto: @usaenespanol

 

 

“Nadie sabe mucho sobre su política exterior, así que cada uno debe entrar en un período de estudio, en un frenesí de estudio”. De esta manera se refirió Henry Kissinger la mañana del 10NOV16, a pocas horas de conocerse el resultado electoral en EEUU, en relación a la posición de los grandes actores de la política mundial ante Donald Trump. Se trata del epílogo de una larga entrevista realizada por Jeffrey Goldberg para la edición de diciembre de la revista The Atlantic en la cual Kissinger, el viejo zorro de la política exterior estadounidense, confronta la denominada “Doctrina Obama”. Kissinger revelaba de esta manera el grado de incertidumbre que la llegada de Trump a la Casa Blanca trae consigo para los juegos de las relaciones internacionales.

En sus primeras horas como Presidente electo, Trump telefoneó a los mandatarios de Egipto, Irlanda, México, Israel, Turquía, India, Japón, Australia y el Reino Unido. A la primer ministro británica Theresa May, Trump le dijo que “Theresa en mi Maggie”, en clara referencia a las especiales relaciones que mantuvieron los gobiernos de Ronald Reagan y Margaret Thatcher. Pero salvo la lista pública de sus primeras conversaciones telefónicas y sus imprecisas referencias a temas internacionales durante la campaña electoral, la política exterior de Trump es un verdadero acertijo que intenta ser resuelto con las más variadas especulaciones por analistas de todo el mundo.

Algo pareciera cierto: Latinoamérica no es un tema de urgencia en el mapamundi que Trump tiene en la cabeza. La renegociación o la anulación de los acuerdos de Obama con el régimen cubano, así como el apoyo a la oposición venezolana fueron mencionadas por Trump ocasionalmente en su campaña y de forma evidentemente propagandística el 02NOV16 en Miami durante la cruenta batalla por los votos del estado de Florida.

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El 26ENE15 se celebró en Washington, con la presencia de varios mandatarios caribeños y del vicepresidente de EEUU Joe Biden, un foro para analizar el documento denominado “Uncertain Energy: The Caribbean’s Gamble with Venezuela”. La producción del evento y la redacción del documento eran parte de un proyecto adjudicado al think tank Atlantic Council, ente de análisis de temas internacionales muy oído por el gobierno Obama.

El documento presentado ese día alertaba sobre graves impactos que podrían registrarse en el Caribe ante la inminente crisis económica en Venezuela, que ya para la fecha quedaba patente en disminución de envíos de crudo venezolano como parte del acuerdo Petrocaribe y en un endurecimiento de la condiciones de crédito otorgado por Maduro a sus socios caribeños. Atlantic Council advertía que la crisis venezolana podría desatar “el riesgo de un evento de migración fuera de control” de caribeños, obviamente hacia costas de EEUU. La solución propuesta por Atlantic Council era promover una nueva matriz energética en el Caribe con apoyo de EEUU para compensar el inevitable fin del subsidio chavista al consumo energético caribeño.

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El 09ABR15, Barack Obama realizó una parada de dos días en Kingston, Jamaica. Hasta allí llegaron mandatarios caribeños, algunos de ellos socios políticos del castrochavismo, para celebrar una reunión de Caricom con Obama. La propuesta del Atlantic Council fue tema central de aquel encuentro. En Caracas en tanto, la paranoia y la megalomanía del régimen chavista seguían los pasos de Obama por el Caribe como si se tratara de una conspiración. Según Maduro, durante la reunión en Washington, Biden en realidad había expuesto un plan para derrocar al gobierno chavista. La cadena de propaganda Telesur insistía que la iniciativa de Obama sólo procuraba “romper el esquema de colaboración petrolera Petrocaribe”. Maduro tardó en entender que la política de la Casa Blanca de Obama no perseguía el derrocamiento de su gobierno sino prevenir el impacto que su caída tendría en las costas este de EEUU. Desde 2014, mientras el chavismo regularmente señala a EEUU de tejer conspiraciones en Caracas, la diplomacia de  Obama trabajó en apoyar por lo menos tres intentos para instaurar esquemas de diálogo político entre el Gobierno y la Oposición en Venezuela. La “Doctrina Obama” de evaluar al chavismo como una “no amenaza” para EEUU fue aplicada de forma sistemática, y sólo fue rota el 09MAR15 cuando el gobierno de EEUU bajo presión de congresistas republicanos, aplicó la “Ley para la Defensa de los Derechos Humanos y Sociedad Civil de Venezuela” sancionando algunos funcionarios chavista.

Debe esperarse que la relección el 08NOV16 del senador Marco Rubio y los representantes Ileana Ros-Lehtinen y Mario Díaz-Balart, tres republicanos de Florida, estimulará una línea de choque de Trump contra regímenes castrochavistas, presionando para que el “internacionalismo idealista” que pregonaba la “Doctrina Obama” pase a ser asunto del pasado.

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Las elecciones municipales en Brasil del 02OCT16, el plebiscito sobre el Acuerdo Santos-Farc en Colombia del 02OCT16 y las elecciones presidenciales en EEUU del 08NOV16 tuvieron un elemento en común: la relevancia del voto por motivos religiosos. Los resultados en los tres eventos fueron marcados por los movimientos “pro vida” cristianos católicos y, muy especialmente, las diversas versiones de iglesias “evangélicas” con posiciones antiaborto y visiones tradicionalistas en materias de género. Los números así lo señalan.

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Los resultados de las elecciones municipales en Brasil dejaron en evidencia la debacle del otrora poderoso partido de Lula da Silva, el PT. Durante los meses que duró el proceso que concluyó en la destitución de Dilma Rousseff el 31AGO16, Lula y la ahora expresidente gustaban alegar que el impeachment se trataba de un golpe contra la mayoría de los brasileños que el PT representaba. Rousseff propuso llamar a elecciones presidenciales adelantadas, con la seguridad de que el PT arrasaría en las urnas. Lula aseguraba que nuevamente llegaría al presidencial Palacio de Planalto a más tardar en 2018. Pero las cuentas de Lula y Rousseff  eran ilusorias, ya que el triunfo electoral presidencial del PT en 2010 y 2014 fue sólo posible gracias al aporte de votos del PMDB, el partido no izquierdista de Michel Temer, el vicepresidente que ahora ocupa la Presidencia. Los escrutinios municipales de octubre resultaron el baño de agua helada que apagó la imagen imbatible que Lula se adjudicaba. Carente ahora de gruesos presupuestos federales para gastos sociales, sumado a los señalamientos por corrupción contra decenas de líderes del PT, además de la aplicación de nuevas normas electorales que frenan los aportes empresariales a las campañas,  y sumado al  fortalecimientos de los partidos de tendencia no izquierdista, todo ello dio al traste con el mayor partido castrochavista del Continente.

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Brasil está dividido en 5.568 municipios de los cuales el PT sólo logró ganar 254. Esa cifra equivale a un tercio de los 632 que obtuvo en las elecciones del 2012. La única alcaldía de una capital estadal que mantuvo al PT fue Rio Branco, ciudad de menos de un millón de habitantes en el fronterizo y amazónico estado de Acre. En contraste, en el año 2008 el PT controló 10 capitales estadales.

En el estado de São Paulo, cuna y fortín del PT, el partido de Lula cayó de 72 a sólo ocho alcaldías bajo su control.

El PT perdió la alcaldía de la ciudad de São  Paulo que cuenta con más de doce millones de habitantes, la cual pasó a manos de una alianza encabezada por el socialdemócrata João Doria Júnior del PSDB. El PT buscaba la reelección en la ciudad de São  Paulo de  Fernando Haddad. Lula, creyendo que aportaba votos, se involucró personalmente en la campaña  acompañando a su candidato en diversas actividades proselitistas. El resultado fue catastrófico para Haddad, quien no consiguió pasar a la segunda vuelta. La derrota de Lula en sus predios fue de tal magnitud que su hijastro, Marcos Cláudio, no logró ser reelecto como concejal (vereador) en São Bernardo do Campo ciudad donde reside la familia Lula.

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El 17MAY16 el Directorio Nacional del PT aprobó iniciar acciones para “negar legitimidad al gobierno ilegítimo de Temer”, “hacer la defensa política del legado de nuestros gobiernos” y “defender al presidente Lula de los ataques mediáticos y judiciales”. Tras la destitución de Rousseff, fracasaron los intentos del PT y sus aliados de la izquierda más radical para crear un clima de ingobernabilidad en Brasil mediante masivas protestas callejeras y paros sindicales en áreas estratégicas. La toma de cientos de instalaciones educativas a finales del mes de octubre a lo largo del país por jóvenes liderizados desde la União Nacional dos Estudantes controlada por el PT, es quizás la única acción de fuerza que el partido de Lula logró concretar para chocar al nuevo gobierno brasileño.

Dentro del PT existe una lucha feroz de facciones por el control del aparato del partido, algunas de las cuales comienzan a desprenderse del liderazgo de Lula. El expresidente, que ya está imputado en tres procesos judiciales, ahora se muestra más preocupado por salvarse de un enjuiciamiento que lo lleve a la cárcel o por lo menos lo inhabilite políticamente. El 10NOV16 convocó a un acto en la Casa de Portugal en São  Paulo, para arrancar la campaña denominada “Por un Brasil justo para todos y para Lula”, cuyo mismo nombre delata la debilidad de quien fuera un poderoso jefe político en Brasil y el Continente.

Por cierto, en una entrevista publicada el 11ENE04 por el diario Folha de São Paulo, Donald Trump habló sobre la política económica del gobierno del entonces presidente brasileño Lula da Silva: “está realizando un trabajo admirable, de la mejor calidad. Estoy muy optimista con relación a su gobierno”.

 

 

Edgar C. Otálvora

@ecotalvora

Diario Las Américas

banderadevenezuela10

 

A decir verdad, desde que Maduro llegó a Miraflores, no ha levantado el pie del acelerador en su ruta, camino al afianzamiento de su tiranía. Así como no es menos cierto que, el contexto le ha sido favorable, no solo con la recuperación de los precios del petróleo, sino también con los constantes y continuados, errores tácticos, de la MUD.

En medio de las ruinas que ha ido dejando la obra de Maduro, llegamos a la histórica cita que cada 4 años tiene como escenario al mes de octubre. Me refiero a las elecciones presidenciales en los Estados Unidos. Y con ella, la october surprise, esa posibilidad de influir, como en el pasado, en dichas elecciones.

La provocación era muy grande, y sin embargo, en ésta ocasión la sorpresa de octubre, no vino de Venezuela. En toda lógica, Caracas no recibió la orden de La Habana, puesto que no hay ni necesidad ni mucho menos urgencia de intervenir en la política estadounidense.

Una táctica castrista, muy bien justificada, debido a lo que ha sido la política exterior de Washington respecto a Venezuela en los últimos 16 años.  En los primero 8 años, bajo la administración Bush, el chavismo se instauró y se consolidó. Luego bajo los 8 años de Obama, y tras la muerte del Teniente Coronel Chávez, se logró la transición sin traumas y se dejó que Maduro se apoltronara. Al tiempo que, los hermanos Castro y sus Generales, firmaban con Washington acuerdos de impunidad política y humanitaria, a cambio de grandes negocios.

Prácticamente dos décadas de política exterior norteamericana, sin mayor interés, por impedir la instauración de la tiranía castrochavista en la vecina Venezuela.

Indiferencia que, salvo un acontecimiento mayor, seguirá siendo la norma. En virtud que, entre los numerosos expedientes de política exterior, que esperan sobre el escritorio del futuro nuevo presidente de los EEUU no está el caso Venezuela.

Pero como tiranía es tiranía. El descuido de Washington, no significa que La Habana, no aproveche la campaña electoral norteamericana, para afianzar sus colmillos sobre la provincia Venezuela. Es así como, precisamente en éste mes de octubre, era el intervalo para pisar aún más el acelerador. Estaba en la agenda de Maduro. Para los hermanos Castro, los muy polémicos debates Clinton-Trump en los EEUU dejaban la vía libre, para que Maduro, apurara la purga.

De esa manera, en éste mes de octubre 2016, Maduro no solo anuló el referéndum revocatorio en su contra, sino que comenzó la segunda etapa de inhabilitaciones, mejor conocida como, el apartheid político chavista. Ahora en versión corregida y aumentada.

Sin duda, otra acción de gran cobardía política.

@ldelion