Pernambuco archivos - Runrun

Pernambuco

La importancia de los incentivos para mejorar la seguridad ciudadana: el caso Pernambuco, Brasil

Los bajos salarios y las desigualdades en los ingresos señalan como poco atractiva la carrera policial y conducen a la falta de compromiso y satisfacción laboral, lo que puede asociarse con bajo nivel de desempeño y prácticas deshonestas, explica Luis Gerardo Gabaldón, profesor de la Universidad Católica Andrés Bello. “En el año 2006, el salario de los policías venezolanos apenas superaba el sueldo mínimo en los rangos más bajos: entre US$200 y US$250.”

Los datos recopilados por la plataforma Monitor de Víctimas identifican a la policía como el segundo victimario en los homicidios que suceden en Caracas: 48% de los casos se deben a ejecuciones y resistencia a la autoridad en 16 meses de recolección de datos. Cuando escuchamos el testimonio de familiares de víctimas de la violencia del Estado pareciera que los funcionarios perciben que el costo de cometer un crimen es cercano a cero. Después de México y Perú, quienes tienen un índice de 69% de impunidad, Venezuela figura como el tercer país con los porcentajes más altos en América Latina con 67%. A escala mundial ocupa el sexto lugar.

Esta situación ha incrementado la desconfianza hacia los cuerpos policiales. Según Encovi (2018) 65% de la población desconfía del trabajo de la fuerza pública. Por otro lado, las políticas de seguridad ciudadana se han simplificado en operativos de “mano dura” y el Estado se ha olvidado de ofrecer beneficios económicos y sociales a los funcionarios. Esto los lleva a alejarse cada vez más de su labor de prevenir y combatir el delito para, precisamente, incurrir en estos. El gobierno venezolano también ha hecho a un lado las políticas básicas para lograr la reducción de homicidios: intervención de espacios públicos, inclusión de la ciudadanía, inversión en programas sociales para la prevención de la violencia, y otros.

Políticas para revertir la realidad

En abril de 2018, el medio digital Efecto Cocuyo señaló mediante una investigación que el sueldo de un comisionado de la Policía del municipio Sucre (estado Miranda), con 20 años de carrera policial, un posgrado y una maestría, no superaba los 25 bolívares soberanos (esto era, aproximadamente US$4, que equivalía al precio de medio pollo y un cartón de huevos para la fecha). Es por ello que en muchos casos los funcionarios recurren a prácticas ilegales conocidas como “matraqueo” o prefieren hacer labores como escolta y seguridad privada, dado que no existen los incentivos salariales para permanecer en los cuerpos de seguridad del Estado.

En este contexto se debe incluir la destrucción institucional de la Fiscalía y el sistema judicial, todo esto sumado al debilitamiento de la sociedad civil y su capacidad para hacer contraloría a las acciones de la fuerza pública.

Ante esta realidad, ¿es posible crear políticas públicas viables para revertir el deterioro institucional de la Policía? La respuesta es sí. Un ejemplo de ello ocurrió en el estado de Pernambuco, al noreste de Brasil, que concentra 1% de los homicidios a escala mundial. Entre 2007 y 2013 se llevó a cabo el proyecto Pacto por la Vida, con el cual lograron reducir el número de muertes violentas en 40%, de 4.592 a 3.101.

El programa Pacto por la vida fue creado bajo el mandato del exgobernador brasileño Eduardo Campos, con asesoría del doctor en Sociología José Luiz Ratton. El proyecto se enfocó en la reducción de los homicidios por medio de incentivos económicos a los funcionarios con el objetivo de transformar su actuación. El componente más importante era trabajar en la investigación de los casos, para así aumentar el costo de cometer un crimen.

Luego de diagnosticar el problema, los especialistas hicieron foros en los que se incluyó a la ciudadanía y a distintos movimientos afectados por la violencia. Sus solicitudes se convirtieron en metas; esta fue una característica clave en el modelo.

Sobre esta experiencia, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) indicó que las reuniones periódicas con las autoridades y el seguimiento de los objetivos fueron vitales para el proyecto. Por ejemplo, cuando los datos registraban retrasos en las metas, los funcionarios debían dar explicaciones sobre los inconvenientes que lo habían causado. Por cada objetivo principal se evaluaban metas financieras y se establecían sistemas de pago por desempeño, de forma que los salarios de los cuerpos policiales aumentaron significativamente. El BID señala que el gasto en personal creció en 29% en términos reales entre 2008 y 2013.

Prevenir los homicidios  

Uno de los éxitos de Pacto por la Vida fue la reducción de los homicidios cometidos por los cuerpos de seguridad del Estado, pues al crearse las bonificaciones los funcionarios se enfocaron en investigar los casos y dejaron de cometer asesinatos en las zonas más vulnerables. Sin embargo, las características de la violencia en Brasil y el no haber trabajado en la prevención de los homicidios afectó la sostenibilidad en el tiempo del proyecto. Por ejemplo, los funcionarios alteraban los datos moviendo de lugar los cadáveres para que la muerte perteneciera a otra área, y así cumplir con los objetivos de reducción planteados en la planificación.

Otra de las fallas fue la creación de un nuevo bono por la incautación de drogas en 2012. Esto generó un cambio en las motivaciones de los agentes, ya que incautar droga y localizar a los vendedores resultaba una actividad más fácil y rentable que investigar los homicidios. El nuevo incentivo desvió los esfuerzos de los funcionarios por reducir los homicidios dando como resultado el aumento de la violencia.

Las características de la violencia en Brasil actualmente siguen siendo similares a Venezuela. En ambos países las armas de fuego son incautadas pero no destruidas. Luis Cedeño, director de Paz Activa, explicó para Monitor de Víctimas que las armas decomisadas en Venezuela entran en custodia pero luego regresan a manos de los grupos violentos, reinician su ciclo y nunca terminan de salir de circulación. Luiz Ratton, durante una visita a Venezuela, contó que en Brasil algunas veces un arma se denuncia como robada cuando en realidad fue vendida, incluso, en ocasiones son alquiladas.

Hoy Brasil ocupa los primeros lugares de violencia en el mundo con 12% de homicidios. Pernambuco aumentó su número de muertes a 5.030, una vez se abandonó el programa Pacto por la Vida. Los expertos aseguran que en este tipo de proyectos deben incluir políticas públicas de prevención de homicidios según las diferentes áreas: violencia de género, grupos LGBT, tráfico de drogas, entre otros.

Desde Caracas Mi Convive consideramos que el ejemplo de Pernambuco es aplicable para el Área Metropolitana de Caracas, tomando en cuenta algunas similitudes que puedan tener y las correcciones y adaptaciones que ameriten. La deplorable situación y las condiciones en las que trabajan los funcionarios policiales obligan a definir un programa extenso de atención inmediata para este gremio, que incluya mejores salarios, dotación de recursos y equipos, y fortalecer la estima e importancia de los cuerpos policiales.

Es importante resaltar que para poder ejecutarlo con éxito se debe contar con una economía estable y crear una relación de confianza entre los funcionarios y los ciudadanos. La reducción de homicidios en el país depende de una reforma en las fuerzas de seguridad pública del Estado y que sea abordado como un tema prioritario para el Ejecutivo. Se debe contar con un compromiso de continuidad política entre las gestiones gubernamentales para su sostenibilidad y efectividad en el tiempo, así como la voluntad para hacerlo de manera sensata y despolitizada. La ciudadanía será fundamental para consolidar una solución consensuada e inclusiva, y al contar con un sistema policial sólido y legitimado se podrá enfrentar la violencia que vive Venezuela.

Sendai Zea Feb 14, 2012 | Actualizado hace 5 años
Runrunes El Universal 14.02.2012
ALTO
REACCIÓN:

La más alta cúpula gubernamental no salía de su asombro. Se habían guiado por las cifras de Díaz Rangel quien dijo una semana antes que era probable que sólo participara un millón de votantes; las de Jesse Chacón advirtiendo que si no llegaban a 2 millones y medio no podrían ganar en octubre y las del coprófago nocturno que auguraba menos de medio millón. La sorpresa no fue por Capriles sino por los tres millones de votos, las colas en sitios rojitos y la voluntad de jóvenes y ancianos por mostrar su dedo entintado. Piensan que si cada votante lleva sólo uno más en octubre tendrán 6 millones de arranque. Se dieron cuenta que el discurso está agotado y ya no despierta emociones. Las peroratas interminables aburren, se oyen pero no se escuchan. Son demasiadas promesas incumplidas en 13 años. Las mentiras tienen piernas cortas. Sus ministros buchones sólo quieren irse a disfrutar sus dólares y euros. Los daños infligidos por su propia gente (coprófago de VTV en el primer lugar) son razones para salir de ellos. En el análisis dijeron que los partidos tradicionales se habían acabado y cumplido su ciclo. El drama de su enfermedad, por no ser claro, le está saliendo por la culata. Los asesores ya comenzaron a cuestionar y minimizar el triunfo opositor. Se les pasó la mano acusando al CNE. Están trastornados, muchos funcionarios jalando son espontáneos, harán todo lo posible por atacar a Capriles quien ayer dio una lección cuasi presidencial en su encuentro con la prensa. Le temen. Ojo con el TSJ y los voluntarios radicales. El jueves amplío…

PERNAMBUCO:


Durante estos trece años hemos vivido de escándalo tras escándalo. Nunca hemos tenido un dictamen de la Contraloría o de la Fiscalía que lleve a juicio y mucho menos preso a un ministro o a un alto jerarca del gobierno. Los sistemas bancarios de los paraísos fiscales se jactan abiertamente de tener los mejores nuevos clientes: Las fortunas hechas a costa del erario público venezolano.

Sin embargo, hay un caso que debe reventar más temprano que tarde y que dejará como juego de niños los atracos al erario nacional conocidos como los casos Cavendes, el fondo chino, la comida argentina, el maletín de Antonini, la destrucción del sistema eléctrico, los contendores de Puerto Cabello, entre otros. Me refiero a la tan nombrada Refinería de Pernambuco, en Brasil. Los venezolanos hemos quedado en ridículo ante el mundo entero cuando el Banco de Desarrollo de Brasil, BNDES, le ha negado un crédito a nuestra única empresa verdaderamente mundial -Pdvsa- por falta de requisitos, por falta de solvencia.

En mayo del 2005 el propio Hugo Chávez lanzó a los cuatro vientos que Venezuela y Brasil se asociarían para construir una de las refinerías más grandes del continente, todo dentro de la utopía que el mismo Chávez llama “Petrosur”. En esa oportunidad señaló, textualmente: “…ya se han realizado los estudios y ya se cuenta con el capital inicial para el proyecto”. Luego de desarrollar en las trasmisiones de Aló Presidente toda una verborrea sobre el nuevo eje de poder petrolero de Venezuela en el mundo, el propio Chávez aterriza en suelo brasilero en diciembre de ese mismo año 2005 para poner la primera piedra de este complejo refinador. Al lado de su homólogo brasilero, Luiz Inacio Lula da Silva, acompañaron a nuestro Jefe de Estado el ministro de Energía y Petróleo, Rafael Ramírez; el presidente de Petrobrás, Segio Gabrielli; el ministro de Minas y Energía del Brasil, Silas Rondeau y el gobernador de Pernambuco, Jarbas Vasconcelos.

En marzo del 2008 se monta de nuevo en el avión y va a la obra en construcción, para que el aparato de propaganda del gobierno difunda por el mundo entero la imagen y voz de Hugo Chávez señalando que “Venezuela invertirá en este proyecto 4 mil millones de dólares en tres años…, y será una expresión del “polo de fuerza de Sur América…al fin, al fin brota de la tierra un viejo proyecto…”.

Como reporta la propia agencia de noticias gubernamental AVN, en abril del 2010 vuelve Chávez con el tema y actuando como si fuera dueño de nuestras finanzas señala de manera enfática que “…si algo le es útil a Brasil, está a la orden”, al referirse a la disposición de Venezuela de suministrar crudo pesado a Brasil.

En noviembre del 2011 afirmó: “…todo está hecho para el matrimonio, todo está dado para el gran matrimonio que se concretará allá en Pernambuco”. Para rematar y poner la cosa, ya no en términos meramente financieros y tecnológicos sino lanzarlo al complejo mundo diplomático, soltó la siguiente perla: “…hay sectores dentro de Petrobras que no están interesados en que se cumpla el acuerdo con PDVSA. Creo que en Petrobras hay sectores o actores que no quieren el acuerdo, estoy convencido de eso y lo tengo en mi agenda para hablarlo con la presidenta, mi querida Dilma , pero estoy convencido de eso, porque cuando no es una cosa es otra…”. No habían pasado cuatro meses de esta declaración cuando el polémico Vicepresidente de Pdvsa, Asdrúbal Chávez, señalaba que sostuvo un encuentro con representantes de Petrobras: “Hemos venido trabajando, hemos firmado los documentos societarios preliminares… debemos dar una garantía, en la que ya hemos trabajado con una serie de bancos por lo que estimamos que para agosto ya deberíamos formalizar nuestra participación en este proyecto…esta sociedad fortalecerá la presencia de la petrolera venezolana en la región suramericana, no solamente en Brasil, sino en Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia…”.

Ahora, en febrero del 2012, casi siete años más tarde, la banca mundial, los grandes inversionistas, la estructura petrolera mundial recibe pruebas fehacientes del estado financiero de Petróleos de Venezuela: la otrora primera empresa petrolera del continente no calza los meritos, no presenta los números, no tiene la gerencia, no formula una estrategia para que un banco serio le preste dinero para invertirlo en el país de ese mismo banco. Allí están todos los Aló Presidentes, todos los viajes, todos los abrazos con Lula y todas las desavenencias con la difícil y exigente presidenta brasilera Dilma Rousseff: Hugo Chávez ha sido el jefe y señor de este proyecto que se ha quedado para los venezolanos en palabras, sólo palabras. Las gráficas que disponemos demuestran que los brasileros no han parado un solo día en la construcción en solitario de esta obra desde el 2007, luego que Pdvsa incumpliera los pagos comprometidos. ¿Cuánto hemos gastado en estos siete años que no sea palabras, mentiras y fantasías ególatras? Un bochorno internacional que difícilmente el aparato propagandístico del gobierno podrá esconder. ¿Cuál será el verdadero estado financiero de Pdvsa cuando no puede invertir en un negocio de refinería, la esencia de su razón de ser? ¡Los boliburgueses del mundo, la chorocracia angustiada desde ayer, tienen la palabra..!.