Iglesia católica archivos - Página 2 de 10 - Runrun

Iglesia católica

El arzobispo venezolano Edgar Peña será el número 3 del Vaticano

EL TERCER HOMBRE MÁS INFLUYENTE DE LA IGLESIA CATÓLICA romana será a partir de este lunes 15 de octubre un religioso políglota, con 25 años de experiencia diplomática y nuncio en naciones de Asia y África. Y es venezolano.

El papa Francisco nombró en agosto a monseñor Edgar Peña Parra como sustituto para asuntos generales de la Secretaría de Estado del Vaticano.

Es el cargo más importante en el Vaticano luego del propio pontificado y la cancillería, liderada desde 2013 por el italiano Pietro Parolín, exnuncio en Venezuela durante el gobierno de Hugo Chávez.
Peña tiene 58 años y reemplazará al italiano Angelo Becciu, nuevo cardenal.

Es el segundo latinoamericano en ocupar un puesto similar al de ministro del Interior.

Por mérito y por ser venezolano

El arzobispo venezolano será el responsable de la agenda diaria del papa y gestionará los asuntos de política interior de la Santa Sede. Es el colofón de una carrera diplomática de ascenso vertiginoso.

Según la estructura del gobierno vaticano, organizará las actividades de los nuncios de todo el mundo y gerenciará las labores de la curia romana, así como sus nombramientos.

También será responsable del sello papal y del anillo del pescador, signos de la identidad del sumo pontífice. Se ocupará de las inquietudes de las embajadas de la Iglesia y publicará las comunicaciones oficiales.

Criado en el barrio popular El Saladillo en Maracaibo, la capital petrolera de Venezuela, Peña Parra no estaba incluido en las quinielas eclesiásticas para ser el número 3 del Vaticano.

El que el papa Francisco lo escogiera como miembro de su círculo de extrema confianza responde a dos razones primordiales, opinan analistas y miembros de la curia consultados por BBC Mundo.

La primera es su currículo: es licenciado en Filosofía y Teología, doctor en Derecho Canónico y especialista en Derecho Internacional de la Pontificia Universidad Gregoriana; habla español, inglés, francés, portugués, serbocroata, italiano, latín; y ha ejercido con éxito como nuncio apostólico en Pakistán y Mozambique.

La segunda es simple: su gentilicio.

Crítico de la persecución y la corrupción

Peña Parra nació en el país que atraviesa la peor crisis política y económica en América, el continente que el papa Juan Pablo II llamó «el de la esperanza» para la renovación de Iglesia católica.

El prelado no ha escondido su voz ante el deterioro de Venezuela. Ha hecho votos por el diálogo, pero también ha fustigado el contrabando y la corrupción, ha criticado la persecución a dirigentes opositores de parte del gobierno y aupó una solución electoral.

«Los problemas no se resuelven persiguiendo. Así no se trata a un ser humano», dijo a la prensa venezolana en 2016, cuando Lester Toledo, dirigente del partido Voluntad Popular y oriundo del mismo estado natal de Peña Parra, huyó al exilio porque afirmaba que los servicios de inteligencia del gobierno lo buscaban para detenerlo.

Cada homilía o declaración del nuevo número 3 del Vaticano se circunscribe a las encíclicas y mensajes del papa Francisco y de su secretaría de Estado.

La reciente eucaristía que presidió en la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, en Maracaibo, para confiar a la Virgen María su nueva misión no fue la excepción. En ella, mencionó las «muchas necesidades y penurias de este sufrido pueblo venezolano».

Tras la misa, hizo gala de su buen trato diplomático: detuvo por cuatro minutos la procesión con la reliquia de la Patrona del estado Zulia para atender a BBC Mundo a las puertas del templo.

«El Vaticano está claro de que la crisis en Venezuela se ha agravado», dijo, mientras resonaban las campanas, los vecinos y feligreses le aplaudían y Aldo Giordano, nuncio en Venezuela, lo escoltaba.

Subrayó que la visita de todos los obispos venezolanos a Roma, donde compartieron durante nueve días con el Papa, es una expresión de la «preocupación» del pontífice por Venezuela.

Algunos opositores han criticado al papa porque consideran que tiene una postura tibia hacia el gobierno de Venezuela.

 

Continúa leyendo en BBC Mundo

Los Runrunes de Bocaranda de hoy 04.09.2018: ALTO: Preguntas en el aire
ALTO
EL NUNCIO HABLÓ: 

Le tocó al Nuncio Apostólico y decano del Cuerpo Diplomático acreditado en Venezuela, Monseñor Aldo Giordano, dar la bienvenida al nuevo Encargado de Negocios de los Estados Unidos en Venezuela James Story (el cuarto en 9 meses tras los anteriores haber sido declarados “persona no grata” y solicitado su salida del país) en su presentación ante sus colegas diplomáticos y los invitados que incluían la dirigencia política democrática, los empresarios y los medios de comunicación. Fue sorpresa para todos los asistentes escuchar al Nuncio Giordano describir -con sutil ironía la realidad que sufre Venezuela, país al que describió como “tierra de gracia. Dijo: “Es un país muy hermoso. Bienvenido James a un pueblo que sufre y lucha y que nos roba el corazón! Tu experiencia y tu sabiduría serán importantes para todos nosotros”. Allí aprovechó e hilvanó un rosario de preguntas donde asumió una posición -¿crítica o de alerta?- para que los presentes, casi todo el cuerpo diplomático acreditado en Venezuela, salieran comentándolas tanto como las del recién llegado. “¿Cómo servir el bien común de este querido pueblo de Venezuela en un momento tan difícil y complicado? ¿Cómo salvar la paz que es el primer fin de la diplomacia? ¿Cómo ayudar a erradicar el uso de la violencia que siembra tantas lágrimas e inseguridad? ¿Cómo defender los derechos de las personas que deciden de emigrar y atravesar las fronteras de nuestros países? ¿Cómo ayudar a un proceso hacia una reconciliación nacional? ¿Cómo nuestros países pueden colaborar para afrontar los problemas concretos de la gente y de las familias? ¿Cómo superar las políticas parciales, al servicio de un interés particular? ¿Cómo favorecer la justicia y la fraternidad universal de la familia humana?”. Temas como la violencia, la paz, las políticas parciales al servicio de un interés particular y, sobretodo, en el tema migratorio que el gobierno de Maduro insiste en negarlo desde todos los frentes, acusando a los medios nacionales e internacionales de fabricar un montaje con fines desestabilizadores. Considero que es un avance en la participación de la Santa Sede, es decir del Vaticano y su enviado permanente en Venezuela, en buscar soluciones a la grave situación venezolana.  Siento que es la primera vez que este Decano de los diplomáticos ha puesto los puntos sobre las “íes” en los temas que ya varios países, desde el Grupo de Lima, la OEA y la Unión Europea hasta la Casa Blanca, el Departamento de Estado, senadores y representantes del Congreso estadounidense y el Comando Sur han alertado. Y el gobierno insiste en decir que todo es un montaje mediático. Niegan todo lo que los afecta y nos mienten con descaro. En el alto gobierno, una vez más, oídos sordos a la búsqueda de soluciones.

 

Los “santos” delincuentes, por Carolina Jaimes Branger

 

Vuelvo a un tema que me subleva: el encubrimiento de la pedofilia dentro la Iglesia Católica. El último escándalo estalló en la diócesis de Hanover, Pennsylvania, Estados Unidos, donde las revelaciones son realmente enfermizas: más de mil víctimas, más de trescientos sacerdotes involucrados y setenta, ¡setenta! años de encubrimientos revelan la podredumbre, la hipocresía y la lenidad con la que actuaron las altas autoridades del catolicismo. ¿Por qué?… No hay respuesta para esa pregunta.

En 2002, el equipo de investigación del diario The Boston Globe a través de una serie de reportajes, destapó una olla inmunda en la Iglesia Católica de Estados Unidos. El para entonces cardenal Bernard Law fue el principal encubridor de esos casos, pues en vez de tomar cartas en el asunto lo que hizo fue cambiar de parroquias a los curas pedófilos. Law renunció a raíz del escándalo, pero el Papa Juan Pablo II en 2004 lo nombró Arcipreste de Santa Maria Maggiore en Roma y le mantuvo el rango de cardenal. ¿Por qué?… No hay respuesta para esa pregunta.

En 2016 la película Spotlight (por el nombre del equipo de investigación) recibió seis nominaciones y se alzó con dos Oscar relatando la historia de Boston, que salió a la luz cuando un muchacho de 12 años de nombre Phil Saviano fue abusado por un joven sacerdote, David Holley, recién llegado a la parroquia, quien contagió de sida a Phil. La iglesia le ofreció $30.000 a cambio de su silencio, pero Phil sintiendo que iba a morir de todas maneras, decidió hablar. Cuando él habló, un centenar de personas dieron también la cara y declararon. Saviano no murió… de hecho, fue asesor en la elaboración del guion de la película.

En la Iglesia Católica, el trabajo de apostolado, entrega y amor de centenares de miles de sacerdotes y monjas queda relegado ante los asquerosos pederastas y sus asquerosos encubridores. Tanto los primeros como los segundos deberían estar presos. Son delincuentes comunes. El usar y abusar su jerarquía para abusar sexualmente de menores los compromete aún más.

Yo espero que el silencio vaticano que tanto nos ha abrumado a través de los siglos hable y condene. Seguir tapando escándalos le hará un mal mayor. Mi solidaridad va hacia los clérigos justos. Que no paguen ellos por los pecadores…

@cjaimesb

CEV pide al gobierno cese de represión contra los ciudadanos

 

Los obispos venezolanos pidieron este jueves al gobierno que cese la «represión violenta contra los ciudadanos», e instaron a los grupos defensores de los derechos humanos a estar atentos ante posibles violaciones.

A través de un comunicado, la Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV) instó al gobierno de Maduro «a cesar la represión violenta contra los ciudadanos», y aseguró que estas acciones se suman a la situación de crisis de inseguridad y desequilibrio social que vive el país.

El texto de los obispos se divulga cinco días después del «atentado», en el que el gobierno acusa al ex presidente de Colombia Juan Manuel Santos y a los diputados opositores Julio Borges y Juan Requesens.

De acuerdo con la Fiscalía del país, al menos 19 personas están involucradas en el presunto atentado, por el que hay al menos 7 detenidos, incluido Requesens, cuya familia asegura que no ha podido ver y que se encuentra desaparecido.

En tal sentido, la CEV exigió que las investigaciones sigan los canales propios del proceso penal llevado por los tribunales competentes, y que las detenciones que se practiquen no conlleven a «tratos crueles o inhumanos, torturas y desapariciones forzadas».

«Invitamos a todos los grupos y vicarias de DD HH a estar atento de violaciones de derechos humanos, sistematizar todas las acciones y denunciar en las instituciones rectoras todo acto que viole el debido proceso», se añade en el documento.

Los obispos, que ya se solidarizaron con los trabajadores públicos que demandan en las calles desde hace más de 40 días mejoras salariales, emitieron un comunicado en julio pasado donde responsabilizaron a Maduro por la severa crisis económica que atraviesa Venezuela.

En consecuencia, aseguraron que Maduro es el principal responsable de la crisis por anteponer su proyecto político a cualquier otra consideración, incluso humanitaria.

Baltazar Porras: Las protestas son un derecho en cualquier sociedad democrática

Foto cortesía @CEVMedios

 

Durante la toma de posesión como Administrador Apostólico de la Arquidiócesis de Caracas, el Cardenal Baltazar Porras dijo que las protestas son un derecho en cualquier sociedad democrática.

«No podemos pensar que no se puede hacer nada, que es lo que nos quieren inocular, pero no es así ante esta represión tan brutal», manifestó durante la misa que llevó a cabo este martes en la mañana  en la iglesia de La Chiquinquirá en Caracas.

En el sermon prometió no defraudar la confianza depositada en el.  «Hay que escuchar y atender los clamores, necesidades y expectativas del pueblo».

Porras reemplaza a Jorge Urosa Savino, quien decidio renunciar tras cumplir 75 años.

A continuacion la homilía completa del Cardenal Porras:

Queridos hermanos: con mi saludo cordial y fraterno, agradezco la presencia de todos ustedes, en el inicio de mi ministerio episcopal como Pastor y Administrador Apostólico de esta Iglesia arquidiocesana capitalina, en esta eucaristía compartida con el pueblo que peregrina en Caracas y que por Providencia divina coincide con la fecha aniversario del natalicio del más ilustre hijo de este pedazo de Patria, el Libertador Simón Bolívar. No es fecha para exaltar a un héroe prometeico, sino para rescatar los valores de libertad, igualdad, rompimiento de las cadenas de cualquier esclavitud, la exaltación de la civilidad por encima de las gestas guerreras, y la entrega generosa de la vida por la causa de los oprimidos.
La palabra de Dios que acabamos de proclamar y escuchar nos recuerda, en la primera lectura tomada del libro del Éxodo cuál no debe ser la actitud del creyente ante el forastero, la viuda, el huérfano o el necesitado de ayuda. Por vía negativa es un espejo de la tentación de omisión insolidaria subyacente a la situación omnipresente, dramática y angustiosa que vivimos por la pobreza e incluso miseria generalizadas.
Es el reverso negativo de la opción preferencial por los pobres hecha de solidaridad y misericordia como sello distintivo de encarnación evangélica en un presente con claros rasgos de inhumanidad insoportable. La pobreza aquí es múltiple: la material, clara y primariamente; pero también social, moral, espiritual. Pobreza espiritual doble: en su aspecto rechazable: caer en la mentira, la denigración, la doblez, el ansia violenta de poder, la acción sin escrúpulos. Pobreza, sin embargo, como actitud de humildad, de apertura a la Gracia, de abrirse a todo otro por “prójimo”, porque no se vive al nivel del tener, poder, placer.
Respondemos con el salmo: “yo te amo, Señor, tú eres mi fortaleza”. Pero no nos quedamos sólo en palabras, como nos dice San Pablo a los Tesalonicenses. El testimonio, siendo imitadores del apóstol y sus discípulos, lleva “a probar la alegría del Espíritu Santo en medio de fuertes oposiciones”. El breve evangelio de Mateo que escuchamos nos pone también a prueba a nosotros. El primer mandamiento es amar al Señor con todo el corazón y con toda el alma. Este es el principal y primero, pero el segundo es semejante: “amarás a tu prójimo como a ti mismo. Estos dos mandamientos contienen la ley entera y los profetas”.
Aquí radica lo más bello y transformante de la vocación cristiana: tener y comunicar esperanza contra toda desesperanza. Es la cara positiva de la realidad negativa que denuncia la primera lectura y que cargamos sobre nuestros hombros. En efecto, venimos a anunciar la alegría del evangelio, resumido en las bienaventuranzas, en particular las relativas a la vida, la paz y la esperanza. En nuestra cotidianidad ellas corresponden a los tres niveles del Bien Común: la supervivencia, la convivencia social, política, y el “buen vivir” moral trascendente, espiritual. Todo ello asentado en los “bienes mesiánicos”: la libertad de los hijos de Dios; la justicia como igualdad de fraternidad; la caridad como reconciliación y misericordia. Todo un programa evangélico de fidelidad al Señor y de dignificación de nuestros hermanos.
Inicio esta nueva etapa de mi ministerio episcopal con la convicción profunda de pedir al Espíritu Santo el don del discernimiento que debemos ejercer todos, ustedes y yo, en la seguridad de la unidad que nos otorga la gracia divina, mediante el análisis permanente de la realidad, la confrontación con el mensaje evangélico y la creatividad de acciones que den razón de la alegría y la esperanza. “Sin la sabiduría del discernimiento podemos convertirnos fácilmente en marionetas a merced de las tendencias del momento”. “El discernimiento no solo es necesario en momentos extraordinarios, o cuando hay que resolver problemas graves, o cuando hay que tomar una decisión crucial. Es un instrumento de lucha para seguir mejor al Señor. Nos hace falta siempre, para estar dispuestos a reconocer los tiempos de Dios y de su gracia, para no desperdiciar las inspiraciones del Señor, para no dejar pasar su invitación a crecer. Muchas veces esto se juega en lo pequeño, en lo que parece irrelevante, porque la magnanimidad se muestra en lo simple y en lo cotidiano” (G et E. 169).
La Iglesia se construye en la pluralidad y diversidad de sus miembros, señal positiva de fruto abundante por la riqueza de dones y cualidades puestas al servicio de todos, en particular de los más pobres y necesitados. Tomo pues, sobre mí, con “temor y temblor” (San Pablo), pero con la ayuda de la gracia, esta inesperada nominación que me hace el Papa Francisco. Intentaré, por tanto, con la ayuda de todos y cada uno, no defraudar la confianza depositada en mí por el Santo Padre. Una primera actitud es la que nos señala San Agustín: “para ustedes soy el obispo, con ustedes soy el cristiano”, aquél es el oficio, éste la gracia. Hay que serlo con apertura a todos, para que ninguno se pierda. Nuestra actitud, la mía y la de ustedes, debe ser la de la escucha, la fraternidad y la paternidad espiritual compartidas en espíritu de continuidad y renovación.
Esto sólo es posible si somos “iglesia en salida”, “con olor a oveja”, es decir, inmersos con lucidez y valentía en una sociedad herida, desorientada, desanimada. El sufrimiento de la inmensa mayoría es, debe ser, también nuestro, y exige una actitud samaritana de entrega sacrificada, pero generosa y alegre. Las líneas trascendentales del Evangelio nos tienen que llevar a superar partidismos y visiones miopes y estrechas. El futuro de nuestra esperanza es una sociedad reconciliada en la verdad, la justicia y la misericordia, sin venganzas fratricidas ni memorias selectivas; este servicio se impone cristiana y patrióticamente, sin injerencias clericales ni maniqueísmos entre fe y política, para caminar con creatividad y coraje, en la seguridad de que quien da el incremento o el “más y mejor” es el Señor.
Como nos dice el Papa Francisco: “Todos tienen el derecho de recibir el Evangelio. Los cristianos tienen el deber de anunciarlo sin excluir a nadie, no como quien impone una nueva obligación, sino como quien comparte una alegría, señala un horizonte bello, ofrece un banquete deseable. La Iglesia no crece por proselitismo sino «por atracción»” (EG. 14). “Por consiguiente, un evangelizador no debería tener permanentemente cara de funeral. Recobremos y acrecentemos el fervor, ‘la dulce y confortadora alegría de evangelizar, incluso cuando hay que sembrar entre lágrimas (…) Y ojalá el mundo actual que busca a veces con angustia, a veces con esperanza pueda así recibir la Buena Nueva, no a través de evangelizadores tristes y desalentados, impacientes o ansiosos, sino a través de ministros del Evangelio, cuya vida irradia el fervor de quienes han recibido, ante todo en sí mismos, la alegría de Cristo’” (EG. 10).
El crédito moral, la confianza social de que disponemos como Iglesia a partir de una vivencia religiosa presente en nuestro pueblo descansa en dos pilares: la “piedad” expresada hacia Cristo, la Virgen y algunos santos; y la aceptación por el servicio social-caritativo desplegado en circunstancias adversas. Esto no podemos ni debemos hacerlo solos. La colaboración de todos es urgente. Pero colaboración no es seguimiento ciego a “mi” proyecto o propuesta. Ni siquiera puede cerrarse a “los míos”, a los católicos, a los que piensan como yo; relegando ese inmenso mundo civil, bautizados o no, a la vera del camino o a la exclusión.
La reciente exhortación de la Conferencia Episcopal nos convoca a un “sursum corda”, a un arriba los corazones de humanización contra la desesperanza; de compromiso con obras que expresen la solidaridad de rigor; de plantear la exigencia de acción a largo plazo que exige formación y cultivo del espíritu para encarar los desafíos. La tarea que tenemos por delante es de todos. En continuidad y creatividad con lo que esta iglesia de Caracas ha desplegado a lo largo del tiempo, debemos reforzar los valores y virtudes que nos permitan que cualquier acción que emprendamos esté signada por el respeto, la ayuda mutua, la reconciliación, el perdón y la misericordia, con la actitud samaritana de que estamos salvando la vida, curando heridas con la satisfacción interior de ser hermanos y no enemigos.
Los invito a que juntos emprendamos la suave carga de ser los auténticos constructores del mundo que deseamos, preludio de los bienes eternos en esta porción patria y del Pueblo de Dios que es Caracas. Me pongo a la disposición de todos, cuenten no sólo conmigo, sino también con mis colaboradores más cercanos, dispuestos a ser discípulos misioneros al servicio de todos, mujeres y hombres, niños, adultos y ancianos, pero primeramente de los más pobres y excluidos. En este quehacer nos acompañan la protección maternal de María Santísima y la fuerza transformadora del Señor, que en la imagen del Nazareno de San Pablo renueva el milagro del limosnero del Señor. Que así sea.

Urosa Savino: Seguiré aquí defendiendo los derechos de los venezolanos

Jorge Urosa Savino dijo en su misa de despedida como Cardenal que seguirá en Venezuela «defendiendo los derechos de los venezolanos».

En la Iglesia de la Virgen de la Chiquinquirá en La Florida, el ahora  Arzobispo Emérito elevo una oración por los presos políticos.

«Me resulta desgarrador el sufrimiento de los familiares de los presos políticos».

Urosa aseguró que se están viendo las consecuencias de haber sacado la fe de las escuelas.

«Los jóvenes cometen crímenes horribles, cuando vivimos la fe, estamos llamados a servirle explícitamente a Cristo», dijo.

El Cardenal manifestó que los venezolanos deben resolver los conflictos de manera pacífica.

Caritas de Venezuela rechaza las agresiones e irrespeto a la dignidad de los venezolanos

La organización social de la Iglesia Católica, Caritas de Venezuela, señaló que debido a los problemas y la crisis que atraviesa el país, la dignidad de los venezolanos es agredida e irrespetada por el Estado, al que le solicita garantizar los derechos básicos a los ciudadanos.

Tras la reunión de los directores y delegados pertenecientes a la red de Cáritas para reflexionar sobre la crisis venezolana, concluyeron que «en este momento la dignidad humana está siendo agredida e irrespetada, especialmente en aquellos que son los más vulnerables, en los que se ha acentuado la fragilidad y dependencia por el déficit nutricional, falta de medicamentos, el abuso de poder por parte del Estado y el deterioro de servicios básicos indispensables».

Las declaraciones, publicadas en un comunicado, afirman que la ruptura del orden social y de la normalidad de la vida en Venezuela «es inocultable y está a la vista de todos».

Caritas constata el recrudecimiento de la crisis a raíz de algunas expresiones y hechos de los que han sido testigos, como el aumento del éxodo de venezolanos a pesar de las duras condiciones de vida de los migrantes, la incursión en la minería ilegal a la que está aunada la propagación de enfermedades, muchas de las cuales estaban erradicadas en el país, la prostitución a cambio de comida, y las violaciones de derechos humanos a las personas privadas de libertad.

Por lo tanto, la organización solicita al Estado venezolano garantizar los Derechos a la Vida, Alimentación y salud tal como está consagrado en la Constitución. También hace un llamado a la población a  «organizar o sumarse a tantas acciones de solidaridad, así como a no perder de vista la perspectiva de derecho en cada una de estas acciones, pues mientras aportamos trabajando por nuestra sociedad, su valor, estabilidad y capacidades totales, exigimos el respeto de nuestros derechos fundamentales y la posibilidad de seguir desarrollando toda labor de acción social e intervención humanitaria, en pro del bienestar común y una nueva dignificación de cada venezolano y venezolana».

 

A continuación el comunicado:

 

Directores diocesanos de Caritas de Venezuela se pronuncian sobre la crisis y el irrespeto a la dignidad de los venezolanos

Los directores y delegados de Cáritas pertenecientes a la red de Cáritas de Venezuela, en 28 Diócesis y Arquidiócesis del país, reunidos los días 19, 20 y 21 de junio, en la Casa Monseñor Ibarra de la Conferencia Episcopal Venezolana, reflexionando sobre la grave crisis que afecta a todo el pueblo venezolano especialmente a los más pobres, queremos dirigirnos a la opinión pública nacional, como ciudadanos y cristianos comprometidos con nuestra gente, con el anuncio del mensaje de nuestro Señor Jesucristo y con la inviolable dignidad del ser humano.

Durante este encuentro compartimos con preocupación la penosa situación que viven nuestros hermanos, cómo sobreviven ante esta crisis económica y cómo la diáspora de la migración aumenta cada día en nuestro país. Muy a nuestro pesar, las coincidencias en el testimonio de todas las Diócesis tristemente nos lleva a concluir que en este momento la dignidad humana está siendo agredida e irrespetada, especialmente en aquellos que son los más vulnerables, en los que se ha acentuado la fragilidad y dependencia por el déficit nutricional, falta de medicamentos, el abuso de poder por parte del Estado y el deterioro de servicios básicos indispensables como electricidad, agua, transporte, carreteras, aseo urbano, gas doméstico, servicios hospitalarios, servicios fúnebres, servicio de telefonía, acceso a internet, pérdida de un gran número de medios de comunicación. La ruptura del orden social y de la normalidad de la vida cotidiana es inocultable y está a la vista de todos los venezolanos.

Desde Cáritas de Venezuela, pastoral social a cargo de la ejecución de la asistencia y promoción del desarrollo humano, somos testigos presenciales de innumerables expresiones que nos indican el recrudecimiento de la crisis.

1.- Aumenta el éxodo de venezolanos que, aún sabiendo las dificultades en muchos países receptores, se ven forzados a partir como la opción más viable para sobrevivir, trayendo un sin número de familias desmembradas.

  1. Incursión en la minería ilegal, como oportunidad de sobrevivir y preservar calidad de vida , con importantes daños inmediatos como la propagación de enfermedades infecto-contagiosas (malaria entre otras), la esclavizante situación de trata humana y, a largo plazo un notable impacto ambiental como la contaminación por mercurio de ríos y deforestación de nuestras selvas.
  2. Sentimos dolor e impotencia al conocer tanto en zonas urbanas como en zonas rurales de casos de intercambio sexual a cambio de dinero o comida, como forma de llevar alimentos básicos a sus hogares, menoscabando todo valor social y humano.
  3. Estamos impotentes ante la reaparición de enfermedades prevenibles produce muertes y afectan a niños y niñas en edades en donde los daños son irreversibles, ante el deterioro de los avances que en seguridad social el estado venezolano construyó por décadas.
  4. Sufrimos la situación violatoria a la dignidad en personas privadas de libertad, retenidas en las comandancias y destacamentos de los cuerpos de seguridad municipales y del Estado, quienes sufren enfermedad, desnudez, hacinamiento, hambre e invisibilización.

Reconocemos el trabajo que está realizando la iglesia católica unida en cada diócesis y parroquias, en comunidades de vida consagrada, en movimientos de apostolado, colegios y otras agrupaciones. Así mismo, con espíritu ecuménico, valoramos el esfuerzo que llevan adelante diversas profesiones de fe y un gran número de voluntarios de la sociedad civil a favor de los más afectados por esta crisis.

No obstante ante la gravedad de las situaciones expuestas solicitamos al Estado Venezolano la garantía de los Derechos a la Vida, Alimentación y salud tal como está consagrado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Así mismo llamamos a toda la población a organizar o sumarse a tantas acciones de solidaridad, así como a no perder de vista la perspectiva de derecho en cada una de estas acciones, pues mientras aportamos trabajando por nuestra sociedad, su valor, estabilidad y capacidades totales, exigimos el respeto de nuestros derechos fundamentales y la posibilidad de seguir desarrollando toda labor de acción social e intervención humanitaria, en pro del bienestar común y una nueva dignificación de cada venezolano y venezolana.

Suscribimos el llamado de la Conferencia Episcopal Venezolana a ser apóstoles de la esperanza, perseverando en el mandamiento del amor y mirando en nuestro prójimo el rostro de Nuestro Señor Jesucristo. Que el espíritu santo nos aliente con fortaleza, entendimiento, caridad y sabiduría para seguir trabajando por el bien de todos los venezolanos.

Venezuela está lista para la beatificación de Madre Carmen

 

Este sábado 16 de junio, desde tempranas horas de la mañana, miles de feligreses venezolanos asistirán al Estadio de Béisbol de la UCV para celebrar la ceremonia de beatificación de la Madre Carmen Rendiles, quien desde ese día se convertirá en la tercera beata venezolana y primera de origen caraqueño.

Luego de varios meses de preparativos, la Conferencia Episcopal Venezolana y la Congregación Siervas de Jesús de Venezuela, junto a cientos de colaboradores y entusiastas de la causa, compartieron los detalles del evento y el protocolo de ingreso para todos los venezolanos que quieran asistir a la celebración.

A partir de las 7:00 de la mañana se abrirán las puertas para recibir a todos los feligreses y a las 8:30 AM iniciarán las actividades de animación y testimonios que se extenderán hasta las 10:00 AM, hora en la que está previsto el inicio de la Santa Misa que se estima culmine en horas del mediodía.

La celebración será presidida por el representante del Papa Francisco, Cardenal Angelo Amato, quien recibirá la solicitud de beatificación de manos del Cardenal Jorge Urosa Savino. En la ceremonia también participarán la Madre María Eugenia Noreña, Superiora de las Siervas de Jesús y la Doctora Trinette Durán, beneficiaria del milagro de la Madre Carmen, quienes llevarán hasta el altar las reliquias en primer grado de Madre Carmen.

El Maestro Luis Eduardo Galián será el encargado de dirigir a la Coral Misa Criolla, para acompañar con voces venezolanas la celebración de la santa misa que culminará con la develación de una imagen especial de la beata Madre Carmen, elaborada especialmente para la ocasión.

De esta manera, la Madre Carmen Rendiles se convertirá en la tercera Beata venezolana después de Madre María de San José, beatificada el 7 de mayo de 1995, y la Madre Candelaria de San José el 27 de abril de 2008. Ante esta celebración el Cardenal Urosa ha recalcado la importancia de acoger el testimonio de vida de una religiosa que será presentada como “ejemplo de santidad, de virtudes y perfección humana y cristiana”.

Los organizadores han recalcado la importancia de asistir con vestimenta cómoda, hidratación y refrigerios, al mismo tiempo que recomiendan organizarse en grupos familiares y parroquiales para facilitar el ingreso y permanencia en el estadio. El acceso podrá hacerse en vehículo propio, por lo que está previsto el funcionamiento del estacionamiento del estadio y, para quienes prefieran movilizarse en transporte público, se recomienda utilizar las estaciones Ciudad Universitaria y Zona Rental.

El evento será resguardado por la Policía Nacional Bolivariana, y más de 200 funcionarios de seguridad privada, junto al apoyo de voluntarios de la Cruz Roja, Bomberos Universitarios y Protección Civil que garantizarán la seguridad de todos los asistentes.

Los detalles de la ceremonia podrán seguirse en directo a través de las redes sociales de @madrecarmenvzla en Twitter, @madrecarmenvenezuela en Instagram y en facebook.com/madrecarmenvenezuela.

 

*Con información de nota de prensa