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Ecoanalítica: Flujo de caja de gobierno por exportaciones petroleras tendrá un repunte de 141,4% en 2022
Estimaciones de Ecoanalítica señalan que los ingresos petroleros de Venezuela pasarán de $5.714 millones en 2020 a $16.200 millones en 2022: un incremento del 183 %

 

El economista y socio director de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, analizó el crecimiento de la producción petrolera en Venezuela en los últimos 18 meses. Mediante un hilo publicado en su cuenta en Twitter, Oliveros explicó a qué se debe este aumento y los principales obstáculos que enfrenta.

Según el director de Ecoanalítica, la producción petrolera venezolana se ha recuperado de forma lenta pero sostenida: ha aumentado 104% desde su punto más bajo en julio del 2020.

Estimaciones de Ecoanalítica señalan que los ingresos petroleros de Venezuela pasarán de $5.714 millones en 2020 a $16.200 millones en 2022: un incremento del 183 %.

Es decir que, en promedio, las exportaciones cerrarán en un promedio de 830,000 barriles por día.

Sin embargo, Oliveros destaca que este crecimiento se está produciendo en un ambiente de opacidad, debido a que los proyectos mixtos de Pdvsa con empresas extranjeras, que llegaron a aportar 70% de los ingresos durante la caída de la producción, se han desvanecido.

Inicio de la crisis

Asdrúbal Oliveros señala que los cambios en la producción petrolera venezolana se remontan al inicio de la crisis venezolana, cuando el desplome global de los precios del petróleo –en un contexto nacional de corrupción y mal manejo– resultó en una caída de la producción de -27,4% entre 2014 y agosto de 2017.

Luego de esto vinieron las sanciones financieras en 2017, las cuales generaron otra caída de -29,1% en dos años y medio, lo que ahuyentó a las empresas extranjeras y derivó en que Pdvsa maneje las exportaciones casi de forma exclusiva. 

«Para julio de 2019 -tras años de corrupción y mal manejo que carcomieron a la industria petrolera y colapsaron el sector eléctrico, más el peso de nuevas sanciones más agudas- la producción llegó a un promedio mensual de 392.000 bpd: la cifra más baja desde 1934″, apuntó el experto. 

El tibio repunte 

Oliveros indicó que, a pesar de todos los obstáculos, la producción ha tenido un repunte de 104%: 804.000 bpd en los últimos tres meses reportados (diciembre 2021-febrero 2022). Pero que, aún así, esto es apenas la sombra de los más de 2,500M bpd que producía Venezuela en enero del 2016.

«Calculamos que el flujo de caja de gobierno por exportaciones petroleras tendrá un repunte de 141,4% en 2022 luego de un incremento de 24,4% en 2021 respecto al 2020», dijo.

El director de Ecoanalítica indicó que el tibio repunte venezolano se debe a un complejo sistema de comercialización de crudo elaborado para evadir sanciones, que incluye triangulaciones, descuentos y envíos a destinos opacos con herramientas de geolocalización apagadas.

Señaló que un punto clave para la distribución de petróleo es que ahora Venezuela obtiene con mayor regularidad (a falta de sus proveedores americanos) diluyentes provenientes de Irán, lo que es crucial para comercializar el crudo.

Oliveros finalizó su explicación insistiendo en que el tema es complejo, pero que es medular, pues lo que pase en la dinámica petrolera repercute en toda la economía.

 

En junio la inflación se desaceleró a un dígito: ¿a qué costo?
El anclaje del dólar y una menor expansión del gasto público permiten contener el alza de los precios, pero analistas advierten que se profundiza la recesión y se trata de un equilibrio frágil e inestable

 

 

 

Las mediciones del Observatorio Venezolano de Finanzas, Síntesis Financiera y Econométrica indican que la inflación se desaceleró notablemente en junio y al compararla con el registro del Banco Central es la primera vez en los últimos cincuenta meses, desde abril de 2017, en que solo aumenta un dígito.

 El Observatorio señala que en junio los precios escalaron 6,4%, Econométrica obtiene un resultado muy similar, en el rango de entre 6%-7% y Síntesis Financiera calcula 9%. El resultado contrasta con mayo, cuando de acuerdo con los datos del Banco Central, el salto fue de 28,5%.

La inflación pierde intensidad gracias a la pasividad del dólar. En junio el tipo de cambio prácticamente se mantuvo estático, algo que tiene impacto en una economía donde la moneda estadounidense gana peso como medio de pago y es la referencia para calcular precios y costos de reposición.

En el mercado oficial la cotización del dólar aumentó 42% en abril, 10% en mayo y 3% en junio. En el mercado paralelo experimentó una tendencia similar.

“Anclar el tipo de cambio en una economía que se está dolarizando tiene un efecto de contención de la inflación”, dice José Guerra director del Observatorio Venezolano de Finanzas.

Menos bolívares

Para estabilizar el dólar el gobierno toma medidas para frenar el aumento de los bolívares que circulan en la economía. Sin bolívares, no es posible comprar divisas. La estrategia consiste en restringir el crédito y disminuir la expansión del gasto público, que ha caído a mínimos históricos en términos reales.

Para cerrar el grifo del crédito el Banco Central obliga a los bancos a inmovilizar 85% de los depósitos y el poco ímpetu del gasto del gobierno es evidente por el bajo monto de los salarios en ministerios y empresas del Estado.

Al contener el gasto el gobierno recurre en menor medida a la emisión de dinero para financiarse. Síntesis Financiera precisa en su informe El Tesorero que la base monetaria, un indicador que refleja el dinero que crea el Banco Central, está creciendo a menor ritmo.

“La moderación en el crecimiento del precio del dólar en junio refleja, principalmente, la desaceleración del ritmo de crecimiento mensual de la base monetaria, el cual bajó a 14% desde 28% en mayo”, precisa Síntesis Financiera.

Para estabilizar el tipo de cambio el Banco Central también vende divisas en efectivo a través de las entidades financieras a un ritmo de 20 millones de dólares semanales, de esta manera, aumenta la oferta de billetes verdes y refuerza la estrategia para disminuir los bolívares en la economía.

 La recesión

Si bien el ajuste en el gasto del gobierno y el bajo monto del crédito ayudan a estabilizar el dólar, la recesión se profundiza porque las empresas no tienen financiamiento y el gasto público no ayuda a empujar la economía.

Tamara Herrera, directora de Síntesis Financiera, explica que “por primera vez en años la inflación fue de un dígito. Pero hay un efecto recesivo prolongado, no hay crédito salvo para unas pocas empresas que pueden recibir préstamos indexados o en divisas. Además, se aplica una reducción progresiva del gasto público en términos reales”. 

En un entorno signado por la debacle de la producción petrolera, la economía venezolana está en recesión desde 2014 y en los últimos siete años el PIB acumula un declive de 76%.

Dólar recortado

Como el precio de los productos y servicios aumenta a una velocidad que supera el incremento en la cotización del dólar, se requieren más billetes verdinegros para comprar las mismas cosas, algo que el común de los venezolanos denomina “la inflación en dólares”. 

De acuerdo con las estimaciones de Síntesis Financiera en el primer semestre de este año, el poder de compra del dólar cayó 8%.

Un elemento clave es que el bolívar está sobrevaluado y el precio de los productos importados se abarata respecto a los elaborados en el país. “La entrada de productos importados a un relativo bajo costo en una economía donde la demanda está deprimida es algo que también ayuda a la baja de la inflación”, dice Tamara Herrera.

Pero agrega que “esta dinámica de sobrevaluación de la moneda profundiza la recesión porque los productores nacionales no tienen cómo competir con los productos importados. Solo se benefician sectores que tienen alta dependencia de las importaciones o comerciantes que sacan provecho de una moneda sobrevaluada”.

La sostenibilidad

La posibilidad de que en lo que resta de año el gobierno logre consolidar la desaceleración de la inflación luce complicada. José Guerra señala que “si la economía comienza a crecer habrá una mayor demanda de divisas y el Banco Central tiene muy pocas reservas para estabilizar el tipo de cambio”.

Agrega que “el dólar se está abaratando, esto también impulsa la demanda de divisas, se trata de un equilibrio frágil e inestable”.

Las reservas internacionales se ubican en mínimos históricos de 6.173 millones de dólares y el grueso corresponde a barras de oro, la porción líquida no supera mil millones de dólares.

Henkel García, director de Econométrica, indica que “lo que ocurra en el resto del año va a depender de cuán disciplinados pueden ser con el financiamiento del gasto público por parte del Banco Central, tomemos en cuenta que está planteado un evento electoral en noviembre”.

“También está por verse si van a tener suficientes dólares para seguir alimentando al mercado”, añade Henkel García.

Ana Belmonte, economista y profesora de la Universidad de Carabobo, destaca que “dudo de la sostenibilidad con base al análisis de liquidez, la liquidez aumento 220% en el primer semestre. Eso es menor al mismo lapso de 2020 y 2019, pero ese ritmo no va a permitir que salgamos de la hiperinflación”.

“Hay factores que todavía no están claros. Por ejemplo, a pesar del marco de sanciones el aumento del precio del petróleo podría mejorar el ingreso de divisas del gobierno”, dice Ana Belmonte.

Tamara Herrera no duda que habrá un mayor crecimiento del gasto público en el segundo semestre. “A partir de agosto y septiembre va a haber una aceleración del gasto, por razones estacionales y electorales. El impacto en la inflación dependerá en mucho de lo que haga el Banco Central. Para contener la inflación va a tener que aumentar la oferta de dólares en el mercado cambiario”.

Técnicamente Venezuela ingresó al túnel de la hiperinflación en diciembre de 2017. Para diagnosticar esta enfermedad la mayoría de los economistas emplea la definición que en 1956 estableció Phillip Cagan: un país sufre hiperinflación cuando la inflación alcanza 50% en un mes y culmina cuando en un período de doce meses no ha habido otro mes de 50%.

Para salir de la hiperinflación los precios tendrían que aumentar a una tasa mensual inferior a 50% durante lo que resta de año. La inflación continúa moviéndose en niveles muy elevados: según el Observatorio Venezolano de Finanzas en los primeros seis meses de este año acumuló un salto de 333%.

Las proyecciones

En su último reporte Latin Focus, una firma que agrupa el análisis de entidades financieras y consultoras como Oxford Economics, Moody’s Analytics y UBS, indica que el promedio de las proyecciones señala que la inflación de este año culminaría en 1.638%, resultado que si bien sigue siendo muy elevado representaría una desaceleración importante respecto a 2.959% en 2020.

Síntesis Financiera considera que la clave estará en el comportamiento de la base monetaria. “Si el Banco Central lograra mantener el ritmo de crecimiento mensual de la base monetaria por debajo de 20% en el segundo semestre de este año, el panorama de precio del dólar y la inflación tendrían que ser ajustados pronunciadamente a la baja”. 

Añade que “de materializarse esa situación, el precio del dólar al cierre de 2021 podría ser inferior a 10 millones de bolívares y la inflación sería 1.000% en el año”.

 

Econométrica: La gasolina es la principal restricción para reabrir la economía
“El tema de la gasolina es determinante (para el levantamiento del confinamiento) y no hay una solución que pueda avizorarse en el futuro»

 

El director y analista financiero de Econométrica, Henkel García durante una conferencia virtual en el Foro Hatillano 153 advirtió que «la principal restricción para retomar algo de normalidad en la economía y en nuestras vidas es la gasolina; no hay, lo cual constituye la principal restricción que enfrenta el gobierno para reabrir la economía en Venezuela”.

«Volver a la normalidad va a tomar un tiempo. Cuando se abra la economía, no vamos a ver las dinámicas de enero o febrero. Va a haber muchos sectores a los cuales les costará despegar. Los restaurantes, el turismo, los cines van a retomar plenamente sus actividades a finales de año, debido al riesgo de propagación del virus que enfrentan. Hasta que no haya una población inmune que garantice que en las actividades de alta concentración de gente no constituya un peligro para la salud pública, estos sectores no podrán trabajar a plenitud», dijo García.

Sobre la paralización que impuso la llegada del Covid-19 al país, García dijo que es uno de los tantos males que aquejan a la economía venezolana. «Estamos en hiperinflación y este es un país cuyo PIB se ha contraído en los últimos siete años. Tenemos un cuarto o un quinto de la economía que teníamos hace siete años. Esto nos ha llevado a no tener recursos a lo macro o en lo micro. No hay reservas internacionales y el gobierno de Maduro no tiene acceso a financiamiento internacional”, afirmó el director de Econométrica.

Henkel García indicó que los efectos que la prolongada paralización de la economía traerá pérdidas enormes. «En el mundo se atajaron estas pérdidas con ayudas directas del Estado a empresas y ciudadanos, cosa que no sucedió en Venezuela, porque el gobierno no tiene recursos. La carga de esta crisis la están asumiendo las empresas y los trabajadores venezolanos; esta situación no puede continuar por mucho tiempo, pues los recursos no son infinitos. Las empresas no pueden sobrevivir sin facturación o mediana facturación y sin trabajo”.

El economista añadió que “si esto sigue como va, habrá cierre masivo de empresas y pérdidas de empleos. Una empresa que no produce y que no tiene caja no podrá pagar sus deudas. Habrá empresas con gravísimos problemas de flujo de caja que dejarán de honrar compromisos y otras tendrán que despedir gente, porque no se podrán sostener las nóminas. Si no se activa un plan financiero serio en Venezuela, esto es lo que puede pasar”.

*Con información de El Pitazo

3x3 | La estabilidad del precio del dólar no es lo normal en un país con hiperinflación
El alza de precios será una de las consecuencias del aumento del dólar
La expansión monetaria que se empezó a ver a finales de marzo presionó el alza de las divisas

Tras mantener su precio relativamente estable, entre 70.000 y 80.000 bolívares por dólar, el valor  del dólar paralelo en Venezuela inició su ruta de incremento de nuevo. Para la fecha de publicación, el precio del paralelo se aloja en 190.020,00 bolívares. 

Runrun.es entrevistó a tres economistas Henkel García, Luis Oliveros y Luis Bárcenas para conocer sus impresiones acerca de lo que puede ocurrir con la cotización del dólar en las próximas semanas.

Henkel García, director de Econométrica, empresa especializada en asesoría económica y financiera, indicó que para finales de 2019 existía una preocupación en los venezolanos ya que estos predecían el aumento de precio en el paralelo a 100.000 o 120.000 bolívares por dólar a corto plazo. 

El economista explicó que el precio del dólar permaneció estable durante enero, febrero y casi todo marzo, hasta el día 20. A pesar de ello, los precios del mercado siguieron aumentando, al igual que la masa monetaria en bolívares.

Eso ya implicaba que en algún momento iba a haber una corrección para que el tipo de cambio se comportara o no se resagara tanto con respecto a los precios y la masa monetaria”, afirmó García.

El economista senior de Ecoanalítica, Luis A. Bárcenas, reiteró que el tipo de cambio se ha ajustado a una mayor afluencia de bolívares producto de todo el inicio de pagos de bonificaciones directas y de parte de la nómina de una fracción del sector privado que ha asumido el Gobierno de Nicolás Maduro como respuesta a mitigar la pandemia. 

“Como aún persiste la poca credibilidad del bolívar, cualquier flujo adicional de bolívares que estos reciban van a ser dirigidos a la compra de dólares u otra divisa como forma de cobertura”, aseguró Bárcenas. 

 

¿A qué se debe el disparo en el precio del dólar?

El economista Luis Oliveros explicó que el alza del precio del dólar paralelo ha ocurrido por varias razones. En primer lugar, el Banco Central de Venezuela (BCV) no ha dejado de aumentar la liquidez monetaria en la quinta semana de cuarentena. Además, Oliveros resaltó que han sido semanas donde no ha habido actividad económica prácticamente. 

Henkel García indicó que a finales de marzo se observó una expansión en la base monetaria. “Uno pudiera intuir que esta expansión monetaria es parte de la emisión de moneda que está realizando el Banco Central para financiar el gasto público que se está llevando a cabo para enfrentar la pandemia”, aseguró. 

“Había una corrección que tenía que darse en algún momento y el disparador finalmente fue esta expansión monetaria que se empezó a ver a finales de marzo”, indicó el director de Econométrica. 

En segundo lugar, se encuentran los cambios en las políticas de encaje legal, lo que también ha dado espacio para nuevos préstamos. “Sabemos que todo bolívar que entre en el sistema o toda capacidad de endeudamiento de empresas o de personas, también va a hacia el mercado cambiario”, dijo el economista.

El tercer lugar es la caída en la oferta de divisas. Oliveros reiteró que no solamente porque no haya actividad económica en el sector privado, sino también por la caída del precio del petróleo y la producción petrolera lo que causa que la disponibilidad y oferta de divisas sea menor. 

“El BCV estaba vendiendo divisas en efectivo a través de las agencias bancarias. Con las agencias bancarias cerradas y es un poco difícil que puedan aparecer esas divisas en efectivo”, aseguró el economista. 

En cuarto lugar, Oliveros afirmó que existe un tema de expectativa que no puede negarse. “La situación económica en Venezuela o las expectativas de la situación económica en Venezuela son bastantes pesimistas. Las cosas van a empeorar en Venezuela, entre el precio del petróleo y la nueva crisis que se está afrontando por la pandemia de Covid-19”, dijo. 

Por su parte, Bárcenas dijo que en la medida que Venezuela siga inmersa en un entorno hiperinflacionario y no se tomen medidas directas al respecto, cualquier flujo monetario en exceso va a dirigirse a la compra de divisas. Esto se agravó en las últimas semanas debido a la incertidumbre del venezolano, no solo por los efectos a corto/mediano plazo de la pandemia y de las medidas de cuarentena sino también la duración de la misma. 

Además de ello, el economista indicó que otra parte de la incertidumbre es cuáles serán las próximas medidas que tomará la administración de Nicolás Maduro para seguir enfrentando la pandemia. 

“En la medida que todos los venezolanos tengan incertidumbre hacia el futuro van a buscar resguardarse en el dólar no solo para proteger sus ahorros en bolívares sino también para hacerse de un acervo de divisas que les permitirá consumir bienes y servicios  en el futuro”, reiteró el economista senior de Ecoanalítica. 

 

¿Qué podría traer como consecuencias del aumento en el precio del dólar?

Henkel García, director de Econométrica, reiteró que una de las consecuencias del aumento del dólar paralelo será el aumento de los precios, aunque probablemente el aumento de los precios no sea en la misma proporción que el aumento del paralelo. 

“No creo que realmente veamos un traslado inmediato a los precios porque también las empresas, sobre todo en una economía en pandemia, van a querer hacer rotar lo más rápido posible sus productos y van a ser muy cuidadosos con el ajuste en el propio tipo de cambio”, afirmó García. 

Al igual que García, Luis Bárcenas aseguró que la primera consecuencia del alza del precio del dólar es el impacto en precios. “Debido a nuestro alto componente de importaciones dentro de bienes y servicios locales, es muy probable que todo incremento en el tipo de cambio se traslade a precio. No solo por tema de costo sino por un tema de expectativas”, explicó. 

Por su parte, Luis Oliveros señaló que lo primero que trae como consecuencia el incremento del dólar paralelo es mayor inflación. “Hay un porcentaje de los precios que responden al estímulo cambiario y vamos a ver mayor inflación seguramente. La principal causa de la inflación no es tipo de cambio, es una de las causas que explica la inflación. No es el único pero es uno importante porque obviamente eso va a generar inflación”, indicó el economista. 

Por otro lado, Bárcenas señaló que al mismo tiempo el tipo de cambio hace más difícil la cobertura en divisas. “En la medida que el tipo de cambio se acelere aún más en un entorno donde la pandemia ha obligado a muchas empresas a congelar salarios o donde muchos empleados han tenido que asumir una reducción en sus pagos, es muy probable que con un salario menor y unos precios que siguen creciendo y ante un incremento del tipo de cambio la capacidad que tenga el venezolano de adquirir divisas se vea mermada”, reiteró el economista. 

“A medida que la pandemia se eleve, las personas van a tener menos capacidad de generar ingresos. Los empleados del sector informal van a tener menos capacidad de demandar divisas y al ser menor esa demanda el tipo de cambio como precio de la divisa va a tender a no incrementarse más agresivamente”, afirmó el economista senior de Ecoanalítica. 

 

¿Cuánto debería ser el precio del dólar ahora mismo? 

García y Oliveros coinciden en que el mercado es el que tiene que dictar el precio del paralelo.

“Para mí tiene espacio y oxígeno monetario para poder llegar hasta 160.000-170.000 bolívares. Además, depende de muchas variables como la oferta de dólares”, comentó el director de Econométrica luego de insistir que el precio será fijado por el mercado. 

Oliveros reiteró que es muy difícil y prácticamente imposible determinar el precio ideal del dólar. El economista explicó que esto ocurre porque el precio del paralelo en Venezuela se mueve por múltiples variables. “El tema expectativa es muy importante, el tema de oferta de divisas en todo mercado es importante. Entonces ciertamente decirte cuánto debería ser el precio es muy difícil”, dijo. 

Bárcenas señaló que en materia fiscal el tipo de cambio debería tener un valor que no necesariamente es igual al tipo de cambio que debería requerirse para que la demanda de divisas cese y eso haga que el tipo de cambio tenga a ceder.

El economista de Ecoanalítica aseguró que tomando en cuenta esa opción, conocida como “tipo de cambio de equilibrio comercial”, el dólar debería estar oscilando su valor en la actualidad entre 250.000 y 450.000 bolívares por dólar.

Oliveros recordó que la estabilidad del precio del paralelo durante febrero y marzo no es lo normal en un país con hiperinflación y depresión económica. “Lo normal en un país con hiperinflación es que la tasa de cambio suba cuando hay estabilidad, la tasa de cambio es un precio más en la economía y es un valor que debería estar subiendo cuando hay hiperinflación. Es lógico esperar ajustes importantes en la tasa de cambio”, explicó.  

“Lo estabilidad del precio indica que viene un ajuste importante. No hay ningún tipo de política cambiaria en Venezuela, ni política antiinflacionaria por eso es que uno puede presagiar que la inflación y la devaluación del bolívar van a continuar”, afirmó Oliveros.

3x3 | Economía venezolana sin margen de maniobra por la covid-19
La economía venezolana puede llegar a contraerse 15 % durante 2020 debido a la covid-19

 

Tras declaración de la pandemia covid-19 el pasado 31 de diciembre de 2019 según la Organización Mundial de La Salud (OMS), gran parte de la población mundial se ha visto afectada, registrando 190 836 casos y 7526 muertes en todo el mundo, hasta el 17 de marzo. Debido a esto, uno de los sectores que se ha visto más afectado es la economía. Venezuela no escapa de esa situación.

El presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, aseguró que cualquier pandemia siempre tiene un impacto importante sobre la economía porque genera dificultades en los sistemas de producción y distribución. Además, reduce el empleo y limita el intercambio lo que impacta negativamente el producto interno bruto (PIB) en todo el mundo.

Pero el impacto de la covid-19 sobre la economía mundial ha sido dramático. Por primera vez se llevó a cabo un tipo de aislamiento a nivel internacional a pesar de que la economía ahora es más globalizada.

Por otra parte, Henkel García, director de Econométrica, explicó que las medidas restrictivas de distanciamiento social, y en los casos más extremos la cuarentena social, tiene un tremendo impacto sobre la economía global. “Uno pudiera adelantar que esta crisis va a meter al mundo entero en un ciclo de recesión; no sé si algún país se salve, pero a nivel mundial el PIB caerá”. 

Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, señaló que es una crisis inédita porque representa un choque simultáneo entre oferta y demanda. “El lado de la demanda se ve afectado por la caída del consumo y el lado de la oferta por las afectaciones de la productividad y la paralización de las industrias, causando un ciclo recesivo como la consecuencia más fuerte de la crisis.

Oliveros indicó que el porcentaje de contracción de la economía venezolana durante 2020 puede llegar a ser 15 %, debido a la covid-19. 

¿Qué ocurrirá a nivel de producción, exportación e importación por la cuarentena?

El analista Henkel García aseguró que se presenciará la caída tanto de importaciones como exportaciones. Junto con esto, García indicó que las actividades turísticas también se verán afectadas. “Realmente el impacto será en muchas áreas. En unas zonas más que otras. Europa estará muy golpeada por la dependencia que tiene de China de muchos productos y por el mismo desarrollo de la enfermedad en esos países”, explicó.

El director de Econométrica aseguró que ocurrirá una disminución importante de la actividad económica, sobre todo en el segundo trimestre de 2020. 

Por otra parte, el economista Asdrúbal Oliveros señaló que cada país está estableciendo restricciones importantes para la exportación de sus mercancías, especialmente productos alimenticios y médicos. Oliveros señaló que esto afecta al comercio a nivel mundial, debido a que hay países que dependen altamente del producto importado, como es el caso de Venezuela. 

“Aquellos países exportadores de materias primas están sufriendo las consecuencias de la crisis porque esa demanda de materia prima está cayendo por la política de cuarentena, y así afectando sus economías. Esta repercusión importante se puede ver reflejada en la caída de las monedas, como es el caso de Chile, Colombia y México”, afirmó el director de Ecoanalítica. 

A pesar de ello, el economista Luis Vicente León reiteró que sería irresponsable dar una proyección de caída antes de otra cosa porque en el mundo se han tomado medidas restrictivas completamente distintas.

¿Qué acciones se deberían tomar para detener la inflación y la caída de producción en Venezuela?

El presidente de Datanálisis Luis Vicente León señaló que no hay forma de tomar medidas. “No puedes tomar una medida de promoción de la producción si lo que estás tomando es una decisión de cierre de las empresas y aislamiento”. 

Sin embargo, León asegura que algunas medidas que sí pueden tomarse son aquellas que  garantizan que no haya desabastecimiento de alimentos, de medicamentos y que permita desplazamiento libre de materias primas, insumos y productos determinados en los segmentos claves de la población.

García indicó que deben haber políticas de estímulo fiscal, algunos países ya lo iniciaron, como EE. UU. y Perú. El analista explicó que en Venezuela es muy complejo porque no cuenta con recursos para llevar una política fiscal expansiva y además, los ciudadanos básicamente no tienen ahorros. “No tenemos margen de maniobra. Así lo calificaría”, dijo.

Oliveros recordó que la capacidad del Estado venezolano para detener inflación y caída de producción es muy limitada a diferencia de otros países que tienen espacios en su política económica, fiscal, monetaria e industrial.

A pesar de ello, el director de Ecoanalítica, indicó que el gobierno de Nicolás Maduro puede tomar dos medidas:

Reducir el encaje legal para liberar un poco liquidez y permitir el acceso a crédito al sector privado. “Con ese acceso a crédito el sector privado puede enfrentar el problema de flujo de caja que puede estar teniendo en estos momentos”, reiteró. 

Detener la entrada en vigencia del nuevo impuesto a las transacciones con divisas que no ayuda para nada en esta coyuntura, según el director de Ecoanalítica. 

 ¿Qué ocurre con los microempresarios si la cuarentena se prolonga?

“El que solo recibe dinero por lo que trabaja, que no es un empleado, si no lo dejan trabajar cómo vive”, expresó el presidente de Datanálisis. Luis Vicente León explicó que estos individuos se encuentran en una situación bastante compleja en Venezuela debido a que se incita a cumplir la cuarentena desde sus hogares, sin trabajar. Pero no hay manera de compensar el tiempo perdido. 

“Lo que probablemente va a ocurrir es que no se cumpla el sistema de restricción porque no puedes no trabajar para evitar el contagio de un virus que, en el 98 % de los casos, no te vas a matar, para morirte de hambre. Hay una inconsistencia que hace imposible la prolongación de ese tipo de medidas radicales”, afirmó León.

Asdrúbal Oliveros reiteró que los microempresarios son el sector más vulnerable. El economista indicó que esto se debe a que en la medida en la que se paraliza el consumo y la gente se quede en sus hogares, los trabajadores por cuenta propia no pueden generar ingresos. 

“Su capacidad de ahorro y de resistencia está muy mermada. Es una parte de la población que venía dolarizándose de forma importante y con esta política lo que causa es que se deteriore su capacidad productiva, de consumo y profundiza aún más la depresión en la que se encuentra la economía venezolana”, afirmó Oliveros.

Por último, Henkel García asegura que si el microempresario cuenta con ahorros puede utilizarlos, pero la gran mayoría tendrá que cambiar drásticamente su estilo de vida. García indicó que es probable que muchos se animarán a tratar de trabajar pero bueno el ritmo y la cantidad de trabajo va a ser disminuida. 

“Hay que ver si habrá alguna política de estímulo que no se inflacionaria en los próximos días. El acceso al crédito, me parece que el crédito podría darle algo de respiro a mucha gente (…) No pinta nada sencillo el panorama. En todo el mundo es sombrío en el caso venezolano aún más”, expresó el director de Econométrica.

Nota de la redacción:  artículo actualizado el 14 de enero de 2021

Consumo y escasez de alimentos caen a la par de la inflación
Según datos de Econométrica, de mayo a junio de 2019 la escasez de carnes bajó 6%, mientras que el aceite descendió 19%, café 15% y hortalizas 12%
De acuerdo con Cáritas Venezuela, el consumo de harinas, cereales y granos se desplomó 32% durante el primer trimestre del año, los tubérculos lo hicieron 24% y los lácteos 17%
Econométrica reportó que la inflación en alimentos y bebidas no alcohólicas se desaceleró y pasó de 52% en mayo a 17% en junio de este año

 

@franzambranor

 

HACE UN PAR DE AÑOS, María Alexandra Romero se paraba frente al mostrador de una carnicería cada 15 días y salía con al menos tres bolsas cargadas de proteínas para su familia de cuatro personas. Hoy en día apenas se marcha con una donde lleva lo poco que le alcanza el dinero devengado en su trabajo.

“Antes yo venía acá y compraba carne molida, carne para guisar y mechar, chuletas de cochino, bistec. Pedía dos y tres kilogramos de cada una. Eso nos alcanzaba. Hoy en día ya no compro cerdo, tengo que escoger entre carne para mechar y guisar, un poquito de carne molida y cuatro bistecs a lo sumo”, dijo Romero en uno de los pasillos del Mercado de Guaicaipuro, ubicado en la avenida Andrés Bello de Caracas.

El consumo de proteínas en el hogar de su familia descendió drásticamente en este último año. “Con el pollo es igual. Acabo de comprar dos y fueron 88 mil bolívares”, dijo Romero el pasado viernes 2 de agosto.

José Manuel Bustamante, empleado del Frigorífico “Los tres compadres” en Guaicaipuro, aseguró que los consumidores no compran como lo hacían anteriormente. 

“Este año en especial ha sido crítico, la gente compra poco. Las ventas han bajado mucho. Ya no hacen pedidos como antes”, comentó. El trabajador dijo que siguen expendiendo carne de primera, pero en menores cantidades. “La mayoría compra costilla, hueso para hacer una sopa. Medio kilo de carne para moler y la rinden con una salsa. La gente busca soluciones porque sabe que ya no puede comer como antes”.

Según datos de Asofrigo, Asoprole, Fenavi y Feveporcina, el consumo de kilogramos de aves bajó de 15,5% a 7,4% de 2017 a 2018, más de la mitad en apenas un año. Algo similar pasó con el cerdo, que pasó de 2,5% a 1,3%. El de carne bovina también  de 9,1% a 8,5%, mientras que los lácteos cayeron de 7,6% a 6,7% y los pescados de 8,1% a 6,5%. De 2013 a 2018, el consumo de estos rubros tuvo una caída de 71,5%. 

 

“Hay una caída enorme del consumo. La ingesta calórica-proteica ha disminuido considerablemente en 2019 y esto tiene mucho que ver con la capacidad adquisitiva del venezolano”, dijo Juan Luis Hernández, coordinador de la Red Agroalimentaria.

“Hay 13 alimentos que forman parte del núcleo calórico-proteico y en todos hemos vistos descensos en los patrones de consumo con mayor o menor grado: maíz, arroz, harina de trigo, pastas, azúcar, aceites, mantequilla, pollo, huevos, sardinas, carne, leche y queso”, agregó Hernández.

“La caída del consumo está ligada al desplome de la capacidad de compra del venezolano. Hay productos cuyo consumo ha caído en los últimos años hasta en 90%. Mientras no se recupere el salario real de los venezolanos eso va a seguir ocurriendo”, dijo el economista Luis Oliveros.

De acuerdo con el boletín enero-marzo 2019 del Sistema de Alerta, Monitoreo y Atención en Nutrición y Salud (SAMAN) de Cáritas Venezuela, rubros como carne, pescado, huevos, vegetales, frutas y lácteos son consumidos por menos de 30% de los hogares en el país. La ingesta de harinas y cereales se desplomó 31 puntos%, de 91% a 59% de enero a marzo. Algo similar sucedió con los granos (bajaron 32 puntos, de 80% a 48%) y tubérculos (24 puntos, de 63% a 39%). Los lácteos cayeron de 40% a 23%, aceites y grasas de 60% a 41% y azúcar de 67% a 48%.

Toda la caída del consumo de alimentos impacta en la alimentación del venezolano. “El ciudadano común tiene hoy en día una dieta anémica, no consume suficiente hierro, vitaminas ni minerales”, advirtió el nutricionista Pablo Hernández, miembro del Observatorio Venezolano de la Salud.

La Federación Venezolana de Industriales de la Panificación (Fevipan) advirtió que el consumo de pan en Venezuela disminuyó 50% desde 2018.

El presidente de Fevipan Tomás Ramos dijo que la pérdida de poder adquisitivo del venezolano, aunado a los obstáculos para obtener la materia prima y la falla de los servicios básicos como agua y luz han contribuido en el descenso de la ingesta de pan. “Estamos vendiendo apenas al 30% de nuestra capacidad, especialmente en las panaderías del interior”, dijo Ramos en una entrevista radial. 

 

Desnutrición galopante

La organización Cáritas de Venezuela, en su más reciente informe, reportó que la desnutrición aguda global en niños menores de 5 años en 14 estados del país (suma de severa y moderada) pasó de 7,9% a 10,2% entre los meses de enero y marzo de este año.

El 93% de los hogares encuestados por Cáritas tenía en marzo de este año una diversidad de alimentación insuficiente. En 72% de estos dijeron que habían deteriorado su ingesta de alimentos, 67% incurrieron en alguna forma de privación alimenticia y 51% se ha visto obligado a desincorporar a un miembro de la familia para comer mejor. 

“Las consecuencias las estamos viendo en niños y adultos mayores. La pérdida de masa muscular es evidente. Vemos a niños que no están creciendo de forma adecuada, que no tienen ni las calorías, ni las proteínas necesarias para desarrollarse”, dijo el nutricionista Pablo Hernández.

“El grupo de alimentos más afectado en cuanto a consumo son las proteínas: carne, pollo y pescado.  También frutas y hortalizas, que están prácticamente desaparecidas de la mesa de la familia venezolana. Más aún la leche y derivados lácteos como el yogurt. Son muy pocos los venezolanos que pueden acceder al consumo de este tipo de alimentos”, agregó Hernández.

El informe de la Alta Comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet revela que 3,7 millones de venezolanos se encuentran en estado de desnutrición y aseguró que el gobierno de Nicolás Maduro no ha empleado los mecanismos existentes para garantizar el derecho a la alimentación.

“Las personas entrevistadas constantemente refirieron una falta de acceso a alimentos, debido tanto a la escasez como a los precios inasequibles. La disponibilidad de suficiente comida de calidad es deficiente y los entrevistados dijeron que comían una vez o como mucho dos veces al día, y que consumían pocas proteínas y vitaminas”, reza el informe.

De acuerdo con el índice de subalimentación publicado recientemente por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), 6 millones 800 mil venezolanos no cubren sus necesidades calóricas. La prevalencia de la subalimentación en Venezuela se multiplicó casi cuatro veces, pasando de 6,4% en 2012-2014 a 21,2% en 2016-2018, un incremento de 231,3%.

“Vamos a un periodo de hambruna total. Los Clap no están llegando ni a la mitad de la gente. 80% de la población no puede adquirir la Cesta Básica Alimentaria y según la FAO, 21 millones de venezolanos se están alimentando de una manera inadecuada”, dijo Juan Luis Hernández de la Red Agroalimentaria.

El nutricionista Pablo Hernández indicó que las cajas y bolsas Clap están llegando a menos gente y con menor cantidad de productos.

“Lo que viene es principalmente carbohidratos: arroz, pasta y azúcar. Tambien aceite y en algunos casos granos: caraotas, lentejas, frijoles chinos y en los últimos meses maiz para cotufa. Es decir, algo que servía como una fuente de proteínas vegetales ni siquiera es ofrecido ya. Anteriormente venían dos o tres latas de atún, ahora nada. Tampoco viene leche y si llega es de mala calidad.”, señaló Hernández.

El profesor en la Escuela de Nutrición de la Universidad Central de Venezuela alertó sobre los productos que provienen del extranjero. “Se están viendo marcas importadas que no tienen los controles sanitarios adecuados, eso puede ocasionar enfermedades en la población”.

Para Luis Oliveros salir bien librado de esta hecatombe alimenticia depende de un giro en el timón en el país. “Con Maduro manejando la economía, pensar en una mejoría es imposible”.

Mientras la anomia continúa y los precios de los alimentos siguen en franco ascenso, María Alexandra guarda en una bolsa lo poco de carne que compró en Guaicaipuro. No sabe cuándo regresará al mercado por más.

 

Hay productos, pero no quien compre

Las colas bajo el sol para poder comprar en los supermercados quedaron atrás. Ya no hay que rotar entre tantos establecimientos comerciales para adquirir los productos de la canasta básica. Aunque la variedad sigue mermada, ahora es más sencillo conseguir lo básico cuando se va al mercado. Todo, sin embargo, es un espejismo y una empleada del automercado Luvebras en La Florida, que prefirió resguardar su nombre, da la clave: los consumidores no están comprando frutas, quesos y carnes. “Ahora tenemos un poco más de carne que en anteriores oportunidades, pero igual la gente ve los precios y pasa de largo”, apuntó. 

Y mientras el consumo baja, los anaqueles y neveras de los comercios permanecen llenos. Cifras de Econométrica revelan que de mayo a junio de 2019, la escasez de carnes bajó seis puntos porcentuales de 81% a 75%. En enero de este año se ubicó en 88% y la diferencia entre junio de 2019 y junio de 2018 fue de -13%.

El índice de escasez de café, té y cacao descendió 15  entre mayo y junio de este año (de 53% a 38%). La diferencia en este rubro de junio de 2018 a junio de este año fue de -38%.

La variación del segmento aceites y grasas fue de 19% de mayo a junio de 2019 (de 61% a 42%). El promedio de escasez de este rubro en el primer semestre de 2016 fue de 97,4% y en los primeros seis meses de 2019 se ubicó en 59%. El diferencial entre junio de 2018 y junio de este año fue de -34%.

También en hortalizas el descenso de la escasez fue notable. De mayo a junio de este año la diferencia fue de 12% (de 59% a 47%). Igual patrón tuvieron las raíces feculentas (yuca, ñame, papa, batata) que experimentaron una variación de 19 puntos de mayo a junio de este año (de 56% a 37%).

De acuerdo con la base de datos del Hambrómetro, la escasez de la Canasta Básica Alimentaria cayó de 78,1% en diciembre de 2018 a 66,6% en enero de 2019 y subió a 75,5% en marzo de este año.

“Ahora se ven más productos debido a la caída del consumo y porque la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundee) ha dejado de perseguir a supermercados y abastos”, señaló el economista Luis Oliveros.

“Actualmente observamos productos que antes tenían precios controlados a un elevado costo y se consigue hasta variedad de pastas, arroz y pan por citar algunos rubros, cosa que no sucedía en el pasado. Es una combinación de levantamiento de control de precios y flexibilización cambiaria”, dijo Oliveros.

 

“Pese a que a la economía está estancada, los precios siguen subiendo y se hacen inaccesibles para los consumidores”, dijo Juan Luis Hernández, coordinador de la Red Agroalimentaria. 

 

Inflación se desacelera, pero el bolívar vale menos

Un patrón similar al de la escasez se percibe en las variaciones porcentuales de inflación en alimentos y bebidas no alcohólicas, que pasaron de 52% en mayo a 17% en junio de este año, según un estudio de Econométrica. 

En el rubro de carnes la inflación pasó de 80% en mayo a 6% en junio de 2019. Los aceites y grasas se desaceleraron 93% en apenas un mes, de 102% en mayo a 9% en junio. 

La inflación en pan y cereales se ubicó en 42% en mayo y bajo 27 puntos para colocarse en 15% en junio de 2019, mientras que refrescos y jugos se ubicaron en 38% en junio luego que en mayo estuvieran en 54%.

Si bien la inflación se ha contenido en los últimos cuatro meses de acuerdo a cifras emitidas por la Asamblea Nacional, su ritmo de crecimiento se mantiene por encima de la devaluación del Bolívar.

De acuerdo al diputado Ángel Alvarado, miembro de la Comisión de Finanzas de la AN, la inflación de junio de 2019 se ubicó en 24,8%, inferior a la registrada en mayo (31,3%) y abril (44,7%). Mientras la inflación acumulada alcanzó 1.155% y la interanual 445.482%. “El salario mínimo de 40 mil bolívares mensuales solo alcanza para comprar 3,5% de la canasta alimentaria”, dijo. 

En los últimos tres meses, el dólar sube más que la inflación. A partir de marzo, la tasa de cambio del dólar paralelo ha subido entre 14% y 16% más que el índice inflacionario.

 

“Aunque no hubo un levantamiento del control de cambio en la teoría, en la práctica sí ocurrió”, dijo el economista Luis Oliveros.

#Hambrómetro: Canasta alimentaria triplicó su precio desde la reconversión monetaria

EL PRECIO DE LA CANASTA BÁSICA ALIMENTARIA subió su costo 95,9 % entre septiembre y octubre, es decir, casi dos veces más en apenas 30 días y casi cuatro veces más que el precio de agosto.

El incremento de la canasta alimentaria se grafica de manera exponencial desde agosto, cuando fue puesta en marcha la reconversión monetaria y se anunció un paquete de medidas para resolver la crisis entre las que estaba un aumento que llevó al salario mínimo de 30 a 1.800 bolívares soberanos.

A pesar de que en septiembre los trabajadores devengaron el nuevo salario, este solo alcanzó para adquirir 38 % de la canasta alimentaria, que ese mes se ubicó en Bs. S. 4.651. Para octubre, con un precio de Bs. S. 9.115, el salario mínimo solo permitió comprar 18 % de la canasta, de acuerdo a las cifras del Hambrómetro provistas por una firma de análisis privado.

De agosto a octubre, la canasta alimentaria registró un incremento de 185%, mientras que entre octubre de 2017 -cuando costaba Bs.F.9,3- y octubre de 2018 aumentó 97.910,87%.

Sin embargo, el aumento podría haber sido mayor de no ser por el control de precios que impone el gobierno a 25 de los 50 productos que conforman la canasta, aseguró la economista junior de Econométrica, Albani Granados.

“Durante septiembre se observó un endurecimiento de los controles de precios en esos rubros, lo que ha hecho que se queden rezagados con respecto a los precios internacionales”, señaló la investigadora y acotó que los controles pueden contener los precios y la inflación por un corto tiempo, pero “no durarán en el mediano plazo porque los controles de precio fracasan”.

Luego de que fallen las regulaciones, se puede esperar que la inflación de los rubros se agudice, dijo la economista.

Las cifras de Econométrica, presentadas en el Hambrómetro, señalan que aunque en agosto el índice de precios al consumidor (IPC) fue de 94,5%, en septiembre, bajo un nuevo salario, hubo una subida que alcanzó 255,8%, la más alta inflación mensual del año. Sin embargo, en octubre la cifra decreció a 101,7%.

La alta inflación de septiembre tuvo su raíz en el aumento de tarifas en el área de telecomunicaciones y educación, los grupos que reunieron la mayor inflación del mes que se lee como una inflación inorgánica, a diferencia de octubre, que aunque menor, representa un aumento considerable de la inflación.

La escasez de los productos de la canasta alimentaria también se agudizó especialmente en septiembre. Esta se mantiene por encima de 70% desde junio de este año, pero en el noveno mes llegó a estar en 79,8%, la más alta hasta el momento. En octubre bajó a 77,9%.

El pico observado en septiembre obedece a la implementación del control de precios del gobierno mencionado anteriormente. La firma económica privada citada por el Hambrómetro registró niveles de escasez entre 80 y 100 por ciento de los principales productos regulados de la canasta normativa, especialmente en las carnes, arroz, harina de maíz precocida, algunos granos, atún y sardinas enlatadas y frescas.

“No es negocio producir a esos precios, lo que hace que haya menos productos regulados ofertados”, dijo la economista.

Hambrómetro | Canasta alimentaria es 528 veces más cara que hace un año
La reconversión monetaria que entró en vigencia el pasado 20 de agosto surtió efecto de inmediato. El paquetazo de Nicolás Maduro incluyó, entre otras medidas, un aumento de salario mínimo que pasó de 30 a 1.800 bolívares soberanos.
El nuevo panorama económico no solo provocó el alza de los precios sino que también impulsó la escasez. Mira todos los indicadores de agosto en el Hambrómetro

 

@loremelendez

Foto: Felipe Romero

ENTRE AGOSTO DE 2017 Y AGOSTO DE 2018, el costo de la canasta básica aumentó 52.683,8 % . Así lo señalan las cifras obtenidas por el Hambrómetro, a través de una firma privada de análisis económico. El porcentaje quiere decir que comprar los productos de los ocho rubros que contiene la cesta básica cuesta hoy 528 veces más que el año pasado.

Hace un año, en agosto de 2017, para adquirir la canasta se necesitaban 465.962 bolívares (Bs.), es decir, 4,65 bolívares soberanos (Bs. S.). Hoy, con ese monto, ni siquiera se puede comprar un huevo.

Solo entre julio y agosto de este año, el precio de la canasta pasó de Bs. S. 1.150 (Bs. 114.948.853) a Bs. S. 2.460 (Bs. 245.952.536), lo que se traduce en un incremento de 87,7 %.

El Hambrómetro, que presenta el índice de precios al consumidor registrado por Econométrica, señaló que en esos 30 días, la inflación de alimentos se elevó 42 puntos porcentuales. Así, pasó de 70 % en julio a 112 % en agosto de 2018. La inflación general también registró un aumento en el mismo período, aunque proporcionalmente menor: de 90,2 % a 94,3 %.

Estos incrementos ocurrieron en medio de una reconversión monetaria que le quitó cinco ceros a la moneda nacional y que entró en vigencia el pasado 20 de agosto. Los efectos se comenzaron a sentir de inmediato. El salario de Bs. S. 30 (Bs. 3.000.000) subió a Bs. S. 1.800 (180.000.000) y, frente a este incremento, los precios de los productos no se quedaron congelados.

Todos los datos expuestos forman parte del Hambrómetro, la iniciativa de Runrun.es para mostrar y compartir los indicadores económicos y sociales relacionados con el hambre en Venezuela.

“Estamos viviendo el efecto de las medidas económicas. Si tú das un salto en el salario como el que se produjo a raíz de la reconversión, hay una inflación de costos que se dispara”, advierte Juan Luis Hernández, coordinador de la Red Agroalimentaria de Venezuela.

Alerta, además, que las consecuencias del paquetazo también impactaron en la escasez de agosto, sobre todo en las frutas (72 %), hortalizas (61 %), y en el rubro de leche, queso y huevo (86 %). Sin embargo, bajó en las carnes (80 5%), aceites y grasas (70 %), leguminosas (87 %) y pan y cereales (71 %), según cifras recolectadas por la Red Agroalimentaria de Venezuela.

“Hay dos problemas terribles. Uno es el número de gente que no logró montarse en la subida de salario, como los trabajadores informales o los negocios que cerraron porque no podían pagar el incremento de sueldos. Los otros perjudicados son los que ganaban más del salario mínimo, porque subieron mucho menos que la inflación”, recalcó Hernández.

La reconversión hizo que reapareciera el efectivo como forma de pago y que en solo una semana la cantidad de billetes en la calle subiera de 0,93 %, su nivel más bajo en los últimos dos años, hasta 6,49 % la semana siguiente. Sin embargo, siete días después bajó a 6,15 %.