Exigen aumento salarial digno, respeto al contrato colectivo, anulación del instructivo Onapre y cese de despidos masivos
Con un sueldo demolido por la devaluación del bolívar y la dolarización de facto, los maestros nuevamente levantaron sus voces para exigir al Estado venezolano un aumento salarial digno y el respeto a sus derechos laborales.
Los docentes sostienen que no se incorporarán a sus empleos mientras su sueldo siga siendo de unos pírricos Bs. 130, algo que consideran no alcanza ni para cubrir el costo del traslado en transporte colectivo a las escuelas.
Elsa Castillo, afiliada al Sindicato Venezolano de Maestros, sostuvo que los docentes pueden ampararse en la Cláusula N° 56 del II Contrato Colectivo firmado en 1986, el cual establece que los educadores están exentos de presentarse en sus trabajos cuando existan “casos fortuitos”.
“Esto no es una huelga, tampoco un paro, esto es un caso fortuito. Los maestros tienen la justificación de que no pueden llegar a los planteles porque no tienen ni para el pasaje”, dijo Castillo desde una concentración a las puertas del Ministerio de Educación en la avenida Urdaneta de Caracas.
Los maestros se han mantenido en protesta desde noviembre del año pasado y comenzaron con fuerza las manifestaciones de calle en este 2023.
Además de un incremento salarial, los docentes exigen respeto al contrato colectivo, la anulación del instructivo Onapre, el pago de deudas de la administración pública y el cese de los despidos masivos, como recientemente ocurrió en la Gobernación de Miranda donde dejaron sin sueldo a más de 1.000 profesionales de la educación.
Algunos docentes jubilados señalaron que no les están depositando el bono de guerra económica equivalente a $49 debido a que tienen un empleo adicional para sobrevivir y eso es considerado un trabajo activo, por tal razón, solo perciben una bonificación de $30.
Pensionados también denunciaron el incumplimiento del pago de 10.000 bolívares anunciado por Nicolás Maduro el pasado 1 de mayo de 2022, bonificación que equivalía en ese entonces a más de $2.000 y hoy en día apenas ronda los $300.