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Copiloto de Germanwings vio a 41 médicos en cinco años

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Andreas Lubitz, el copiloto del avión de Germanwings que se estrelló el 24 de marzo en los Alpes franceses dejando 150 muertos consultó a «41 médicos en cinco años», siete de ellos en el mes que precedió a su suicidio, declaró el jueves el fiscal de Marsella.

El fiscal Brice Robin, quien se entrevistó durante cuatro horas con familiares de víctimas que vinieron de «España, Alemania, Venezuela, Colombia, Marruecos y otros países», también afirmó que los restos de 30 españoles que murieron al estrellarse el avión serán repatriados el lunes.

El copiloto, «preocupado por su salud y (que) tenía miedo a perder la vista», sufría una «psicosis acompañada de problemas de visión sin resultados orgánicos», explicó Robin en una conferencia de prensa en París, al término de su encuentro con los familiares de las víctimas.

El fiscal también anunció que se realizará una investigación por homicidios involuntarios, aclarando que el derecho penal francés no le permite realizarla «por asesinato, ya que el autor falleció».

Tres meses después de estrellarse el avión, dejando 150 muertos, sólo los cuerpos de 44 víctimas alemanas fueron repatriados en un vuelo especial de Lufthansa el martes. Por otra parte, los restos humanos no identificables de quienes murieron al estrellarse el Airbus A320 habrán de inhumarse en una «sepultura colectiva» cerca de donde cayó el aparato, indicó Robin.

Las autoridades decidieron que se entierre en «una sepultura colectiva en Vernet los fragmentos humanos no identificables», declaró el fiscal, refiriéndose a una ciudad cercana al lugar en el que cayó el avión.

El A320 que cubría la ruta Barcelona-Düsseldorf se estrelló el 24 de marzo en los Alpes franceses. La investigación reveló que el copiloto alemán Andreas Lubitz, que había sufrido problemas psiquiátricos, precipitó el aparato de forma intencionada, matando a sus 150 ocupantes, entre ellos 72 alemanes y 50 españoles.

Lufthansa ya tenía vigilado al copiloto del avión de Germanwings

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Los médicos de Lufthansa recomendaron realizar un seguimiento psicológico a Andreas Lubitz, el copiloto que se cree estrelló voluntariamente un avión con 150 personas a bordo contra los Alpes franceses, a raíz de la depresión que sufrió en el 2009 durante su formación. Así consta en la ficha del joven alemán que la Oficina Federal de la Aviación (LFA) descubrió en la sede de Lufthansa, el grupo de aerolíneas al que pertenece la compañía de bajo costo Germanwings, y a la que ha tenido acceso el periódico ‘Bild am Sonntag’.

En este documento, los médicos de la compañía abogan por que se mantenga un seguimiento psicológico a Lubitz, pese a haber sido considerado capacitado para volar y haber recibido su licencia de piloto. La información es especialmente relevante porque las fiscalías de Düsseldorf (Alemania) y Marsella (Francia) están estudiando la posibilidad de imputar a Lufthansa por homicidio por imprudencia.

Luego de estas nuevas revelaciones, Lufthansa no ha querido pronunciarse, alegando que estos documentos se encuentran en la actualidad en manos de la Fiscalía para su evaluación. Desde abril del 2013, los médicos de las compañías aéreas tienen la obligación de advertir a la LFA en caso de enfermedades graves de los pilotos.

Lubitz hizo sus estudios de piloto en el centro de formación de Lufthansa y en el 2009 tuvo una pausa debido a un “episodio grave de depresión”. Se reincorporó a la escuela y Lufthansa contrató para examinar a Lubitz a un psicólogo externo, que no detectó problemas en el joven.

Lufthansa dice ley alemana no le exigía reportar datos médicos de Andreas Lubitz

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Lufthansa dijo el lunes que no se exigía informar a las autoridades de aviación de Alemania sobre la depresión que había sufrido Andreas Lubitz porque el joven fue calificado como piloto antes de 2013, antes de que se establecieran normas de información más estrictas.

Lubitz, copiloto de la división Germanwings de la aerolínea Lufthansa, habría estrellado deliberadamente un avión en los Alpes franceses, incidente en el que murieron 150 personas.

La duda sobre si Lufthansa conocía sobre algún problema psiquiátrico del copiloto podría influir en su responsabilidad en el desastre.

Estimaciones del grupo asegurador Allianz proyectan que las aseguradoras terminarán pagando 300 millones de dólares en solicitudes y en costos vinculados al desastre.

Durante 2009, Lubitz interrumpió su entrenamiento como piloto por varios meses. Cuando lo retomó, le dijo a los instructores de Lufthansa que había superado un período de depresión grave.

Lubitz fue acreditado para volar aviones comerciales por primera vez en 2012.

Bajo las regulaciones europeas, los examinadores aeromédicos deben derivar a los pilotos con problemas psiquiátricos a la autoridad que otorga las licencias, que podrían restringir la licencia del piloto.

La Oficina Federal de Aeronáutica Civil (en alemán Luftfahrt-Bundesamt o LBA) dijo el domingo que no contaba «con ninguna información» sobre la depresión del copiloto antes de que estrellara el avión.

Lufthansa dijo que una cláusula en la nueva regulación, que se introdujo en Alemania en abril de 2013, salvaguardaba determinados certificados de aptitud para volar preexistentes y certificados médicos emitidos por especialistas médicos en aviación.

Así, los centros aeromédicos o doctores del sector de la aviación podrían emitir extensiones a tales certificados médicos aún tras la implementación de las nuevas normas, dijo la aerolínea.

«Es por eso que no surgió un deber general e independiente de remitir a la LBA (esa información médica sobre Lubitz) como resultado del cambio de la posición legal», dijo la aerolínea.

Segunda caja negra confirma que copiloto alemán estrelló el avión deliberadamente

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La Oficina de Investigaciones y Análisis (BEA) de Francia, referencia en la investigación de siniestros aeronáuticos, reveló este viernes 3 de abril que un primer análisis de la segunda caja negra apunta a una acción deliberada del copiloto del avión A320 de Germanwings siniestrado en los Alpes franceses.

La primera lectura de esa segunda caja, que registra los parámetros técnicos del vuelo, señala que el copiloto (Andreas Lubitz) recurrió al piloto automático para iniciar el descenso y que lo modificó posteriormente en varias ocasiones para aumentar la velocidad del aparato.

«Una primera lectura revela que el piloto presente en la cabina utilizó el piloto automático para que el avión descendiera hacia una altitud de 100 pies (unos 30 metros) y que, varias veces a lo largo del descenso, modificó el reglaje para aumentar la velocidad del avión», reza el comunicado la oficina.

La BEA señala en el texto que siguen con el análisis del registrador de datos de vuelo de la aeronave (FDR, Flight Data Recorder), iniciado ayer de forma inmediata tras recibir la segunda caja negra del vuelo.

Este segundo dispositivo registra los parámetros técnicos durante las últimas 25 horas de trayecto, tales como la velocidad, la altitud y el modo de pilotaje. La caja, ennegrecida por el fuego, fue encontrada por una integrante del Pelotón de Alta montaña de la Gendarmería Nacional en una zona ya explorada con anterioridad, y estaba, según la Fiscalía de Marsella, «totalmente enterrada», lo que hasta ahora había dificultado su hallazgo.

Para el fiscal Brice Robin, encargado del caso, aporta un complemento «indispensable» para esclarecer los hechos y completar la información contenida en la primera caja, en la que ya se había perfilado una acción voluntaria del copiloto, el alemán Andreas Lubitz, de 27 años

Este jueves se conocía también que Andrea Lubitz, el copiloto que hizo estrellar el avión de Germanwings, buscó en internet información de métodos para suicidarse hasta la víspera de la tragedia, así como sobre el funcionamiento de las puertas de las cabinas de vuelo. La información se desprende de los contenidos encontrados en el ordenador incautado en unos de los domicilios de Andreas Lubitz, han añadido estas fuentes.

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Esto refuerza las sospechas iniciales de los investigadores de que el copiloto Andreas Lubitz destruyó intencionalmente el avión -aunque los investigadores siguen intentando averiguar el motivo. Las 150 personas que iban a bordo del vuelo 9525 entre Barcelona y Dusseldorf fallecieron tras el choque del 24 de marzo, refiere una nota de la agencia AP.

En base a las grabaciones de las conversaciones de cabina de la otra caja negra, los investigadores sostienen que el copiloto Andreas Lubitz se encerró dentro de la cabina impidiendo el acceso del piloto y estrelló el avión intencionadamente.

Lubitz estuvo buscando información sobre métodos de suicidio y la puerta de seguridad de la cabina en la semana previa al incidente, dijeron fiscales el jueves. Esta fue la primera prueba de que el fatal desenlace del vuelo 9525 podría haber sido un acto premeditado.

En Marsella, el fiscal Brice Robin destacó la convicción de los investigadores franceses de que el copiloto estuvo consciente hasta el momento del impacto, y que pareció haber intervenido en varias ocasiones para evitar que sonase la alarma de velocidad elevada.

El copiloto tomaba remedios para la depresión, la ansiedad y los ataques de pánico

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Fuente: La Vanguardia

Andreas Lubitz, el copiloto de Germanwings sospechoso de haber estrellado a propósito un avión en los Alpes franceses estaba tomando medicación para tratar depresión, trastornos de ansiedad y ataques de pánico, según publica hoy el diario alemán Bild, añadiendo que los fármacos eran un antidepresivo y el tranquilizante Lorazepam.

El diario, que citó fuentes de la investigación, dijo que Andreas Lubitz, de 27 años, había buscado atención médica para tratar un problema en el ojo. Aunque Lubitz dio a los doctores información sobre su empleo como piloto, y en algunos casos sobre su empresa Germanwings, omitió deliberadamente el hecho de que seguía en actividad, dijo el diario.

Bild añadió que los documentos disponibles para los investigadores también habían revelado que Lubitz había dicho que estuvo implicado en un accidente de coche a finales de 2014. Resultó aparentemente herido cuando se abrió su airbag y se quejó desde entonces de problemas de visión.

Los investigadores siguen tratando de desvelar el motivo por el que Lubitz tomó los mandos del Airbus A320, se encerró en la cabina y aparentemente estrelló el avión deliberadamente contra las montañas. Las 150 personas a bordo murieron en el accidente.

Ayer se supo que la escuela de aviación de Lufthansa, en la que se formó el copiloto, sabía que había sufrido una depresión que le llevó a interrumpir su formación, según reveló la compañía aérea alemana.

Hasta el momento, Lufthansa se había negado a revelar las causas que llevaron al joven alemán de 27 años a interrumpir durante medio año su formación como piloto que comenzó en 2008 en la escuela de la compañía en Bremen.

La información se suma a la facilitada el lunes por la fiscalía, que aseguró que Andreas Lubitz recibió tratamiento psiquiátrico hace unos años por tendencias suicidas antes de comenzar su carrera como piloto.

Lufthansa sabía que el copiloto Andreas Lubitz había sufrido depresión severa en 2009

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Andreas Lubitz, el copiloto del avión de Germanwings siniestrado, un A320 que supuestamente estrelló voluntariamente en los Alpes, había informado a su compañía, Lufthansa, de que había sufrido un episodio depresivo grave en 2009, según ha confirmado la propia línea aérea.

La escuela de pilotos en la que se formó Lubitz fue informada de que éste había sufrido una depresión. En un email en 2009 relacionado con la reanudación de su formación, Lubitz informó al centro del que era alumno de un «grave episodio depresivo que disminuyó». A pesar de ello obtuvo su certificado de aeronavegabilidad.

La aerolínea alemana Lufthansa informó en un comunicado de este nuevo dato tras realizar investigaciones internas y enviar a la Fiscalía de Düsseldorf documentos adicionales sobre la formación de Lubitz y su historial médico, que incluye un correo electrónico del copiloto a la escuela de vuelo sobre su depresión.

Lubitz interrumpió su entrenamiento de piloto varios meses y al regresar contó que había tenido depresión. Después de eso superó sus exámenes médicos y fue considerado apto para volar.

Hasta ahora Lufthansa había afirmado que no tenía ningún conocimiento de los problemas de salud de Lubitz.

Además de esta confesión, la compañía aérea también ha anunciado hoy que reserva 279 millones de euros para compensaciones económicas a las familias de las víctimas.

A principios de esta semana, la Fiscalía de Dusseldorf informó de que Lubitz había estado hace años, mucho antes de sacarse la licencia de piloto, bajo tratamiento psicoterapéutico por «tendencias suicidas» durante un largo periodo de tiempo.

Lubitz, de 27 años, sufría un Trastorno de Ansiedad Generalizada para el que le habían recetado un medicamento neuroléptico y estaba siendo tratado por un posible desprendimiento de retina que podría haber acabado con su carrera aérea.

El avión de Germanwings, que cubría la ruta Barcelona-Düsseldorf, se estrelló el pasado 24 de marzo, con 144 viajeros a bordo -entre ellos dos bebés- más seis miembros de la tripulación.

Piloto de Germanwings a Lubitz: ¡Por el amor de Dios, abre la puerta!

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Los registros de una de las ‘cajas negras’ recuperadas del vuelo 9525 de Germanwings corroboran la teoría de los investigadores sobre que el copiloto cerró la cabina con llave antes de estrellar el avión.

«¡Por el amor de Dios, abre la puerta!», gritó el capitán Patrick Sondenheimer mientras golpeaba la compuerta de la cabina de pilotaje.

Trece minutos después, el avión se estrelló en los Alpes franceses.

El audio de la grabación no se ha hecho público, pero el periódico alemán Bild publicó lo que dice ser un resumen de la transcripción de los sonidos. CNN no pudo confirmar la información de manera independiente.

Antes del despegue, Sondenheimer le dijo al copiloto Andreas Lubitz que no había podido ir al baño en Barcelona, España, de acuerdo con Bild.Lubitz contestó que podía ir en cualquier momento.

Se cree que Lubitz cerró la puerta de la cabina del piloto del vuelo 9525 antes de poner el avión en modo de descenso hacia las montañas, indicaron las autoridades francesas.

El vuelo despegó con 20 minutos de retraso. Luego de llegar a la altitud adecuada de vuelo, Sondenheimer pidió a Lubitz preparar la estabilización.

Una vez terminado el proceso, Lubitz dijo al capitán que «podía ir (al baño) en cualquier momento».

Se escuchó el sonido de un asiento recorriéndose y al piloto diciendo a su compañero que «te puedes hacer cargo».

A las 10:29 horas locales, el radar de tráfico aéreo detectó que el avión comenzaba a descender y tres minutos después, los controladores intentaron contactar con el avión, sin recibir respuesta. Poco después, la alarma se apagó, anunciando el «rango de hundimiento», reportó Bild.

Lo siguiente que se escuchó fue el golpeteo de la puerta. Sondenheimer le rogó a Lubitz que lo dejara entrar. Los pasajeros comenzaron a gritar, de acuerdo con la transcripción del medio alemán.

Luego de tres minutos, un sonido metálico se escuchó a 7,000 metros de altura. Otro minuto y medio después, la alarma indicó que habían descendido otros 2,000 metros y necesitaban retomar altitud.

«¡Abre la maldita puerta!», gritó el piloto.

A las 10:38 horas, el avión se encontraba a 4,000 metros. La respiración de Lubitz todavía se escuchaba en la grabadora, de acuerdo con lo informado por Bild.

Dos minutos después, los investigadores creen escuchar que el ala derecha del avión se impacta con el pico de la montaña.

Los gritos se escucharon una última ocasión.

Richard Quest, conductor de Quest Means Business de CNN, consideró «increíble» que el audio de la ‘caja negra’ se haya filtrado de esta manera.

Las grabaciones de las cabinas son una parte sensible y muy privadas durante la investigación de un accidente aéreo. Nunca son reveladas oficialmente, de acuerdo con Quest.

Las comunicaciones entre los controladores del tránsito aéreo y la cabina de pilotos deben permanecer en privado, pero eso es menos común en Europa como lo es en Estados Unidos.

Una versión editada y redactada de la transcripción se publica como parte de la investigación final de un incidente.

 

Ansiedad, trabajador quemado y depresión

Un grupo de investigadores alemanes encontró antidepresivos en el departamento de Andreas Lubitz, copiloto del avión accidentado de Germanwings, indicaron algunos medios.

Lubitz recibió inyecciones para un medicamento psicosomático, de acuerdo con el diario Le Parisien. Además, tenía una prescripción médica que influye en los neurotransmisores, pero no hay certeza cuándo ocurrió eso, agregó el medio francés.

El diario alemán Die Welt citó a un investigador no identificado que dijo que Lubitz sufría de una “enfermedad psicosomática” severa y que la policía alemana encontró medicina para el problema. Lubitz sufría de «síndrome de burnout (o trabajador quemado) severo» y depresión, según una fuente citada por el diario alemán.

El periódico estadounidense The New York Times también reportó que se encontraron antidepresivos durante la búsqueda en el apartamento. CNN no ha podido confirmar estos reportes de manera independiente.

Las autoridades francesas dijeron que Lubitz posiblemente estrelló el vuelo 9525 de Germanwings contra los Alpes de forma deliberada el martes, mientras viajaba desde Barcelona, España, hasta Dusseldorf, Alemania, con 150 personas a bordo.

 

“Incapacitado para trabajar”

Se espera que los investigadores interroguen a los familiares, amigos y compañeros de trabajo de Lubitz para saber qué es lo que pudo haber llevado al aparentemente competente y estable copiloto a provocar el choque aéreo.

Lubitz había sido declarado “incapacitado para trabajar” por un médico, de acuerdo con los investigadores alemanes.

Mientras los esfuerzos continúan, decenas de personas asistieron a la ceremonia en homenaje a las víctimas el sábado en una iglesia del pueblo francés Digne-les-Baines, cerca de donde ocurrió el choque.

Familiares de las víctimas y residentes locales se reunieron la tarde del sábado junto a un memorial de piedra colocado cerca del sitio del accidente, en la villa de Le Vernet. Se colocaron flores a la sombra de los Alpes franceses nevados.

La mayor parte de la comunidad local indicó haber visto al padre de Lubitz la tarde del jueves y que parecía “un hombre profundamente consternado”.

“Nos da la impresión de que ese hombre está cargando con todo el peso del desastre en sus hombros”, dijo el alcalde de Prads-Haute-Bleone, Bernard Bartolini, el sábado.

“Puedo decir que es un hombre cuya vida está completamente destrozada”, comentó Bartolini.

 

Especulación sobre salud mental

Gran parte de la atención se ha centrado en el estado mental de Lubitz, alegando que pudo haber tenido problemas mentales.

Los investigadores encontraron una carta en el bote de basura de su departamento de Dusseldorf que indica que Lubitz no estaba capacitado para hacer su trabajo, dijo el fiscal de la ciudad, Christoph Kumpa, el viernes. La nota había sido “destrozada”, destacó.

El problema de Lubitz no ha sido revelado. El New York Times y The Wall Street Journal, citando fuentes anónimas, reportaron el viernes que Lubitz sufría de una enfermedad mental y ocultó su diagnóstico a su empleador.

Un reporte subsecuente de The New York Times el sábado, citando a dos oficiales con conocimiento de la investigación, mencionaba que Lubitz buscaba tratamiento antes del accidente debido a problemas de visión que pudieron haber puesto su carrera en riesgo.

De acuerdo con los oficiales no identificados, Lubitz también estaba en tratamiento por problemas psicológicos. Otros reportes de los medios indicaron que se trataba de depresión.

Lubitz tenía una novia, una profesora de escuela en Dusseldorf, de acuerdo con los medios alemanes.

 

Notas médicas destruidas

Lubitz pasó su examen médico anual para la recertificación como piloto en el verano de 2014, indicó una fuente alemana de aviación a CNN.

Un oficial con Lufthansa, dueño de Germanwings, dijo que lo único que se examinó fue la parte física, no psicológica, y que si Lubitz hubiese tenido problemas de visión, hubieran sido descubiertos.

El oficial también comentó que la compañía nunca tuvo indicios de que Lubitz estuviera deprimido y que si fue a ver a un médico por su cuenta, tendría que haberse reportado como incapacitado para volar.

Una clínica de Dusseldorf indicó que Lubitz fue dos veces, la más reciente el 10 de marzo, “concerniente a un diagnóstico”. Pero la Clínica Universitaria dijo que no trató al copiloto por depresión.

Los investigadores alemanes dicen que todavía tienen entrevistas y otro trabajo pendiente antes de revelar lo que decían los registros encontrados en el departamento y en casa de los padres de Lubitz en Montabaur.

Pero el hecho de que los investigadores encontraran “destruidas las notas médicas de incapacidad, que abarcaban el día del accidente, lleva a la conclusión preliminar de que el hombre mantuvo su enfermedad en secreto a su empleador y en su ambiente profesional”, indicaron los fiscales.

Germanwings corroboró esta versión, diciendo que nunca recibió alguna nota de enfermedad de parte de Lubitz.

 

Ningún escenario descartado

Jean Pierre Michel, jefe de investigación en el área francesa, dijo el sábado que todavía no es posible enfocarse en los reportes de enfermedad mental de Lubitz.

Michel informó que los investigadores no han descartado ningún escenario todavía.

Se cree que Lubitz cerró la cabina del piloto del vuelo 9525 desde el interior, antes de iniciar el descenso del avión contra las montañas, indicaron las autoridades francesas.

A pesar de que los equipos de búsqueda recuperaron la caja negra, la grabadora de datos permanece desaparecida. El aparato podría revelar detalles cruciales sobre lo que ocurrió durante los momentos finales del vuelo.

El ministerio de Defensa francés indicó en un comunicado que envió un jet de combate y un helicóptero al área del siniestro antes de perder contacto con el avión.

 

El copiloto de Germanwings tenía un amplio historial de depresión

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MONTABAUR, Alemania (AP) — El copiloto de Germanwings Andreas Lubitz parece haber ocultado a su empleador las pruebas de una enfermedad, incluyendo que un médico le excusó de trabajar el día en que estrelló un avión de pasajeros contra los Alpes, según dijeron el viernes fiscales alemanes.

Los indicios provienen del registro de las viviendas de Lubitz en dos ciudades alemanas, donde las autoridades buscaban una explicación de por qué estrelló el Airbus A320, matando a las 150 personas que iban a bordo.

En un comunicado por escrito, el portavoz de la fiscalía Raif Herrenbrueck indicó que varias notas rotas del día del siniestro «apoyan la hipótesis preliminar actual de que el fallecido ocultó su enfermedad de su empleador y sus colegas».

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Estas notas de enfermedad, en las que los médicos excusan a sus empleados de trabajar, son habituales en Alemania y se conceden también por enfermedades menores. Herrenbrueck dijo que otros documentos médicos encontrados indicaban «una enfermedad preexistente y tratamiento médico apropiado», pero no una nota de suicidio. Tampoco había indicio de que hubiera motivaciones políticas o religiosas para las acciones de Lubitz.

Germanwings, una filial de Luthansa, declinó hacer comentarios sobre la nueva información.

Los investigadores se llevaron varias cajas del apartamento de Lubitz en Duesseldorf y la casa de sus padres en Montabaur, cerca de Fráncfort.

Una fuente alemana de aviación dijo el viernes a Associated Press que el expediente de Lubitz en la Oficina Federal de Aviación contenía una nota «SIC», lo que implica que necesitaba «evaluación médica regular específica». Esa nota podría referirse tanto a un problema de salud físico como mental, pero la fuente —que habló bajo condición de anonimato al no estar autorizada a difundir la información— dijo que el archivo no aclaraba cuál.

Sin embargo, los vecinos del copiloto describieron a un hombre en excelente estado de salud.

«Definitivamente no fumaba. Se cuidaba mucho. Siempre salía a correr. No estoy seguir de si corría maratones, pero estaba muy sano», dijo Johannes Rossmann, que vivía a unas pocas casas de distancia de la vivienda de Lubitz en Montabaur. Los fiscales de Duesseldorf, que lideran el lado alemán de las pesquisas, declinaron hacer comentarios sobre las noticias con fuentes anónimas, indicando que el proceso sigue en marcha.

El director ejecutivo de Lufthansa, Carsten Spohr, dijo que se había producido un receso de «varios meses» durante la formación de Lubitz hace seis años, pero no entró en detalles. Tras ese descanso, indicó, Lubitz «no sólo pasó todas las pruebas médicas, sino también su formación de vuelo, todas las pruebas y controles de vuelo».

La Administración Federal de Aviación (FAA) estadounidense había entregado a Lubitz un certificado médico de tercera clase. Ese certificado requiere descartar problemas psicológicos como psicosis, trastorno bipolar y trastorno de personalidad, «que son lo bastante severos como para haberse manifestado de forma repetida en acciones visibles».

Ese documento también implica que no se determinó que sufriera ningún problema mental que «haga a la persona incapaz de realizar con seguridad los deberes o ejercitar los privilegios» de una licencia de piloto.

Los investigadores franceses que dirigen la investigación del siniestro creen que el joven, de 27 años, se encerró en la cabina y estrelló a propósito la nave, contra las montañas el martes durante un vuelo entre Barcelona y Duesseldorf.

Germanwings, una operadora de bajo coste del grupo Lufthansa, estableció en Marsella un centro de asistencia a las familias de las víctimas.

«En estas horas oscuras, toda nuestra atención recae en el apoyo emocional a los familiares y amigos de las víctimas del vuelo 9525», indicó el director ejecutivo de la operadora, Thomas Winkelmann.