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Cecodap: Ausencia del Estado facilita que niños, niñas y adolescentes sean reclutados por las megabandas
En el informe “Esclavizar para Delinquir” presentado este 30 de marzo, Cecodap concluyó que el reclutamiento de niños, niñas y adolescentes por el crimen organizado es una forma contemporánea de esclavitud y, en ese sentido, podría ser más adecuado calificarlo jurídicamente como trata de personas
La investigación documentó las dinámicas de reclutamiento de niños, niñas y adolescentes por la megabanda de la Cota 905, El Cementerio y La Vega
Cecodap asegura que la emergencia humanitaria compleja y la ausencia e indolencia del Estado han favorecido que los menores de edad caigan en los anzuelos de las megabandas
Advierten al Estado que, para frenar el reclutamiento de niños, niñas y adolescentes por las megabandas, se requiere un abordaje integral para prevenir y erradicar “las causas de un delito especialmente complejo”

 

La ausencia del Estado venezolano y los rigores de la emergencia humanitaria compleja han favorecido el reclutamiento de niños, niñas y adolescentes por parte de las megabandas que operan en el suroeste de Caracas.

Esclavizar para Delinquir es una investigación de Cecodap y la Agencia PANA en la que se abordaron las prácticas de reclutamiento a las que están sometidos niños, niñas y adolescentes en la ciudad capital por parte de las megabandas.

Durante 6 meses, las organizaciones investigaron las dinámicas del crimen organizado en comunidades de La Vega, el Cementerio y la Cota 905. El informe reveló que la megabanda de El Koki fortaleció su “ejército criminal” a través del reclutamiento de niños, niñas y adolescentes, a los cuales convirtió en “soldados al servicio del crimen”.

En la presentación a la prensa del informe Edgar López, coordinador editorial de la investigación, enfatizó que ante la ausencia de Estado y la persistencia de una emergencia humanitaria compleja se crean las condiciones de riesgo que aproximan a los niños, niñas y adolescentes al crimen organizado.

“En estas comunidades donde la autoridad la ejercen los grupos criminales los referentes empiezan a variar. Esa referencia de autoridad y poder está ahí como una opción para esos niños, niñas y adolescentes, quienes están en situación de vulnerabilidad por un Estado que se ausentó y delegó la autoridad en el crimen organizado”, explicó.

Sumó que el reclutamiento de estos grupos se produce por la fuerza de las circunstancias y ante la falta de opciones de estudio y trabajo decente. Por la misma razón, cuestionan que los adolescentes vinculados a las megabandas sean imputados por delitos de terrorismo, ya que son víctimas de una forma contemporánea de esclavitud moderna, específicamente del delito de trata de personas.

“Promovemos que empecemos a ver el reclutamiento como una forma contemporánea de esclavitud o de trata de personas. Son niños, niñas y adolescentes, captados por grupos criminales, mediante abuso de poder sobre personas en situación de vulnerabilidad y para ejercer trabajos o servicios forzados que los convierten en víctimas de esclavitud o sus prácticas análogas. Según el protocolo de Palermo, que tiene estas definiciones, lo que está ocurriendo en estas comunidades, porque no nos atrevemos a decir que las megabandas y el reclutamiento de niños, niñas y adolescentes terminaron con los procesos de julio del año pasado, tiene que ver con componentes del delito de trata de personas que están explícitos tanto en la legislación interna como en la internacional”, abundó López.


Consulte acá el especial completo: Esclavizar para delinquir

 


A continuación, algunas claves de los hallazgos y conclusiones de la investigación:

Impunidad, ausencia e indolencia del Estado

Afirma Cecodap que aunque el reclutamiento de niños, niñas y adolescentes no había sido dado a conocer públicamente, a través de los procesos penales contra las personas detenidas durante el operativo policial militar ejecutado en julio de 2021 (para desmantelar la megabanda) el Estado” reconoció en forma “tácita” el fenómeno, al formular imputaciones y acusaciones por el delito a personas menores de edad.

Sin embargo, Cecodap advierte que el reconocimiento ha sido “incompleto”, por cuanto lo relevante en términos de protección a la infancia y a la adolescencia es determinar las causas y las consecuencias de ese reclutamiento.

Añaden que la impunidad favorece el reclutamiento de niños, niñas y adolescentes por parte del crimen organizado.

“Durante cuatro meses de monitoreo del debate público sobre la actuación de la megabanda, solo una vez, en boca del ministro de Información y Comunicación, Jorge Rodríguez, se refirió el reclutamiento de menores de edad. Sin embargo, Rodríguez no profundizó en el problema, ni en sus causas ni consecuencias; y solo hizo mención del reclutamiento como parte de la narrativa oficial, según la cual la megabanda actuaba con el patrocinio de gobiernos de otros países y de la oposición al gobierno”, describen.

El informe de Cecodap concluye que el Estado venezolano ignora el reclutamiento de niños, niñas y adolescentes por parte de grupos criminales “como un asunto que requiere atención estatal prioritaria”.

“La indolencia estatal frente al reclutamiento de niños, niñas y adolescentes por la megabanda fue confirmada por Cecodap. Luego de intentar durante tres meses obtener explicaciones de parte de la Defensoría del Pueblo, a través de formales requerimientos de entrevistas con sus autoridades, solo se obtuvo un escueto mensaje de texto vía WhatsApp: ‘No Tenemos ningún registro sobre niños y adolescentes vinculados a bandas delictivas’”, denuncian.

 Emergencia humanitaria: el telón de fondo

Inseguridad alimentaria, deserción escolar y violencia intrafamiliar son motivaciones recurrentes para que los menores de edad sean captados por estas organizaciones delictivas.

Cecodap advierte que el reclutamiento es “forzado por las circunstancias y la violación de sus derechos humanos” y que “no esa un alistamiento voluntario”: “Niños, niñas y adolescentes no se suman al crimen organizado y, en este caso, a la megabanda, en un ejercicio pleno de su voluntad”.

La investigación concluye que la emergencia humanitaria compleja en Venezuela es el “telón de fondo del reclutamiento de niños, niñas y adolescentes por parte del crimen organizado”, en la medida en que es la principal fuente de violencias contra este sector de la población.

Trabajo esclavo y forzoso

La investigación explica que los niños, niñas y adolescentes se unen forzosamente a las megabandas por la fuerza de las circunstancias en las que viven o sobreviven.

«El reclutamiento forzado no puede considerarse equivalente a un alistamiento voluntario en la megabanda, pues no se trata de un ejercicio libérrimo de la voluntad de los niños, niñas y adolescentes; por el contrario, se trata de la ‘opción que queda’, a falta de otras que puedan garantizar la plena vigencia de todos sus derechos”, explican en la investigación. 

Denuncian también que las labores asignadas a niños, niñas y adolescentes en la megabanda constituyen trabajo esclavo, “pues están sujetos a una relación de sometimiento y dominación”.

“Por los riesgos que implica su participación en actividades criminales, todos sus derechos están amenazados, incluyendo la vida y la integridad personal”, se afirma en el documento.

“Anzuelo” en dólares, reclutadores conocidos y reclutamiento “coercitivo” en La Vega

Cecodap determinó que a los niños, niñas y adolescentes les ofrecían dinero semanal en dólares para cubrir necesidades reales o percibidas: “Alimentación, ropa y calzado (como símbolos de estatus social) y protección en una lógica de la ley del más fuerte”.

“La oferta de fondos que oscilan entre 20 y 150 dólares a la semana es una tentación para muchos menores de edad, en un país como Venezuela donde el salario mínimo apenas alcanza los 2,5 dólares mensuales”, reseña la investigación.

 

Se incluyen también citas de testimonios de personas entrevistadas. Un docente de una de las comunidades expresaba lo siguiente.

 “Yo tuve un alumno que me aseguraba que él ganaba más que yo. Me dijo que accedió a formar parte de este grupo delictivo para ayudar a sus padre porque no tenían qué comer. Esa es la realidad de hoy en día. No era de una familia disfuncional, era de papá y mamá sanos. Pero decidió la vida más fácil, para conseguir el dinero. ‘Maestra, yo puedo comer chuleta, aguacate y refresco cada vez que quiero’, me llegó a decir. Tenía zapatos de marca; yo siendo profesional no puedo darme esos lujos”.

Mientras que un adolescente de 16 años que compartió su testimonio dijo que el hambre en su casa –que se intensificó con la pandemia- fue lo que lo obligó a sumarse a la banda delictiva:¿Tú sabes qué es arrecho? Ver a tu mamá llorar porque tenemos que comer frijoles chinos de las bolsas CLAP todos los días. Ellos sabían que mi mamá y yo estábamos pelando bolas, sobre todo con la pandemia, porque a la peluquería donde trabajaba mi mamá dejó de ir gente. Entonces, me dijeron: ‘ayúdanos y nosotros te ayudamos’. Yo dije: ‘sí va’, sin preguntar qué era lo que tenía que hacer para los malandros”.

En la mayoría de los casos, los reclutadores eran vecinos e, incluso, familiares. Pero advierten que cuando la megabanda empezó a expandirse hacia La Vega, o cuando necesitaba engrosar sus filas para enfrentarse a los cuerpos de seguridad, el “reclutamiento se tornó más coercitivo y masivo”.

«En La Vega, por ejemplo, operaron reclutadores profesionales y mediaron labores de ‘inteligencia’ para afinar la selección de menores de edad con el perfil requerido para involucrarlos en el delito”, describen.

 De mandadero a “malandro”

Los niños, niñas y adolescentes son incorporados a las organizaciones delictivas con distintos grados de vinculación y asociados a cargos y funciones que conforman un verdadero escalafón. “Mientras más avanzan en la carrera, más riesgo de muerte corren los menores de edad”, alerta Cecodap.

Los cuatro grados de vinculación que encontraron según el caso de las megabandas de la Cota 905, El Cementerio y La Vega fueron:

  • Los mandaderos. Se encargan de la provisión de productos de primera necesidad y, eventualmente, de cualquier otro producto, requeridos por los integrantes de la megabanda que, por estar solicitados por los cuerpos de seguridad del Estado, deben permanecer confinados en las partes altas de los barrios. Esta es una función que, por lo general, la desempeñan niños, niñas y adolescentes de menos edad (entre 10 y 15 años). Aunque aparentemente implica menos riesgos, significa también un “contacto permanente con los delincuentes y, en ese sentido, la tentación de querer escalar posiciones dentro de la megabanda, lo cual supone asumir mayores riesgos”, se lee en el informe.

“Los chamos comienzan a hacerle mandados a los malandros. Llevar las bolsas de comida, subir o bajar algo pesado, comprar algo en las bodegas del sector… A esos chamos se les da de 1 a 5 dólares, dependiendo del mandado”, contaba una adolescente de 15 años que reside en la Cota 905.

  • Los gariteros: Estos centinelas o vigilantes están apostados en zonas estratégicas de los territorios controlados por la megabanda. Sus funciones principales son alertar sobre el ingreso de funcionarios de cuerpos de seguridad o de personas ajenas a la comunidad y detectar y denunciar eventuales infracciones de reglas de convivencia impuestas
    arbitrariamente por los líderes de la megabanda.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    Esas funciones, por lo general, son desempeñadas por adolescentes próximos a cumplir la mayoría de edad: “Requiere fortaleza física y templanza para soportar situaciones de vigilia permanente, durante jornadas que, en algunos casos, se pueden extender 24 horas continuas en lugares inhóspitos”, especifican en el documento.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          En la presentación de la investigación, el periodista Edgar López dijo que, además del tema de la vigilancia, los gariteros tenían la misión delatar a quien incumpliera con las reglas autoimpuestas por la megabanda. “Ningún vecino puede robar a otro, si lo hace, hay un juicio sumario y dependiendo de la gravedad de las reglas, se le aplica una pena en caso gravísimo, una ejecución extrajudicial”.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      El documento completo de la investigación incluye un testimonio de un adolescente miembro de la banda y que fungía de garitero, quien narraba que si había un robo, les encomendaban determinar quién había sido. Luego, los “malandros” lo buscaban y le “hacían su juicio ahí, rapidito”: “Dependiendo de si la cosa era muy mala, por ejemplo si al que habían robado era familia o protegido de alguno de los principales, lo plomeaban y hasta lo podían matar. Lo hacían delante de todo el mundo, para que todo el mundo supiera cómo eran las vainas, que si alguien se comía la luz lo podía pagar muy caro, hasta con la vida”.

El adolescente contó además un caso particular que demuestra cómo se practicaban estas ejecuciones al margen de la ley.

“Una vez una señora subió a la garita donde yo estaba y nos denunció a un chamo que le había robado un celular. Nosotros estábamos obligados a paja a ese chamo. Y entonces, los malandros lo fueron a buscar y lo encontraron. Ahí mismo, delante de todo el mundo, lo juzgaron. Fueron unos testigos que llevó la señora y al chamo lo sentenciaron a muerte. Se lo llevaron pa’ un sitio lejos y le metieron un tiro en la frente. Después lo lanzaron por un barranco, que siempre usan para eso, para lanzar los cadáveres”.

  • Los traficantes: Es el siguiente nivel en el escalafón del delito. El microtráfico de droga es una puerta de entrada a la megabanda para menores de edad, sobre todo adolescentes, por ser una opción más lucrativa en comparación con los mandaderos y gariteros. La actividad conlleva más riesgos, ya que pueden operar dentro o fuera de las zonas controladas por la megabanda. Aunque la mayoría son mayores de 18 años, puede haber adolescentes.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              Se contó el caso de una joven que traficaba droga hacia las prisiones y que fue ejecutada con un tiro en la frente y su cadáver abandonado en Quinta Crespo por, presuntamente, quedarse con el dinero que tenía que entregar a la megabanda tras la actividad de tráfico.

 

 

  • Los malandros: Es el escaño final al que pueden aspirar los menores de edad dentro de la megabanda. Se logra tras una “comprobada disposición de consolidar y ampliar el poder de la organización criminal”. Adquieren tal rango cuando se les entrega un arma de fuego que deben usar para hacer cumplir las reglas de la megabanda y para cometer los delitos que sustentan las economías del grupo delictivo: extorsión, secuestro, tráfico de drogas y el robo de vehículos. “El malandro tiene un arma de fuego, fuerza física, capacidad estratégica, exposición, reconocimiento, protección. No se supo de un caso donde un niño o niña menor de 12 años tenga esta función, generalmente, de acuerdo a lo que vimos, son adolescentes próximos a cumplir mayoría de edad”, especificó López.

 

Megarrumbas para mostrarse como “superhéroes” y benefactores de la comunidad

Tanto las fuentes sabias como las expertas entrevistadas por Cecodap para el trabajo se concluye que el modelaje que se construye en torno a las figuras de los líderes de la megabanda, (los cuales suelen ser percibidos como “superhéroe y “benefactores” de la comunidad) influye en el reclutamiento de niños, niñas

“En Navidad, el Día de la Madre o el Día del Niño los patrones también montaban fiestas y juegos de básquet para la gente de todos estos barrios. Venía gente de todas partes, porque se sabía que rifaban real, cocinas, neveras, lavadoras, televisores…A los chamos les daban juguetes, balones, bicicletas, play y hasta tablets. Los malandros daban mejores juguetes que los que daba el Consejo Comunal. A mi hermana, que vive en la Cota, le regalaron una guitarra Eléctrica”, contaba uno de los adolescentes captados por la banda.

Los “cambistas” infiltrados de las bandas

La investigación determinó que los “cambistas” desconocidos y ajenos a la comunidad que llegaron a algunos barrios de La Vega a mediados de  2020 y causaron inquietud, sobre todo por su especial interés en obtener por trueque, e incluso comprar, frijoles chinos, eran realmente infiltrados de la megabanda que hacían un “trabajo de inteligencia para facilitar la conquista del sector.

“Los veíamos reunidos a todos, temprano en la mañana, dos o tres veces a la semana. Aunque la mayoría eran adultos, había muchos chamos. Pasaban todo el día recorriendo todos estos barrios de La Vega, para ofrecer verduras a cambio de frijoles chinos de las bolsas CLAP. Subían a las partes altas de los cerros, se metían por los callejones… Y, al final de la tarde, se volvían a reunir en el mismo lugar de la mañana, pasaban un buen rato cuchicheando y después se iban, no se sabe a dónde, porque ninguno de ellos eran de por aquí. En principio, a finales de 2020, solo se veían en la parte baja y subieron a la parte alta a partir de febrero de 2021. Después del problema de julio –el operativo policial militar para desarticular la megabanda- ya esos cambistas raros no se vieron más ni en la parte baja ni en la parte alta de La Vega”, relató un vecino.

Estas figuras buscaban información sobre la geografía de los barrios de La Vega, posibles zonas de escape y tenían como misión identificar las necesidades más apremiantes de la gente, su eventual vinculación con el delito, sus habilidades para hacer negocios legales o ilegales: “Todo ello para construir perfiles de potenciales reclutables, entre ellos niños y niñas, pero, sobre todo, adolescentes”, concluyó la investigación.

“Esos cambistas ajenos a nuestras comunidades llegaron a saber qué tanta hambre tenían los muchachos del barrio, si iban o no a la escuela o  al liceo y si se les podía comprar con un par de cholas o aspiraban a unos zapatos de marca”, contó una docente de La Vega.

Las fuentes consultadas por Cecodap coincidieron en afirman que la información recopilada por los cambistas de frijoles chinos permitió el establecimiento de varias garitas en la zona para que la megabanda de la Cota 905 desarrollara un control progresivo y creciente de territorios en La Vega.

Ganado y vaqueros para reclutar

El más insólito mecanismo de reclutamiento de niños, niñas, adolescentes y adultos jóvenes en La Vega documentado por Cecodap tiene que ver con la aparición en las zonas montañosas de La Vega que se conectaban con la Cota 905 de unas vacas y unos vaqueros que andaban a caballo, con botas y armas.

Los hombres soltaban las vacas en las mañanas y las recogían en las tardes. Todo comenzó a mitad de 2020. Una testigo contó:

“Inicialmente, no hablaban con nadie y se mantenían alejados. Pero, con el paso de los días, se fueron acercando más y más a nuestras casas. A pesar de que estaban armados, no parecían violentos; más bien parecía que se esforzaban por ser simpáticos y amables. Hasta que dieron pistas sobre lo que verdaderamente estaban buscando… Nos dijeron que ellos estaban en nuestra zona para brindarnos protección y para ayudarnos a resolver nuestros problemas. A una tía mía le ofrecieron ayuda para comprar unas medicinas que necesitaban. Atando cabos y como por aquí todo el mundo termina sabiendo quién es quién, supimos que los fulanos vaqueros eran gente del Koki y que las vacas eran parte de un ganado que tenía el Koki”.

Al igual que los cambistas, los “vaqueros del Koki» estaban encargados de realizar labores de inteligencia con fines de reclutamiento.

La reclutadora de La Vega

Los testimonios de residentes del sector indican la presencia y actuación de una mujer de 40 años, quien había estado presa por delitos de droga y a la que señalan de reclutar adolescentes en los barrios de La Vega.

“Ella era como una líder, donde ella se paraba, se le acercaban cinco o seis muchachitos. A todos nos extrañaba que cargara y usara un radio de esos, un woki toki”, indica un vecino.

Se reveló también que la mujer organizaba reuniones de adolescentes para ofrecerles un pago de 50 dólares semanales por sumarse a la banda, además de ropa y calzado de marca, así como bolsas de comida para sus familias. Unos 15 menores habrían “mordido el anzuelo”.

Con un Estado ausente el reclutamiento persistirá

Varios expertos consultados en el trabajo aseguran que el Estado tiene responsabilidad en prevenir y sancionar las violencias que afectan a niños niñas y adolescentes.

Advierten que, sin programas efectivos para atender sus necesidades, como tampoco para aplicar justicia efectiva en caso de vulneración de sus derechos, el reclutamiento por parte del crimen organizado “va a persistir”.

En ese sentido, recomiendan que la presencia del Estado no se limite a la acción represiva: “Hablo de servicios públicos que garanticen derechos de los niños, niñas y adolescentes, como la seguridad alimentaria, la protección familiar, la educación, la salud, la cultura, la recreación y el deporte”, explica en el informe Carlos Trapani, director de Cecodap.

 

Cecodap sobre proyecto de ley de acoso escolar: La responsabilidad no debe recaer solamente en el centro educativo
«Hay muchas dificultades desde el punto de vista legal, con el vacío que dejó la nueva Ley Orgánica de Educación»

 

Este lunes, 28 de marzo, el educador, orientador y fundador de los Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodap), Fernando Pereira señaló que el problema del acoso escolar no es una responsabilidad que solamente le compete a los centros educativos.  

Sobre el proyecto de Ley que adelanta el fiscal designado por la Constituyente, Tarek William Saab, indicó que valora que se visibilice el acoso como violencia, como una coacción inadmisible; pero que existe un problema de ritmo. 

«El fiscal ha hablado a través de las redes sociales sobre el proyecto, pero es tiempo de que podamos conocer los lineamientos de ese proyecto, que él comenta que está avanzando», dijo a través de una entrevista por el Circuitos Éxitos.

El director de Cecodap enfatizó que en un problema de acoso escolar están también involucradas las familias, por lo que no se solucionaría solamente sancionando a directivos de la institución donde ocurre el hecho.

 

*Puede leer también: Tarek William Saab presentará un proyecto de ley contra el acoso escolar

 

«Hacemos votos y esperamos con ansias leer las propuestas, y que el proyecto ofrezca alternativas. Que no se siga diciendo que esas situaciones deben mantenerse perennemente», dijo.

Colegios de manos atadas por vacíos legales

Sobre la actuación de los colegios en casos de acoso escolar, Fernando Pereira afirmó que los colegios en muchos casos denuncian y reportan casos de acoso escolar y son los órganos y consejos de protección o los distritos educativos los que no tienen respuesta oportuna.

«Muchos colegios privados se ven de mano atadas sobre tomar medidas disciplinarias por acoso en tanto que la Ley Orgánica de Educación dejó un pendiente, una deuda de muchos años sin definir: una ley especial para los aspectos que tienen que ver con la convivencia y disciplina escolar«, aseguró.

Fernando Pereira afirmó que hay muchas dificultades desde el punto de vista legal con el vacío que dejó la nueva Ley Orgánica de Educación, la cual incluyó una disposición transitoria en la que afirma que toda situación que tenga que ver con la disciplina en un centro educativo debe ser resuelta a través de medidas alternativas de conciliación y diálogo.

«En los casos donde hay una actitud de no colaboración de la familia, de hacerse los desentendidos ante el acoso, de no llevar al niño o adolescente un tratamiento o evaluación terapéutica, los centros educativos o los consejos de protección de la Lopna están de manos atadas y las medidas que se pueden tomar no son suficientes, lo que redunda en la protección de las víctimas», explicó Pereira. 

El fundador de Cecodap señaló que los colegios (si cuentan con la voluntad de los padres) pueden buscar alternativas de la ley, como por ejemplo, si hay lesiones físicas comprobadas, así como daños a bienes. Se puede aplicar también la  Lopna si hay algúb tipo de maltrato, lo que puede tener algún tipo de consecuencia.

Cecodap: Uso de los niños en propaganda política debe evitarse “a toda costa”
La organización Cazadores de Fake News se refirió al disfraz de Superbigote y aseguró que “ni es popular, ni es el ‘preferido’»

Abel Sarabia, coordinador de la ONG Cecodap denunció el uso de los niños en propaganda política, luego de que se difundieran imágenes de un grupo de niños venezolanos con un disfraz de Superbigote.

En una entrevista ofrecida a Voz de América, Sarabia cuestionó la distribución de estos disfraces entre los niños, pues se hace propaganda política.

«El uso de los niños como parte de la propaganda política es algo que debe ser evitado a toda costa (…) ¿Realmente estos niños eligieron, por parte de su propia voluntad y sus intereses, un disfraz con un contenido político tan marcado?», expresó.

Además, recordó que no es primera vez que el oficialismo usa a los niños para hacer propaganda política. “Ya han sido disfrazados como integrantes del FAES, como el propio Hugo Chávez en su momento”, agrega.

 

Superbigote es un personaje animado creado por el oficialismo, el cual está inspirado en Nicolás Maduro, a quien hacer ver como un «superhéroe» de cómics. El primer capítulo se estrenó en diciembre de 2021 y se transmite en Venezolana de Televisión.

propaganda política

Superbigote en uno de los capítulos que es transmitido a través de VTV

A través de la red social Twitter, funcionarios del oficialismo compartieron imágenes de los niños que fueron vestidos con el disfraz de Superbigote.

Freddy Ñáñez, ministro de Comunicación e Información, aseguró que Súperbigote «se convirtió en el disfraz preferido de los chamos en este carnaval».

«Recuerdo al chavito que, también de manera espontánea, lució en aquel carnaval del 92. La picardía, la alegría y la rebeldía de este pueblo», añadió Ñáñez en su publicación.

Delcy Rodríguez, vicepresidenta oficialista, también compartió una imagen de un grupo de niños utilizando este disfraz. «¡Carnavales felices con Superbigote!», escribió.

Sin embargo, la organización Cazadores de Fake News se refirió al disfraz y aseguró que “ni es popular, ni es el ‘preferido’».

Asimismo, explican que las fotos de los niños disfrazados de Superbigote tiene un trasfondo: «Los disfraces fueron repartidos por Consejos Comunales y Comités CLAP».

También, indicaron que el disfraz fue sugerido» en un aviso de la Zona Educativa de Caracas y su distribución «obedece a una línea propagandística, que intenta darle una popularidad inexistente a Nicolás Maduro».

En Vargas líderes del PSUV distribuyeron el disfraz

En el estado Vargas, que ahora el gobierno llama La Guaira y donde es típica la celebración de los Carnavales con diversas actividades, también se reportaron niños disfrazados de Superbigotes.

El asueto se desarrolló en la entidad costera con carrozas, disfraces, actividades playeras y conciertos en la Cinta Costera de La Guaira y en el Paseo La Marina de Catia La Mar.

Durante la celebración, aparecieron comparsas de niños y adolescentes vestidos con un disfraz de Superbigote.

 

Según información que recibió El Pitazo, fuentes del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) confirmaron que los trajes fueron confeccionados a través de la Presidencia, tras una idea formulada por la Juventud del PSUV en el litoral central al hijo del mandatario, Nicolás Maduro Guerra.

*También puede leer: Médicos Unidos critica flexibilización durante carnavales y desmiente cifras de vacunación del gobierno

Cecodap: El acoso escolar es una forma de violencia compleja que puede afectar a los niños
El coordinador general de Cecodap, Carlos Trapani explicó que el acoso escolar puede ser denunciado
Abel Saraiba afirmó que la frecuencia, el daño y el poder son tres factores fundamentales para que el acoso se desarrolle en las escuelas y colegios libremente

Abel Saraiba, coordinador adjunto de los Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodap), explicó a través de un live que el acoso escolar o bullyng, como también se le conoce, es una de las formas más complejas de violencia que afectan a los niños, niñas y adolescentes y de la que muy poco se habla. 

«Es una forma de violencia que se ha caracterizado por un uso sistemático e intencional de agresiones, y que tiene como punto de partida el conjunto de relaciones que se dan en el seno de la comunidad educativa que, adicionalmente se valen del entorno social como una forma de instaurarse», dijo. 

El también psicólogo explicó que el acoso escolar no es un problema puntual entre dos niños. «Estamos hablando de una dinámica de violencia que se produce siempre, o por lo general, frente a testigos que son quienes a su vez legitiman la violencia, manifestando su apoyo, guardando silencio, porque se ríen o simplemente muestran indiferencia ante lo ocurrido». 

Saraiba afirmó que la frecuencia, el daño y el poder son tres factores fundamentales para que el acoso se desarrolle en las escuelas y colegios libremente. 

El coordinador adjunto de Cecodap explicó que la víctima y el victimario no son los únicos protagonistas en un caso de acoso escolar.

«Tenemos al niño agredido y a su familia, al niño agresor y a su familia, están los testigos, docentes, personal administrativo y obrero, trabajadores sociales, el sistema de protección y medios de comunicación, un entramado de actores que son claves en el proceso», dijo.

El coordinador de Cecodap también indicó que, además de todas las personas que intervienen, hay que revisar las relaciones históricas y estudiarlas, específicamente,  la crianza de los padres. “De allí podemos entender el papel que juegan cada uno de los factores, la actitud. Las cosas que se dejan de hacer, esas acciones y omisiones”, dijo.

Saraiba explicó que en un caso de acoso escolar hay que hablar y reconocer las emociones. «Parte de las situaciones en donde los niños usan la violencia de manera sistemática contra otros es porque la única emoción que reconocen son las suyas», indicó.

El psicólogo ofreció varias recomendaciones a los actores en los casos de acoso escolar.

Para los padres de los niños víctimas de acoso, Abel Saraiba indica que se debe entender que el acoso es un hecho de violencia que el menor no puede manejar solo.

Enfatiza que se debe tener una actitud empática con el niño, evitar revictimizarlos, hablar con los miembros de la institución educativa y exigir al colegio planes de acción para que estos hechos violentos no se vuelvan a repetir. 

Para los padres del niño agresor, Saraiba sugiere observar si hay una falta de empatía, si en casa existen dinámicas de violencia que puedan afectar al niño y, en caso de que ocurra acoso escolar, buscar ayuda profesional. 

A los docentes, Saraiba les recomienda estar atentos a las interacciones entre los estudiantes en el salón de clases y demás áreas. Identificar a los niños que estén aislados, buscar herramientas para tratar el tema y apoyarse con organizaciones o especialistas.

Además, solicitar a los directivos protocolos preventivos y de actuación en caso de registrarse un caso de acoso escolar.

La violencia es denunciable

A través de un audio, el coordinador general de Cecodap, Carlos Trapani explicó que el acoso escolar puede ser denunciado.

“En este caso, podría representar un freno a la agresión. Con la denuncia también se implica un proceso terapéutico que dignifica al niño frente a un hecho violento. Esto lo acerca a la justicia, adoptar medidas de protección y establecer mecanismo para poder superar el hecho», dijo Trapani.

Carlos Trapani aseguró que uno de los problemas que se dan con el acoso escolar es que puede desencadenar  agresiones físicas, hostigamiento y otras formas de violencia tipificadas en la Constitución como delitos. 

«Si ese acoso escolar traspasa los límites de la legalidad y representa agresiones la víctima, con su familia, pueden acudir al Ministerio Público para hacer la denuncia correspondiente”, explicó.

Trapani recomendó a que las familias que están enfrentando una situación de acoso escolar buscar ayuda, acudiendo primeramente a las instancias de protección más cercanas para recibir orientación y apoyo. Pero si estas instancias no responden o sus respuestas son inadecuadas, se puede acudir al Consejo de Protección.

 

Niños migrantes venezolanos a la deriva 
Cinco menores de edad de nacionalidad venezolana han muerto en lo que va de 2022 en el intento por llegar a otros países
El promedio de edad de los fallecidos es de 6 años
Organizaciones nacionales e internacionales demandan el establecimiento de rutas seguras para los viajeros que escapan de la crisis humanitaria compleja
13 países de América han adoptado medidas de petición de visas y pasaportes vigente para tratar de frenar flujo migratorio 

@franzambranor

Foto: Abrahan Moncada

Cinco niños venezolanos migrantes han muerto en lo que va de 2022. El pasado 18 de enero, Victoria Lugo de 7 años se ahogó en el Río Grande cuando pretendía cruzar junto a su familia de manera irregular el paso fronterizo entre México y los Estados Unidos.

Keiler Vargas, de 2 años, falleció en el trayecto entre Perú y Bolivia el 29 de enero por supuesta falta de oxígeno. Leangel Gutiérrez, de 10 años, pereció el 3 de febrero en un accidente de tránsito, cuando el autobús en el que viajaba con su madre se volcó en la vía entre Pasto e Ipiales al sur de Colombia. Ese mismo día, el niño de 10 años, José Fabian Chacín, falleció junto a su padre, también en un accidente de tránsito en Ipiales. Ambos, pertenecientes al pueblo Wayuu, partieron del municipio Mara en el estado Zulia con destino a Perú.

Y Yaelvis Santoyo Sarabia, de apenas 1 año, murió luego de que una bala disparada por agentes de seguridad de Trinidad y Tobago le alcanzara la noche del 5 de febrero. El niño iba en los brazos de su madre a bordo de una embarcación que salió de Delta Amacuro rumbo a las costas trinitarias.  

Las muertes de los niños, con una edad promedio de 6 años, reflejan el estado de vulnerabilidad en el que se encuentran los migrantes venezolanos y especialmente los menores. 

Pese a la cifra de 5 fallecidos en menos de dos meses, ni el gobierno de Nicolás Maduro ni administraciones de otros países se han solidarizado con el drama migratorio y humanitario que vive el pueblo venezolano. De parte de la gestión chavista, solo han existido tímidos acercamientos con su homólogos trinitarios y una promesa de acelerar las investigaciones en torno a la tragedia de Yaelvis Santoyo Sarabia.       

En el informe Pequeños en Movimiento, elaborado por el Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab), se exponen los riesgos que afrontan los niños migrantes venezolanos en su traslado y llegada a los países receptores de la región. 

Uno de los principales peligros representa la presencia de grupos irregulares armados en la frontera colombo-venezolana, como el Ejército de Liberación Nacional (ELN), el Ejército Popular de Liberación (EPL), disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (Farc), así como bandas delictivas entre las que destacan los “Rastrojos”, los “Pelusos” y el Tren de Aragua. 

El documento expone que los menores de edad se ven expuestos a redes de trata de personas, prostitución infantil, extorsión, contragando y tráfico de drogas. 

Carlos Rodríguez, investigador del CDH de la UCAB, dijo que en los últimos años se ha incrementado la migración irregular en Venezuela. 

Desde que varios países de la región exigen visa y pasaporte vigente a venezolanos, esa migración no se está haciendo por pasos fronterizos sino que por trochas y caminos irregulares, donde además de adultos por supuesto vemos a niños acompañados y solos”. 

Carlos Trapani, coordinador general de los Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodap) sostuvo que desde esta organización no alientan la migración irregular, pero tampoco la critican. 

“El problema son los pasos clandestinos, donde hay todo tipo de peligros y donde los menores se ven expuestos a situaciones como secuestro, extorsión, violencia sexual y hasta la muerte como lo vimos en el caso del nino en Trinidad y Tobago”.

Trapani indicó que los países receptores deben preservar los derechos humanos de los niños que viajan solos o en compañía de sus familiares. 

El coordinador de Cecodap manifestó que el suceso en Trinidad y Tobago no puede considerarse como un hecho aislado. “Hemos visto una política de violación sistemática de los derechos de los venezolanos en ese país, condenamos la criminalización y la estigmatización de los migrantes, los tratados internacionales comprenden la protección a las personas, especialmente a los niños”. 

A finales de 2020, 32 personas perdieron la vida ahogadas en el corredor marítimo migratorio que se ha formado entre la población de Güiria en el estado Sucre y las costas de Trinidad y Tobago. Versiones indican que dos balsas zarparon de la localidad sucrense hacia la isla del Caribe, las autoridades trinitarias las interceptaron e hicieron regresar a las personas en una sola que zozobró. A bordo iban 16 niños, según familiares de las víctimas.   

Trapani agregó que cada Estado tiene derecho a proteger sus fronteras y establecer una política migratoria, pero el argumento de la defensa no puede pasar por encima de los derechos de los niños viajeros. 

“La soberanía no es una patente de corso para cometer atropellos y violar los derechos de los más vulnerables, este caso del niño asesinado en Trinidad y Tobago tuvo repercusión por lo cruento, pero seguramente hay muchos más que no son tan graves, pero no por eso menos importantes”. 

El primer ministro de Trinidad y Tobago, Keith Rowley, aseguró que la muerte de Yaelvis Santoyo Sarabia fue un accidente y defendió la labor de los guardacostas de su país.  

Sostuvo que los efectivos estaban cumpliendo órdenes razonables y profesionales bajo protocolos y leyes internacionales. “La embarcación fácilmente podría haber transportado cualquier cargamento de armas, municiones o asesinos”, dijo. 

La Agencia de la Organización de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (Acnudh) y Unicef condenaron el hecho.

“Estamos profundamente entristecidos por esta tragedia y transmitimos nuestras sinceras condolencias a los familiares. Nadie en búsqueda de nuevas oportunidades, seguridad y protección debería perder la vida”, dijo Eduardo Stein, representante de Acnur y la OIM . “Ninguna madre quiere poner en riesgo la vida de su hijo en un barco en alta mar, a menos que no tenga otra opción”, agregó Jean Gough, directora general de Unicef para América Latina.  

Fronteras bloqueadas

Carlos Rodríguez sentenció que 13 países de América han adoptado la petición de visas y pasaportes vigente para tratar de frenar el flujo migratorio venezolano. 

“A partir de 2019 empieza el recrudecimiento del cierre de fronteras a los venezolanos. Pese a eso y al coronavirus que llegó poco después, la migración no se ha detenido”.

Trapani manifestó que la migración en Venezuela es forzada debido a la hecatombe humanitaria compleja.

“En Venezuela hay una crisis estructural que involucra instituciones y servicios, donde existen problemas de educación, salud y bienestar social que repercuten en el desarrollo de los niños y adolescentes”. 

El informe Pequeños en Movimiento, ratifica que Colombia es el principal receptor de niños migrantes venezolanos. De acuerdo al Plan Regional de Respuesta para las Personas Refugiadas y Migrantes de Venezuela (RMRP por sus siglas en inglés) , 1.641 niños de nacionalidad venezolana se encontraban bajo la protección del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar para finales de agosto de 2019, entre ellos, 152 sin acompañantes.  

Un estudio publicado en 2019 por Human Rights Watch revela que entre mayo y noviembre de ese año, 529 niños y adolescentes no acompañados cruzaron la frontera hacia el estado brasileño de Roraima, de los cuales el 90% tenía entre 13 y 17 años.

Por su parte, Unicef estimó que, para finales de 2020, 2.500 menores de edad atravesaron la frontera desde Venezuela hacia Brasil

Rutas seguras para migrantes 

Para Carlos Trapani, la tragedia de los niños venezolanos que emigran tiene implicaciones que van desde lo fundamental, como el respeto a los derechos humanos, hasta elementos de carácter jurídico. 

“Un niño que sale de Venezuela sin identificación porque no tiene cédula o pasaporte está expuesto a muchos peligros. El Estado debe garantizar el derecho a la identificación de los menores de edad, un niño que está afuera sin cédula o pasaporte está en situación de desventaja en comparación con los demás”.    

El director general de Cecodap instó al Estado venezolano y a los países receptores de migrantes a establecer rutas seguras y espacios de protección para los niños.

“Hay que hacer un esfuerzo mancomunado para que este tipo de situaciones no se repitan. Las familias venezolanas no migran por gusto, lo hacen por necesidad, es una opción de supervivencia”. 

“Los sistemas que puedan garantizar la entrada segura y regularizada de refugiados y emigrantes pueden disuadir a las personas de recurrir a los traficantes y salvar vidas”, sostuvo Stein de Acnur y la OIM. “Para evitar que tragedias sigan ocurriendo, se necesita seguridad en las vías y asistencia a los más vulnerables”. 

 

Cecodap recomienda extremar medidas de prevención de la COVID-19 durante el regreso a clases
El director de Cecodap recomendó mantener la calma, señalando que retomar las rutinas cuesta y será un proceso progresivo

La ONG Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodap) recomendó extremar las medidas de protección contra la COVID-19 durante el regreso a clases.

Durante una entrevista ofrecida al Circuito Éxitos de Unión Radio, Carlos Trapani, director de Cecodap, recomendó no descuidarse en cuanto a la COVID.19, pues «hay que extremar las medidas de precaución».

«Este año hay que hacer dos procesos en paralelo: motivar el reinicio a clases y extremar las medidas de precaución», expresó Trapani.

Además, recordó que hay realidades distintas, como escuelas con posibilidades y recursos, familias que pueden hacerse las pruebas, «y otras que ni siquiera tienen conectividad».

 

«Entonces, frente a eso, hay que cerrar las brechas y desigualdades, y al Estado generar mejores condiciones para que haya mejores oportunidades para todos los niños”, señaló Trapani.

A padres y maestros

El director de Cecodap recomendó mantener la calma, señalando que retomar las rutinas cuesta y será un proceso progresivo.

«Hay que consultar a los niños cómo se sienten, vinieron de un mes de diciembre que no todos vivieron igual», dijo.

En el caso de las escuelas, recomienda abrir un espacio para escuchar a los niños, «cómo se sintieron, qué fue lo más significativo de la Navidad, y posteriormente, iniciar los contenidos».

«Hay que pasar esa fase de empatía para poder iniciar esos contenidos con normalidad, el docente debe tener mucho tino y ser empático, señaló.

 

Por otra parte, alertó que sigue habiendo niños con cuadros depresivos y de tristeza. «Siguen siendo situaciones que están marcando su cotidianidad y, en ese contexto, arrancan las clases», advirtió.

«Hay que abrir espacios de escucha a los niños para ver cómo se sienten”, enfatizó Trapani.

A la familia

Trapani recomendó a las familias ser pacientes, acompañar a los niños y pedir ayuda si se siente que no pueden.

«En los colegios, en otras organizaciones que den acompañamiento a la familia”, añadió.

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Recomiendan que los niños no tengan perfil en redes sociales antes de la edad permitida
El fundador de Cecodap y también educador, señaló que la edad mínima para que un adolescente tenga redes sociales es 13 años, siempre y cuando tenga plena supervisión de sus padres

 

El uso de teléfonos inteligentes, tablets y computadoras por parte de niños y adolescentes es bastante común en estos tiempos y más con la llegada de la pandemia. Sin embargo,  Óscar Misle, director y fundador de los Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodap), advirtió que los menores no deberían tener perfiles en las redes sociales antes de la edad legal permitida. 

En entrevista con Román Lozinsky para el Circuitos Éxitos, Misle explicó que aunque se sabe que los niños son bastante diestros en la manipulación de equipos tecnológicos, no tienen la suficiente madurez para tomar decisiones en caso de una propuesta indebida o algo que pueda ponerlos en riesgo.

El fundador de Cecodap y también educador señaló que la edad mínima para que un adolescente tenga redes sociales es 13 años, siempre y cuando tenga plena supervisión de sus padres. 

«El hecho de que el niño sea ‘pila’ para manejar equipos tecnológicos no le da la madurez para afrontar abusos, acosos o propuestas indecorosas, no tendrá la capacidad de decir no. Detrás de estas redes están esos que saben que los niños están buscando atención y reconocimiento y se aprovechan de esa vulnerabilidad para hacer uso de la confianza del menor para utilizarlo, inclusive sexualmente», explicó Misle. 

El director de Cecodap afirmó que la presencia de los niños en las redes sociales es responsabilidad de los padres, pues hay algunos que alteran las fotografías o utilizan cualquier imagen o símbolo para que no se identifique la edad y puedan abrir las cuentas. 

Sobre el tema de la hipersexualización de los niños, Óscar Misle aclara que estos no deben ser expuestos para ganar seguidores o generar comentarios. « La idea de poner a niños con fotografías, bailes o textos que no corresponden a su edad no es adecuada». 

Misle aseguró que en Cecodap han percibido la angustia de muchas familias por el contenido que se publica en Instagram y TikTok, debido a que no son imágenes aptas y pueden poner en riesgo la integridad física del menor. Esto a propósito de la ola de juegos o retos que surgen a través de internet donde el daño físico ha cobrado la vida de varios adolescentes. 

Atentos con la nomofobia

 
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la nomofobia es el miedo a no tener el celular y a no poder separarse de él. Según la institución, este problema, en los casos extremos puede generar palpitaciones, sensación de ahogo, angustia, desesperación y alteración del sueño.

Óscar Misle señaló que cuando un niño muestra señales de no poder vivir sin el celular se debe buscar ayuda terapéutica porque se podrían desarrollar trastornos de ansiedad y angustia que deben ser tratadas como cualquier adicción. 

11 recomendaciones de Cecodap para un proceso progresivo de retorno a clases presenciales
Instaron al Estado a garantizar políticas públicas con recursos suficientes que garanticen el funcionamiento de todo el sistema educativo

La ONG Cecodap publicó una serie de recomendaciones para ejecutar un proceso progresivo de retorno a las clases presenciales en Venezuela.

Esto a propósito del anuncio de Nicolás Maduro sobre volver a clases presenciales a partir de octubre, luego de más de año y medio de clases virtuales por la pandemia de COVID-19.

Al respecto, Cecodap recordó que han insistido en el impacto educativo que originó la pandemia de COVID-19.

«Muchos niños, niñas y adolescentes vieron cortadas de forma abrupta sus dinámicas escolares y se asumió un proceso de educación a distancia con muchas dificultades de conectividad, metodologías y seguimiento», señalan.

 

Además, indicaron que el cierre de escuelas generó un «efecto devastador en la educación, salud física y mental; así como en el bienestar de los niños, niñas y adolescentes».

Señalan que ahora se valora más el rol de las escuelas en la vida de niños, niñas, adolescentes y sus familias.

«Se aprendió la importancia de las escuelas como un espacio de socialización por excelencia donde no solo se adquieren conocimientos sino además se aprende a convivir», indicaron.

En ese sentido, consideran que las escuelas deben asumir el reto de iniciar un proceso progresivo que contribuya a «estimular la presencia de sus estudiantes y retomar las rutinas escolares presenciales», para lo cual recomiendan:

Escuelas seguras

Se deben adoptar medidas de bioseguridad necesarias y apropiadas, lo que incluye el diseño de protocolos sanitarios, uso obligatorio de mascarillas, lavado de manos, distanciamiento físico y limpieza de instalaciones.

«Es importante que toda la comunidad educativa oriente, facilite y cumpla las normas de bioseguridad que indiquen las autoridades y se definan dentro de la institución educativa», señala Cecodap

Modalidades de retorno y valorar el contexto

Consideran que cada escuela tiene realidades y condiciones particulares, por lo que se deben planificar y definir estrategias de entorno.

Se debe determinar el aforo en instalaciones para determinar la cantidad exacta de estudiantes que pueden estar en una misma área al momento, horarios de entrada y salida, organización física de los espacios, uso de baños y áreas deportivas o comunes.

Proceso educativo gradual y flexible

Con casi dos años de clases a distancias, se requiere un proceso gradual de acuerdo con las necesidades, ritmos y condiciones de los niños, niñas y adolescentes.

«También, es importante ser flexible en la planificación, contenidos y estrategias educativas a implementar. El retorno a clases presenciales debe ser visto como una oportunidad educativa y no pasar del encierro en los hogares a un encierro en salones de clases».

Valorar las opiniones de las familias

Se deben escuchar las opiniones, necesidades y recomendaciones de las familias para fortalecer este proceso.

«Los procesos educativos y las asistencias a clase presencial deben ser flexibles si las familias presentan dificultades o temores específicos y debidamente demostrados», expresó Cecodap.

Acompañamiento emocional

Plantean el acompañamiento psicosocial como una estrategia central y prioritaria en el retorno a clase.

«Identificar las emociones de los niños, niñas, adolescentes y docentes es un paso indispensable para desarrollar recursos de afrontamiento frente al miedo, el estrés, angustia, desinterés o desmotivación», añaden.

Rol del docente

Los docentes asumirán la responsabilidad de cuidarse a sí mismo y a los niños que estén bajo su cuidado, para lo cual es fundamental formar hábitos de higiene y seguridad.

«El docente debe estar atento y sensible a las necesidades educativas y emocionales de sus estudiantes, así como, recurrir a la creatividad, innovación, flexibilidad y originalidad para producir un hecho educativo significativo en un contexto de emergencia», indican.

Sensibilización e información

Cecodap indica la necesidad de que la comunidad educativa conozca la importancia de medidas de bioseguridad y estrategias educativas adaptadas en una modalidad de pandemia.

«Promover temas específicos relacionados a las emociones, manejo de estrés, salud mental, convivencia y resolución de conflictos constituyen algunas herramientas importantes para fortalecer el clima escolar», suman las recomendaciones.

Equipo de gestión de riesgos

Conformar un equipo de trabajo integrado por miembros de la comunidad educativa que asuman la responsabilidad de ofrecer lineamientos generales, planificar, acompañar y verificar el cumplimiento de los protocolos de bioseguridad.

Reportes obligatorios y evitar discriminación por eventuales contagios

Se deben establecer mecanismos de reportes obligatorios en la escuela y para toda la comunidad educativa en los casos que uno de sus miembros o familiares directos sea diagnosticado con COVID-19.

«Es importante evitar cualquier discriminación, estigma o actitudes negativas frente a una persona que resulte con un diagnóstico positivo de COVID-19», resaltan.

Participación de los niños, niñas y adolescentes

Tomar en cuenta la participación y opinión de los estudiantes, para poder identificar sus necesidades, preocupaciones, propuestas y exigencias.

«Las escuelas deben diseñar mecanismos adecuados de consulta, escucha y participación para los estudiantes de acuerdo con las distintas edades y etapas educativas», explicaron.

En ese sentido, valorar la participación implica reconocer la importancia de los niños, niñas y adolescentes como protagonistas de su propia formación.

El Estado debe cumplir con sus obligaciones

Instaron al Estado a garantizar políticas públicas con recursos suficientes que garanticen el funcionamiento de todo el sistema educativo.

También, se deben adoptar medidas para que las escuelas tengan acceso a electricidad, agua potable, transporte, seguridad, alimentación escolar, así como todos los servicios públicos que sean necesarios.

«Se debe prestar especial atención a la protección social del personal docente, administrativo y obrero adscritos a escuelas oficiales y asegurar el cumplimiento de los convenios institucionales con escuelas subvencionadas», finalizan.