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Científicos del IVIC descubren una cepa de la bacteria que produce leptospirosis

Científicos del Laboratorio de Genética Molecular del Centro de Microbiología y Biología Celular del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) descubrieron una nueva cepa de la bacteria que produce la enfermedad leptospirosis, la cual ha afectado a personas que trabajan en el campo y tienen contacto con algunos animales.

La Leptospira venezuelensis fue descubierta por la investigadora Lizeth Caraballo junto a otros especialistas del IVIC mediante el estudio de muestras de pacientes infectados con la enfermedad, y en algunas de esas notaron una secuencia genética nunca antes descrita. Resultados similares fueron obtenidos en el estudio de muestras provenientes de un rebaño de ganado bovino en el estado Miranda, lo que llevó a los investigadores a sopesar la posibilidad de que esta nueva especie de Leptospira es capaz de infectar una gran variedad de hospedadores.

Esta enfermedad emergente puede ser letal en más del 25% de los pacientes. Sin embargo, muchos casos de leptospirosis no son diagnosticados porque los síntomas son variables y los médicos no la reconocen a tiempo, ya que las pruebas clínicas generalmente son difíciles de realizar y toman semanas para dar resultados.

La leptopsirosis se caracteriza por desarrollar síntomas de fiebre, dolores musculares o de las articulaciones, patología renal, ictericia y especialmente hinchazón del área alrededor de los ojos, lo que convierte a la enfermedad en un problema para diagnosticarla ya que muchos de estos síntomas suelen confundirse con otras enfermedades como dengue, zika y chikungunya.

Para distinguirla de otras enfermedades, Caraballo recabó muestras de orina y sangre de los pacientes infectados para practicar una técnica molecular con ADN que, en solo dos días, identificaba la presencia de la bacteria en ellos, por lo que se aisló el gen ribosomal «rrs» y fue secuenciado en la Unidad de Estudios Genéticos y Forenses del IVIC.

Los resultados demostraron que la gran mayoría de los pacientes fueron infectados con especies de Leptospira conocidas, pero en cuatro pacientes fue encontrada una secuencia nunca antes descrita.

Bajo el mismo enfoque empleado por Caraballo, la especialista Yaritza Rangel obtiene resultados similares en aislados de Leptospira provenientes de muestras de sangre y orina de un rebaño de ganado bovino en el estado Miranda, sugiriendo la posibilidad de una nueva especie de Leptospira capaz de infectar una gran variedad de hospedadores.

Con el trabajo de Caraballo existía una serie de nuevos elementos para que los médicos en el área pudieran reconocer la presencia de la enfermedad. «En un primer momento, no reconocían la enfermedad por los síntomas que se asociaban con otros diagnósticos, pero la realización del estudio brindó componentes que permitían la identificación de la leptospirosis», señaló la investigadora, razón por la cual el descubrimiento representa un hito para la ciencia en el país, ya que en la entidad no se registraban datos concretos ni estudios de ningún tipo.

Ante esta investigación el IVIC realizó la adquisición de un secuenciador de nueva generación, equipo tecnológico que permite la obtención en 48 horas, de la secuencia completa del genoma de una bacteria.

En su primera corrida, se secuenció el genoma de esta especie de bacteria, generando varios gigabytes de información, razón por la cual se implementaron herramientas bioinformáticas especializadas y computadoras con gran poder de cálculo.

Los resultados de la secuenciación del genoma confirmaron las impresiones preliminares del equipo, mostrando que el ADN de la nueva cepa, aislada en humanos, vacas y ratas, tiene menos del 90% de identidad con las otras 23 especies de Leptospira conocidas. Con este análisis se demostró que esta nueva cepa cumplió con el criterio internacional para clasificarla como una nueva especia de Leptospira.

El anuncio a la comunidad científica internacional de esta nueva especie se publicó en febrero de 2018, en el International Journal of Systemic Iand Evolutionary Microbiology.

 

*Con información de El Universal

Falta de higiene en ojos es la principal causa de orzuelos

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Un orzuelo es una infección estafilocócica de una glándula en los párpados, que se llama glándula de Zeiss y se caracteriza por tumefacción o enrojecimiento de la zona, dolor e inclusive secreción purulenta, así lo informó el doctor Alexander Rabinovich, Jefe del Servicios de Oftalmología del SAHUM.

El galeno, explicó que “Los párpados son esas membranas que tapizan el ojo, que cuando los cerramos ponemos en reposo la corteza visual y cuando los abrimos nos permite ver.

En el espesor de los párpados hay muchas glándulas, están las de meibomio, cebáceas, sudoríparas, lagrimales accesorias y de zeiss, esta última glándula sudorípara en particular, a veces, se infecta por una bacteria que se llama “Staphylococcus aureus”, que es una bacteria que se encuentra permanentemente en nuestro cuerpo y que cuando se acumula excesivamente es lo que produce la infección, comúnmente llamada orzuelo”.

Los orzuelos no aparecen a una edad específica, pero son más frecuentes en etapas jóvenes de la vida, pueden ser internos o externos, leves o severos, estos últimos pueden complicarse y producir una celulitis preseptal, una infección que inflama todo el párpado y hace que se cierre el ojo.

Tratamiento

Según el doctor Rabinovich, cuando el orzuelo es leve, el tratamiento incluye sólo antibióticos y antiinflamatorios tópicos en gotas o en gel; pero si el orzuelo es severo o complicado con una celulitis, se deben incluir antibióticos y antiinflamatorios sistémicos vía oral o endovenosos.

“Generalmente, los orzuelos son infecciones que ceden con el uso de antibióticos y antiinflamatorios, pocas veces se tienen que tratar quirúrgicamente. Pueden afectar a una persona en repetidas ocasiones, porque tienen una mayor predisposición a estas infecciones, en este caso, hay que colocar tratamiento cada vez que aparezca un orzuelo”.

Asimismo, refirió que los orzuelos si son tratados a tiempo, no determinan un riesgo ni para el ojo, ni para la visión, porque son infecciones localizadas que responden muy bien al tratamiento. Además, resaltó que la principal medida preventiva es el aseo cotidiano, porque con ello se evita la acumulación de sucio en los bordes de los párpados y así se evita la obstrucción de las glándulas que causan la infección.

Detectan bacteria resistente a todos los antibióticos

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Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, informaron hoy que detectaron el primer caso en el país de una bacteria resistente a todos los antibióticos, algo que se había hallado ya en Europa, Suramérica, Canadá, África y China. Informa Efe.

Fue el director de los CDC, Tom Frieden, quien en un almuerzo en Washington reveló la noticia, pese a que la bacteria fue citada por primera vez en un informe del Departamento de Defensa.

La infectada es una mujer de 49 años residente en Pensilvania, en quien se detectó la presencia de un tipo raro de infección E. coli que es resistente a todos los antibióticos, incluso al agresivo Colistina, usado por los médicos como último recurso cuando el resto de antibióticos no funcionan.

La bacteria fue hallada durante el análisis de una muestra de orina de la paciente, pero no se ha hecho público si se conoce cómo resultó infectada la mujer, aunque sí se sabe que ésta no había salido de Estados Unidos durante los últimos cinco meses.

Según indicó Frieden, los CDC y el departamento de Salud estatal de Pensilvania se movilizaron «inmediatamente» para investigar el caso y determinar si la bacteria se pudo haber extendido entre las personas con quienes estuvo en contacto la mujer.

«Básicamente este caso nos muestra que a los antibióticos no les queda mucho recorrido, que es posible que estemos en una situación en la que tenemos pacientes en unidades de cuidado intensivo para los que no tenemos antibiótico», indicó el director de los CDC.

«Yo he tratado con pacientes para quienes no había fármacos disponibles. Es una sensación de horror y desesperanza», lamento Frieden.

Vaginosis bacteriana e infecciones por levaduras pueden tener síntomas similares, pero requieren tratamientos distintos

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*Con información de Mayo Clinic

 

La vaginosis bacteriana y las infecciones vaginales por levaduras pueden presentar algunos síntomas que lucen similares, pero tienen causas diferentes y requieren tratamientos distintos. Si bien existen remedios de venta libre para las infecciones por levaduras, la vaginosis bacteriana normalmente requiere medicamentos con prescripción. Acuda al médico a fin de obtener un diagnóstico exacto y para que entonces ese profesional pueda ayudarla a decidir el mejor tratamiento.
La vaginosis bacteriana y las infecciones por levaduras recaen dentro de la amplia categoría de infecciones vaginales llamadas vaginitis. Esas infecciones son muy comunes en las mujeres y normalmente se tratan de manera eficaz, sin problemas a largo plazo. No obstante, es preciso saber el tipo de infección para verificar que el tratamiento sea el correcto.
La vaginosis bacteriana es resultado del crecimiento excesivo de uno o varios organismos que normalmente se encuentran presentes en la vagina. Las bacterias “buenas”, llamadas lactobacilos, generalmente superan en cantidad a las bacterias “malas”, llamadas anaerobios; sin embargo, cuando las bacterias anaerobias se tornan muy numerosas, se altera el equilibrio natural de los microorganismos vaginales y se produce la vaginosis bacteriana.
Una de las razones más comunes para el crecimiento excesivo de bacterias anaerobias son las duchas vaginales, o sea los enjuagues de la vagina con agua y una sustancia limpiadora. En la mayoría de casos, las duchas vaginales no son recomendables debido a que perturban el ambiente de la vagina y pueden conducir a la vaginosis bacteriana, así como a otros tipos de vaginitis, tales como infecciones vaginales por levaduras.
A diferencia de la vaginosis bacteriana, la infección vaginal por levaduras es consecuencia de un hongo, llamado cándida, que también es un microorganismo normalmente presente en la vagina. La vagina contiene de forma natural una mezcla equilibrada de levaduras y bacterias. Las bacterias lactobacilos producen ácido, lo que disuade el crecimiento excesivo de levaduras en la vagina; pero cuando se altera el equilibrio entre ambas, eso puede conducir al crecimiento excesivo de levaduras.
Existen varios factores que pueden conducir al crecimiento excesivo de levaduras en la vagina. Una mujer puede correr más riesgo de padecer infecciones por levaduras cuando toma antibióticos con regularidad. El consumo de antibióticos también puede reducir la cantidad de lactobacilos presentes en la vagina y así permitir el crecimiento excesivo de las levaduras. Las mujeres que toman pastillas anticonceptivas con estrógeno, las que están embarazadas, aquellas con diabetes descontrolada y quienes tienen debilitado el sistema inmunitario también corren más riesgo de contraer infecciones por levaduras.
Los síntomas de la vaginosis bacteriana y de la infección por levaduras generalmente incluyen la presencia de secreción vaginal. En la vaginosis bacteriana, la secreción es más líquida y de color gris o amarillo; en cambio, en la infección por levaduras suele ser espesa y de color blanco, con apariencia parecida al requesón. La vaginosis bacteriana se relaciona con mal olor  “a pescado” en la vagina, mientras que en la infección por levaduras, la mayoría de mujeres no percibe ningún mal olor. La infección por levaduras también suele producir comezón, especialmente en las mujeres más jóvenes, y puede incluir una sensación de ardor, especialmente al orinar. De manera general, la vaginosis bacteriana no produce ni comezón ni ardor.
La infección por levaduras puede tratarse con medicamentos de venta libre, pero cuando no existe seguridad respecto a la causa de los síntomas, es preciso acudir al médico. A fin de establecer el diagnóstico, el médico posiblemente realice un examen pélvico y tome una muestra de las secreciones vaginales para examinarlas bajo el microscopio.
Los medicamentos recetados, como el metronidazol, la clindamicina y el tinidazol, por lo general surten efecto en la vaginosis bacteriana. Para las infecciones por levaduras, normalmente todo lo que se requiere son cremas antimicóticas, ungüentos, tabletas o supositorios para restablecer el equilibrio vaginal entre bacterias y levaduras a fin de eliminar los síntomas. Cuando la infección por levaduras provoca síntomas fuertes, o en los casos en que la infección reaparece varias veces, puede ser necesario más tratamiento para mantener a raya a las levaduras.
Si el tratamiento no mejora los síntomas, es importante comunicarse con el médico porque existe la posibilidad de que el problema no se deba a una infección por levaduras ni a la vaginosis bacteriana, sino que amerite una evaluación más profunda.

Ene 14, 2015 | Actualizado hace 9 años
Seis cosas que debes saber sobre diarrea infantil

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–¿Qué es la diarrea infantil de verano? ¿Por qué se produce?

–La diarrea (médicamente llamada gastroenteritis) se refiere a deposiciones de consistencia blanda (líquida o semilíquida), habitualmente de mayor frecuencia a lo habitual, como consecuencia de una inflamación del tubo digestivo (estómago e intestino). Puede deberse a distintas causas, pero en época de verano las infecciones (por bacterias y virus) suelen ser las responsables de la mayoría de los casos. Esto es así porque el calor favorece el desarrollo microbiano y, por ello, es más frecuente la contaminación alimentaria.

En este sentido es importante resaltar que detrás de la gastroenteritis hay un germen, pero detrás del germen hay condiciones ambientales que predisponen a la enfermedad: falta de agua potable, higiene inadecuada, carencia de red de cloacas, ruptura de la cadena de frío de los alimentos, cocción insuficiente, desnutrición, falta de lactancia materna, entre otros.

–¿Afecta a niños de qué edad?

–La gastroenteritis puede afectar a todos los grupos de edad (niños y adultos), pero tiene más gravedad en los menores de dos años por su mayor riesgo de deshidratación. Sucede que los bebés pueden descompensarse rápidamente, especialmente si hay vómitos y fiebre acompañando a diarreas frecuentes.

–¿Cuáles son los síntomas?

–La gastroenteritis se presenta con deposiciones líquidas, a veces acompañadas de moco y sangre. Pueden haber fiebre, vómitos, dolor abdominal, y signos de deshidratación que deben ser rápidamente reconocidos: el niño orina poco, está pálido, decaído, con “ojos hundidos”, piel seca, escasa saliva y lágrimas, respiración quejumbrosa. Ante estas señales es necesaria una consulta urgente al centro de salud.

–¿Es peligrosa la diarrea con sangre?

–La diarrea con sangre indica una inflamación intestinal severa, por lo que el cuadro tiene cierta gravedad y requiere un seguimiento más estricto. También puede ser una manifestación del Síndrome Urémico Hemolítico, en el que una bacteria causa no sólo lesión intestinal sino que también produce una toxina que afecta seriamente al riñón con riesgo de vida y secuelas.

–¿Qué debe hacerse cuando aparece la diarrea en un niño?

–En primer lugar, es importante entender que la diarrea es un mecanismo de eliminación digestiva que es bueno respetar. En este sentido no debe “cortarse” la diarrea, porque en ese caso el germen continuará irritando el intestino y así agravando el daño. La conducta es reponer la pérdida para que la situación no se desestabilice; para ello hay que dar líquidos frecuentemente en volúmenes pequeños para que puedan ser tolerados por los pequeños. La lactancia materna debe continuarse, al igual que la dieta habitual del niño (una alimentación muy limitada produce malnutrición, factor que agrava la diarrea). Se debe tener en cuenta que la práctica de dar bebidas deportivas o gaseosas para hidratar es inadecuada debido a que contienen alta densidad de azúcares que pueden acentuar la diarrea. Si existen vómitos frecuentes, si las deposiciones tienen sangre o si aparecen algunos signos de deshidratación se considera un cuadro potencialmente grave, por lo que no debe retrasarse la consulta pediátrica.

–¿Cómo puede prevenirse?

La gastroenteritis es una enfermedad infecto-contagiosa, por lo que deben reforzarse las medidas de seguridad ambiental para evitarla y prevenir su transmisión: lactancia materna, lavado de manos correcto y frecuente (es de fundamental importancia), higiene de los alimentos, cocción suficiente de los alimentos (evitar consumirlos crudos), ingerir agua potable, limpieza adecuada de superficies (pisos, mesadas de cocina) y objetos (chupete, biberones, juguetes), respetar la cadena de frío (particularmente para carnes y lácteos), desechar pañales en bolsas cerradas, no enviar a los niños enfermos a escuelas de verano hasta que el cuadro se 
haya resuelto.

*Pediatra. Miembro del Comité de Pediatría Ambulatoria de la Sociedad Argentina de Pediatría Filial Córdoba. Autor del libro “Crianza saludable”.