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¿Dónde hubo abstención: en Chile o en Venezuela?
La dirigencia opositora es la responsable de que el oficialismo consolidara su hegemonía territorial y dejara una oposición dividida, derrotada y desmoralizada

 

@victoralvarezr

Las elecciones regionales generan muy poco interés. Son los comicios que registran menor participación en comparación con las parlamentarias y presidenciales. Sin embargo, en las megaelecciones del 21-N votaron 2,5 millones más de electores que en las parlamentarias de 2020. La abstención en los comicios regionales fue de 58 % mientras que en las presidenciales de Chile −que se supone convocan más y celebraron el mismo día que las megaelecciones de Venezuela−, la abstención fue de 53 %. ¿Entonces dónde hubo abstención?

Lograr una participación de 42 %, no muy lejos del 47 % que votó en las presidenciales de Chile, es una señal muy importante en un país que viene de escuchar insistentes llamados a la abstención. Han sido cinco años en los que los partidos más importantes de la oposición repitieron una y otra vez que “en Venezuela se vota, pero no se elige”, que “dictadura no cae con votos”, que “participar en las megaelecciones es convalidar la farsa electoral del régimen”. Desacreditaron la institución del voto, al árbitro electoral y a la propia la ruta electoral. Por si fuera poco, se postularon muchos candidatos mediocres e impresentables que se dedicaron a atacarse y descalificarse entre ellos mismos, desestimulando al elector.

Una oposición dividida y debilitada −a pesar de competir con los candidatos de un gobierno rechazado por el 80 % de la gente−, no logró los resultados que el país descontento esperaba. Pero no hay ninguna sorpresa. Se sabía que el gobierno ganaría la mayoría de los cargos. Sus candidatos obtuvieron 20 de las 23 gobernaciones y 205 de 335 alcaldías. Este resultado es responsabilidad de la dirigencia opositora, no del CNE ni del gobierno. El oficialismo consolidó su hegemonía territorial y dejó una oposición dividida, derrotada y desmoralizada.

Si bien es cierto que la abstención del 58 % favoreció al PSUV, toda vez que sus candidatos habrían sido barridos si el país descontento hubiese ido a votar masivamente por candidaturas unitarias, la dispersión del voto opositor fue lo que realmente sentenció el triunfo de los candidatos del gobierno. Al revisar los números se comprueba que −en al menos catorce estados− al candidato de la oposición que llegó de segundo le hicieron falta los votos del opositor que llegó de tercero para poder llegar de primero y ser proclamado gobernador.

Los principales partidos de la oposición tenían la posibilidad de empezar a construir una alternativa al chavismo desde las alcaldías y gobernaciones, de cara a las elecciones presidenciales de 2024, pero no lo hicieron. Querían ganar gobernaciones y alcaldías pero postularon varios candidatos para el mismo cargo. Se impusieron sus ambiciones personales por ser gobernador, alcalde, diputado o concejal y subordinaron el interés nacional.

Con candidaturas unitarias y el mismo porcentaje de participación, un candidato único y unitario de la oposición habría doblado la votación del candidato del gobierno en cada estado y municipio.

Por lo tanto, la principal causa de la derrota de la oposición no fue la abstención sino la división del caudal electoral del país descontento y opositor.

Cinco años llamando a la abstención causaron mucho daño a una oposición conformada por micropartidos nacionales y regionales que −al abstenerse de participar en las pasadas elecciones presidenciales, de gobernadores, alcaldes y diputados−, descuidaron el fortalecimiento de sus estructuras organizativas y no tuvieron con qué enfrentar la poderosa maquinaria electoral oficialista que corre con ventaja al poner a su favor los medios públicos.

La abstención de 58 % les habló duro a las élites políticas. La gente no se sintió estimulada a votar por unos candidatos que no interpretan bien las necesidades de la ciudadanía. Hay una abstención que no responde al voto castigo, sino al alto porcentaje de electores que sencillamente no se sienten convocados por una diatriba política que no da respuestas a su clamor.

A la Venezuela a la que no llegan los subsidios del gobierno ni ningún dirigente opositor, a esa Venezuela olvidada por los políticos también se le ha olvidado la política. Esa Venezuela desgastada y exhausta en la lucha por su sobrevivencia fue la que no salió a votar. Paradójicamente, ese país decepcionado con una mala práctica política es el caldo de cultivo para la emergencia de una nueva propuesta que los interprete, entusiasme y movilice. Quienes no votaron volverán a la política si una nueva generación de líderes nace de sus entrañas e interpreta su sentir.

Revertir el daño a la institución del voto y retomar la ruta electoral es un proceso que apenas comienza. En adelante se impone acumular fuerzas y complementar capacidades y recursos entre el nuevo liderazgo político emergente, los movimientos sociales y las expresiones de la sociedad civil organizada. Cada evento electoral constitucionalmente programado será una oportunidad para organizar y movilizar políticamente a la sociedad, y seguir avanzando hacia una solución democrática, electoral y pacífica del conflicto venezolano.

Escuche en análisis completo aquí: https://n9.cl/uyxh6

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Eddie A. Ramírez S. Nov 23, 2021 | Actualizado hace 1 mes
21N y los obstáculos a superar
La elevada abstención evidencia rechazo al régimen, pero también a la oposición

 

Los resultados electorales del 21N fueron los esperados. Debido a la división y torpezas de la oposición, era muy poco probable que el ochenta y cinco por ciento del rechazo a Maduro se tradujera en que el sector democrático obtuviese gobernaciones y alcaldías, en donde es mayoría. La elevada abstención evidencia rechazo al régimen, pero también a la oposición.

Del lado del régimen

hay que enfatizar que sus maniobras fuera de la ley produjeron un proceso que no cumplió con los estándares internacionales. Un Consejo Nacional Electoral parcializado, expropiación de  las tarjetas de los partidos políticos Acción Democrática, Voluntad Popular, Primero Justicia y Copei, para otorgarlas a grupos comprados por el régimen para dividir y desorientar al electorado; inhabilitación de candidatos de la oposición, censura de medios de comunicación, presión a los empleados públicos y a quienes reciben dádivas, casos en los que impidieron el ingreso a los centros de votación a los testigos de la democracia. Además de algunos abusos de militares del Plan República, agresiones de los paramilitares rojos, como en el municipio San Francisco del estado Zulia, con saldo de un ciudadano asesinado y varios heridos; y cupos de gasolina solo para movilización de los partidarios del oficialismo, fueron algunos de los atropellos.      

Del lado del sector democrático

Con las excepciones del caso, la dirigencia opositora no estuvo a la altura de las circunstancias, con descalificaciones mutuas y dando prioridad a sus intereses partidistas o personales. Su actuación es censurable. Hay que reclamar la proliferación de candidatos, la selección de algunos no relacionados con la circunscripción electoral o poco idóneos y los mensajes contradictorios. También la prédica de muchos de que no se debería votar, pero sin ofrecer otra alternativa viable. 

¿Qué hacer?

Corresponde a la dirigencia opositora reconocer errores, hacer propósito de enmienda, depurar sus partidos de los corruptos enquistados y ofrecer a los ciudadanos una nueva visión de lo que debe ser el desarrollo de Venezuela. Refiriéndonos solo a los últimos cien años, nuestro país ha tenido períodos de auge que no han sido sustentables y que no han resuelto los problemas fundamentales de la población.

Seguimos teniendo un inaceptable porcentaje de pobreza, hemos graduado excelentes profesionales, pero fallado en formar buenos ciudadanos; continuamos dependiendo del ingreso petrolero, el Estado tiene poder sobre vidas y haciendas; el sector privado ha sido acosado y los servicios públicos son muy deficientes. Por miopía, a los presidentes solo los evaluamos por las obras públicas realizadas, que fluctúan de acuerdo con los precios del petróleo.   

Hay que reconocer la valentía de muchos dirigentes políticos en la lucha contra las dictaduras de Gómez, Pérez Jiménez y de Chávez-Maduro. Algunos fueron asesinados, otros sufrieron cárcel, torturas y exilio. Sin embargo, no lograron orientar al país hacia un desarrollo sustentable. La mayor parte del tiempo la han utilizado en la lucha política para llegar al poder. Quienes lo alcanzaron, unos más, otros menos, establecieron controles para limitar el radio de acción del sector privado, crearon numerosas empresas del Estado, favorecieron el clientelismo político.

La autoridad del presidente de la república y el centralismo no le dieron la debida importancia a la educación, ni al sistema de salud. Tampoco se preocuparon por el mantenimiento de las instituciones y de la infraestructura. Con las excepciones que confirman la regla, quienes han estado o están en la oposición predican más de lo mismo, diferenciándose solo en matices.

Dirigencia de ayer y hoy

Ese comportamiento de la dirigencia no es inédito. Cabe citar que tal día como mañana, en 1948, se produjo un golpe de Estado en contra del novelista Rómulo Gallegos. La narrativa de los políticos lo achacó a la ambición de los militares. ¡Falso! La realidad es que se produjo por fanatismo, tanto de dirigentes de Acción Democrática, como de Copei y de URD.

En ese entonces, los errores del gobierno fueron el postular a la presidencia a nuestro ilustre novelista, quien no era la persona para enfrentar la conflictividad política, el sectarismo adeco durante el período 1945 a 1948 -reconocido por el mismo Betancourt, y las divergencias entre los dos Rómulos. Del lado de la oposición fue una equivocación la agresividad de Copei, de URD y de la Iglesia católica, que clamaban por una intervención militar y la justificaron cuando se produjo. Tardaron casi diez años en aprender la lección y acordar el Pacto de Puntofijo.

Estos hechos los refieren varios autores, y es citado en el libro Construcción y destrucción de un país: Presidencias de Venezuela 1900-2020, de Rafael Gallegos y de quien esto escribe. Cabe preguntar cuánto tiempo le llevará a la actual dirigencia opositora crear un frente unido o si se requerirá un nuevo liderazgo.

De Cipriano Castro a Maduro

De Cipriano Castro a Maduro

Cuando se iniciaron las negociaciones en México postulamos la necesidad dar prioridad a exigir condiciones para realizar un referendo revocatorio presidencial. Ojalá se logre, pero para que tenga éxito debemos ofrecer el nombre de nuestro candidato para la elección a realizarse treinta días después. Este fue uno de los errores del revocatorio contra Chávez, al intentar sacarlo sin ofrecer un mejor candidato. En esa oportunidad no tuvimos el coraje de aceptar que perdimos ese evento. Se creó el mito de las trampas de las máquinas, cuando la realidad es que los resultados fueron alterados cuando no tuvimos testigos. Cierto que el régimen ha hecho y hará trampa, y amedrentará con sus paramilitares y con algunos soldados. El reto está en construir un frente único con un mensaje que deje atrás las ideas del Estado todopoderoso.

Como (había) en botica

El Instituto de Prensa y Sociedad Venezolana informó que en el 2020 hubo 4262 episodios de censura a los medios de noticias digitales, afectando a 153 portales, 67 venezolanos y 86 internacionales

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

El mal se llama socialismo

El mal se llama socialismo

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Luis Ugalde S. J. Jul 15, 2021 | Actualizado hace 1 mes
Voy a votar
Yo he decidido votar y deseo que millones de venezolanos nos movilicemos para hacer campaña unitaria, lograr testigos y exigir una votación limpia y justa

 

Los venezolanos queremos salir de esta cárcel de pobreza en la que nos ha metido el régimen. Nuestro objetivo no son las elecciones, sino la reconstrucción de Venezuela y de la vida de 30 millones de personas.

…Las elecciones son un medio para el rescate del país en democracia y sin guerra.

Votación y aclaraciones básicas

Falta orientación para votar o no en noviembre. Respondo por mí lo más claramente posible:

En noviembre el régimen solo permitirá votaciones regionales y locales; no presidenciales ni parlamentarias. Solo podrán votar los que viven en el país.

Las votaciones en dictadura son dictatoriales; no son para cambiar de régimen sino para afianzarlo. Ni la votación ni la abstención son suficientes para salir del lamentable “socialismo del siglo XXI”. Y debemos preguntarnos qué debilita o fortalece más al régimen, ¿el voto o la abstención en noviembre?

La abstención no será un modo significativo de protesta, pues en elecciones regionales –sin presidenciales ni parlamentarias– abstenerse es lo “normal” para más de la mitad de la población, sin que eso exprese protesta, sino desinterés. Aquí y en otros países.

Yo he decidido votar y deseo que millones de venezolanos nos movilicemos para hacer campaña unitaria, lograr testigos y exigir una votación limpia y justa.

El régimen hace y hará lo posible para dividirnos con pocas concesiones y muchas trampas anticonstitucionales.

Votaré como millones de demócratas para que el 22 de noviembre estemos más movilizados, organizados e indignados para salir del actual desastre. Que el mundo y nosotros mismos nos veamos deseosos y capaces de liberarnos. Si nos movilizamos en las regiones y en los municipios y ponemos en la calle el grave malestar, al día siguiente millones habremos experimentado que violaron nuestros derechos y estaremos más indignados porque nos quitaron numerosos triunfos; al mismo tiempo estaremos también celebrando éxitos locales obtenidos donde con organización y lucha vencimos todos los obstáculos.

En cambio si no votamos, ni intentamos, ni nos organizamos, aumentará nuestra pasividad y no mostraremos nuestra “indignación”, que en este momento es el combustible más importante y generalizado que hay que activar en todos los rincones del país. Más movilización, organización e indignación para exigir prontas elecciones presidenciales y parlamentarias y ganarlas.

No basta cambiar de régimen para reconstruir el país, ni eliminar las sanciones internacionales. Es necesario crear CONFIANZA y una nueva relación de entendimiento y apoyo decidido por parte de los países y organismos internacionales democráticos. Sin CONFIANZA en el renacer venezolano, no tendremos ni apoyo, ni vendrán las inversiones multimillonarias indispensables.

Salvación nacional y sociedad civil

Desde hace meses hay creciente conciencia en los propios partidos de que están en horas bajas y acosados. La política debe renacer dando paso a la sociedad civil organizada de múltiples maneras y reconocer la importancia de lo que en regiones y ciudades vienen haciendo algunas organizaciones como el Frente Amplio Venezuela Libre en torno al Acuerdo de Salvación Nacional, o el clamor por la vacuna contra la COVID-19.

¿No sería un acierto que los partidos ampliaran esta apertura acordando que en cada municipio la sociedad civil elabore las listas de candidatos a concejales y los partidos las apoyen? Es una manera de renovación política desde las raíces con revitalización ciudadana y municipal, amenazadas por el correaje comunal partidista centralizado.

Parábola de los hijos secuestrados

La dictadura ve con  alegría cómo se dividen y agreden los opositores cuando ella hace algunas concesiones menores en registros electorales, tarjetas, líderes perseguidos o algún preso liberado con la promesa de portarse bien. Los demócratas debemos celebrar lo que se logra y seguir denunciando lo que falta, unos con más énfasis en la celebración y otros en la crítica, pero sin dividirnos ni descalificarnos rabiosamente.

Trato de aclarar con la siguiente parábola: Unos bandidos secuestraron a tres hermanos y se llevaron un millón de dólares. Con presiones y trabajo de personas se logró que soltaran a un hermano y devolvieran cien mil dólares. Unos quieren celebrar la liberación del hijo; otros en cambio se indignan más pensando en los dos hijos que todavía están secuestrados y maltratados; y en los 900.000 dólares no devueltos. Unos activan su rabia contra los que celebran al liberado (¿olvidando a los dos que siguen secuestrados?); mientras los otros devuelven la agresión a quienes parecen no valorar la libertad conseguida y los dólares recuperados, aunque sean pocos.

La Constitución sigue violada y la ruina nacional en aumento. ¿No somos capaces de comprender que no nos fortalecemos con la inactividad radical y la denuncia de los impolutos, sino con acciones contra el ilegítimo gobierno de facto? Unos dicen que no se debe tratar con dictaduras ilegítimas, pero todos los días lo hacemos: renovamos pasaportes, recibimos certificados de estudios, sellos de salida en el aeropuerto, permisos para una actividad empresarial y otras mil cosas… ¿sería sensato negarnos todo eso que viene de un gobierno ilegítimo? Sí que es insensato cantar por ello las glorias de la dictadura o paralizar nuestra acción para salir de ella.

El duro y no corto proceso de recreación política y económico-social exige la participación de millones de venezolanos maltratados e indignados; no solo de media docena de negociadores con el país paralizado.

Debemos aumentar nuestra fuerza, unión y claridad sabiendo que Venezuela no volverá a tener futuro con este régimen de hambre y dictadura. Nuestro objetivo –repito– no son las elecciones, sino la reconstrucción de Venezuela y de la vida de 30 millones. Por eso yo votaré, a no ser que antes ocurra algo especial.

¿No será hora de que el presidente (e) J. Guaidó y otros líderes de la oposición convoquen a todos los demócratas a votar unidos en noviembre como parte de la movilización y organización en orden a la salida del régimen con otras elecciones y cambios que solo se lograrán con fuerte presión interna y externa?

Caracas, 14 de julio de 2021.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Orlando Viera-Blanco Dic 11, 2018 | Actualizado hace 5 años
Volver, por Orlando Viera-Blanco

Votar no es un hecho moral. ¡Es un derecho inmensamente táctico y ciudadano! L’état de la question es removilizar y reavalanchar cuestión que no tiene que ver con la moral sino con estrategia y gónadas! ¿Si me entienden? diría JJ Rendón…»

DICIEMBRE ES Y SERÁ EL RECUERDO DE TIEMPOS LIBRES EN CARACAS para sentarnos a escuchar buena música alrededor del buen coñac que Papá sólo destapaba en momentos muy especiales. Desde niño crecí tanto escuchando aguinaldos decembrinos como una larga lista de boleros, tangos y baladas que encendían una nostalgia mágicamente matizada de júbilo.

¿QUE VEINTE AÑOS NO SON NADA?

Uno de los tangos de Gardel preferidos de papá es Volver. Su lírica es maravillosa. “Volver… con la frente marchita, las nieves del tiempo, platearon mi sien. Sentir que es un soplo la vida, que veinte años no es nada, que es febril la mirada, errante en las sombras, te busca y te nombra…” Papá con buen oído y gañote, cantaba con fuerza este tango de Gardel convencido que 20 años no eran nada porque había sido feliz … Pero después de los últimos veinte años de revolución, de oscuridad y violencia, 20 años es demasiado, es una pena la vida y a muchos de mi edad se nos marchita la frente con un sinsabor de generación perdida. ¿Por qué? ¿Qué nos pasó? ¿Dónde no paramos o no avanzamos? ¿Cuándo dejamos perder el alma aferrada a la democracia y a la libertad?

Sin duda gran parte del problema es que hemos matado nuestra cultura. Al decir del tango no hemos sabido guardar una esperanza humilde como fortuna del buen corazón. Perdimos el pasado y perdimos la ilusión. Con Chávez se posaron todas las sombras en los hombros de una Venezuela ansiosa de sana inclusión. Veinte años más tarde somos lager, nada, desecho. Arendt dice que el totalitarismo son los horrores del holocausto. La conversión en cenizas del mundo concentracionario-Dixit Alberto Sucasas-quien lo define [lager], como la transformación del hombre-sujeto en cuerpo sin alma ni subjetividad, sin yo, sin inteligencia. “Una sopa que se le mete agua con un tubo y luego se orina”. Nada más. Eso no ha hecho el régimen. Inútiles y superfluos. Se ha orinado en nosotros y nos ha convertido en una sopa que se orina …

 

IBSEN Y SUS FUNDAMENTALISTAS

Ibsen Martínez es un hombre brillante. Lo traigo a colación porque en estos días leí su artículo titulado “Maduro y los Fundamentalistas del Voto” (3/12/18). Al leerlo me sentí aludido. Un ensayo que demuestra como nos han minimizado y enfrentado entre nosotros …

Dice Ibsen: “Según el fundamentalista del voto, la política de oposición ha estado últimamente en manos de aficionados, de gente ingenua e impaciente, imbuida de un inconducente misticismo moral”. Quiero subrayar la idea de misticismo moral porque ciertamente Ibsen da en el clavo pero al revés. Es verdad que el moralismo retórico, lirista, fullero y pantanoso ha engolado la garganta de un sector de la oposición, pero no precisamente fundamentalista del voto sino fundamentalista de la abstención. Lo inconducente de la moral pura y Kantiana en la política es muy típico de novatos. Ibsen trata de reducir la discusión sobre la pertinencia moral de votar o no votar. Esa no es la discusión. Votar no es un hecho moral. ¡Es un derecho inmensamente táctico y ciudadano! L’état de la question es removilizar y re-avalanchar, cuestión que no tiene que ver con la moral sino con estrategia, táctica y gónadas! ¿Si me entienden? diría JJ Rendón …

Entonces los fundamentalistas de la abstención fanáticos de la palabra legitimidad, se montan en un tinglado voluntarista, legalista, semántico, purista, pegajoso y normativo que aburre y bosteza al pueblo. Esta gaita moralista es la que se distancia de las masas y nos inmoviliza. Sin duda otra versión de fundamentalismo de la nada que nos hace mas leger, cenizas …

Puedo consentir a estas alturas del juego que Maduro y sus cuarenta pillos no salen por votos. Lo del domingo fue un parapeto que ni llega al grado de simulacro comicial. Puedo aceptar que no hay salida negociada, ni dialogada o transaccional. Pero aquellos que han hecho de lo estratégico una oda del abstencionismo, a un pastizal de agresiones y acusaciones genéricas y disolventes desde un teclado, un video y una poltrona, les comento que con criticismo iracundo, tuiteo tartufo y confusional más desgarraduras morales sólo conseguiremos esconder la esperanza, encadenar la ilusión, borrar el pasado, abofetear la humildad, marchitar la frente y detener el andar para que las nieves del tiempo plateen nuestras sienes [ambas: pro voto o abstención] y nos pasen por nuestras narices ¡veinte años más de orinada moralista y sinuosidad revolucionaria!

UN DULCE RECUERDO QUE LLORA

El dilema en Venezuela dejó de ser binario. Es multidisciplinario y multifactorial. Es reorganización interna, removilización social. Es inspiracional. Es usar el voto como el medio para sacar a la gente de su letargo y volver a la calle, a la vida política. No votes pero sal a la calle. Es burlar al gobierno. Es montar una votación paralela, simbólica y echársela en cara. Es la resistencia inteligente y coordinada con apoyo internacional, quiebre militar, ayuda humanitaria forzosa, liderazgo de base. Es piedad, es conmiseración. Nadie es dueño de la verdad. El divisionismo sólo ha dado licencia para exterminar sistemáticamente un pueblo. De esa tirantes todos hemos sido responsables …

Tenemos que volver a la política con p mayúscula de pragmatismo y posibilidad. Volver a lo constructivo. Un volver agregado, proactivo con el que redimiremos el pasado, reivindicaremos la nostalgia y veremos el parpadeo de las luces que a lo lejos van marcando nuestro retorno,  el volver de Venezuela …”  ¡Salut padre…!

@ovierablanco

 ovierablanco@vierablanco.com

Con 72% de abstención terminó jornada electoral del 9D

 

 

LA PRESIDENTA DEL CONSEJO NACIONAL ELECTORAL (CNE), Tibisay Lucena, informó en el primer boletín oficial de las elecciones de concejales que la participación durante la jornada del 9D alcanzó 27,4% de participación, lo que significa que luego de contar con más del 90% de los datos transmitidos, el nivel de abstención del padrón electoral superó el 72%.

Lucena especificó que de los 2.459 cargos que se disputaban en el terriorio nacional ya eran adjudicables 156 cargos de los 335 que iban por voto lista y de los 702 circuitos nominales contaban con 467 cargos adjudicables a sus respectivos ganadores, por lo que autorizó a las juntas regionales a informar los resultados por cada localidad.

La presidenta del ente electoral adelantó que de los 156 cargos lista adjudicados, 142 fueron obtenidos por la tarjeta del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y de los 467 cargos nominales, 449 también corresponden a candidatos del PSUV.

Apreciado amigo:

Ayer, temprano, tuve la oportunidad de abrir tu correo con el artículo para la prensa, publicado en el diario Panorama del 27 de mayo,  titulado “¡Ganaron!” y desde entonces sentí la necesidad de expresarte el estupor que me ha causado su lectura. Para ir al meollo del asunto de una vez, siento  obligante expresarte que antes que ver derramada tu bilis política en el texto que comento, yo al menos hubiera esperado de una persona con tu formación profesional y religiosa, con tu cultura, con tu nivel y con tu larga experiencia en la vida pública venezolana, el sesudo análisis sociopolítico, sereno y frío, del hecho político dominante sucedido el pasado 20 de mayo. Fue el ensordecedor silencio producido por los venezolanos llamados a participar en la “votación presidencial” convocada por la asamblea nacional constituyente y montada por el CNE. Conforme a tu opinión, ese ensordecedor silencio puede ser técnicamente considerado como una abstención electoral, pero, sin la menor duda, políticamente fue otra cosa y el liderazgo nacional del cual tu formas parte tiene la obligación de entenderlo y explicarlo.

Caro amigo, tú también fuiste víctima de lo que he llamado la ilusión electoral. El 20 mayo llamé ilusión electoral a la creencia de aquellos venezolanos que, sin fundamento en la realidad, se imaginaron o fueron persuadidos de que, si se votaba en la consulta electoral de más alto rango convocada por este régimen, Venezuela tendría otro Presidente de la República, así no se supiera en que momento asumiría el cargo y con la sola certeza de que su juramentación no sería ante la Asamblea Nacional, único organismo establecido por la Constitución para presidir y validar tan relevante ceremonia. La ilusión electoral tiene su base en una confusión conceptual sobre la identificación y ubicación política de lo electoral. En términos políticos, lo electoral, en tanto que conjunto de procedimientos para consultar libremente la voluntad de la colectividad sobre los asuntos del poder y para hacer depender de esa consulta la formación de los órganos directivos de las instituciones del Estado, es parte natural y esencial de los sistemas democráticos. Por el contrario, porque lo que se denomina voluntad colectiva no se articula de la misma manera que en las democracias ni los órganos del Estado nacen de la voluntad directa de la sociedad, lo electoral no forma parte de la esencia de los regímenes dictatoriales cualquiera sea la forma que estos adopten.

Voy a decirlo de otra manera. El pasado 20 de mayo el régimen le puso término definitivamente a la ilusión electoral con la que convivió la oposición interna después de 1998 y también, en buena medida, la opinión internacional. La verdadera historia comenzó cuando la Corte Suprema de Justicia de Venezuela, y no  la abstención, como tú dices, le dio la mano al recién encargado Presidente Chávez, mediante una discutible y discutida decisión judicial, que lo autorizó a Convocar una Asamblea Constituyente y fijar las bases comiciales de la misma y le permitió conseguir un número abusivo de constituyentes sin correspondencia con los votos obtenidos. Se había alterado el principio democrático de la representación proporcional de las fuerzas contendientes. Desde entonces el gobierno bolivariano pudo andar, aquí adentro, en el país, y en el mundo, a caballo de la media verdad de que en Venezuela existía una democracia y de que el poder obtenido descansaba en una legitimidad democrática lograda en base a votos. Esta media verdad que en realidad ha sido, con perdón de la Ciencia Política, una media democracia, fue hasta diciembre de 2015, un juego no pactado entre un gobierno con claridad de sus objetivos políticos y una oposición venida a menos, errática y fragmentada que identificó, y sigue identificando, pura y simplemente la parte con el todo, vale decir, el acto de votar, a secas, con la democracia.

Las cosas ocurrieron de la siguiente manera. Mientras los logros electorales de la oposición no representaron un peligro inminente para la supervivencia del régimen o tuvieran lugar en escenarios diferentes de los centros neurálgicos de la política oficial, se toleraron. Con la ayuda de una permisividad excesiva de la oposición y mediante la manipulación de la ley por organismos del Estado como el CNE así como de decisiones judiciales dictadas a conveniencia por el más alto tribunal de la República, no hubo necesidad de violar sin escrúpulos la soberanía popular. Hasta que a raíz de la última elección de la Asamblea Nacional el régimen no tuvo más alternativa que desconocerla sin posibilidad de reversión. Se dejó sin representación popular a uno de los estados de la Federación; se desconoció luego el derecho constitucional de los ciudadanos de pedir, mediante referendo, la revocatoria del mandato presidencial; se violó más adelante descaradamente el artículo 347 de la Constitución que pauta que “el pueblo venezolano es el depositario del poder constituyente originario” y se eligió una asamblea constituyente sin consultar al pueblo; se desconoció la soberanía del pueblo del estado Zulia al declararse la vacancia del gobernador recién electo por no juramentarse ante la asamblea constituyente; se usurpó la voluntad del pueblo del estado Bolívar al consumarse fraude contra el candidato que ganó las elecciones; la presidenta de la asamblea constituyente afirmó impúdicamente que no se entregaría más nunca el poder conquistado, y se procedió a montar el tinglado de la votación presidencial. Si con la sucesión de estos hechos ocurridos entre 2015 y 2018 no éramos capaces de darnos cuenta que se había traspasado la línea roja de una cierta convivencia con el régimen, bien merecedores  nos hicimos de la histórica lección dada por el pueblo venezolano al darle la espalda al gobierno y a la oposición.

Como venezolano que no voté el 20 de mayo pero que no fui un abstencionista en el sentido político del término, debo rechazar por desobligante el ofensivo silogismo con que comienzas tu artículo y que copio a mi pesar para que no se diga que estoy malinterpretando las cosas. Son tus palabras las siguientes: “En efecto, ganó la abstención. Por tanto, se queda Maduro. En principio se queda por un nuevo período constitucional que dura seis años. Junto con él se queda la hiperinflación, el alto costo de la vida, la pobreza creciente, las condiciones miserables de vida, el hambre, el desabastecimiento, la falta de medicinas, el deterioro de los servicio públicos, la corrupción, la inseguridad, los presos políticos y el desconocimiento al estado de derecho”. Si otros sentimientos no te impidieran comprender las cosas te podrías dar cuenta que el pueblo venezolano, el 20 de mayo, dio una categórica manifestación contra todo eso.

Un cordial saludo,

*José Mendoza Angulo fue Rector de la Universidad de los Andes entre 1980 y 1984, Ministro de Justicia y actualmente es activo miembro del grupo de análisis y opinión merideño “La Tertulia de los Martes”.

 

En Venezuela, cruelmente sometida a una malévola dictadura, se llevó a cabo una puesta en escena que pretendió hacerse pasar por un proceso electoral típico de países democráticos. Los medios de comunicación sometidos a la censura clásica de este tipo de regímenes, no fueron capaces de reflejar lo que realmente estaba pasando en un país que fue testigo de la más importante protesta silenciosa de toda su historia.

A pesar de contar con la peor infraestructura de internet del hemisferio occidental, los venezolano pudieron reflejar a través de las redes sociales que no estaban solos en esta protesta. Miles de vídeos, fotografías y audios circulaban por las redes sociales dando cuenta de centros de votación vacíos durante toda la jornada a lo largo y ancho de país.

Los venezolanos no se sintieron solos en su protesta, a través de las redes sociales que han suplido a los medios tradicionales en la tarea de transmitir información podían desde sus casas ver que un alto volumen de ciudadanos se había plegado de una forma u otra a los distintos llamados a no participar en un proceso que estuvo viciado desde su propia convocatoria.

Hacia el mediodía comenzaron a rodar los audios mediantes los cuales miembros de la maquinaria del partido de gobierno daban cuenta de la baja participación y llamaban a otros partidarios a ir a buscar a los votantes en sus casas y traerlos a los centros de votación. El chantaje, la amenaza con retirarle el beneficio de la miserable bolsa de comida que el gobierno vende como supuesta ayuda a la población fue el principal mecanismo de coacción.

Otros venezolanos fueron a votar por los ofrecimientos de dinero en efectivo y acceso a otros favores de la dictadura solo por el hecho de participar en el proceso que simuló unas elecciones presidenciales. Los puntos rojos, unos aparatos del partido de gobierno para censar a los favorecidos se instalaron muy cerca de los centros de votación a pesar de que la ley prohíbe expresamente el proselitismo el día de los comicios y, más grave aún, a pesar de que acordaron con los otros aspirantes presidenciales no instalar estos dispositivos.

La maquinaria del partido de gobierno sufrió en sí misma los embates de la protesta silenciosa. Muchos puntos rojos no contaban con el personal necesario para operar a pesar de las recompensas económicas ofrecidas. Buena parte de los encargados de llevar gente a votar no asistió tampoco. Lo que reflejaban los vídeos y las imágenes se prolongó a lo largo del día. Centros de votación sin asistencia de electores.

Empresas especializadas como Meganálisis calcularon la no participación en esta farsa electoral en más del 80 porciento. En otras palabras, solo 1 de cada cinco venezolanos participó el en proceso ilegalmente convocado por una írrita e ilegitima asamblea nacional constituyente.

Como era de esperarse en una dictadura en la que la opinión del pueblo vale nada, un corrompido Consejo Nacional Electoral presentó unas cifras que a todas luces no coinciden con la realidad que millones de venezolanos y miles de extranjeros que seguían el proceso desde otros países pudieron apreciar. Las rectoras miembros del partido de gobierno inflaron la cifra de participación a un 48 porciento y dieron unos resultados que favorecían ampliamente a un presidente al que todas las encuestas le señalan niveles de rechazo de 80 porciento, por cierto cifra que coincide con la no participación señalada por organizaciones independientes.

El parapeto puesto en escena este 20 de Mayo contó con la vergonzosa participación de personalidades internacionales que se autodenominaban observadores cuando en realidad la ley venezolana creada por esta clase política los denomina acompañantes y les limita sus ámbitos de acción a eso, a ser meros acompañantes. Una especie de escorts vip que viajan cómodamente y son agasajados por los miembros del partido de gobierno.

Destaca entre estos escorts el ex presidente de gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero quien fue escrachado en un colegio de una zona de clase media cercana a la embajada de España y a la casa del embajador de ese país. En el vídeo que le dio la vuelta al mundo una señora de la tercera edad preguntaba hasta cuándo nos jode Zapatero. En su huída, escoltas trotando al lado del vehículo que lo transportaba recordaron las imágenes de la llegada de Kim Jong-un a la reunión con su homólogo de Corea del Sur. Lamentable que un ex presidente de gobierno de España se preste para ser validador de lo que en realidad fue el más grosero fraude electoral que conoce la historia venezolana.

Los resultados no se hicieron esperar, los gobiernos de Panamá, Chile, Argentina y Estados Unidos anunciaron que no  reconocerían los resultados de estas elecciones. Pudieron ellos ser testigos de unos centros de votación vacíos que llevan a pensar en unos resultados ficticios que se acomodan a las necesidades de auto legitimación del dictador y sus secuaces.

Un detalle que no debemos dejar pasar bajo la mesa es la intervención de la presidente actuante de la írrita asamblea nacional constituyente ordenando que los centros de votación permanecieran abiertos mientras hubiese personas en cola. Este hecho llama la atención en dos sentidos, el primero en que esta señora se abrogó la autoridad electoral quizá por aquello de representar un írrito poder supraconstitucional que, curiosamente se somete a los deseos del dictador y porque los centros electorales seguían vacíos como el resto del día. Es bien sabido que es en estos momentos cuando el corrupto partido de gobierno comienza a introducir votos apropiándose de la identidad de las personas. Circula en las redes un vídeo de una Venezolana que desde Córdoba, Argentina denuncia que usaron su voto.

La pregunta que flota en el ambiente es: ¿qué viene ahora? Lo cierto es que los venezolanos están contando con una acción más contundente de la comunidad internacional. La crisis humanitaria que se vive en Venezuela es de dimensiones colosales y quizás el mejor indicador para tener una idea de su magnitud es el éxodo constante de venezolanos a través de las fronteras con Colombia y Brasil. Mujeres huyen de Venezuela para parir en otros países para así salvar sus vidas y la de sus hijos por nacer. Otros se van para ver si pueden hacer algo de dinero para enviarle a sus familiares que se quedan.

La realidad interna es la de un país en el que se reporta una caída importante del peso corporal, un aumento insólito de enfermedades endémicas previamente erradicadas como la malaria y la tuberculosis, una merma casi absoluta del poder adquisitivo con una inflación que ha aniquilado el salario de los venezolanos, un deterioro de la infraestructura que ha reducido el acceso al agua corriente y que hace que los venezolanos sufran cortes frecuente y prolongados del servicio eléctrico. Todo esto sin mencionar el accionar indiscriminado de un hampa que cobra más de 30 mil vidas  al año por asesinatos que ni siquiera son investigados.

Un pueblo en fase de supervivencia tiene poca capacidad para organizarse en la lucha política. Ese es el juego de la dictadura.

Sin una acción decidida de la comunidad internacional, será muy difícil que el pueblo venezolano se pueda quitar esta rémora de encima. Los Estados Unidos y el Grupo de Lima han mostrado un gran compromiso y han venido tomando medidas contra los capitostes del régimen. Por su parte, la Unión Europea ha sido, en mi opinión, bastante pacata en sus acciones contra el régimen de Maduro. El mismo reino de España, que demuestra una clara intencionalidad de ayudar, no ha tomado medidas contundentes. ¿Es todavía Zapatero el delegado de Rajoy para el asunto venezolano?

En todo caso, el 20 de Mayo ha terminado por desnudar a Maduro en su ausencia de apoyo popular, en su falta de decoro al momento de violar todos los principios y valores de la democracia. Para los venezolanos y muchos gobierno del planeta eso quedó claro. Llegó la hora de tomar medidas conjuntas para restablecer la democracia en Venezuela.

El domingo fue un día de silencio. De un silencio que atormentó a quienes cometieron el fraude, que ridiculizó a los que vinieron del extranjero a refrendar los resultados. Este domingo se rompió la espiral del silencio y quedó en evidencia que los delincuentes en el poder no tienen pueblo, si acaso, unos cuantos rehenes de las dádivas que otorgan con el mayor y corrupto desparpajo.

 

@botellazo

Táchira, Zulia y Mérida fueron los estados con mayor abstención el 20-M

 

En medio de las elecciones presidenciales que registraron la abstención más alta de la historia de Venezuela (52 %), los estados Táchira (72,31 %), Mérida (63,03 %); Zulia (62,49 %); Miranda (58,09 %) y Barinas (56,73 %) fueron los que presentaron mayor porcentaje de abstención durante las cuestionadas elecciones presidenciales de este 20 de mayo, de acuerdo con las cifras del Consejo Nacional Electoral (CNE).

Entre los estados con mayor abstención también destaca el caso del estado Bolívar, en el que esta alcanzó 56,37 % y la del Distrito Capital, con 55,36 %.

En los 5 casos de mayor ausentismo electoral el porcentaje contrasta con la abstención de los anteriores comicios presidenciales. La abstención de Táchira en 2013 fue de apenas 20,01 %. En el caso de Mérida, el porcentaje de no participación llegó a 17,63 % hace 5 años; mientras que en Zulia había sido de 20,8 %, en Miranda de 19,75 % y en Barinas de 21,17 %.

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