Desde hace 50 años el Ibuprofeno alivia el dolor, pero ¿dependemos demasiado de él? - Runrun

Hace 50 años se descubría el ibuprofeno. Desde ese instante se unió a la aspirina y al paracetamol en la trinidad de las medicinas que la gente siempre tiene a mano, aún cuando se sientan bien. Pero, ¿acaso no dependemos demasiado de él?

Una pastilla promete alivio para los dolores de cabeza producidos por la resaca, los dolores de espalda y otros malestares.

El ibuprofeno adquirió un estatus especial desde que fue desarrollado en un pequeño laboratorio de análisis en Nottingham en 1961.

Desde entonces se ha convertido en la base de cualquier tratamiento contra el dolor o la fiebre en todo el mundo. Como antiinflamatorio ha sido utilizado por quienes sufren de osteoartritis y artritis reumatoide, así como por generaciones de deportistas -profesionales y amateurs- para sus lesiones.

A diferencia de la mayoría de los medicamentos, a los que llegamos por indicación del médico, el ibuprofeno se ubica en esa trinidad -junto al paracetamol y la aspirina- con la que nos automedicamos.

Estos medicamentos nos ponen en situación de ser nuestros propios doctores. Han escapado de los confines de la farmacia para residir en los supermercados, quioscos y estaciones de servicio.

Para mucha gente el ibuprofeno es una herramienta indispensable en el botiquín del baño, así como en bolsos o cajones de escritorio.

Sólo hay que pararse en medio de una oficina y preguntar en voz alta si alguien tiene ibuprofeno y alguien dirá que sí. «Sólo por si acaso», más que probablemente.

¿Es bueno esto?

El doctor y columnista médico Thomas Stuttaford considera que el ibuprofeno es un analgésico y antiinflamatorio razonable, pero tiene más efectos colaterales de lo que la gente cree.

Riesgos

«Entre los efectos colaterales se puede incluir daño renal. No es muy bien tolerado por los mayores de 65. Puede producir hemorragia gástrica. Sólo en el Reino Unido los AINE [el grupo de antiinflamatorios no esteroides al que pertenece el ibuprofeno] contribuyen a alrededor de 2.000 muertes al año», dice.

Los riesgos asociados a los AINE son muy discutidos, pero todas las medicinas pueden potencialmente causar efectos colaterales, y cualquier cifra de muertes debe ser medida en relación al vasto número de gente que utiliza el ibuprofeno sin que les produzca ningún daño. El mismo cálculo debe ser hecho para la aspirina.

Pero algunos, como Stuttaford, también ponen en discusión el uso del ibuprofeno como un tipo de muleta médica. Cree que los gobiernos han fomentado el uso de antiinflamatorios y analgésicos como éste porque reduce las consultas a los servicios de salud.

«Las indicaciones del médico solían ser ‘tome dos aspirinas y llámeme en la mañana’. Hoy el equivalente es ‘dos ibuprofenos y llámeme en la mañana'».

Stuttaford no cree que esto sea muy útil.

«El dolor es la forma de la naturaleza de decirnos que algo está mal. No apruebo los analgésicos recomendados sobre el mostrador. Es mucho mejor tener una evaluación apropiada del dolor hecha por un médico».

Chris Wells, especialista en manejo del dolor, considera que el ibuprofeno es un medicamento útil que ayuda a un tercio de la población que lo toma, y reduce su dolor en un 50%.

«Es importante para una minoría de pacientes con artritis reumatoide y osteoartritis», dice. «Es bueno para heridas leves, torceduras de tobillo, quemadura menores, y ahorra a la gente tener que ir al médico».

Exceso

Pero también tiene reservas sobre el ibuprofeno y sus efectos colaterales.

«Creo que hoy en día no obtendría permiso de venta sin receta, como tampoco lo haría la aspirina».

También piensa que el uso excesivo del ibuprofeno muestra que hemos perdido la confianza de tolerar dolores menores y molestias sin recurrir a analgésicos.

«Se ha convertido en una pastilla para todos los síntomas», opina. «Para mucha gente, hacer ejercicio y perder peso son esenciales para manejar el dolor, pero están pasados de moda».

Stuttaford dice que nuestra dependencia de remedios como el ibuprofeno va de la mano en el Reino Unido con el declive de los servicios médicos.

«A pesar de que tenemos muchas más armas para enfrentar los problemas de la salud, la gente ya no tiene una relación personal con su médico de cabecera. Ellos no conocen su historia, no conocen a sus madres y padres».

«El tiempo promedio que los médicos dedican es apenas 7 minutos. Si es un octogenario quizás no pueda siquiera quitarse la ropa para una evaluación apropiada».

«No hay tiempo para hablar. Prescribir ibuprofeno es una forma de callarlos». ¿El resultado? «Mucha gente deja de ir al médico y va directo a la farmacia».

Ailsa Bosworth, directora ejecutiva de la National Rheumatoid Arthritis Society, dice que la gente a menudo va al médico con dolor y se les indica algo como el ibuprofeno que trae algo de alivio.

Pero lo que realmente necesitan, explica, es un reumatólogo, y el uso de antiinflamatorios puede demorar un diagnóstico.

«Eso no significa que no tengan un papel útil para algunas personas, y hay veces que son importantes, pero algunas veces pienso que los doctores no explican detalladamente el escenario riesgo-beneficio».

«Puedes estar tomando AINE como el ibuprofeno por un largo tiempo y de repente tener una hemorragia masiva. No son totalmente benignos», comenta.

Ella opina que los antiinflamatorios como el ibuprofeno sirven para manejar problemas de salud como la artritis reumatoide, pero ese papel ha cambiado desde que nuevos tratamientos están disponibles.