Pese a que no hay cifras oficiales, ni las autoridades de salud en el estado Portuguesa han aportado el verdadero número de personas afectadas con la fiebre hemorrágica o fiebre de Guanarito, como también se le conoce, son los familiares de los fallecidos los testigos fieles de cómo las últimas semanas este virus ha acabado con la vida de numerosas personas en el municipio Sosa.
No hay centros de salud públicos ni privados suficientes para atender los numerosos casos de fiebre hemorrágica, dengue y Chicungunya que se han presentando en el municipio Pedro Felipe Sosa, afirma el concejal Walter González, vicepresidente de la Cámara Municipal de esa jurisdicción.

Para el concejal, llama la atención que las autoridades de salud del municipio y del estado insistan en desconocer esta realidad que viven los vecinos de los municipios llaneros, donde la rata de la caña de azúcar, transmisora de la enfermedad, siempre ha estado presente, pero ahora la situación se torna más grave porque no se consiguen los medicamentos para hacerle frente a esa afección de salud, como lo es el Acetaminofén.

Mientras que con los casos de dengue y Chicungunya, el panorama también es muy sombrío, la falta del servicio de agua potable por las tuberías de las viviendas desde hace muchos meses, obliga a los vecinos a guardar el líquido en cualquier envase que no cubre los principales requerimientos para guardarlos, como por ejemplo una tapa o, en ocasiones, el líquido permanece por varios días en un envase, reproduciendo al Aedes Aegyptis, mosquito transmisor de ambas enfermedades.
Hasta ahora las autoridades sanitarias no se han pronunciado respecto a lo que está sucediendo en Sosa, asegura González, pero sería bueno que pusieran su atención en lo grave de problema que amenaza convertirse en una epidemia.