A más de una abuelita se le ha escuchado decir, «ese niño como que tiene parásitos, porque rechina los dientes». Sin embargo, la causa real de ese hábito inconsciente que los odontólogos llaman bruxismo aún no se ha definido, aunque se sabe que tiene gran relación con la tensión y el estrés.
Es un trastorno que desgasta las piezas dentales. No es considerado una enfermedad, sino la respuesta inmediata, física y mental del ser humano, ante diversas eventualidades diarias.
La odontóloga Flor María Hernández señaló que, durante el sueño, el bruxismo se hace más grave, debido a que el paciente no se encuentra consciente de su acción.
«Pero el hábito es tan fuerte que algunas personas, despiertas, no se dan cuenta de su crujir de dientes», indicó.
Ocasiona inflamación de la mandíbula, dolor de oído y de cabeza, perturbación del sueño, desgaste, fractura y mucha sensibilidad en los dientes, además de pérdida del esmalte dental.
El primer paso es visitar al odontólogo para que revise los músculos relacionados con la masticación, especialmente si al despertar se siente cansancio, tensión en el cuello.
La solución ortopédica para evitar el continuo deterioro de las piezas dentales es colocar una férula de descarga que se usará para dormir y, eventualmente, de día.
En otras ocasiones, la causa del problema son prótesis dentales mal colocadas, puentes o coronas que impulsan a presionar los dientes.
Entre las recomendaciones de la especialista están colocar hielo o calor en los músculos inflamados de la mandíbula para relajarlos, así como evitar comer alimentos duros como nueces, turrón y panes tostados. Técnicas para aliviar el estrés son de ayuda.
