Nueva técnica permite analizar todos los virus con una sola gota de sangre
Nueva técnica permite analizar todos los virus con una sola gota de sangre

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A lo largo de la vida, nuestro cuerpo está expuesto a virus, ya sea por infección o por vacunación, que modelan y a veces reprograman nuestro sistema inmunológico, dejando una huella casi imborrable. Además de causar enfermedades, un virus modifica para siempre el sistema inmunitario del huésped mediante el desarrollo de anticuerpos, y también puede predisponer al sujeto al desarrollo de otras enfermedades en el futuro. Ahora, una nueva técnica permite, con una simple analítica de sangre, dibujar el paisaje virológico al que una persona ha estado expuesta a lo largo de su vida.

La investigación que describe este nuevo procedimiento -bautizado comoVirScan-, publicada en la revista «Science», ha sido coordinada por científicos de la Harvard Medical School de Boston y en ella ha colaborado Christian Brander, investigador ICREA de IrsiCaixa, institución impulsada conjuntamente por la Obra Social «la Caixa» y el departamento de Salut de la Generalitat de Cataluña. Parte de la financiación ha derivado del proyecto de investigación de la vacuna contra el sida Hivacat.

Conocer el viroma por 22 euros

Fuentes de la investigación destacan la importancia de esta nueva herramienta, mucho más barata y asequible, ya que, según apuntan, «conocer la interacción entre el sistema inmunitario y el conjunto de virus conocidos que infectan a los humanos, conocido como viroma, puede tenerimplicaciones a nivel clínico y de investigación de nuevas vacunas».Actualmente, es necesario que un médico establezca una hipótesis clínica y encargue una prueba para detectar un virus en concreto. Ahora, esta nueva tecnología permite identificar todos los virus a los que se ha expuesto una persona –los más de 200 conocidos–, ya sea a través de una infección o de una vacunación, con un único análisis y por un precio aproximado de 25 dólares (22 euros). La prueba caracteriza el espectro completo de respuestas generadas por las células del sistema inmunitario encargadas de producir anticuerpos contra los virus, las llamadas células B.

«Conocer las huellas que dejan las infecciones en el sistema inmunitario nos permitirá saber cómo este pasado inmunitario determinará la respuesta ante nuevos ataques virales», explica Christian Brander, jefe del grupo de Inmunidad Celular y Genética del Huésped del IrsiCaixa. Cuando un microorganismo se introduce en el cuerpo humano, el sistema inmunitario activa una respuesta para eliminarlo. Durante ese tiempo, la persona está enferma. Tras controlar la infección, el sistema inmunitario crea una respuesta de memoria específica capaz de recordar al patógeno.

De esta forma, si el agente infeccioso vuelve a aparecer, se puede responder con mucha más rapidez, impidiendo que se desarrolle la enfermedad. Una vacuna es una sustancia que enseña al sistema inmunitario a reconocer y defenderse contra virus o bacterias que causan una enfermedad. El sistema inmunitario reconoce los agentes de la vacuna como extraños y los recuerda, de forma que cuando el microorganismo aparece, el sistema inmunitario ya está preparado para responder.

Una muestra de cuatro países

Para desarrollar VirScan, los científicos crearon una biblioteca de péptidos –fragmentos cortos de proteínas derivadas de virus- que representaban a 206 virus y más de 1.000 cepas o variantes. Luego analizaron muestras de sangre de 569 personas distribuidas en cuatro países: EE.UU., Perú, Sudáfrica y Tailandia. Las muestras fueron divididas en grupos en función de la edad, la localización geográfica y de si eran portadoras o no del VIH, pero los científicos hallaron que la gran mayoría de sistemas inmunitarios reconocía el mismo pequeño número de péptidos. Este patrón sugiere que el sistema inmunitario de muchos individuos ataca la misma porción de proteína en un virus, lo que podría tener implicaciones importantes para la comprensión del sistema inmunitario y el desarrollo de vacunas.

Diez virus por persona

Los resultados detectaron anticuerpos para un promedio de diez virus por persona. Los más frecuentes fueron aquellos que infectan comúnmente a los humanos, como el Citomegalovirus y el Epstein-Barr (principales responsables de la mononucleosis infecciosa) y el Rhinovirus (responsable del resfriado común). Un 88’1% de las muestras dieron positivo para el análisis de Epstein-Barr; un 75’2% en Rhinovirus B; un 73,9% en Rhinoviurs A; un 58’4% en el de la gripe A; un 37,3% en el de la polio –debido a la vacunación contra esta enfermedad- y un 24’4% en el de Varicela zoster.

Los análisis de VirScan revelaron que, en general, las personas residentes fuera de EE.UU. presentaban mayores frecuencias de exposición o infección por un virus, probablemente debido a las diferencias en densidad de población, prácticas culturales, medidas sanitarias o susceptibilidad genética. En cambio, la seropositividad en Influenza B (causante de la gripe estacional) fue mayor en EE.UU., probablemente a causa de los mayores índices de vacunación contra esta enfermedad en el país. Otros virus, como el Rhinovirus y el Epstein-Barr, se detectaron con frecuencias similares en todas las poblaciones.

El caso de los portadores de VIH

Al comparar los resultados entre personas VIH positivas y negativas, se detectó que las portadoras del VIH presentaban con más frecuencia un resultado positivo para otros virus, incluidos el HSV2 (causante del herpes genital), el Citomegalovirus y el herpesvirus asociado con el sarcoma de Kaposi (un cáncer de la piel frecuente en personas VIH positivas). Esto confirma estudios anteriores que indicaban un riesgo más elevado de coinfección en personas portadoras del VIH.

También se descubrieron diferencias serológicas desconocidas hasta el momento, como una mayor presencia de anticuerpos contra el Adenovirus B (asociado con resfriados, conjuntivitis, difteria, bronquitis o neumonía) o el virus respiratorio sincitial. Estos resultados pueden orientar sobre la forma en que la infección por VIH altera el equilibrio entre la inmunidad del huésped y los virus, así como ayudar a identificar los agentes patógenos que podrían aumentar la susceptibilidad al VIH y otras infecciones.

Brander apunta la posibilidad de que en un futuro cercano pueda incluirse en el estudio una cohorte de Barcelona, formada por personas a las que se monitorice cada 2-3 meses por su alto riesgo de exposición al VIH.