Los cambios recientes del Partido Comunista de Cuba reflejan los desafíos del control del poder por parte del envejecido liderazgo militar
CUBA SE MUEVE
El Partido Comunista de Cuba modificó sus propias reglas esta semana para promover a un general de la vieja guardia a los principales órganos de toma de decisiones de la organización. Es el último de una serie de cambios recientes que reflejan los desafíos del control del poder por parte de un liderazgo militar que envejece cada día.
Diarios de España y de la Florida han hecho seguimiento a los mismos: “El general de cuerpo de ejército Ramón Espinosa, de 83 años, primer viceministro de las fuerzas armadas cubanas se convirtió en miembro del politburó del Partido Comunista y de su Comité Central durante una reunión del partido el martes. Su designación va en contra de las propias reglas del partido modificadas en su último congreso −el año pasado− para prohibir que los funcionarios de 60 años o más ocupen un asiento en el Comité Central y los mayores de 70 de convertirse en miembros del politburó.
El secretario del Comité Central, Roberto Morales Ojeda, pidió a los miembros seleccionar a Espinosa a pesar del límite de edad, citando ‘su larga trayectoria como comandante militar dentro y fuera de Cuba’ y ‘su fidelidad a los líderes de la revolución’”. Según Granma, el diario del Partido Comunista, Espinosa luchó en las incursiones de Cuba en Angola y se cree que es cercano a Raúl Castro, quien se retiró oficialmente como secretario del partido el año pasado, pero sigue siendo el máximo líder del país.
LA “ROJITA” CHATARRA
Muchas veces hemos denunciado en esta columna lo que desde hace unos años viene siendo otro negocio “robolucionario”. La venta de chatarra ha crecido a lo largo del país a medida que se desguazan desde carros hasta instalaciones petroleras, desde la planta eléctrica de Tacoa en Arrecife hasta las tuberías por donde otrora se transportaba petróleo en Anaco.
La chatarra es un negocio que cubre toda la extensión de Venezuela. Un trabajo investigativo de nuestro portal con www.runrun.es, aliado con Tal Cual y El Pitazo dio cuenta el año pasado que “desde 2018, la compra de chatarra es exclusividad del gobierno en Venezuela.
En el decreto presidencial número 3586, publicado en la Gaceta Oficial número 41.464, se especifica que la decisión fue tomada porque el aumento de su costo generó, además de un “mercado ilícito” con bienes que sirven para prestar servicios públicos, el contrabando de extracción. De hecho, también pueden venderla como material estratégico.
El 16 de noviembre de 2019, el medio digital Bloomberg publicó un reportaje en el que indicaba que el Gobierno venezolano le vendió a Turquía 27.800 toneladas de chatarra para conseguir dinero. Allí se especifica que la venta se realizó en agosto de 2019, según publicó en Twitter la Corporación Venezolana de Comercio Exterior. Es decir que han ido destruyendo la infraestructura instalada en el país para conseguir con ese desguace, de norte a sur y de oriente a occidente; dinero para las arcas del gobierno o las suyas personales. Tal como todas las transacciones y negociados sin ninguna transparencia en los 23 años del retroceso económico e institucional.
