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Runrunes de Bocaranda: MEDIO – UN SOCIO MENOS

 UN SOCIO MENOS

El presidente de Surinam, Desi Bouterse, perdió las elecciones generales del mes pasado después de una década en el poder, según confirmó hace solo unos días la Oficina Electoral Independiente después de semanas de una controversia que retrasó los resultados finales. El excomisionado de policía y ministro de justicia Chan Santokhi, líder del principal partido opositor Reforma Progresista (VHP), se convertirá en el nuevo presidente del país exportador de petróleo y oro, a la cabeza de una coalición de cuatro partidos.

Los descarados y sórdidos negocios de Bouterse con los gobiernos de Chávez y Maduro, especialmente con este último, en particular la extracción de oro venezolano contrabandeado a Surinam para otorgarle certificado de origen y así burlar sanciones y rendición de cuentas, se han reseñado ampliamente en varios informes globales, uno de los cuales aquí publicamos. Allí se documenta esa corrupción al detalle y fue colocado en mayo 2019.

Bouterse gobernó como dictador durante 1980-87 y tomó el poder brevemente por segunda vez en un golpe de Estado sin sangre en 1990. Fue elegido primer presidente en 2010. En noviembre, un tribunal militar lo condenó a 20 años de prisión por ordenar la ejecución de opositores políticos durante su primer período en el poder, en 1982.

Bouterse apeló su condena y el caso fue pospuesto hasta junio debido a la pandemia de coronavirus. El nuevo presidente deberá juramentarse antes del 13 de agosto. Los expedientes por tráfico de drogas aguardan al expresidente en varios países.

¿ORO PARECE, ORO NO ES, COVID-19 SÍ ES?

Los lingotes de oro valorados en US$1.000 millones que están en las bóvedas del Banco de Inglaterra y pertenecen a Venezuela, y de los que recientemente el régimen de Maduro reclamó su propiedad con la falsa excusa de que quería venderlos para usar esos fondos en el combate de la propagación del coronavirus en el país, se quedaron allí al reconocer el banco como gobierno legítimo al de Guaidó.

“No se entregó el oro a Maduro, se acabó la disputa que venía desde 2019… y se salvaron los lingotes de que se los robaran”. El descaro de la excusa rojita se cayó por sí misma ya que el gobierno madurista-militar ha manejado en forma cuasi fraudulenta su acción contra la pandemia. Cifras que no son ciertas, pruebas que apenas serían tan solo una ínfima parte de lo que se anuncia. Montaje y levantamiento repetitivo de las áreas restringidas en la llamada “cuarentena radical” o estadísticas manipuladas para decirle a los incautos que casi el 90 % de los casos no son venezolanos sino “importados” desde países vecinos hasta europeos.

Los hospitales públicos, incluidos los “centinelas”, tienen hasta un 80 % de fallas en suministro de agua. Médicos y enfermer@s han sido contagiados. Al menos 5 galenos han muerto. No tienen los materiales indispensables como guantes, batas, mascarillas N95 y otros indispensables. Como si Venezuela fuera toda una burbuja inexpugnable a prueba de contagios internos.

Con el paso de los días la farsa se ha venido autodestruyendo al aparecer un crecimiento exponencial de contagios, como bien se lo dijeron las Academias de Ciencias, Físicas, Matemáticas y Naturales el pasado 12 de mayo. Por ese informe estuvieron a punto de llevarse presos a los académicos que fueron atacados en las redes de propaganda del gobierno madurista-militar acusándolos de ser sus enemigos e imperialistas.

Terribles son sus consecuencias…

INSUMOS NO, CARROS SÍ

El diputado Carlos Paparoni, quien es el Comisionado Regional Contra la Corrupción y el Lavado de Dinero de la Asamblea Nacional, aseveró que el régimen de Nicolás Maduro prefirió comprar carros de lujo, valorados en 3.2 millones de dólares (decomisados por las autoridades estadounidenses en el puerto de Miami), en lugar de comprar productos que ayuden a paliar la crisis de salud que vive Venezuela en medio de la pandemia de la covid-19.

Al recordar que “el promedio salarial venezolano está por debajo de la línea de pobreza extrema y donde la encuesta Encovi da cuenta de que el “79.3 % del país no puede cubrir la canasta básica”, faltan insumos en los hospitales, las unidades de transporte público están inoperativas, las ambulancias hoy hacen cola para echar gasolina… se gastaron 3.2 millones de dólares que se robó la dictadura de Maduro para comprar los autos en Estados Unidos.

Con ese dinero se habrían comprado 1.403.508 mascarillas N95 para los trabajadores de la salud, 26 millones de pares de guantes para los hospitales a nivel nacional, 1882 respiradores artificiales para salvar la vida de los venezolanos en riesgo”.

Recordó que el régimen se ha excusado con las sanciones del gobierno estadounidense para no comprar insumos médicos. Sin embargo, sí pudo comprar automóviles de lujo en Estados Unidos. Hay que tener claro que los fondos o compras para alimentos y medicinas no están sancionados. Un informe de CIFAR señaló el año pasado que la escasez de medicinas comenzó en el año 2012, años antes de las sanciones internacionales…