Por muchos años la fuerza armada colombiana infiltró a uno de sus hombres en las FARC y así el “espía” llegó a ser una de las manos derechas de Tirofijo. Escalando posiciones terminó como chofer de Manuel Marulanda Vélez. Hoy según reportan colegas en la revista Semana de Colombia un periodista, Gonzalo Guillén está haciendo un documental sobre el personaje.

El “infiltrado” de nombre Raúl Duarte pasó tanta información como pudo a los militares colombianos en todos los años que estuvo en el comando central de la narcoguerrilla. Con sigilo y mucho miedo estableció un sistema, muy variado, de canales de información que iba cambiando con el pasar de los años que estuvo al lado del máximo jefe guerrillero.

Las informaciones que Duarte suministró a las fuerzas de seguridad de Colombia permitieron a varios gobiernos vecino descubrir los nexos entre los narcotraficantes y los guerrilleros para detectar campamentos, laboratorios, envíos y mensajeros así como también alertar en torno a muchos atentados terroristas inminentes que fueron desactivados.

En una de sus misiones, cansado por una parte de esa doble vida y por otra el temor de que esos golpes tan certeros algún día llevarían a Tirofijo a descubrirlo, se retiró y se acogió al plan que le habían prometido: le darían visa y residencia en los Estados Unidos. Hoy Duarte maneja un camión en alguna ciudad estadounidense y poco a poco le está comentando a Guillen sus peripecias como el doble agente, el cuerda floja, que ayudó a sus compatriotas en la lucha contra la criminal narcoguerrilla.