¿Hasta los militares del 4F recelan de Rangel Silva? - Runrun
¿Hasta los militares del 4F recelan de Rangel Silva?

LUEGO DE LEER EL ARTÍCULO del general retirado Carlos Julio Peñaloza en El Nuevo País, de ayer jueves 19 de enero, en el que reitera algo que ya antes otros comentaristas civiles han señalado, referente a la seguridad que tiene este militar de que el presidente Hugo Chávez está secuestrado por un grupo de oficiales que no quieren saber nada de las chapucerías comunistas de los radicales rojo rojitos, decidí buscar a dos oficiales cercanos al mandatario para validar esas referencias.

Uno de los consultados, un general de la alta estima del presidente en momentos aciagos de su mandato como bien pudo ser el vacío de poder-despelote militar-lucha de egos con gorra-rebatiña de cargos públicos o golpe del 11 de abril del 2002 fue revelador para confirmar la teoría de Peñaloza. Un oficial que pasó por diversos cargos de la administración pública y hasta hoy, que yo sepa, no ha sido cuestionado por corrupción alguna. Sus palabras: “Fui hombre de confianza del comandante Chávez, me llamaba hasta en altas horas de la madrugada para hacerme alguna consulta y yo tenía sus números telefónicos para llamarlo en cualquier momento que lo requiriera. Sabiendo él que yo no comparto muchas de sus ideas y proyectos y menos el proceso en el que hemos involucionado. Desde hace unos años más nunca me llamó, cambió sus números telefónicos, sus ayudantes, su entorno y se aisló tanto de mí como de otros hombres que le fuimos fieles a la confianza que nos dio. Considero que el Comandante Chávez está aislado y cercado por un nuevo entorno militar. No me atrevería a decir que está secuestrado pero si bloqueado por ese nuevo anillo de seguridad. No me quiso hablar del nuevo ministro de la Defensa, Rangel Silva, pero creí sentir que no era de su agrado.

Más tarde ayer, con ese doble panorama, contacté a uno de los oficiales que participó en el golpe militar del 4 de febrero de 1992. Mi intención era conocer, dada su confianza con Hugo Rafael, su versión del llamado aislamiento arriba mencionado. Mi sorpresa fue mayor cuando de entrada, pensando que yo quería saber su opinión sobre “el asedio mediático e imperial” contra el nuevo ministro de la Defensa, el general en jefe Henry Rangel Silva, me espetó unas palabras que me permiten hoy asegurar que esa llamada unidad monolítica entre los militares no es del todo cierta.

Acudí a la cita con un amigo común, de su plena confianza, y mientras nos tomábamos un café en un local del CCCT, para poder perdernos en el mundanal ruido del cuarentón centro comercial, me dio su opinión sobre esta nueva ficha del régimen que llega al ministerio más como figura amenazante para la oposición democrática que como una pieza verdaderamente institucional. Su voz fue la siguiente: “No crea Bocaranda que este nuevo ministro, mi general Rangel Silva, es una ficha de nuestro grupo del 4F. Al contrario de lo que se ha publicado, Rangel Silva le echo paja a medio mundo de nosotros los involucrados en la intentona. Todas sus declaraciones así lo confirman. Muy enfático fue en atacar a los que actuaron en las unidades de comunicaciones ese día. Precisamente, y paradójico a la vez, Rangel Silva fue oficial de comunicaciones del comandante general del Ejército, General de División Efraín Vásquez Velasco, quien estaba al frente de ese componente el 11 de abril de 2011. Déjelo saber para que no sigan ligándolo a los originarios del proceso bolivariano”.

Eso fue todo. No faltaba más. Empato con ello la nota que apareció en El Nacional de ayer jueves destacando la inasistencia del presidente de la Asamblea Nacional Diosdado Cabello al acto de juramentación de Rangel Silva como nueva cabeza del ministerio militar:

“Ausencia. A la transmisión de mando del Ministerio de la Defensa no asistieron el presidente de la Asamblea Nacional, diputado Diosdado Cabello; ni la presidenta del CNE, rectora Tibisay Lucena.”

La no asistencia de Lucena se entiende pues está en tratamiento de quimioterapia por un cáncer que la afecta. La de Cabello no.

Una vez más, la procesión roja rojita va por dentro.