DDHH olvidados | Yosmary Guerra, víctima del caos de 2018 en Mérida por la escasez de alimentos - Runrun
DDHH olvidados | Yosmary Guerra, víctima del caos de 2018 en Mérida por la escasez de alimentos
Yosmary Katherine Guerra Viloria fue herida el 11 de enero de 2018, víctima de los saqueos por comida en Arapuey, estado Mérida. Su madre asegura que no estaba participando en el saqueo

 

@yeannalyfermin

 

Los años 2016, 2017 y 2018 permanecerán grabados en la memoria de todos los venezolanos por la aguda crisis económica caracterizada por una severa escasez de alimentos, medicinas, productos de aseo personal y la hiperinflación más alta del mundo.

La carencia de rubros básicos como arroz, harina de maíz, pasta, café, azúcar y aceite, cambiaron drásticamente la dieta y la contextura de muchos venezolanos que, según estimaciones de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi), perdieron, en promedio, 11.4 kilos en 2017 por la escasez de alimentos.

La venta de comida programada por número de cédula y condicionada a dos artículos por persona no solo hizo mella en la salud física y psicológica del venezolano. Algunos ciudadanos perdieron la vida en protestas y saqueos que se producían en los establecimientos de venta de productos regulados. 

Arapuey salió a la calle

A pocos días de iniciar el  2018, en Arapuey, municipio Julio César Salas del estado Mérida, se desencadenaron una serie de protestas y saqueos en la región Panamericana para exigir la venta de alimentos. 

Alba Pacheco, comerciante y la principal distribuidora de alimentos en Arapuey, Buena Vista y Caja Seca; tenía varios locales de expendio de comida atendidos por su grupo familiar. A ella le llegaban las gandolas de comida para ser vendida al pueblo merideño con criterio de racionamiento.

En ese tiempo no había comida, tampoco lugares para escoger dónde comprarla y el 9 de enero de 2018 un grupo de jóvenes se apostaron en la región como medida de protesta para reclamar su derecho a la alimentación y exigir que se vendiera la comida que había llegado. 

“Ese 9 de enero la gente de Alba Pacheco le disparó a un guardia y a un muchacho que estaban frente al negocio. La gente, molesta por la acción, decidieron continuar con la protesta pero esta vez más enardecida, porque nadie se estaba metiendo con ella ni tenían intenciones de saquear”, comentó Ninoska Viloria, habitante de Arapuey.  

El 10 de enero la situación era la misma. La gente en las calles y frente a los locales de “Los Pacheco” exigiendo la venta de comida tenían paralizada la Zona Panamericana. Tan grande fue el alboroto que el mismo alcalde de Arapuey, Silvio Torres, se acercó hasta el local de Alba Pacheco para mediar en la situación y pedirle que vendiera la comida. 

La mujer negó tener comida acaparada y, en vista de que la gente seguía molesta, el alcalde le pidió que abriera la santamaría para demostrar que el local estaba vacío. Cuando Pacheco abrió la puerta, el local estaba repleto de alimentos. Quienes aguardaban afuera entraron y lo saquearon. 

“Le saquearon una parte porque la Guardia Nacional intervino y controló la situación”, precisó Viloria. 

Ese 10 de enero en la noche los manifestantes volvieron a aglomerarse en la Panamericana, protesta en la resultó herido mortalmente el adolescente José Gregorio Fonseca, de 17 años. Testigos comentaron que los disparos venían de los lados del negocio de Alba Pacheco. 

“Cuando la gente se enteró de que Fonseca había muerto, todo el pueblo de Arapuey arremetió y nuevamente se le metieron al negocio, saquearon lo que quedaba y además se metieron a su casa, que quedaba en la parte de arriba del local. Le robaron todo”, comentó Ninoska Viloria. 

Según cifras del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS), en enero de 2018 se produjeron 141 saqueos o intentos de saqueos en 19 estados del país. 

El OVCS también informó que de las 12.715 protestas registradas, 1.257 tuvieron que ver con la crisis alimentaria, lo que representó un 10%.

Yosmary Guerra Viloria, víctima del 11 de enero

Según contó Viloria, el 11 de enero anunciaron por la radio que en el local de Geiser Fernández, quien también trabajaba con los Pacheco, iban a vender arroz regulado. La gente, en su desesperación por obtener dos kilos del cereal, comenzaron a hacer la cola, pero el comerciante insistía en que no tenía arroz.

“La gente comenzó a irse. En otro local, el negocio de los Núñez, sí estaban vendiendo arroz, pero no a precio regulado. El descontrol de la gente por la comida era fuerte, y en un momento, la esposa del vendedor agarró y rompió varios paquetes de arroz y los lanzó a la gente diciéndoles ‘muertos de hambre’.  En respuesta a ese acto, también saquearon ese negocio”, narró Viloria.

Ese mismo día, la gente enardecida se fue al negocio de la hermana de Alba Pacheco y también lo saquearon. 

“Yo estaba en ese momento en el negocio de Geiser, pero cuando vi todo ese alboroto, me fui a mi casa, pero no vi a mi hija Yosmary Guerra Viloria. De camino a la casa, la veo que pasa en la moto con un amigo y le grité que no se fuera para allá, pero ella no logró escucharme por la algarabía de la gente”, comentó Ninoska Viloria. 

Esa fue la última vez que vio a su hija. El sonido de fondo de la escena eran muchos disparos en las calles de atrás, “como si fueran  metralletas”, precisó la entrevistada, quien agregó que se trataba de pistoleros a bordo de tres camionetas propiedad de «los Pacheco» que venían disparando a todas las personas. 

“A los pocos minutos recibí la llamada de mi sobrina y me dijo que a Yosmary le habían dado un tiro y que la tenían en el ambulatorio. Tras luchar varios días por su vida, Yosmary falleció el 18 de enero por un paro cardiorrespiratorio que le produjo la herida de bala que se alojó en su tórax”, indicó Ninoska Viloria. 

Diversos medios informaron que entre el 10 y el 11 de enero en Arapuey fueron asesinados Arturo Lino Volcanes Guillén (73), Elizabeth Sierra (26), José Gregorio Fonseca (17) y Manuel Alberto Oria Márquez (23).

Según Ninoska Viloria, ese día, la gente de «los Pacheco» dispararon e hirieron aproximadamente a 50 personas. “Un señor que iba en la ambulancia murió, pero nunca supimos quién era, llevaba un tiro en la garganta. Otra señora que iba saliendo de una farmacia también murió, pero su familia no quiso denunciar por temor”. 

Ninoska describe a su hija como una mujer luchadora, ejemplar, trabajadora, buena hija, alegre y colaboradora. Comentó que al poco tiempo de graduarse como bachiller se fue a servir a la Marina y cuando regresó se puso a trabajar en una tasca de la familia hasta que sucedió lo que sucedió. “De Yosmary me quedó mi nieta. Una niña que ahora ya tiene 13 años”, dijo Viloria.

“Justicia” a medias

Ninoska Viloria detalló que luego de todo lo que pasó, Alba Pacheco se dedicó a buscar sus pertenencias y se metía en las casas, tumbaba las puertas, sacaba lo que era de ella y se llevaba encañonado al que fuera. 

Al año y medio fue detenida y el pasado 9 de marzo de 2022 fue condenada a 25 años de prisión. Sin embargo, aún quedan tres personas involucradas en estos hechos que aún están en libertad. 

“Aún estamos en fase de juicio, pero el que asesinó a mi hija aún sigue en libertad. Está huyendo. Los otros dos alegaron enfermedades y les dieron casa por cárcel”, dijo la madre de la víctima.

Para Ninoska Viloria no ha sido fácil hacer justicia. Todas las semanas tenía que viajar durante tres horas de Arapuey hasta El Vigía, en donde están los tribunales.

Confía en que “arriba hay un Dios que hace justicia” y manifiesta que sigue en la lucha para que el homicidio de su hija menor no quede impune. 

“Gracias a Dios nosotros y los familiares del señor Arturo seguimos en la lucha de arriba para abajo buscando justicia”, expresó. 

 

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