Reapertura comercial con Colombia dispara el temor en la industria venezolana - Runrun
Reapertura comercial con Colombia dispara el temor en la industria venezolana
Las variables que limitan a las empresas venezolanas las colocan en desventaja para competir. Distintos sectores pidieron un trato diferencial en materia de aranceles en la revisión del acuerdo Aladi, pero no obtuvieron la respuesta esperada

Por: Víctor Salmerón/@vsalmeron

 

Nicolás Maduro estrechó la mano de Gustavo Petro en el puente Atanasio Girardot el pasado 16 de febrero y descongeló las relaciones comerciales con Colombia. Si bien este paso ayudó a romper su aislamiento en la arena internacional, desató el nerviosismo en la debilitada industria venezolana.

Tras el colapso del Socialismo del Siglo XXI, Nicolás Maduro reforzó su permanencia en el poder con un giro hacia el libre mercado y tejiendo relaciones con el sector privado, pero esto no basta para que los empresarios venezolanos compitan con los productos colombianos en condiciones de equilibrio.

Sectores de la industria nacional han planteado en reuniones con representantes del gobierno que la desigualdad de condiciones es notoria, porque a diferencia de los empresarios colombianos, tienen poco acceso al crédito, impuestos elevados, inflación anual de tres dígitos, fallas constantes en el servicio de electricidad y difícil acceso a las materias primas.

Pero en un entorno en el que Nicolás Maduro encuentra reconocimiento y proximidad ideológica en la Colombia de Gustavo Petro y el Brasil de Luiz Inácio Lula da Silva, la integración comercial recupera protagonismo.

La semana pasada, en un foro organizado por el Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA), el ministro de Agricultura y Tierras, Wilmar Castro Soteldo, afirmó que “es muy probable que regresemos a la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y al Mercosur”. Rebosando optimismo aseguró que “estamos preparados para ingresar con todos los hierros a la CAN”.

Venezuela abandonó la CAN en 2011 y en 2017 fue suspendida por tiempo indefinido del Mercosur por “ruptura del orden democrático”. En 2018 una larga lista de países, entre ellos la Colombia que tenía en la presidencia a Gustavo Duque, consideró fraudulentas las elecciones con las que Maduro se reeligió como presidente.

Comenzar a volver

Bajo los acuerdos de la Comunidad Andina, Venezuela y Colombia construyeron un mercado común con reglas claras sobre aranceles, competencia desleal, propiedad intelectual, salvaguardias, aduanas e instituciones para operar.

En 2006, Colombia y Perú firmaron convenios de libre comercio con Estados Unidos. En respuesta Venezuela anunció su retiro de la Comunidad Andina y se adhirió al Mercosur. El expresidente Hugo Chávez dijo que era un paso necesario para evitar que productos estadounidenses “triangulados” a través de Colombia ingresaran a Venezuela.

En 2011 Venezuela quedó formalmente excluida de la Comunidad Andina al concluir el plazo de cinco años para su retiro. Desde entonces entre Colombia y Venezuela solo existe el Acuerdo de Alcance Parcial 28 firmado bajo el paraguas de la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi).

Si bien este acuerdo permite el comercio entre ambos países en la práctica se redujo severamente porque Colombia, ante los problemas de pago de Venezuela y la pugnacidad política, optó por buscar otros mercados para la mayoría de sus productos mientras que Venezuela se hundió en una crisis sin precedentes que pulverizó su capacidad de exportar.

El pasado 16 de febrero, horas antes de que Nicolás Maduro estrechara la mano de Gustavo Petro, el ministro de comercio de Colombia, Germán Omaña y la vicepresidenta Delcy Rodríguez firmaron la modificación del acuerdo Aladi y quedó clara la intención de reimpulsar el intercambio comercial.

Luis Alberto Russián, presidente de la Cámara Venezolana-Colombiana (Cavecol) resume que, tras la revisión del acuerdo, los productos en los que Venezuela sigue siendo competitiva como ron, cangrejos, camarones y cacao podrán ser exportados a Colombia con cero arancel.

“La oferta exportable de Venezuela ahora goza de cero aranceles, Colombia aceptó que esto hacía falta para generar mayor equilibrio. La idea es reconstruir la relación”, dice Luis Alberto Russián.

Para el resto de los productos se establece una rebaja de aranceles de la misma magnitud para Colombia y Venezuela. Pero el problema, explican empresarios venezolanos, es la enorme disparidad entre las condiciones de cada país que los deja con mínimas opciones para exportar y con un alto riesgo de perder espacio en el mercado nacional.

La asimetría

El colapso de la economía controlada, el endeudamiento irresponsable y el financiamiento monetario del déficit, unido a la debacle de la producción petrolera, condujeron a una recesión de ocho años en la que el PIB de Venezuela se redujo 80%.

La industria de autopartes refleja el impacto de la crisis. Omar Bautista, presidente del gremio que agrupa a estos empresarios, explica que “en promedio la industria de autopartes está trabajando a 25% de su capacidad instalada. El ensamblaje de vehículos, uno de nuestros mercados, es prácticamente cero”.

La venta de repuestos a los tres millones de vehículos que circulan en Venezuela se enfrenta a la competencia desleal. “Una gran cantidad de comercios informales venden piezas importadas sin cobrar impuestos, más baratas, eso ha desplazado la venta de autopartes nacionales”, dice Omar Bautista.

El sector logró exportar el año pasado piezas por un valor de diez millones de dólares, la mayoría radiadores de aluminio, baterías y pistones de aluminio a Brasil, Colombia, Argentina e Italia.

La posibilidad de aumentar las exportaciones a Colombia, tras el reimpulso a las relaciones comerciales, luce muy difícil dada la debilidad de las empresas, el aumento de los costos por una inflación anual de 537% y el poco acceso al crédito por la descapitalización y las regulaciones que limitan a la banca venezolana.

Al contrario, las empresas colombianas se han fortalecido en los últimos años, no tienen restricciones de financiamiento para el capital de trabajo, cuentan con mejores servicios públicos y una inflación anual de 13%. Además, conocen bien el mercado venezolano.

La industria de autopartes solicitó que en la revisión del acuerdo Aladi Colombia le otorgara a los productos venezolanos una rebaja de aranceles superior a la que reciben los productos colombianos en Venezuela, pero se establecieron las mismas condiciones para ambos países.

“Colombia exporta más de 200 millones de dólares en autopartes cada año, su industria trabaja a 80% de su capacidad instalada. Hay una gran asimetría, pero en la revisión del acuerdo se colocaron las mismas preferencias arancelarias para los productos de ambos países cuando en realidad no tenemos las mismas condiciones” dice Omar Bautista.

“Planteamos que hubiese un tratamiento distinto para compensar la asimetría, pero no fue así. Nosotros no vamos a aprovechar ese acuerdo, creo que los colombianos sí lo van a aprovechar”, agrega.

El sector químico planteó que una lista de productos catalogados como sensibles, porque la pérdida de mercado nacional puede impactar severamente a las empresas, no tuviera ninguna rebaja de impuestos a la importación por un tiempo prudencial, pero en la revisión del acuerdo Aladi se les estableció una reducción de aranceles de entre 60% y 80%.

La lista incluía pegamentos, pinturas, lubricantes, artículos de higiene del hogar como detergentes, desinfectantes, cloro y productos de higiene industrial. Además, el sector químico pidió que se equiparen las condiciones para la compra de materia prima, un factor que favorece a las empresas colombianas.

Las empresas químicas de Colombia pagan un impuesto para importar materia prima desde terceros países de entre 5% y 10% mientras que las venezolanas pagan una tasa de entre 10% y 16%, algo que tampoco fue compensado en la revisión del acuerdo Aladi.

En seis meses

Atrás ha quedado el tiempo en que el comercio bilateral alcanzó cifras relevantes. En 2008, el año de mayor volumen, una Venezuela boyante compró a Colombia mercancías por 6.071 millones de dólares, principalmente alimentos, cuero y textiles. A su vez, le vendió bienes por 1.198 millones de dólares, en buena parte acero, hierro, aluminio y petroquímica.

Tras la decisión de Venezuela de privilegiar las compras al Mercosur y el cierre de la frontera, el comercio se redujo violentamente. Las estadísticas de Colombia indican que en 2021 solo exportó a Venezuela bienes por 331 millones de dólares e importó productos por 69 millones de dólares.

En 2008 las ventas a Venezuela significaron 16,2% del ingreso de Colombia por exportaciones y en 2021 apenas 0,7% después de un proceso en que sus empresas buscaron nuevos mercados como China, India y Turquía.

En 2022 comenzó a elevarse el intercambio comercial gracias a que se permitió el paso de camiones por los puentes Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander, tras siete años de cierre parcial y tres de cierre total.

Las estadísticas oficiales de Colombia indican que en 2022 sus exportaciones a Venezuela aumentaron 90% y sumaron 632 millones de dólares mientras que sus importaciones se elevaron 39% y representaron 96 millones de dólares.

El diario colombiano Portafolio indica que el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo de Colombia espera que este año continúe el crecimiento y estima que el intercambio comercial se ubique entre 1.600 y 1.800 millones de dólares, mientras que la Asociación Nacional de Comercio Exterior colombiana (Analdex) proyecta 1.200 millones de dólares.

No obstante, hay temas sobre la mesa como crear medios de pago rápidos y confiables en Venezuela, algo en lo que trabajan los banqueros de ambos países. Por ahora, las sanciones de Estados Unidos han dejado a Venezuela sin bancos corresponsales, pero a través de las sucursales de bancos venezolanos en el exterior está fluyendo el dinero.

Javier Díaz, presidente de Analdex, dijo a Portafolio que los puntos relevantes para que el comercio siga aumentando son los siguientes: «Un sistema de pagos, los pasos fronterizos, el acuerdo de promoción y protección de inversiones, la profundización del Acuerdo de Alcance Parcial 28 y la admisibilidad sanitaria”.

Difícilmente el comercio retornará a lo que fue, pero en el mediano y largo plazo es una opción para que las empresas venezolanas, capaces de exportar, aumenten sus ingresos y el uso de la capacidad instalada.

No obstante, en el corto plazo la competencia con Colombia amenaza con dar un golpe extra a la industria venezolana. El acuerdo Aladi será revisado en seis meses. Los empresarios esperan obtener protección.