Evidencia preliminar indica que trastornos menstruales luego de vacuna anticovid son transitorios - Runrun
Evidencia preliminar indica que trastornos menstruales luego de vacuna anticovid son transitorios
Algunas mujeres han reportado alteraciones tales como adelantos o atrasos, aumento o disminución en la cantidad de la hemorragia, ciclos más duraderos, aparición del período a pesar de usar DIU, y aumento en los dolores menstruales
Las investigaciones hechas hasta ahora indican que estas alteraciones se registran en los ciclos cercanos a la colocación a la vacuna. Esto no debe convertirse en una contraindicación o en un llamado a desconfiar de la inmunización contra el COVID-19

@ValeriaPedicini

Andrea Paola Hernández había ido a recibir la segunda dosis de la vacuna Sinopharm contra la COVID-19 y a las 12 horas le empezaron a doler los ovarios. Le pareció raro porque era más fuerte e intenso de lo usual. Era normal que los tuviera antes o durante su ciclo menstrual, pero no fuera de esas semanas tan lejos de su período.

Estuvo alrededor de tres días con el malestar. Al no haber otro motivo aparente para el dolor de vientre inusitado, pensó que la vacuna contra el coronavirus debía ser la razón. Comunicó su sospecha en su cuenta de Twitter y recibió varias respuestas de otras mujeres que también habían notado cambios.

A pesar de que los dolores no se repitieron en el siguiente ciclo menstrual, sí notó que han variado de forma muy ligera, a veces con mayor o menor abundancia, lo suficiente para notarlo. Le preocupa que pudiera causar daños a largo plazo en su menstruación o en su salud reproductiva.

Algo parecido le pasó a Dayana Álvarez. Se vacunó contra la COVID-19 y su siguiente ciclo menstrual fue más abundante que de costumbre, tanto para que quedara registro en su ropa. “Jamás me había pasado que manchara las sábanas durante la noche y los pantalones. Conozco mi cuerpo y eso era raro, prendió mis alarmas”, cuenta la joven de 26 años.

A Yoselyn Rivas su menstruación se le adelantó una semana, a pesar de que su regla siempre ha sido puntual. Al principio no lo relacionó con la vacuna contra el coronavirus, pero luego de comentarlo con sus amigas, se dio cuenta de que ellas también habían sufrido cambios en su ciclo menstrual días después de la vacunación. “Estoy convencida de que tiene algo que ver”, dice la comerciante de 34 años.

Ellas no han sido las únicas. Cientos de mujeres han ido a las redes sociales a exponer su preocupación y sospecha sobre los efectos adversos tras el pinchazo de la vacunación y han encontrado a otras mujeres o cuerpos menstruantes con experiencias similares.

Aumento o disminución en la cantidad de la hemorragia, dolores en los ovarios, punzadas en el vientre, adelantos o atrasos, ciclos más duraderos, aparición del período a pesar de usar DIU han sido los efectos reportados. Los cambios se han visto incluso en hombres transexuales que han tomado hormonas para detener sus menstruaciones y en mujeres menopáusicas, quienes han visto regresar sus sangrados tras recibir la vacuna. 

¿Es descabellado pensar que alteraciones en la menstruación y vacunas están relacionadas?

El sistema inmunológico está relacionado con todo el organismo. En el caso de las mujeres, las células inmunitarias están presentes en el revestimiento del útero y su función no es solo permitir el paso de los espermatozoides, sino la implantación del embrión en el momento en el que va a suceder el embarazo o su desprendimiento en forma de menstruación si esto no ocurre.

Durante la regla, son muchos los cambios que ocurren en el cuerpo de una mujer: físicos, hormonales, emocionales y hasta psicológicos. La ginecóloga Bethania Aller explica que es normal que las mujeres tengan en un año por lo menos un episodio de una alteración en el ciclo menstrual.

Todas las mujeres, en algún momento de sus vidas, pueden sufrir un trastorno en su período. Así que para ella, una enfermedad como el coronavirus, que trae otros efectos secundarios como fiebre, tos o malestar, pudiera afectar a los cuerpos menstruantes. Si la vacuna altera el sistema inmunológico, podría estar afectando el ciclo menstrual.

“Esto puede ir desencadenado por episodios de estrés, duelo, eventos traumáticos, dietas, ejercicios, viajes. Son muchísimos los motivos que pueden desencadenar esta alteración y, por supuesto, que algo como la vacuna o padecer de la COVID-19 no podía quedarse atrás”, dijo la obstetra.

Explica que una de las hipótesis que se maneja es que se pudiera tratar de una coincidencia entre la vacunación masiva con este episodio de alteración en el ciclo menstrual. “Sin embargo, cada vez más hay estudios y reportes de que sí pareciera que hay una relación, pero hasta ahora solo ha sido relacionado muy puntual: solamente en el ciclo en el cual la mujer se pone la vacuna. En la mayoría de las mujeres debería volver a la normalidad luego de ese período de vacunación”, señala la doctora.

¿Hay evidencia científica?

Las mujeres podrían ser más propensas a registrar efectos secundarios por las vacunas que los hombres. En estudios de 2013, cuando fueron aplicadas las vacunas contra la influenza, científicos descubrieron que cuatro veces más mujeres que hombres entre 20 y 59 años reportaron reacciones alérgicas, pese a que fueron vacunados más hombres que mujeres. En otro estudio, se descubrió que entre 1990 y 2016, las mujeres conformaron el 80% de todos los casos de reacciones anafilácticas a las vacunas en personas adultas.

Esto también pasó con la vacuna contra la COVID-19. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades examinaron las vacunas de Pfizer-BioNTech y Moderna. Descubrieron que el 79% de los efectos secundarios notificados procedían de mujeres, aunque solo el 61% de las vacunas se habían administrado a mujeres.

“No me sorprende en absoluto”, dijo Sabra Klein, microbióloga e inmunóloga de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins. “La diferencia que se da según el sexo coincide por completo con informes anteriores relacionados con otras vacunas”.

¿A qué se podría deber? A que los hombres y las mujeres suelen responder de forma diferente a muchos tipos de vacunas, debido a una mezcla de factores tales como las hormonas reproductivas o diferencias genéticas.

Específicamente con la menstruación, la vacuna contra el virus de papiloma humano (VPH) se ha asociado con trastornos en el período. “Sí hay una asociación entre otras vacunas y estos cambios menstruales, pero recuerda que la vacuna nos las ponían masivamente a los niños. Ahora es una vacunación masiva en adultos, por eso, estamos viendo una cantidad de cosas que no veíamos antes”, comenta Aller.

A pesar de los distintos efectos adversos registrados, hasta la fecha, no hay evidencia científica que confirme la relación entre alteraciones en la menstruación y vacunas contra la COVID-19. Por los momentos, solo es anecdótico.

Lo que sí permitieron los testimonios de cientos de mujeres que se cuestionaron sus cambios en el período tras el pinchazo fue que le abrió la puerta a investigadores, académicos e institutos alrededor del mundo para que lo investigaran.

Kathryn Clancy, profesora de antropología en la Universidad de Illinois en Estados Unidos, reportó que su menstruación fue más abundante después de haberse puesto la primera dosis de la vacuna Moderna. Lo publicó en Twitter y recibió cientos de casos parecidos.

Después del impacto y el alcance de su observación, se unió con Katharine Lee, investigadora postdoctoral de la Universidad de Washington en Saint Louis, para encuestar a las mujeres sobre los efectos secundarios a corto plazo de la vacuna relacionados con el ciclo menstrual.

Laura Cámara, matrona del Hospital Virgen de las Nieves (Granada), elaboró una encuesta luego de que profesionales sanitarias del centro de salud tuvieran estos cambios menstruales tras de la vacunación. Todo con la finalidad de conocer la frecuencia de los síntomas entre mujeres vacunadas en las mismas circunstancias, durante la primera fase de vacunación.

“Fue una sorpresa encontrarnos con síntomas similares”, dijo la especialista que trabaja en urgencias ginecológicas y obstétricas. Contó en una entrevista que estos síntomas “no se tomaron en serio” cuando las mujeres afectadas fueron a notificarlo. “Esa situación me enfadó bastante, porque realmente no sabemos si será de la vacuna o no”.

Aunque más de 7.000 mujeres contestaron la encuesta de Cámara, que no es oficial, el llamado de atención trascendió: la Universidad de Granada, liderada por un grupo de profesionales con el que la especialista colabora, inició un estudio de investigación de estos síntomas.

“Se está haciendo un registro de su ciclo y su patrón de sangrado, elementos que se van a estudiar durante unos meses después de la vacuna”, expresó Cámara. El proyecto lleva por nombre “Efecto de la vacunación contra el SARS-COV 2 en el ciclo menstrual de mujeres en edad fértil. Proyecto EVA” y se espera que en los próximos meses se puedan tener los resultados.

Más recientemente, un estudio del British Medical Journal reveló que casi 35,000 mujeres británicas han informado que después de su vacunación contra Covid, han experimentado períodos más dolorosos o irregulares. Sin embargo, un mes después, volvieron a la normalidad. La profesora de inmunología reproductiva que dirigió el trabajo dijo que las vacunas de Pfizer, Moderna y AZ Oxford estaban involucradas, además que hasta la fecha, no habido indicios de un impacto a largo plazo en la fertilidad.

Por su parte, el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH) asignó 1.67 millones de dólares para investigar un posible vínculo entre las vacunas COVID-19 y el ciclo menstrual, así cómo saber cuánto tiempo podría durar el efecto.

Pero, hasta la fecha, el Comité de Seguridad (PRAC, por sus siglas en inglés) de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) no ha encontrado ninguna asociación causal que vincule las vacunas contra la covid y los trastornos menstruales.

La necesidad de la perspectiva de género en la medicina

El desarrollo científico y conocimiento médico no ha estado desligado de la construcción patriarcal, siendo las mujeres las grandes olvidadas en el proceso. Carme Valls, médica y autora del libro “Mujeres invisibles para la medicina”, plantea que la ciencia es “androcéntrica” y ha dejado a un lado a la mitad de la población en sus avances.

«(La ciencia) se ha centrado en el hombre, a veces porque sólo se estudiaba a hombres, y a veces porque se pensaba que no había diferencias y que estudiando a los hombres se estudiaba también a las mujeres». Esta situación se ha traducido en más desigualdad, tanto en el conocimiento sobre los efectos de las enfermedades en las mujeres, como en su diagnóstico y tratamiento», expresa el texto.

Saber que existen diferencias biológicas entre los cuerpos de hombres y mujeres, y que reaccionan distinto ante las enfermedades, hace necesario que la aproximación a estos temas también sea diferenciada.

Laura Contreras, antropóloga y asesora en salud menstrual, sexual y reproductiva, asegura que la medicina nunca ha tenido un enfoque de género. “Ya se viene diciendo desde hace mucho tiempo, pero ahora con más insistencia, que no se tiene perspectiva de género en las investigaciones médicas. Esa es una deuda que tienen con nosotras las mujeres”.

Si el ciclo menstrual se puede desequilibrar por muchos motivos, ¿por qué no lo haría la vacuna si contiene material del propio virus que causa el coronavirus?.

“Me parece que es un poco irresponsable pensar que no va a pasar nada con ponerte algo nuevo a tu cuerpo cuando el cuerpo todo el tiempo está trabajando milimétricamente para que haya equilibrio”.

El hecho de que al momento de la creación de la vacuna contra la COVID-19 y de las pruebas no se haya tenido en cuenta cómo estos cambios pudieran afectar a las mujeres, es una muestra directa de ello.

“Yo entiendo que obviamente hubo una rapidez en el tema de sacar la vacuna y que quizá no hubo tiempo para pensar estos estudios, pero igual me hace pensar. Esta es la evidencia de que el tema de género todavía se habla entre movimientos feministas, pero para la ciencia todavía no es una prioridad. Yo creo que ni las mismas mujeres que participaron se preguntaron o lo plantearon. No lo previeron”, sentenció. 

Para ella, el hecho de que se hayan generado encuestas alternativas para cuantificar y encontrar una posible relación entre menstruación y vacunas es positivo. “Es una muestra de que nos estamos haciendo cargo de una investigación por lo menos no hegemónica y más libre de intereses”.

Igual hay que vacunarse

La ginecóloga y obstetra Bethania Aller afirma que así como las personas vacunadas son informadas sobre efectos secundarios como fiebre, fatiga, dolores en los músculos, en el caso de las mujeres o cuerpos menstruantes, debería indicarse que pudiera tener un trastorno menstrual.

Pero hace énfasis en que esta nueva información no debería levantar las alarmas porque es algo transitorio, no permanente. “Lo que hay que tener en cuenta es mencionarlo a la paciente para que lo sepa. Que si sucede algún trastorno menstrual es transitorio, no es grave y no va a afectar tu salud, hormonal ni tu salud reproductiva. Todo vuelve a la normalidad, máximo en un par de meses”.

La posibilidad de afectaciones en el ciclo menstrual no debe convertirse en una contraindicación o en un llamado a desconfiar de las vacunas contra la COVID-19, cuya eficacia y seguridad ha sido demostrada en los protocolos regulares.

Es necesario recordar que la vacuna está salvando vidas. Todo en la vida tiene beneficios y puede ser contraproducente. Eso simplemente es un efecto secundario que está saliendo por una vacuna que está buscando salvar al mundo de una pandemia. Hasta ahora no se ha visto un impacto en la fertilidad de las mujeres que se están vacunando”.