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Cuatro medallas, seis diplomas y el difícil transitar de Venezuela en Tokio 2020

Alan Muro
Hace 4 años
Los atletas venezolanos completaron su mejor participación en la historia de los Juegos Olímpicos, en un camino que no estuvo exento de vicisitudes

Alan Muro / (@il_alan) / Fotos: EFE/Edixon Gamez

 

La delegación venezolana finalizó su mejor participación en la historia de los Juegos Olímpicos en Tokio 2020 y es momento de hacer un balance general de los logros y vicisitudes de los deportistas nacionales en el máximo certamen mundial.

Cuatro medallas logradas para una delegación venezolana en unos Juegos Olímpicos, hecho sin precedentes en la historia deportiva del país. Y es que Venezuela se presentó en Tokio con un total de 43 deportistas, la cifra más baja desde Atlanta 1996, cuando fueron 39 representantes, solo que en aquella ocasión no se logró conseguir ninguna presea.

Hacer un balance de los venezolanos en el máximo evento deportivo del mundo es un ejercicio que muchos suelen realizar desde los graderíos, desde la otra acera.

No obstante, es importante recalcar que cada deportista tuvo un camino muy arduo para llegar a su objetivo final: asistir a la capital del país asiático y representar al país.

¿Las maneras? Para la gran mayoría, no fueron las mejores, pero no los detuvo a concretar su sueño olímpico.

La empinada ruta hacia las cuatro medallas

Yulimar Rojas, Daniel Dhers, Julio Mayora y Keydomar Vallenilla fueron los representantes nacionales que lograron colgarse el añorado metálico.

Venezuela además ganó seis diplomas olímpicos por intermedio de Anriquelis Barrios, Naryury Pérez, Yusleidy Figueroa, Robeilys Peinado, Claudymar Garcés y Antonio Díaz.

Pero estas grandes hazañas se extienden por toda la delegación: solo el hecho de llegar a Tokio ya fue una victoria.

Yulimar Rojas, la atleta y luminaria del salto triple, que actualmente pertenece a las filas de la organización F.C Barcelona en España, ha tenido un ciclo olímpico fuera de serie.

 Desde su medalla de plata en Río 2016, capitalizó una racha dominante conquistando los primeros lugares o preseas doradas en el Campeonato Mundial de Atletismo de Londres 2017 (14.91m), Campeonato Mundial de Atletismo en Pista Cubierta de Birmingham 2018 (14.63m), Juegos Panamericanos de Lima 2019 (15.11m), Campeonato Mundial de Atletismo de Doha 2019 (15.37m) y Campeonato Mundial de Atletismo en Pista Cubierta de Madrid 2020 (15.43m WR).

 

Su intensa preparación fuera del país ha dado sus frutos y ahora es la campeona olímpica con un salto récord de 15.67m, distancia que no se superaba desde hace más de 26 años, cuando la ucraniana Inessa Kravets impuso sus 15.50m. Además, Rojas es la primera medalla de oro de una mujer venezolana en Juegos Olímpicos.

Por su parte, hablar de Daniel Dhers es sinónimo de BMX mundial. El venezolano finalmente asistió a un ciclo olímpico, tomando en cuenta que esta disciplina no formaba parte del cronograma del COI (Comité Olímpico Internacional).

Dhers tiene mucho tiempo viviendo fuera del país, sin embargo, no se olvida de sus raíces y Venezuela es su principal bandera.

Una carrera con más de 20 años, un total de cinco XGames, cuatro Dew Cup, un UCI World Cup, además del oro panamericano en Lima 2019, dieron sus frutos para transformarlo en plata olímpica en Tokio.

Mientras que los pesistas y compañeros de entrenamiento, Julio Mayora y Keydomar Vallenilla, hicieron un gran trabajo metiéndose en la lucha por medallas y posteriormente alcanzándolas.

Mayora tenía 10 años cuando empezó a practicar la halterofilia. Su entrenador lo motivó a dejar el fútbol e incursionar en las pesas, cosa que ha sido una decisión correcta y sus triunfos son prueba de ello.

Continuó trabajando año tras año hasta tener un ciclo maravilloso. Logró oro en los Juegos Bolivarianos de Santa Marta, Suramericanos de Cochabamba, Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla, y Panamericanos de Lima.

Luego, debido a la pandemia, viajó a la República Dominicana para prepararse durante ocho meses y finalmente levantar un total de 346 Kg en competencia para conquistar la plata en Tokio 2020.

Keydomar Vallenilla hizo lo propio y con tan solo 21 años ya tiene su primera presea olímpica. El caraqueño, pero con trayectoria nacional mirandina, levantó 387 Kg para alzar el estandarte venezolano en el podio del levantamiento de pesas 96 Kg.

Con estas dos medallas de plata en halterofilia y el bronce levantado por Israel Rubio en Atenas 2004, son tres las alcanzadas por Venezuela en esta disciplina.

Diplomas con sensaciones de medallas

Los diplomas olímpicos son pergaminos otorgados a esos deportistas que estuvieron muy cerca de conseguir la gloria del podio. Venezuela tuvo un total de seis representantes que lo obtuvieron en Tokio 2020 y que merecen toda la gratitud de un país.

La primera de ellas fue Anriquelis Barrios. La judoca salió al tatami asiático a derribar a sus rivales. Inició con victoria ante la rusa Davydova en dieciseisavos de final; luego, se impuso a la cubana Del Toro Carvajal en octavos, cayó en cuartos con la eslovena Trstenjak, ganó el repechaje para disputar por medallas ante la polaca Ozdoba-Blach y estuvo muy cerca de derrotar a la canadiense Beauchemin-Pinard por el bronce olímpico.

Finalmente, ocupó una quinta posición muy trabajada. Y es que Anriquelis fue una de las deportistas que llegó a los Juegos contra viento y marea.

La venezolana se encuentra viviendo actualmente en Japón y estudiando en la Universidad de Tokai con una beca de la Federación bastante modesta. Sin embargo, eso no ha sido obstáculo para seguir adelante con sus entrenamientos.

La beca le alcanza para poco o nada. No existe el apoyo del Ministerio, tanto así que, en ocasiones, no han sabido su nombre cuando se habla de ella dentro del organismo.

Durante la pandemia, Japón decidió resguardar a sus atletas, pero Anriquelis siguió entrenando con diversos deportistas, muchos de ellos hombres, en búsqueda de mejorar sus condiciones físicas.

Un día estuvo a punto de perder el ojo con una de las ligas de entrenamiento, pero Barrios seguía participando en Grand Slam y Grand Prix, todo esto sin apoyo absoluto.

Según información compartida por el periodista Juan Sayago en la red social Twitter, Anriquelis se lesionó en la pierna derecha una semana y media antes de los Juegos, como consecuencia de un movimiento en un entrenamiento, pero esto no fue impedimento para una gran actuación en Tokio 2020 y para ponerse cerca de una medalla.

Otro diploma olímpico llegó la disciplina de la halterofilia por intermedio de Naryury Pérez, quien tuvo un ciclo agridulce. La mezcla de lesiones y obtención de preseas plateadas en Juegos Bolivarianos y Centroamericanos fue un transitar especial hacia los Juegos Olímpicos.

Yusleidy Figueroa, por su parte, consiguió el sexto lugar en levantamiento de pesas.

Figueroa levantó 91 Kg en arranque, y 115 Kg en total. Su participación la posicionó en el sexto lugar de la general y la tituló como una de las mejores de América.

Llegar a una gran final del salto con pértiga en unos Juegos Olímpicos fue una grata satisfacción para Robeilys Peinado, y su entrenador polaco Slava Kaliniczenko lo tiene muy claro.

Desde el año 2015, la venezolana se trasladó a Polonia a través de una beca olímpica y Kaliniczenko ha sido parte fundamental para que la atleta evolucionará a través del tiempo. Además, la ayudó a superar la lesión que afectó su debut en Río 2016, dejándola fuera de competencia en ese momento.

Durante la pandemia, precisamente el primer trimestre del 2020, Robeilys volvió a Caracas, pero no encontró espacios aptos para su preparación, incluyendo el mítico Estadio Nacional Brígido Iriarte. Todo esto hizo que ella entrenara por su cuenta. Ya para el mes de abril de 2021, un año después, Peinado volvió a Europa a las distintas competiciones.

Tras su participación en Tokio, Peinado comentó que tomará un descanso personal y que actualmente o durante este año no seguirá en competencia. Aseguró que replanteará su carrera como atleta.

“Hay muchos problemas, pero ustedes saben que nosotros somos súper guerreros y no nos rendimos nunca. Estoy pensando y buscando soluciones para poder prepararme para el próximo ciclo”, dijo la venezolana.

Es importante recordar que el Estado venezolano aún debe dinero al entrenador Slava Kaliniczenko por toda la preparación que le ha ofrecido a la atleta criolla.

Para culminar el recuento de pergaminos ganados por venezolanos, pasamos al karate. Claudymar Garcés también estuvo muy cerca de la lucha por preseas.

La karateca, que logró prepararse fuera del país, precisamente en los Estados Unidos, se ubicó de tercera en la tabla de eliminatorias directas, pero un revés ante la turca Merve Coba la dejó fuera de semifinales.

Garcés es hija de Claudia Sequera, quien también se dedicó al karate y es la única campeona mundial de kumite que ha dado el paí­s, luego de que lo hiciera en Hungrí­a 1984.

Si de Karate se habla, el abanderado nacional y múltiple campeón mundial en la modalidad Kata, Antonio Díaz, cerró la participación de la delegación con una actuación sobresaliente.

Estuvo en la contienda final por el bronce, a pocas décimas de la puntuación de podio, cayendo casualmente con su rival de la final de los Panamericanos de Lima 2019, Ariel Torres (USA). Díaz le ganó en esa ocasión y se convirtió en el campeón de la región.

Historias dignas de admirar

Ahymara Espinoza, atleta venezolana en la especialidad de lanzamiento de bala, logró la clasificación a Tokio 2020 contra todo pronóstico. Pese a entrenarse en un estadio abandonado en Barlovento, dar clases de educación física en la escuela, trabajar de taxista y delivery durante la pandemia, entre otros trabajos fuera del ámbito deportivo. Ninguno de los tropiezos la alejaron de concretar el sueño de participar en sus segundos Juegos Olímpicos.

“Me toca ser entrenadora, gestora, planificadora, utilera, psicóloga, pero aquí estoy. Yo misma me doy ánimo, ¡vamos a seguir!. Un atleta de alto nivel no trabaja en las condiciones que yo trabajo.”, aseguró Espinoza para la agencia AP.

 

“A veces, la gente juzga severamente cuando un deportista no logra ganar una medalla, pero no saben el trasfondo, lo que un atleta pasa para conquistar sus sueños”, cerró Espinoza.

Antes de los JJOO, Ahymara se ubicaba en el puesto 40 del ranking mundial y la segunda mejor en el Sudamericano de 2021. En Tokio, se ubicó en la casilla 12 de las 19 atletas de su serie clasificatoria.

Con su propio esfuerzo, Espinoza se labró el camino sin apoyo de ningún ente gubernamental o patrocinio privado.

Algo similar ocurrió con el esgrimista y campeón olímpico en Londres 2012, Rubén Limardo. El venezolano hizo una publicación en noviembre del pasado año a través de sus cuentas en las redes sociales, donde se mostraba en una bicicleta haciendo las labores de delivery o repartidor de comida en Polonia.

Tras la medalla del 2012, Limardo fue electo diputado suplente por Bolívar con la tarjeta del PSUV, lo que lo hizo blanco de críticas por muchos de sus seguidores. No obstante, el apoyo gubernamental en sus preparaciones de cada ciclo de olimpiadas siempre brilló por su ausencia.

El esgrimista no tuvo fortuna en su combate dentro de la pista en los JJOO, pero aseguró que seguirá su preparación en búsqueda de la clasificación a París 2024.

En el caso de Andrés Lage, el especialista en Vela, también tuvo un camino a Tokio con muchísimos obstáculos. El venezolano cruzó el océano, se mudó a un nuevo país y todo para ir detrás de su sueño: competir en sus primeros Juegos.

Andrés llegó a España, ahí tuvo hasta tres trabajos para poder costear sus gastos. Llegó al punto de solicitar un crédito para tener una furgoneta y poder viajar a las distintas competiciones y ahorrarse ese dinero en estadía.

Lage participó en dos Ironman (una serie de carreras organizadas por World Triathlon Corporation. Los participantes cubren 3 distancias: 3,86 km de natación, 180 km de ciclismo y 42,2 km de carrera a pie), todo esto para mantenerse en forma y no perder la motivación.

Dio clases de vela, logró comprar su propia embarcación para competir e hizo el tiempo para estar presente en Tokio y ser uno de los mejores de la disciplina a nivel mundial.

“Cuando se quiere, se puede. No debemos romantizar todo el trabajo que pasamos para llegar a unos Juegos Olímpicos, no es el deber ser que un deportista de élite pase por estas cosas, pero sí es importante trabajar por tus sueños”, dijo Lage en entrevista.

Además, el venezolano habló sobre su posible continuidad en esta disciplina. “Yo quisiera volver a unos Juegos, pero en esta ocasión, a competir, a buscar las medallas. Ya cumplí mi sueño de estar presente en las olimpiadas, pero si quiero continuar, que sean por resultados”, admitió.

Andrés actualmente se encuentra en Venezuela, pero su meta es seguir adelante con sus proyectos profesionales. Sumado a ello, hizo un llamado a las autoridades pertinentes a planificar y centrarse en el apoyo deportivo. “Que este triunfo de la mejor representación de Venezuela en la historia no quede ahí, espero que se siga trabajando para lograr más cosas por el deporte nacional”, cerró el velerista.

¿Es rentable ser un atleta de alto rendimiento?

A propósito de las penurias que viven la mayoría de los deportistas venezolanos para cumplir su ciclo olímpico, es importante tomar en cuenta la rentabilidad que existe alrededor del deporte de alto rendimiento. Saber si es tangible o no capitalizar las medallas o logros dentro del olimpismo.

No existe una fórmula 100% efectiva para lograr la ansiada conclusión del beneficio económico dentro de la práctica del deporte. No obstante, la planificación estratégica es una de las principales banderas para obtener resultados a mediano y largo plazo.

También, es primordial establecer puntos similares a los que se observan día a día dentro de una organización. El ejemplo claro es la misión y visión. Es decir, el atleta, conjuntamente con su entorno, deben ser capaces de establecer objetivos concretos dentro del ciclo de olimpiadas. Con esto, se debe adjuntar las cifras, el tiempo y el capital, si es posible.

No olvidar que hay ciertos aspectos que se deben tomar en cuenta, como lo son la fiabilidad o alcance real de lo propuesto; la conexión con el mundo, que es igual a los fanáticos, medios de comunicación tradicionales, digitales y RRSS (redes sociales).

Actualmente, las redes sociales son el punto de acceso directo entre deportistas y seguidores. Los claros ejemplos de estos Juegos Olímpicos dentro de la delegación venezolana lo fueron el ciclista en BMX Daniel Dhers con sus interesantes lives en Instagram, Rubén Limardo y la interacción en los Twitter Spaces con los periodistas de la fuente o el mismo equipo de prensa digital de Yulimar Rojas en cada una de sus cuentas en RRSS.

Citando a Gustavo Arellano, venezolano especialista en marketing deportivo, es momento de “tomar acciones para sostener la práctica del deporte y capitalizar para la vida los frutos de arduo trabajo”.

 

¿Próximo ciclo olímpico? El trabajo es ahora

Es momento de hacer una retrospectiva, saber que Venezuela tiene un gran potencial en muchos deportes, generación de relevo y ganas de ser potencia dentro del continente, pero sin la ayuda de los principales organismos encargados del deporte nacional, es un trabajo sumamente complicado y casi imposible.

Como lo dicen muchos deportistas nacionales, “hay que poner los pies sobre la tierra” y recordar que, sin el respaldo financiero, las posibilidades de triunfar son escasas.

Así como estos deportistas, existen otros representantes venezolanos en diversas disciplinas luchando contra la corriente y tratando de cumplir sus objetivos sin ningún tipo de apoyo económico.

¿Su finalidad? Cumplir sus sueños y dejar la bandera de Venezuela en alto en las próximas olimpiadas que ya iniciaron esta misma semana y el destino será París 2024.

 (@il_alan)

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