La odisea burocrática de solicitar un documento en Venezuela - Runrun
La odisea burocrática de solicitar un documento en Venezuela
La desinformación reina en las oficinas públicas a la hora de llevar a cabo un trámite 
El coronavirus dinamitó el ya frágil sistema de atención al usuario 

@franzambranor

Hacer cualquier trámite en una oficina gubernamental se ha convertido en un calvario. La falta de personal, desidia, desinterés, problemas de movilidad y la poca claridad de los horarios de trabajo en vista de la cuarentena por el coronavirus conspiran contra el venezolano.

Para aspirar a ser atendido, ya es costumbre llegar de madrugada a las instituciones cuando se debe hacer una diligencia en una entidad pública. Exponerse a ser víctima de un asalto es lo que queda a quien está desesperado por obtener un documento. 

No hay clemencia para ancianos, niños y enfermos que deben hacer inmensas colas muchas veces de pie y a la intemperie frente a organismos de Estado. 

Por si fuera poco, el desesperado usuario ahora corre el riesgo de infectarse de Covid-19 en concentraciones y espacios que no cumplen con el recomendado distanciamiento social. 

La tenue información de la reapertura de algunas oficinas públicas luego de que fueran cerradas a partir de marzo de 2020 también mantiene en el limbo a las personas, aunado a la escasez de funcionarios atendiendo en los despachos.  

La irregularidad en el suministro de gasolina, la falta de unidades de transporte colectivo y la frecuencia operativa incierta del Metro de Caracas igualmente perjudican a quien desee entrar en las fauces de un ente ministerial. 

Morir es cuestión de impuestos

Javier* ya perdió la cuenta de las veces que ha ido a la sede del Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (Seniat) en Plaza Venezuela en Caracas a hacer una declaración sucesoral. Luego de que su esposa muriera a finales de 2019, Javier tuvo que reponerse al luto y empezar a juntar la serie de documentos que exigen para que los bienes que tenía en común con su cónyuge, queden a nombre de él y de su pequeña hija.  

Javier se ha tenido que enfrentar a un maremagnum de planillas, fotocopias, documentos y trámites que le han hecho imposible llevar a cabo la declaración. “En un época cuando ya tenía todo junto me decían que no había sistema y perdía mi día, luego vino la cuarentena por la COVID-19 y todo estuvo paralizado”.

Y no es que Javier pueda ir en cualquier fecha a entregar los recaudos, por el final de su número de cédula le toca un día específico de la semana y regularmente consigue un grueso de personas haciendo cola. En las semanas calificadas como radicales por el gobierno de Nicolás Maduro, Javier ha conseguido apenas a un funcionario atendiendo a los contribuyentes. “Espero salir un día de esto, de verdad no se lo deseo a nadie”.

Javier todavía no sabe si deberá pagar una multa ante el Seniat, porque de acuerdo el artículo 27 de la Ley de Impuestos sobre sucesiones, donaciones y demás ramos conexos, el contribuyente tiene hasta 180 días hábiles después del fallecimiento del familiar para presentar la declaración. “Espero que tengan un poco de conciencia y recuerden todo el tiempo que perdimos por la cuarentena y el que pasaron sin sistema, pero si no se si es mucho pedir”. 

El viacrucis del pasaporte

La expedición o renovación del pasaporte es la reina de los trámites indeseables en Venezuela, desde marzo de 2020 la oficinas del Servicio Administrativo de Identificacion, Migracion y Extranjeria (Saime) cerraron sus puertas y no fue sino hasta noviembre que abrieron para efectuar operativos de cedulación en vista de las elecciones legislativas del pasado 6 de diciembre.   

Ingresar a la página del Saime y llevar a cabo el proceso ya es un suplicio. En febrero del año de 2020, Jorge comenzó a hacer la diligencia para renovarle el pasaporte a sus dos hijas, primero lo hacía en horario de oficina, pero al percatarse que la página web del organismo no respondía, sumado a la señal intermitente de internet en su casa, optó por hacerlo de madrugada. Tras varios intentos consiguió pagar el equivalente en bolívares a 200 dólares, a razón de $100 por cada documento y posterior a eso comenzó el karma de la espera sin respuesta. “Me cansé de llamar a los teléfonos que salen allí, escribir correos, preguntar a conocidos y no obtuve respuesta alguna, fue desesperante, pensé que había perdido mi dinero”, dijo Jorge.

Recientemente, el Saime anunció que el precio para emitir un pasaporte nuevo es de 3,35 petros, lo que significa un aproximado de $180 de acuerdo a la tasa oficial del Banco Central de Venezuela, mientras que la renovación cuesta 1,67 petros o algo similar a $90.

“El valor del pasaporte está anclado a la criptomoneda petro y cuando fluctúa se modifica el precio, algunas veces se puede pagar menos, todo depende”, dijo el presidente del Saime, Gustavo Vizcaíno en una entrevista por televisión. 

No fue sino hasta finales de 2020, cuando Vizcaíno dio unas declaraciones llamando a la calma a todos los que habían hecho solicitudes, que Jorge tuvo cierto alivio. Y fue cierto y no completo porque se dirigió a la oficina donde supuestamente le entregarían los documentos y estaba cerrada. 

Fue después de varios intentos que Jorge consiguió actividad en la sede durante la semana de flexibilización. Luego de esperar toda una mañana en una larga fila, a Jorge finalmente le colocaron las calcomanías con las respectivas prórrogas en los pasaportes de sus hijas. 

Vizcaíno sostuvo que pese a la crisis generada por la Covid-19, durante la pandemia el Saime entregó 35 mil pasaportes y 180 mil prórrogas. 

Cedulación sin distanciamiento

Desde el 25 de enero, el Saime comenzó jornadas para cedular a los niños, operativos que estaban suspendidos desde el 16 de marzo de 2020 por la cuarentena.  

De acuerdo a Vizcaíno, las jornadas son exclusivamente para menores de edad y se llevarán a cabo tanto en semanas flexibles como radicales en horas de la mañana.

El único requisito para emitir una cédula de identidad es la partida de nacimiento que a algunos les dijeron que debía estar vigente, tesis que desmintieron los propios voceros del Saime.

En las primeras de cambio, los operativos se efectuarán en 90 oficinas a nivel nacional hasta el 26 de marzo de 2021. 

A través de las redes sociales, varios usuarios se quejaron de largas colas en las sedes del Saime en el área metropolitana de Caracas, así como en la provincia.

El mismo día de inicio del operativo, padres que llevaron a sus hijos a cedularse denunciaron que a pesar de haber llegado de madrugada no habían sido atendidos, además advirtieron sobre aglomeración de personas e irrespeto a la normativa de distanciamiento social. Incluso manifestaron que algunas oficinas ni siquiera abrieron.

 

 

Licencia express, pero sistema lento

Según el Instituto Nacional de Tránsito Terrestre ya no es necesario acudir a las sedes físicas para obtener la licencia de conducir, el trámite puede hacerse por internet y una vez completado los pasos el documento será enviado por correo electrónico para su posterior impresión y plastificación. A raíz de la pandemia, desde el 4 de mayo de 2020 los usuarios cuentan con este nuevo servicio.

Ahora los conductores deben apelar a un papel impreso por ellos mismos a la hora de ser detenidos por una alcabala policial en la calle. Los tiempos del carnet quedaron atrás. 

Al igual que el pasaporte, el precio de la licencia de conducir está anclado al petro. Una licencia de segundo grado tiene un costo de 0,04 petros, la de tercer grado equivale a 0,08, la de cuarto 0,13 y la de quinto 0,16. 

Algunos usuarios han expresado por medio de las redes sociales que el trámite es relativamente rápido y nada traumático, otros se quejan de la lentitud del sistema en el país que ocupa el segundo lugar en cuanto a la velocidad de internet con 7,48 megabytes por segundo, detrás de Afganistán (6,67 mps), según el informe digital 2021 de la empresa Hootsuite. 

En septiembre de 2020, el INTT empezó a atender a personas de manera presencial en semanas de flexibilización y respetando las normas de bioseguridad. 

Por si acaso hay que salir

En febrero de 2020, un mes antes de que fuese decretada la cuarentena en Venezuela, el Ministerio de Relaciones Exteriores y Servicio Autónomo de Registros y Notarías (Saren) pusieron a disposición de los venezolanos un servicio on line para apostillar y legalizar documentos, dirigido especialmente a aquellos que están fuera del país. 

No fue sino hasta finales de julio de 2020 que empezaron a recibir de manera presencial a algunas personas para apostillas o legalizaciones. “Los registros y notarías tuvieron mucho tiempo con las oficinas cerradas, ahora las están abriendo lentamente, pero es tanta la demanda que no se dan abasto”, dijo un usuario que no quiso ser identificado. 

Al igual que el pasaporte y la licencia de conducir, los trámites de legalización y apostillas están anclados al petro, lo que significa que para efectuar un trámite en una dependencia pública en Venezuela no solo hace falta paciencia, sino también dinero.   

 

*nombre cambiado a petición del entrevistado