#EstoNoEsNormal Los cigarros, el efectivo y la gasolina
#EstoNoEsNormal Los cigarros, el efectivo y la gasolina

DESDE HACE MESES OLVIDÉ LO QUE ES PAGAR por un servicio o un producto con grandes sumas de efectivo. Soy muy joven para recibir pensión, me niego a pasar largas horas en el banco para obtener sumas que no me alcanzan ni para comprar un caramelo y no recuerdo la última vez que encontré un cajero con dinero.  La hiperinflación nos ha convertido en una economía de pases de tarjetas y transferencias.

Ante la imposibilidad de conseguir efectivo he visto personas que, aunque no fuman, compran cigarros para entregar al parquero, al que se encarga de echarle aire a los cauchos, al que ayuda con las bolsas y así: la escasez de billetes estimulando un vicio.

Cada vez utilizo más la frase “lo siento, no tengo efectivo” y la gente alrededor comprende. Sin embargo, a la hora de echar combustible trato de tener encima uno que otro billete. Hace un par de semanas fui a una estación de servicio, llené medio tanque con gasolina de 91 octanos y el monto a pagar era 25 bolívares. Por alguna inexplicable razón aún tenía un par de billetes de 20 y se los di al bombero. Me miró y se echó a reír: “Ja, esto ya no lo aceptan en ningún lado. Pa’ la basura.”

Los dos billetes quedaron junto a los desperdicios. Nunca me había pasado. En ocasiones me dejaban ir sin pagar o lo aceptaban con mala cara, pero jamás había visto cómo los botaban sin remordimiento. Hay algo en mí que me impide botar el papel moneda, aunque no tenga valor; es casi la misma sensación que me da al tener que botar un libro deshecho.

Por ahora, siguiendo el ejemplo, tengo siempre una caja de cigarrillos en mi cartera a pesar de que no fumo. Al menos sé que no van a terminar en la basura.