Una Vinotinto desordenada cayó en su debut premundialista - Runrun
Una Vinotinto desordenada cayó en su debut premundialista
El combinado venezolano  perdió 3-0 frente a Colombia

Javier Parra

La Vinotinto fue el fiel reflejo de la actualidad de la Federación Venezolana de Fútbol. Un equipo desordenado y sin ideas para poder salir de esa complicada situación, sin respuestas para cambiar la dinámica negativa que se fue generando con el pasar de los minutos.

Barranquilla fue sede del debut de una selección con escaso trabajo previo, sin un rumbo claro para afrontar la primera cita importante y con ausencias que se agregaron a un contexto catastrófico, donde los menos culpables pueden ser lo que dan la cara dentro de la cancha.

La derrota contra Colombia (3×0 con goles de Duván Zapata y Luis Fernando Muriel en dos ocasiones), pese a ser el escenario más predecible debido a las diferencias individuales y de momentos en el proyecto, fue un golpe fuerte para el comienzo de la etapa de José Peseiro, tanto por los problemas colectivos que se reflejaron en la cancha como por los bajos rendimientos demostrados por piezas que, en la previa, debieron dar un salto de calidad para poder afrontar un primer reto complicado en el inicio de las Eliminatorias Sudamericanas para Qatar 2022.

Los principales problemas criollos surgieron en la fase defensiva. Partiendo de una estructura en 4-2-3-1 que mutaba a un 4-3-3 con los movimientos de Yangel Herrera para presionar un poco más arriba, La Vinotinto mostró una ocupación de espacios deplorable, dejando a Tomás Rincón más solo que Will Smith en I Am Legend ante mediocampistas que, entre líneas y con espacios, se mueven a la perfección. Colombia activó de manera constante los movimientos de James Rodríguez en los espacios que se generaban en el bloque venezolano, que se rompía con mucha facilidad cuando Herrera saltaba a presionar un poco más arriba. La estructura se caía como cuando sacas una pieza de la base en el Jenga.

Defensa vulnerable

A lo antes mencionado,  se sumó el bajo rendimiento individual y colectivo de la última línea defensiva. Los centrales (Wilker Ángel y Jhon Chancellor) no dominaron el área y dejaron mucho a deber tanto a la hora de enfrentar a Duván Zapata (movimientos dentro del área, ganar duelos, limitar sus interacciones) y Luis Fernando Muriel (campo abierto, con espacios). A esto se unió el bajo rendimiento de Ronald Hernández y Roberto Rosales, quienes estaban perdidos posicionalmente y que no consiguieron intervenir de manera positiva en las fases sin pelota, sumándose al poco desgaste defensivo de los extremos para poder generar ventajas en los duelos individuales ante sus similares colombianos.

En ataque, La Vinotinto tuvo poca creatividad individual y, de manera estructural, sufrió por la ausencia de un tercer mediocampista que ocupara una segunda/tercera altura en la zona de volantes y activara los espacios que dejaba Colombia en defensa posicional. Jefferson Savarino no fue esa pieza que dinamizara la circulación de la pelota y que le aportara esa línea de pase más, necesaria para ir superando líneas y posicionarte mejor en campo rival. La ausencia de una pieza escalonada que activara los espacios, dificultó que los centrales (+Tomás Rincón) encontraran romper líneas con sus pases, sumándole la buena organización con pelota del conjunto de Carlos Queiroz.

 Ataque nulo

Ante dicha dificultad, se promovió el juego directo con Darwin Machís, intentando saltar líneas y activar el lado débil para dejar mano a mano al espacio extremo con el material. Pero nunca encontraron activar al atacante con las ventajas necesarias para superar al lateral (Ni Santiago Arias ni Stefan Medina), por lo que los ataques de Venezuela dependían de acciones aisladas por el costado izquierdo. Por la derecha no existía sinergia entre Ronald Hernández y Jhon Murillo. No se complementaban desde la ocupación de espacios ni a la hora de relacionarse con la pelota.

La ausencia de creatividad y de camino para progresar dejó a Sergio Córdova solo ante los centrales colombianos. Los movimientos de la principal referencia venezolana en ataque sumaron una vía de progresión al equipo, pero ante la ausencia de una pieza que compensara dentro del área, los ataques terminaban en nada. Como si nada hubiera pasado.

Este partido puede ser un punto de partida para ir corrigiendo cosas. Ensayo y error para ir pensando en el partido contra Paraguay y el resto de jornadas de las Eliminatorias Sudamericanas.