San Petersburgo, la verdadera ciudad mundialista
Jul 10, 2018 | Actualizado hace 6 años
San Petersburgo, la verdadera ciudad mundialista

@LaPizarraDelDT_

 

El Mundial de Rusia 2018 está por llegar a su final. Tan solo 3 partidos restan en el repertorio y solo dos ciudades que los albergarán: Moscú y San Petersburgo. Una Cosmopolitan y la otra turística.

La capital rusa mantiene su ritmo del día a día. La Copa del Mundo llegó a ellos, pero durante un mes parece que muchos aún no se han enterado. Lejos de las camisetas esporádicas post finalización de la fase de grupos o carteles de Zabivaka, resulta casi impensado que allí se está jugando la competición más importante a nivel deportivo del mundo.

A final del siglo XXV, Pedro “el grande”, se trasladó a San Petersburgo con la misión de occidentalizar Rusia. Lograr reformas y avances para su país. Y vaya que lo consiguió. Actualmente ese legado parece mantenerse. No por lo tecnológico, sino por lo globalizado. A diferencia de Moscú, en St Pt muchas personas hablan inglés. En restaurantes, bares o cafeterías parece ser un requisito indispensable para los mesoneros, por ejemplo.

Además, al ser una ciudad más pequeña (tiene 5 millones de habitantes) y por la conformación de la misma, hace que todo esté más cerca. Sea más compacto. Eso facilita que los turistas y fanáticos de equipos puedan aglomerarse en puntos céntricos, cercanos al museo del Hermitage, plaza del Palacio o la Iglesia del Salvador sobre la sangre derramada. Todos estos puntos quedan muy cerca caminando, facilitando que, en zonas céntricas de la ciudad, se respire todavía el Mundial.

Así también, las tiendas han ejercido un marketing más que interesante. Muchas de ellas, a pesar de no contar con relación de algún tipo con el fútbol, diseñaron vitrinas con similitudes a campos de fútbol, con grama o con balones para captar la atención del turista. Los restaurantes aprovecharon para ubicar a las afueras, carteles de “mira fútbol mientras comes”, o las tiendas de souvenirs incorporar todo tipo de llaveros, cuadernos o peluches relacionados al Mundial.

Es otra cosa. Es el verdadero clima de la Copa del Mundo. Turismo, fanáticos, inglés como idioma universal y mezcla de culturas. Eso sí. A tan solo días para terminar la cita, hay que agradecerles a una selección en particular: México. La globalización no se entendería si no fuese por ellos. Los hay en todos lados. Con mis disculpas para los chinos, que son los más fervientes turistas y pobladores globales, los mexicanos han logrado situarse en todos los lugares turísticos existentes en este Mundial. Y vaya que se agradece.

El “no mames” y el “wey”, se escuchan en estadios, museos, bares y discotecas. Los hay de Guadalajara, León, DF… Y siempre con su camiseta verde y el águila en el pecho. Sin exagerar.

También resulta agradable la comunicación en español y siempre se podrá hacer. Gracias a ellos siempre parece haber un pedacito de Latinoamérica en Rusia. Aunque ya no queden representantes de Conmebol y Concacaf, en las gradas siguen habiéndolos, porque franceses, belgas y croatas… Poco de qué hablar. No se ven, ni se sienten en las calles del Mundial.