Atentados terroristas y hooligans: el lado malo del Mundial - Runrun
Atentados terroristas y hooligans: el lado malo del Mundial

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Por La Pizarra del DT

El Mundial de fútbol es sinónimo de fiesta. Representa el evento con mayor cantidad de televidentes en el mundo. Una cuantiosa inversión por parte del país anfitrión y de la FIFA. Gastos exorbitantes de directivos y empresas patrocinantes. Cualquiera que le guste el fútbol querrá estar en Rusia este verano.

Pero no todo es alegría. Existen asteriscos y letras pequeñas del contrato que podrían generar tensión a los aficionados que estarán en la Copa del Mundo. En abril, ISIS lanzó una amenaza en contra del mandatario ruso Vladimir Putín, asegurando que pagará por matar musulmanes.

Figuras como Cristiano Ronaldo, Messi y Neymar Jr. aparecieron en spots publicitarios donde se les veía golpeados, moreteados y hasta degollados; lo cual representó una alarma que viene siendo manejada por los organismos de seguridad desde hace un largo tiempo. La posible inclusión del estado islámico en el Mundial representa una preocupación.

La FIFA, desde 2011, instauró un departamento interno encargado directamente de la seguridad en eventos deportivos. Que según lo que relatan en su página es un personal de alta gama: “El equipo que la compone reúne una buena combinación de formaciones y trayectorias profesionales, incluida experiencia en gestión de actos y estadios, en organizaciones gubernamentales y en elaboración de política”.

El gobierno ruso estableció un operativo de seguridad “sin precedentes”. 15 ministerios de seguridad participarán. Este incluye todas las fuerzas de seguridad rusas más agencias privadas contratadas por la FIFA y el comité de organización local. Además, fuerzas policiales de los 32 equipos participantes se unirán a 50 kilómetros de Moscú en el Centro de Cooperación Internacional (CCPI), donde intercambiarán información de manera constante con los organismos rusos y tendrá funcionalidad las 24 horas.

Hooligans

La otra cara mala de la moneda son los Hooligans. El gobierno ruso ha implementado una serie de medidas en el que se les prohibió la entrada a muchos de los agitadores sudamericanos y europeos. Pero no contaban con que los aficionados extremistas rusos representarían un problema. Y lo son.

En la Eurocopa de Francia 2016, los ultras rusos causaron destrozos en Marsella. Vasos, sillas y golpes volaban por doquier, generando un caos en sus enfrentamientos contra los hooligans ingleses.

En 2018 la situación parece ser más organizada. Las barras bravas argentinas recibieron visitas de los extremistas rusos en Buenos Aires para –según información de varios medios– batallar contra los ingleses en Rusia, que representan el gremio “a vencer” por el resto de las hinchadas. ¿La razón? Son la cuna de las barras organizadas y si alguien quiere respeto, debe luchar contra ellos.

El punto es que ya han existido enfrentamientos en la historia de los mundiales, siendo quizás el más conocido el de México 1986 entre argentinos y escoceses contra ingleses bajo la sombra del “Ángel de la Independencia”, dejando un saldo de muchísimos hinchas en hospitales.

La inteligencia rusa se ha encargado de que se filtre lo menos posible información de esta índole. Intentando restarle importancia en medios de comunicación a los hooligans para impedir que prolifere el miedo entre los turistas. Pero es una realidad a reflejar. Que si bien parece controlada, al final siempre se mantendrá la suspicacia de qué podrá pasar con ISIS y las barras bravas.