La regulación del cannabis en Sudamérica
La regulación del cannabis en Sudamérica

Cannabis

 

Desde que en el 2013 Uruguay se convirtió en referencia internacional por regularizar el mercado del cannabis, la región sudamericana ha mirado con nuevos ojos la producción y distribución de la marihuana con fines recreativos y medicinales.

El caso de la nación charrúa tuvo un impacto global, pues fue el primer país del mundo en aprobar una ley que permitía controlar la comercialización y tenencia del cannabis. La nación también mantiene su utilización con fines industriales.

Al aprobar la ley el 10 de diciembre de ese año, se autorizó a las farmacias a vender hasta 40 gramos de cannabis por persona al mes, así como el cultivo particular con un máximo de 6 plantas y la creación de los clubes de consumidores.

La regulación también abarcó los permisos de las empresas para el cultivo de la marihuana destinada al uso medicinal, recreativo y con fines de investigación. Fue un cambio de paradigma durante el mandato del expresidente José “Pepe” Mujica, que, con el transcurso de los años, involucró también a Colombia y Chile. 

La legislación colombiana discutió el proyecto de ley durante 10 meses en el Senado y luego pasó a la Cámara en pleno. El país es una de las regiones del mundo que más conflictos sociales ha experimentado por el narcotráfico.

La ley fue aprobada para que el cannabis se empleara en el campo medicinal y terapéutico, siguiendo los pasos dados por Uruguay.

Cultivo para consumo privado

Chile también dio luz verde al cannabis después de que, en el 2015, la Cámara de Diputados aprobara la ley que permite el cultivo para consumo privado y terapéutico. La venta con fines medicinales también fue despenalizada.

En este país, el Instituto de Salud Pública (ISP) autorizó la venta de Sativex, un medicamento basado en cannabis. No obstante, la comercialización estaba limitada por su elevado precio: 1 millón de pesos chilenos; es decir, unos 1.620 dólares estadounidenses.

Los pacientes optaban entonces por la alternativa de afiliarse a clubes que cultivan cannabis con fines terapéuticos.

Las semillas de marihuana son de diversa variedad, como las que muestra PEV Grow, una tienda online dedicada a la venta de productos para su cultivo. Está por ejemplo la magnum de budha seeds, que es una semilla autofloreciente con rápido crecimiento.

En Chile, la expresidenta Michelle Bachelet firmó un decreto que incluyó al cannabis en la lista de remedios autorizados por el Ministerio de Salud.

Otro país que también ha dirigido la mirada hacia la marihuana en Sudamérica ha sido Argentina. El gobierno nacional autorizó una ley para que ciertos pacientes recibieran una provisión de aceite cannábico. Además, se ha incentivado la investigación para el uso científico y médico.

Mayor flexibilización

La flexibilización en la región ha llegado a tal nivel que pacientes y familiares participan activamente en diferentes seminarios internacionales y exposiciones que se han llevado a cabo en Uruguay o Chile.

A las convocatorias también llegan investigadores de Estados Unidos, Perú, México, España, Bolivia, Ecuador o Brasil. 

Aunque en Paraguay el cultivo de la planta es ilegal, el país es el principal productor de marihuana de la región. De hecho, ya se han elaborado diversos proyectos legislativos para iniciar su despenalización con fines medicinales.

En la nación guaraní solo ha sido autorizado el cannabis para “uso compasivo” en determinados casos, como en niños con epilepsia refractaria que no responden a los tratamientos convencionales, según explican los médicos.

En Sudamérica también hay proyectos legislativos adelantados sobre esta materia en Perú y Brasil, que ya lo han aprobado para el uso médico.

El debate sobre el uso de la marihuana con fines medicinales o recreativos generó polémica durante años en distintos países del mundo. Sin embargo, las legislaciones de ciertas naciones han modificado sus leyes para abrirle camino.

En Perú, por ejemplo, han sido de interés periodístico las solicitudes efectuadas por familias para legalizar su uso medicinal.

Diferentes asociaciones han realizado una llamada a las autoridades para que el aceite cannábico pueda ser empleado para ofrecer una mayor calidad de vida a quienes presentan males neurológicos o enfermedades terminales.

Durante la última década, los países sudamericanos han sentado un precedente en cuanto al uso del cannabis, lo que habla de la nueva mentalidad de sus autoridades, que ven en esta planta una alternativa para los pacientes.

A finales del 2017, el laboratorio ICC Labs de Uruguay anunció la primera cosecha de cannabis medicinal que fue cultivado en interiores y de forma totalmente orgánica. El total de 4.000 plantas será la materia prima para producir aceite de cannabidiol.

La despenalización de la marihuana, poco a poco, ha dejado de ser un tema tabú dentro de las sociedades modernas. En el caso sudamericano, las legislaciones buscan dar una segunda oportunidad a quienes sufren a causa de alguna patología.