¡Otro país! por Gabriel Reyes
Ene 22, 2015 | Actualizado hace 9 años
¡Otro país! por Gabriel Reyes

OtroPaís

 

Con la perplejidad de quien no diferencia la ignorancia de la ironía amanece Venezuela sumida en una nueva realidad. Un escalón más en el caracol descendente que nos llevará a los sótanos más tenebrosos de la crisis política, social y económica.

 

Y es que la única frase cuyo análisis merece la atención de propios y extraños es la lamentable expresión proverbial de «Dios Proveerá» que en boca del vocero de un régimen autodefinido años anteriores como «marxista» y «socialista» (ergo ateo) luce como el salvavidas discursivo de un extraviado que ante el desespero de la incertidumbre apela al Ser Supremo invocando su milagrosa actuación.
Amanece una Venezuela diferente, que nace del análisis de lo que Maduro no dijo en su «discurso» de anoche. Un país quebrado que escucha como su viajero itinerante regresa de su «exitosa» gira sin mencionar medio dólar en empréstito, pero se llena la boca anunciando miles de millones de bolívares, todos a futuro, donde no hay para pagarle a los importadores el dinero que les debemos.
Una Venezuela devaluada, donde la infantil y a la vez perversa figura de un dólar a Bs. 6,30 sigue siendo anunciada para la importación de la desconocida pero muy reducida lista de insumos de supervivencia, mientras que el resto de la economía de un país que importa el 80% de lo que consume, gravitará entre un deslizante referente de Bs. 52 y la cotización que las perseguidas casas de bolsa de hace pocos años ofrezcan al mercado.
El titubeante discurso, repetido y agotado, que sin pudor repitió fragmentos completos del discurso del pasado sábado, mantuvo expectante al país que, resignado, esperaba con ansias el desenlace de unas medidas que nos aterrizara en el plano real del desastre que vivimos.
Populista y demagogo, aumenta el salario mínimo Bs. 25 diarios, con lo que ni siquiera el trabajador puede comprar un cafe pequeño, pero le atornilla el impacto de la devaluación e inflación como carga impositiva ineludible para quien hoy es exponencialmente más pobre que ayer.
No podemos olvidar la dosis represiva, argumentada en el tinglado infaltable del Estado Policial, que una vez más expone grabaciones maquiavélicas de personajes sin convocatoria que son vendidos como villanos capaces de destruir la «paz» que Maduro expuso como su principal logro en el 2014.
Nace un nuevo país, donde el concierto general de su sociedad es urgente y necesario. La crisis económica que repercute dramáticamente en la realidad social del venezolano ha desnudado nuestras carencias de proyecto alternativo que represente una opción para quienes no queremos mantenernos en esta montaña rusa de descensos compulsivos.
Hoy más que nunca necesitamos construir un nuevo país. ¿Qué sentido tiene un llamado a elecciones parlamentarias donde los poderes públicos no tienen injerencia alguna en la confección de las leyes porque el Poder Ejecutivo secuestra su accionar por la vía habilitante y donde la voluntad popular es diluida en artificios electoreros?.
La única agenda que prevalece en nuestro presente es la construcción de un sistema donde la sinergia del compromiso, la preparación y la entrega elaboren una opción diferente que motive el renacer de la esperanza donde la apatía, indiferencia o desesperación han hecho mella. Necesitamos un liderazgo fresco, donde los partidos políticos que representan el disenso despachen a las nefastas figuras hegemónicas que les restan credibilidad, y donde sin agendas particulares se levante un muro que contenga el exponencial empobrecimiento del venezolano.
Necesitamos construir un nuevo país, con nuevos líderes, con un solo discurso, donde quepamos todos, donde no exista la impunidad, donde se rescate la equidad y donde reinen las libertades individuales y colectivas que hoy han sido secuestradas entre el accionar perverso de una cleptocracia extraviada y la desesperanza aprendida de un «bravo pueblo» que debe rescatar la esencia de su himno nacional.
Gracias a todo lo que no dijo Maduro en su discurso, hoy comenzaremos a posicionarnos en este «otro país» donde en vez de comenzar de nuevo con las estrategias adaptativas que distinguen al venezolano deberíamos emprender el cambio de paradigma y la construcción de un futuro mejor para todos.
El futuro de Venezuela, de su economía, de su gobierno, de su gente, hoy es más incierto que ayer, pero si hace horas cuatro de cada cinco venezolanos queríamos un cambio, creo que hoy se despertó el quinto más convencido que el resto. Lo que nos queda es ponernos de acuerdo!!
Amanecerá y veremos…

@greyesg

«No hay camino fácil para la libertad en ningún lugar y muchos de nosotros tendremos que pasar por el valle de las sombras una y otra vez antes de llegar a la cima de la montaña de nuestros sueños.»

Nelson Mandela