Herramientas de oprobio por Antonio Ledezma
Herramientas de oprobio por Antonio Ledezma
bandera!
Todos hemos llegado a este mundo después de una puja. Sí, tal como lo leen. Nuestras madres nos llevan en su vientre durante nueve meses, y luego se sacrifican, placenteramente, pujando y sudando, pariéndonos para que veamos por primera vez la luz de la vida. Con esto quiero significar que todo amerita un esfuerzo. Nada se da si carece de un impulso generador.
Hace 25 años cayó estrepitosamente el Muro de Berlín. Muchos opinan que se vino abajo solito; sin embargo, eso no es del todo cierto. Por décadas hubo manos empujando esa ignominiosa muralla de concreto y alambre de púas. Fueron decenas de miles de seres humanos que desafiaron esa humillación sostenida entre tanques y metrallas. Sin esa sangre derramada y sin esas vidas ofrendadas jamás hubiese cedido ese muro, sino que aún estaría ahí, montado sobre el miedo que sostiene los regímenes totalitarios.
La lucha democrática que estamos librando en Venezuela tiene que seguir y mantenerse firme, y para eso es indispensable una base de moral y ración cotidiana de coraje. Esos son los combustibles que podrán mantener encendidos los motores de la dignidad nacional.
A este régimen le quedan tres herramientas que usará sin prejuicio alguno. La primera: más represión, intimidar a la gente para que se quede callada, para que no se queje y aguante silenciosamente todos estos desmanes, que van desde la escasez de alimentos y medicinas hasta el deterioro de nuestros salarios mientras derrochan el dinero público.
En segundo lugar, un férreo control mediático para proyectar una propaganda invasiva, alienante, negadora de la cada día más delicada situación de crisis general, con la finalidad de desviar denuncias y torcer investigaciones sobre escándalos de asesinatos y corrupción. Desde luego, no podía faltar la dosis de envenenamiento de la opinión pública con campañas denigrantes y difamatorias contra la dirigencia opositora.
La aplicación de la tercera herramienta estará condicionada a la conducta del liderazgo opositor, porque se basa en las intrigas que buscarán dividirnos para lograr nuestra dispersión y debilitamiento. Confío en el sentido de responsabilidad de todos los que ocupamos filas en la alternativa que le proponemos al país para superar este mal trance que padece Venezuela. No dejarnos fracturar será un gesto meritorio del reconocimiento nacional, pero si lo permitimos, y privan las miserias humanas, no tendremos perdón de Dios.