La comunicación antidemocrática por Marcelino Bisbal - Runrun

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I

El triunfo de Hugo Chávez al final del siglo pasado inicia un proceso de reestructuración del país. Es significativa la juramentación del nuevo presidente ante el desaparecido Congreso de la República cuando dijo que juraba sobre una Constitución moribunda. Se trató de un hecho simbólico que trajo en el tiempo la transformación del aparato del Estado.

Será en el año 2001 y luego en 2002 cuando el nuevo gobierno tome conciencia del papel que deben jugar los medios de comunicación. El presidente lo dejará traslucir claramente. Primero el Día del Periodista del año 2001: “He sostenido un complejo sistema de relaciones con los medios de comunicación social como parte de un choque histórico”. Luego, ese mismo año, será más directo: “Los medios de comunicación son enemigos de la revolución”. A partir de ahí, y después de los sucesos de 2002, cuando ciertos medios y periodistas tuvieron un papel muy particular, la comunicación social se convierte en política del Estado revolucionario. Desde ese momento el gobierno tiene claridad sobre la importancia estratégica de los medios. Así, el campo de la comunicación se configura en un lugar de la política. Arrancaba la estructuración de un régimen comunicativo. Al cambiar de lugar la política y la manera de entenderla, como nos explica José Joaquín Brunner, cambiará el régimen de comunicación prevaleciente en la sociedad, porque se da una conexión profunda entre el sistema político prevaleciente y el régimen comunicativo que está condicionado por aquel.

II

No sabemos si los que nos gobiernan habrán leído lo que decían los intelectuales orgánicos (así se hacían llamar) del gobierno dictatorial del Brasil de 1934, el de Getulio Vargas, cuando agrupados en torno a la revista Cultura Política escribían: “Los medios de comunicación no deben pensarse como simples medios de diversión sino como armas políticas sometidas al control de la razón del Estado”. En el Brasil de aquel momento los medios se convertirían en un instrumento que debería ser un aparato capaz de irradiar la propaganda gubernamental, transformándola en cultura de masas.

Así operaba la comunicación social y política durante el período de Hugo Chávez. Esa fórmula está inspirada en los moldes del Estado fascista. Ese gobierno dejó armado todo un entramado normativo hacia las comunicaciones y un aparato comunicacional, en manos del Estado, absolutamente gubernamentalizado y partidizado que terminará mostrando su verdadero rostro: el de una comunicación autoritaria bien acoplada al control político.

III

El nuevo gobierno, que ya va para dieciséis meses, parte de los mismos objetivos; es decir, la idea de que los medios de comunicación del nuevo régimen comunicativo tienen que ser medios de control social y de ideología autoritaria. El nuevo régimen comunicativo tiene que ser integrativo de toda la sociedad a la llamada revolución bolivariana y lo que ella significa.

Sin embargo, el camino seguido por el heredero es un poco diferente. Lo caracterizan otros patrones:

-Presencia de un ethos militar cada vez más creciente. Vean la creación del Centro Estratégico de Seguridad y Protección de la Patria y ahora la aparición de las brigadas especiales contra las actuaciones de los grupos generadores de violencia. El tema de la información y la documentación son temas prioritarios a vigilar y controlar en esos entes.

-Una vigilancia ininterrumpida con la cual se interfieren llamadas, se bloquean páginas web, se intervienen las redes sociales.

-Límites impuestos desde Conatel, por orden del Ejecutivo. El acceso a la red sin mediar procedimiento administrativo alguno.

-Se acentúa mucho más la censura a través de la palabra presidencial y la ejecutoria de Conatel.

-Promulgación de normas en las que se apunta que el Estado tiene la potestad de declarar el carácter reservado de la información, y obliga a todas las instituciones a proveer la información que ellos requieran cuando lo crean necesario.

-Empieza a cambiar el mapa de medios. Aparecen nuevos dueños que tienen relaciones económicas e intereses con el gobierno. Cambio en las líneas editoriales e informativas de esos medios.

-Retraso en la asignación de divisas para la importación de papel y de insumos para los medios impresos. Esta restricción administrativa ha afectado a medios impresos que tienen una línea crítica hacia el gobierno.

¿Es ese el nuevo modelo comunicacional que anunciara el presidente en la celebración el Día del Periodista?

Frente a este des-orden que nos muestra las perversiones del poder, recordemos las palabras de Norberto Bobbio cuando expresó que él prefería al pesimista cuya máxima es: Haz lo que tengas que hacer, aunque las cosas vayan de mal en peor. Frente al optimista que dice: No hagas nada, ya verás como todo se arregla.

El Nacional