La división política que ha propiciado la «revolución bolivariana» ha sido construida desde las diferencias que han existido entre las clases sociales que conforman la sociedad venezolana. Estas diferencias se agudizaron debido a la crisis económica de finales del siglo XX, que estrechamente vinculada a la baja de los precios del petróleo, condujo a un incremento de la pobreza. La depauperación de vastos sectores del país dio el espacio para que se exacerbaran las desigualdades y se usará el resentimiento creciente para construir un muro imaginario entre «pobres y ricos», combustible fundamental para el proyecto del socialismo del siglo XXI.
La división político social construida por el chavismo para poder tener acordonado su caudal electoral, ha contado con la ayuda de la herencia que nos dejó el proceso de crecimiento de nuestras ciudades. El mismo se caracteriza por un flujo de lo rural a lo urbano, signado por el desorden, fruto de la expectativa de hombres y mujeres provenientes del interior del país y en menor medida del extranjero, que veían en las ciudades de este país petrolero la posibilidad de desarrollar su proyecto de vida y de satisfacer su deseo de superación. El remedio a las penurias que sufren en sus comunidades de origen, es trasladarse a zonas con mejores oportunidades, lo cual provocó una concentración poblacional que no contó con la planificación apropiada, y género frustración para quienes la expectativa de un mejor nivel de vida no se hizo realidad. El saldo de esta nueva distribución poblacional del país, fue ciudades saturadas y sectores rurales menguados. Ahora bien, este crecimiento significativo produjo tanto espacios para una clase media pujante como para grandes sectores populares. Así se generaron nuevas urbanizaciones privadas y populares con los servicios adecuados, pero por otra parte, barrios con casas auto construidas sin las condiciones adecuadas para una vida con calidad. Esta división entre lo urbano y lo popular-rural junto con la prédica de la lucha de clases ha configurado espacios territoriales con determinadas inclinaciones políticas.