Ignatius Farray y los Diógenes - Runrun
Juan E. Fernández Mar 26, 2023 | Actualizado hace 3 semanas
Ignatius Farray y los Diógenes
En un mundo tan loco como en el que estamos viviendo, solo un loco como Ignatius Farray puede hacernos entrar en razón

 

@SoyJuanette

Locura, desparpajo, pero sobre todo sinceridad. Esas son algunas de las cualidades que debes tener para ser un Diógenes. Si eres portador de este nombre, o tienes un amigo o familia que lo tenga por favor cuídalo, porque a medida que pase el tiempo los vamos a necesitar mucho más.

Pero como en toda historia siempre hubo alguien que fue el primero, en este caso relataré la historia del primer Diógenes que se conoció en el planeta tierra: Diógenes el “Perro”. Quiero aclarar que no se trata de una mascota, sino de un filósofo griego.

Diógenes de Sinope nació en Sinope en el año 412 a. C. y aunque no dejó ningún legado por escrito, hizo de la pobreza material extrema una virtud. Este filosofo vivía como un mendigo en las calles de Atenas portando siempre una lámpara diciendo que buscaba “hombres honestos”.

El filósofo Diógenes predicó siempre la idea cínica de autosuficiencia, dejando de lado los lujos de la sociedad, y llevando una vida natural. Para él, la riqueza y los honores eran “falsos bienes que hay que despreciar”. El principio de su filosofía consiste en denunciar por todas partes lo convencional y oponer a ello su naturaleza. “El sabio debe tender a liberarse de sus deseos y reducir al mínimo sus necesidades”.

Son muchas las anécdotas que se cuentan de Diógenes o “Sócrates delirante” (como lo bautizó Platón), pero la más conocida lo vincula a un encuentro que tuvo con Alejandro Magno. De acuerdo a la leyenda, Alejandro se encontraba en Corinto visitando su imperio, cuando se topó con Diógenes tirado en la calle. Al verlo, le dijo:

–Pídeme lo que quieras, porque yo puedo dártelo.

A lo que Diógenes contestó:

–Apártate de donde estás, que me haces sombra y me quitas el sol.

Tras la respuesta todos pensaron que el filósofo recibiría un castigo por contestar de tal manera al rey de Macedonia, pero, por el contario Alejandro Magno expresó:

–Si no fuera Alejandro, me gustaría ser Diógenes.

Desde entonces el filósofo Diógenes es símbolo de anticultura, anarquía y revolución.

La pregunta es ¿existen Diógenes hoy en día?

La respuesta es sí. Y tal vez no exista uno, sino muchos. Pero por lo pronto les voy a contar de Ignatius Farray, un Diógenes español que, a través de la comedia, sacude a los ciudadanos y les muestra cómo las organizaciones políticas y sociales manejan a las masas a su antojo.

Podría decirse que Ignatius es prácticamente un fiel del concepto de humor acuñado por Aquiles, pero no el semidiós griego, sino Aquiles Nazoa: “El humor es eso que hace que la gente piense, sin darse cuenta que está pensando”.

Afortunadamente este Diógenes sí está dejando legado escrito. De hecho, su primer libro, Vive como un mendigo y baila como un rey, es para mí el primer libro de autoayuda para comediantes.

En este libro, producto del encierro por la pandemia, Ignatius Farray nos presenta a Nacho, un chico canario (de las islas Canarias, no es que sea un pájaro o se lo crea), que era visto como “el distinto”; ese compañero “raro” que todos conocimos alguna vez y que, a través del humor de Ignatius, pudo contar lo que no se atrevía a decir Nacho.

Ignatius explica en sus páginas como, si fuera el señor Miyagi de Karate Kid, no solo lecciones de comedia, sino de vida. Pero ¿cuál es la más grande de todas?

Pues que vivas como mendigo y baila como un rey, lo que significa: lo material es importante, tener un techo, comida y salud. Pero la verdadera riqueza está en ser feliz haciendo lo que a uno le gusta.

Este tipo de reflexiones y otras más causaron furor en una entrevista que el periodista Jordí Évole le hizo a Ignatius en La Sexta. Durante la conversación, el cómico canario tiró esta perlita:

«Ha llegado un punto en el que ya deseamos lo que el sistema quiere que deseemos. Cada vez que pasamos frente a una vidriera y vemos algún producto que deseamos, eso hay que vivirlo como una derrota y una humillación, porque el sistema nos ha visto venir y nos estaba esperando con la escopeta cargada”.

Tras tamaña afirmación, Ignatius Farray explicó que no se trata de no consumir, sino de comprar productos que “se nos ocurran a nosotros”, eso es para Ignatius la forma de “trolear al sistema”.

Si no conocían a Iguanitus se los presento, y si lo conocían recuerden volver siempre a consultarlo. Pues en un mundo tan loco como en el que estamos viviendo, solo un loco como Ignatius puede hacernos entrar en razón.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es