Maickel: El hombre que termina carreras por Toto Aguerrevere - Runrun

Era de noche en las Olimpiadas de Ciudad de México de 1968. Las medallas del maratón ya habían sido entregadas hace más de una hora y los espectadores se retiraban del estadio azteca cuando lo vieron venir. El corredor John Stephen Akhwari de Tanzania entró al estadio, su pierna ensangrentada mal vendada y el hombro dislocado. Eso no lo detuvo. Arrastró su pierna los últimos 400 metros y completó el maratón. Al llegar a la meta cayó en brazos del personal médico. El público que se encontraba estalló en aplausos de euforia.

Al día siguiente, un periodista le preguntó a Akhwari la razón por la cual no se había retirado del maratón, considerando que no tenía oportunidad alguna de ganar la carrera. El tanzano se mostró confundido ante la pregunta. Finalmente contestó: “mi país no me envió a Ciudad de México para que empezara la carrera. Me envió para que la terminara”.

El venezolano Maickel Melamed es uno de esos John Stephen Akhwari que pueblan la Tierra. Nacido con un defecto motor que le pronosticaba apenas horas de vida, Melamed optó tempranamente por ser una persona con discapacidad que no siente lástima por sí mismo. 36 años después, continúa siendo un gran ser humano que inspira a millones de personas con su mensaje sencillo pero profundo: “Si lo sueñas, haz que pase”.

Este sueño ha sido el que ha llevado a Maickel a dar conferencias inspiradoras alrededor del mundo, a lanzarse en parapente, bucear y escalar el Pico Bolívar. Esta convicción de que la palabra ‘imposible’ es un invento humano, lo ha llevado a desafiar fronteras mentales y físicas. Luego de 3 años de entrenamiento, un equipo de amigos que creen en su mensaje y millones de personas aupándolo en vivo y por las redes sociales, Maickel Melamed completó su último sueño. En 15 horas y 22 minutos corrió el Maratón de Nueva York.

Para Maickel el haber corrido este maratón no es un reto deportivo, es un mensaje de esperanza. Cada uno de sus pasos son aplausos estruendosos que curiosamente no van para él, sino para nosotros. Maickel se ha encargado de ser nuestro gran entrenador de vida, diciéndonos con cada uno de sus dificultosos pasos: “vamos que tú puedes”. Maickel salió a comerse al mundo con un gran sueño y lo está logrando. Lo único que espera es que nosotros hagamos lo mismo. Porque Maickel no empieza la carrera, Maickel la termina.-

Toto Aguerrevere

@totoaguerrevere